La presencia de los italianos en Mar del Plata: desde su fundación hasta la actualidad

Dra. en Historia Bettina Favero

INHUS- CEHis- CONICET- UNMdP

 

Mar del Plata fue fundada en el año 1874, surgió como un pequeño núcleo de población que se ocupaba de las tareas rurales de muy baja especialización, pero con el paso de los años fue creciendo y complejizándose hasta alcanzar un desarrollo importante. La llegada de inmigrantes desde sus primeros años provocó un aumento de la población con un crecimiento anual medio de 6,34% para 1895 y de 3,51% para 1914, siendo en ese mismo año, el 47% de la población de origen extranjero.

 

Cuadro 1. Composición de la población  nativa y extranjera del Partido de General Pueyrredon (1881 – 1914)

Origen 1881 1890 1895 1914
España 421 1.402 1.211 7.654
Italia 246 1.203 1.288 5.929
Francia 182 621 407 566
Suiza (2) 15 62 68 51
Otros (3) 130 286 246 1.295
Nativos 3.036 5.065 4.955 17.445
Total extranjeros 994 3.574 3.220 15.495
Totales generales 4.030 8.639 8.175 32.940

Fuente: elaboración de la autora sobre la base de Censos Nacionales y Provinciales

(1) En 1881, el Partido de General Pueyrredon comprendía al Partido de General Alvarado.

(2) En su gran mayoría eran originarios de provincias del norte de Italia.

(3) Incluye los siguientes grupos: alemanes, austriacos, ingleses, otros europeos, americanos, uruguayos y otros

 

Las actividades económicas que se desarrollaban en la ciudad se concentraban en el sector secundario (artesanos y obreros calificados) y terciario (comerciantes y proveedores de servicios). Durante esta época, y en estrecha relación con el auge del turismo en la ciudad, crecieron los sectores relacionados con la hotelería, la gastronomía y la construcción donde los italianos ocupaban un alto porcentaje. El sector de los servicios y el de los artesanos e industriales se fue desarrollando con el paso del tiempo debido, por un lado, a la construcción de las mansiones de los veraneantes y de las casas de los habitantes de la ciudad, y por otro, al crecimiento del comercio y de los oficios que se sustentaba con el acrecentamiento del consumo de una población en aumento constante. El Registro de Extranjeros de la ciudad de Mar del Plata del año 1934 indica que sobre un total de 281 personas asentadas, 130 eran italianos, es decir un 46,2% sobre el total. Entre ellos, el 60% se dedicaba al comercio, el 15,4% era propietario de vivienda y el 13% se vinculaba a la construcción. Asimismo, con la llegada y el establecimiento de estos inmigrantes surgieron las primeras asociaciones étnicas. En el año 1884 se fundó la Asociación de Socorros Mutuos “Giuseppe Garibaldi”, desmembrándose en 1899 en la “Asociación XX de Septiembre”. Ambas instituciones se unieron nuevamente en 1960 dando origen a la actual “Asociación G. Garibaldi y XX de Septiembre Unidas”. Dichas instituciones, llamadas de socorros mutuos, surgieron ante la ausencia de servicios de salud pública y de obras sociales y tenían una función asistencial y cultural.

Hacia fines de los años cuarenta y principios de los cincuenta en el siglo XX asistimos a una de las etapas de transformación más significativas de Mar del Plata que ya se presentaba como una de las ciudades del interior con mayor expansión, dando una imagen de movimiento y de cambio permanente que resultaba sumamente atractiva para el establecimiento de nuevos pobladores. Así, durante más de una década, entre 1947 y 1960, la ciudad recibió un importante caudal de migrantes provenientes de Europa y de los partidos bonaerenses vecinos. Según los Censos Nacionales, Mar del Plata contaba en 1947 con 123.000 habitantes entre los cuales el 21% eran extranjeros mientras que en 1960 la población extranjera alcanzaba el 18% sobre el total. En este contexto de expansión demográfica y económica, se instalaron inmigrantes italianos que no sólo incrementaron la población de la ciudad sino que también se insertaron en ella de distintas formas dinamizando la vida y la trama social urbana marplatense, favoreciendo la ampliación de la sociedad y la diversificación de las actividades económicas y culturales. Así, surgieron dos instituciones claves en el desarrollo del asociacionismo en Mar del Plata. En el año 1954 nació la Asociación Italiana “Las Tres Venecias” (primera de origen regional) y en 1955 la Asociación Italiana del Puerto “Casa d’Italia”. Ambas, fueron conformadas por inmigrantes ya establecidos en la ciudad, que permitieron la incorporación de los recién llegados. Asimismo, muchos de estos nuevos inmigrantes, sobre todo los más jóvenes, además de concurrir a las instituciones anteriormente mencionadas, se reunían en el Centro Italiano Marplatense (CIM). En las décadas de 1970 y de 1980 se crearon la mayoría de las instituciones regionales que hoy encontramos en nuestra ciudad.

Cuadro 2. Instituciones italianas radicadas en la ciudad de Mar del Plata

Institución Año de fundación
Società di Mutuo Soccorso G. Garibaldi 1884
Società di Mutuo Soccorso XX di Settembre 1899
Associazione G. Garibaldi y XX di Settembre Unite 1969 (fusión)
Associazione Ex Combattenti 1923
Circolo Italiano 1927
Soc. Italiana “Le Tre Venezie” 1954
Asoc. Italiana del Puerto “Casa d’Italia” 1955
Centro Italiano Marplatense 1956
Associazione Dante Alighieri 1969
Fogolar Furlan 1972
Collettività Mafaldese e Molisana 1973
Associazione Regionale Marchigiana 1976
Centro Abruzzese Marplatense 1977
Circolo Calabrese Marplatense 1977
Famiglia Piemontese 1982
Circolo Giuliani nel Mondo 1985
Associazione Regionale Campana 1986
Unione Regionale Siciliana 1986
Associazione Emilia Romagna 1987
Circolo Sardi Uniti “Grazia Deledda” 1987
Circolo Trentino di Mar del Plata 1987
Centro Pugliese Marplatense 1988
Associazione Regionale Lucana 1988
Famiglia Toscana 1988
Unione Regionale del Molise 1989
Istituto Istorico Italiano 1989
Associazione Siciliana Marplatense 1990
Unione Regionale Sarda 1990
Centro Laziale Marplatense 1991
Unione Regionale Lombarda 1991
Centro Ligure Marplatense 1992

Fuente: Associazioni italiane della circoscrizione consolare di Mar del Plata con sede a Mar del Plata, Consolato d’Italia, 2004.

A lo largo de un siglo (1860 – 1970), Argentina recibió cerca de 3.000.000 de italianos entre los cuales 2.000.000 ingresaron en la etapa masiva, 670.000 entre las dos guerras y 500.000 en el primer decenio de la segunda posguerra. Tal como señalan los censos nacionales, para todo un siglo (1869-1970) en ningún momento los italianos fueron inferiores numéricamente respecto a otros grupos migratorios.

 

Cuadro 3. Población del Partido de General Pueyrredon según Censos Nacionales

Año Población total Extranjeros % extranjeros sobre población Italianos % italianos sobre población
1895 8.175 3.220 40% 1.288 15,7%
1914 32.940 15.495 47% 5.931 18%
1947 114.729 26.070 21% 10.450 9,1%
1960 224.824 40.270 18% S/d S/d

Fuente: elaboración de la autora sobre la base de los Censos Nacionales de 1895, 1914, 1947 y 1960.

La llegada de italianos e italianas a la ciudad siguió las etapas migratorias a nivel nacional. Durante la llamada etapa masiva, entre fines del siglo XIX y hasta 1910 aproximadamente, el origen regional de los migrantes italianos era preponderantemente del norte, sobresaliendo las regiones de la Lombardia, el Piemonte y el Veneto. En el período de entreguerras, este predominio septentrional fue reemplazado por el centro y el sur, específicamente por las regiones de Le Marche, Abruzzo y Molise y de la Campania, Puglia, Calabria y Sicilia. Por último, en la etapa de posguerra, el predominio fue absolutamente meridional.

 

Cuadro 4. Origen regional de los/as inmigrantes italianos/as

Etapas Regiones

Etapa Masiva

(1880-1914)

Lombardia, Piemonte y Veneto

Etapa de Entreguerras

(1920 – 1930)

Le Marche, Abruzzo, Molise, Campania, Puglia, Calabria y Sicilia

Etapa de Posguerra

(1947 – 1960)

Campania, Sicilia, Calabria, Molise y Abruzzo

 Fuente: elaboración de la autora.

 

Mapa 1. Regiones de Italia

Luego de los años 1960, Argentina no ofrecía las mismas posibilidades de trabajo que en las décadas anteriores, a lo que se sumaba el rápido proceso de reconstrucción de la posguerra que mejoró, en poco tiempo, la situación económica de gran parte de Europa. Debido a ello, el ingreso de italianos cayó considerablemente y, de esta manera, fueron perdiendo peso al confrontarlos con la población total de nuestro país, pasando de 4,9% en 1947 al 1,7% en 1980 (específicamente 786.000 a 489.000 personas), con una tendencia lógica a disminuir debido al progresivo envejecimiento y a la falta de nuevos aportes migratorios. Mar del Plata siguió esta misma tendencia. En el último censo nacional, de 2022 la ciudad registró un 3,10% de población extranjera de la cual el grupo de los italianos ocupa aún el primer lugar dentro de la población nacida en Europa.

A modo de cierre se puede afirmar que la inmigración italiana estuvo siempre presente en los 150 años de Mar del Plata. Esta presencia se puede percibir aún hoy en los apellidos de sus descendientes, en la arquitectura, en la música, en las artes plásticas, en las tradiciones gastronómicas y religiosas, en la toponimia, en las festividades y en actividades económicas como la pesca, la construcción, la hotelería y gastronomía o la industria textil tan características de la ciudad.

 

Foto 1. Tejiendo redes en la banquina. Puerto Mar del Plata (1948)

Foto 2. Familia italiana llegada a la ciudad en los años 1950. Plaza Colón, Mar del Plata (1960)

Foto 3. Fábrica de tejidos familiar. (Mar del Plata, años 1960)

Foto 4. Familia Favero – Parin procedente del Veneto a principios del siglo XX. (Mar del Plata, 1906)

Foto 5. Pasaporte de Felicia Manzo con sus hijos procedente de Duronia, Molise (1952)

Sostenibilidad urbana y valoración de los espacios verdes a los 150 años de Mar del Plata

Dra. Laura Zulaica y Dra. Clara Karis

CONICET / Instituto del Hábitat y del Ambiente, Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, Universidad Nacional de Mar del Plata.

laurazulaica@conicet.gov.ar

 

 

A nivel mundial, el proceso de urbanización alcanza una velocidad sin precedentes. En consecuencia, los países de todo el mundo han definido diversos esquemas para mitigar los efectos del proceso y mejorar la sostenibilidad de la urbanización (Zhou et al., 2015), que en América Latina y el Caribe parece difícil de ser alcanzada.

Esta región se caracteriza por rápidos cambios demográficos en los últimos 70 años que han tendido hacia la urbanización donde hoy en día más del 80% de la población vive en ciudades (Busso et al., 2023). De acuerdo con la misma fuente, en esta monumental transición, la región ha creado una variedad compleja y dinámica de ciudades que difieren considerablemente en tamaño y carácter.

Mas allá de esta diversidad, no hay dudas de que las ciudades de América Latina y el Caribe son las más desiguales del mundo (ONU-Hábitat, 2012) y muchas políticas tendientes a reducirlas se han ralentizado desde 2015 (CEPAL, 2016). Asimismo, los problemas ambientales surgen o se intensifican como consecuencia de los procesos de urbanización que generalmente carecen de políticas de gestión para prevenir, mitigar o corregir sus efectos cuyas consecuencias son muy dispares. Muchas de estas problemáticas se manifiestan en Mar del Plata y en ocasiones se han intensificado con el correr del tiempo.

Recuperar “la naturaleza” en las ciudades y los servicios que brinda, se asume como un desafío clave para reducir impactos ambientales negativos, proporcionar acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles, y apoyar los vínculos económicos, sociales y ambientales positivos entre las zonas urbanas, periurbanas y rurales fortaleciendo la planificación del desarrollo (Karis et al., 2024). Así, los espacios verdes permiten abordar múltiples problemáticas simultáneamente para proteger, restaurar y/o gestionar los ecosistemas aumentando su resiliencia y contribuyendo al bienestar humano.

En ese escenario, conmemorando los 150 años de la ciudad de Mar del Plata, nos preguntamos ¿qué es la sostenibilidad urbana? ¿cuál es el rol de los espacios verdes? En primer lugar, nos proponemos brindar algunas conceptualizaciones importantes en el contexto actual. Luego, intentaremos destacar el rol que poseen los espacios verdes para alcanzar metas de sostenibilidad urbana y finalmente, indagaremos en la situación de los espacios verdes de Mar del Plata y en la valoración otorgada por los marplatenses.

 

La sostenibilidad urbana

Rees (2001) afirma que la sostenibilidad de las ciudades no se reduce sólo al ámbito urbano, sino que está ligada a la integridad de las áreas externas que dependen directa o indirectamente de ellas. Asimismo, la urbanización además de afectar el ambiente local incide en su entorno mediante la explotación de los recursos naturales como motor de la economía urbana (Michael et al., 2014), generando y acentuando procesos de vulnerabilidad socioambiental.

Las conceptualizaciones acerca de la sostenibilidad urbana no están exentas de debate, aunque existe cierto consenso acerca de las dimensiones que debe contener el desarrollo urbano sostenible: ecológica; económica; socio-cultural y política (Fernández et al., 1999; Guimarães, 2003; Mori y Christodoulou, 2012).

Asumiendo esta perspectiva multidimensional del concepto, organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo en el marco de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (BID, 2014) definen a la “ciudad sostenible” como aquella que ofrece alta calidad de vida a sus habitantes, minimiza sus impactos al medio natural y cuenta con un gobierno local con capacidad fiscal y administrativa para mantener su crecimiento económico y para llevar a cabo sus funciones urbanas, con participación ciudadana.

Más recientemente, entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) definidos en la Cumbre para el Desarrollo Sostenible celebrada en 2015 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el ODS 11 propone lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. En dicha Cumbre se aprobó la Agenda 2030 tendiente a disminuir la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia y hacer frente al cambio climático.

En esa misma línea, en 2016 se aprobó la Nueva Agenda Urbana adoptada en Hábitat III celebrada en Quito que funciona como un acelerador de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el ODS 11, con el fin de proporcionar un marco integral para guiar y dar seguimiento a la urbanización en todo el mundo.

 

Los espacios verdes en las metas de los ODS

En relación con el ODS 11, el Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2023 afirma que, en 2022, apenas la mitad de la población urbana mundial tenía acceso al transporte público. Por su parte, el crecimiento urbano descontrolado, la contaminación atmosférica y la escasez de espacios públicos abiertos persisten en las ciudades. Asimismo, sostiene que para alcanzar las metas previstas para el ODS 11, los esfuerzos deben centrarse en aplicar políticas y prácticas de desarrollo urbano inclusivo, resiliente y sostenible que den prioridad al acceso a los servicios básicos, a la vivienda a precios asequibles, al transporte eficiente y a los espacios verdes.

Los espacios verdes conforman un eje central en las metas de sostenibilidad urbana. De hecho, la meta 11.7 de la Agenda 2030 propone, entre otras cuestiones, proporcionar acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles. Estos espacios no sólo se valoran por su contribución al bienestar humano sino también por sus funciones de mitigación de los efectos del cambio climático.

En las ciudades actuales, los espacios verdes públicos adquieren un rol central en la calidad de vida de sus habitantes. Por lo tanto, debieran incluirse en las políticas públicas en materia de planificación de la Infraestructura Verde para garantizar un acceso equitativo potenciando el bienestar que brindan a la sociedad. En ese sentido, la Infraestructura Verde, concepto superador al de espacios verdes, puede definirse como el conjunto de las redes naturales, seminaturales y artificiales de múltiples sistemas ecológicos multifuncionales, alrededor y entre áreas urbanas, en todas las escalas espaciales (Tzoulas et al., 2007). El hecho de considerar dichas redes como un tipo de infraestructura implica cambiar la percepción acerca de los espacios verdes a partir de considerar los beneficios que brinda para mantener la calidad de vida de la población.

 

Los espacios verdes en Mar Plata

En función de lo anterior, consideramos preguntarnos ¿cómo es la situación de los espacios verdes de Mar del Plata? ¿persisten diferencias en el acceso en distintos barrios de la ciudad? ¿cuáles son los valores que los marplatenses otorgan a los espacios verdes? Para intentar responder a estar preguntas, partimos de trabajos recientes (Karis y Zulaica, 2024; Karis et al., 2024), que brindan algunas pistas para profundizar en el conocimiento de este tema.

La ciudad de Mar del Plata no cuenta con una estrategia específica para su Infraestructura Verde, pero existen algunos antecedentes en la planificación y gestión de sus componentes a partir de la década de 1930, cuando las intervenciones sobre el territorio y la ciudad comenzaron a ser progresivamente orientadas, dentro de los ámbitos administrativos, por la actividad de profesionales del urbanismo (Bruno, 2002).

En estudios actuales (Karis et al., 2024) se señala que los espacios verdes de Mar del Plata pueden ser clasificados de acuerdo con su tamaño. Los de mayor superficie son el Parque Camet, el Parque Municipal de Deportes también conocido como “Polideportivo Municipal” y las Lagunas de Punta Mogotes. Luego, existen plazas y parques de menor extensión que pueden subdividirse en dos grupos. Por un lado, las plazas y parques de mayor tamaño (entre 3,5 y 10 ha) que, en general, ocupan la superficie de cuatro manzanas y se localizan en el área urbana central. En este grupo se encuentran las plazas fundacionales de Mar del Plata: España, Colón, San Martín, Mitre, Peralta Ramos, Rocha y Pueyrredón. Por otro lado, existen plazas barriales de extensión menor a 3,5 ha, que suelen ocupar la superficie de una manzana.

Al analizar la superficie de los espacios verdes en relación a la cantidad de habitantes, se advierte que, el área urbana no alcanza el mínimo de 9 o 10 m2 por habitante recomendados por gran parte de las iniciativas y sistemas de indicadores urbanos, mientras que el periurbano y la zona de interfaz urbano-rural costera, con bajas densidades de ocupación, lo supera ampliamente. En relación con la accesibilidad, el 21,26 % de la población vive a menos de 750 m de un parque o plaza de entre 3,5 y 10 ha y el 51,96% a menos de 300 m de una plaza barrial de entre 0,1 y 3,5 ha. En cambio, la cobertura que ofrecen los parques grandes y las áreas de reserva natural (la Reserva Natural Laguna de los Padres, la Reserva Natural del Puerto de Mar del Plata y la Reserva Turística y Forestal Costanera Sud) alcanza un 83,22% de la población, considerando la cantidad de habitantes viviendo a menos de 4.000 m de uno de estos espacios. Finalmente, se advierte que sólo 7,9% de la población del área tiene cobertura simultánea de los tres tipos de espacios verdes analizados (Karis et al., 2024).

De esta manera, la disponibilidad y características de los espacios verdes es diferente en el área urbana central, en el área urbana asociada al crecimiento en forma anular y en los espacios periurbanos y de interfaz urbano rural (Figura 1). En este sentido, en el área urbana central la población habita en proximidad a espacios verdes públicos de diferente tamaño y con alta diversidad de mobiliario y equipamiento (deportivo, juegos para niños, etc.). A su vez, son espacios con facilidades de acceso y estado de mantenimiento adecuados.

 



Figura 1. Ubicación y delimitación del área analizada
Fuente: Karis y Zulaica (2024).

 

Bordeando el área central, se extiende un anillo en el que los espacios verdes son de menor extensión y con menor diversidad en términos de mobiliario y equipamiento. En comparación con el área urbana central, estos espacios registran algunas deficiencias en las condiciones de accesibilidad y mantenimiento.

Finalmente, los espacios verdes públicos en el periurbano y en las áreas de interfaz urbano- rural presentan condiciones más críticas de accesibilidad y mantenimiento. Sin embargo, son relativamente heterogéneas en términos de diversidad de mobiliario y equipamiento.

A su vez, al interior de cada área pueden definirse unidades con características diferentes que han sido conceptualizadas como unidades de paisaje (Figura 2). La recolección de datos considerando estas unidades permite obtener una mirada amplia de los valores que los marplatenses otorgan a los espacios. La Figura 2 muestra la localización de los espacios verdes públicos existentes en el área analizada sobre la base de las unidades de paisaje definidas, distinguiendo en color verde aquellos que fueron relevados a través de encuestas (Karis y Zulaica, 2024).

 



Figura 2. Localización de los espacios verdes públicos relevados a través de una encuesta sobre las unidades de paisaje.
Fuente: Karis y Zulaica (2024).

 

En primer lugar, a fin de dar cuenta de la valoración de los espacios verdes se indaga acerca de las actividades más frecuentes que realizan quienes respondieron. Al comparar las respuestas obtenidas en las tres zonas del área analizada, se registran variaciones. En el área urbana central, la actividad predominante fue descansar y realizar actividades de relax (26%). Por otro lado, la respuesta más frecuente en las otras dos zonas fue acompañar a niños (47%).

Respecto de los valores otorgados respecto de las sensaciones experimentadas (Figura 3), se observa que, en los tres sectores del área analizada, la sensación más frecuente es la tranquilidad. Sin embargo, existen algunas diferencias en la importancia que adquieren otras respuestas en las tres localizaciones. Entre ellas, las ideas asociadas a las costumbres y los recuerdos son relativamente más frecuentes en el área urbana central. Por otro lado, las sensaciones negativas asociadas a la inseguridad y a la falta de mantenimiento de los espacios son más relevantes en el anillo urbano. En tanto, la conexión con la naturaleza alcanza mayor relevancia en el periurbano y sector de interfaz urbano rural costero.

 



Figura 3. Sensaciones experimentadas en los en espacios verdes públicos.
Fuente: Karis y Zulaica (2024).

 

Finalmente, analizar las principales características del espacio verde que motivaron la visita, permite dar cuenta del valor que se le otorga. En función de ello, se observa que la mayoría de las personas en las áreas periurbanas y en la zona costera identificó como características más importantes el arbolado y la vegetación. 

 

Comentarios de cierre

Los espacios verdes públicos, entendidos como componentes de la Infraestructura Verde adquieren un rol central en las metas hacia los ODS. En un contexto de urbanización creciente, estos espacios presentan un rol clave para el bienestar de población y en sostenibilidad de las ciudades. En Mar del Plata, sus valores son reconocidos, mostrando diferencias en las distintas zonas. En términos generales, las actividades más valoradas se vinculan con interacciones físicas y vivenciales con el entorno (recreación, encuentro, interacción social y contemplación de la naturaleza).

La concurrencia habitual se relaciona con la tranquilidad del sitio, el arbolado, la vegetación y la cercanía a su lugar de residencia o trabajo. En concordancia con ello, las sensaciones más frecuentes son la tranquilidad, la conexión con la naturaleza y el bienestar general que derivan de las interacciones con el entorno natural. Se destacan además, valores asociados con la conexión con otras personas, las costumbres y los recuerdos que dan cuenta del sentido de identidad y pertenencia.

Recuperar estos valores para planificar la ciudad y sus áreas verdes supone un reto para alcanzar objetivos de sostenibilidad urbana en los 150 años de nuestra ciudad.

 

Referencias

 BID (2014). Guía metodológica; Iniciativa Ciudades Emergentes y Sostenibles (segunda edición). Banco Interamericano de Desarrollo.

Bruno, P. (2002). Capítulo II: Ciudad-hombre-naturaleza: ideas y planes del urbanismo científico. En Construcción de paisajes. Transformaciones territoriales y planificación en la región marplatense. 1930-1965 (pp. 35-56). Mar del Plata: Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño. Universidad Nacional de Mar del Plata.

Busso, M.; Carrillo, P. E. & Chauvin, J. P. (2023). Repensar la migración urbana: opciones de políticas para las ciudades de América Latina y el Caribe. Banco Interamericano de Desarrollo.

CEPAL -Comisión Económica para América Latina y el Caribe- (2016). Horizontes 2030: La Igualdad en el Centro del Desarrollo Sostenible. Trigésimo sexto período de sesiones de la Cepal. Santiago de Chile: Naciones Unidas.

Fernández, R., Allen, A., Burmester, M., Malvares Míguez, M., Navarro, L., Olszewski, A. & Sagua, M. (1999) Territorio, Sociedad y Desarrollo Sustentable. Estudios de Sustentabilidad Ambiental Urbana. Buenos Aires, Espacio Editorial – Centro de Investigaciones Ambientales, FAUD, UNMdP.

Guimarães, R. (2003). Tierra de sombras: desafíos de la sustentabilidad y del desarrollo territorial y local ante la globalización corporativa, Nº 67. Santiago de Chile: CEPAL, Serie Medio Ambiente, División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos.

Karis, C. & Zulaica, M. (2024). Los espacios verdes como determinantes de la calidad de vida en áreas urbanas y periurbanas: análisis de usos y preferencias en una ciudad intermedia argentina. Investigaciones Regionales – Journal of Regional Research, en prensa.

Karis, C., Mujica, C., Molpeceres, C. & Zulaica, L. (2024). Sostenibilidad urbana: diagnóstico de la Infraestructura Verde en Mar del Plata y su entorno. Mar del Plata: Mar del Plata Entre Todos.

Michael, F.L., Zainon Noor, Z. & Figueroa, M.J. (2014). Review of urban sustainability indicators assessment e Case study between Asian countries. Habitat International, 44, 491-500.

Mori, K. & Christodoulou, A. (2012). Review of sustainability indices and indicators: Towards a new City Sustainability Index (CSI). Environmental Impact Assessment Review, 32, 94-106.

ONU-Hábitat (2012). Estado de las ciudades de América Latina y el Caribe: Rumbo a una nueva transición urbana. Río de Janeiro: Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos.

Rees, W.E. (2001). The conundrum of urban sustainability. In: Devuyst D, Hens L, De Lannoy W, editors. How Green Is the City? Sustainability Assessment and the Management of Urban Environments (p. 37–42). New York: Columbia University Press.

Tzoulas, K., Korpela, K., Venn, S., Yli-pelkonen, V., Ka, A., Niemela, J. & James, P. (2007). Promoting ecosystem and human health in urban areas using Green Infrastructure: A literature review. Landscape and Urban Planning, 81(3), 167-178.

Zhou, J., Shen, L., Song, X. & Zhang, X. (2015). Selection and modeling sustainable urbanization indicators: A responsibility-based method. Ecological Indicators, 56, 87-95.

 

La Avenida Constitución en el 150° aniversario de Mar del Plata: su transformación espacial y funcional

Profesor en Geografía, Gianfranco Policastro

GEOT-CIGSA-FHum-UNMdP

gianfrancopolicastro@mdp.edu.ar 

La ciudad de Mar del Plata ha transitado distintas etapas desde su fundación en el año 1874 por Patricio Peralta Ramos hasta la actualidad. Lejos quedaron los tiempos de aquel complejo saladeril ubicado en la zona de Punta Iglesias, así como también los años de su posterior transformación en una villa balnearia frecuentada por la elite porteña que la dotó de un estilo arquitectónico que emulaba al de las ciudades francesas (Medina, 2009), lo que le valió el apodo de la “Biarritz Argentina” (Bouvet et al., 2005). Hacia 1940 comenzó a cobrar mayor relevancia el turismo de masas, el cual entraría en crisis durante el último cuarto de siglo XX (Cicalese, 1999) hasta llegar a la actualidad, donde la ciudad se ha reconvertido en un importante centro turístico con una oferta variada, accesible para los diferentes estratos sociales y que continúa ostentando el título de principal destino turístico del litoral argentino.

A la par de esta dinámica también se han hecho notar las transformaciones de distintos sectores de la ciudad, como por ejemplo la reubicación del primer puerto y de la terminal de ómnibus de larga distancia, el auge de los hoteles y servicios complementarios, las mejoras en las vías de comunicación, y la evolución por ejemplo de las calles Güemes, Alem, San Juan o la Avenida Constitución hasta convertirse en modernos polos gastronómicos y/o comerciales.

De todas ellas, la Avenida Constitución guarda una historia especial que trasciende hasta nuestros días. Apodada la “avenida del ruido”, convocaba a miles de jóvenes en los años sesenta y setenta del siglo XX quienes al caer el sol se movilizaban hacia allí para disfrutar de la noche marplatense en alguna de sus características boîtes”, nombre que se le daba a las confiterías bailables de la época. Actualmente, esta avenida se ha convertido en un centro neurálgico de la actividad comercial, gastronómica y de esparcimiento concurrida diariamente por miles de personas de diferentes rincones de la ciudad. En el marco del 150° aniversario de “La Feliz”, resulta interesante realizar un análisis geográfico e histórico sobre esta importante arteria de la ciudad, que tan poca trascendencia ha tenido en la bibliografía académica local hasta nuestros días para tratar de explicar y comprender su devenir actual.

Ubicada al norte de la ciudad, la Avenida Constitución les da la bienvenida a los turistas que arriban a la ciudad por la Ruta N°2, principal vía de comunicación con la Capital Federal. No obstante, el paisaje que la avenida ostentaba en la década de 1950, caracterizado por una calle pavimentada y angosta rodeada de frondosos árboles y algunas construcciones, ha sufrido una transformación considerable. Donde hoy encontramos restaurantes y comercios frecuentados por los residentes de la zona antes se encontraban “night clubs” o boîtes (Sebreli, 1970). Ye-Ye, Beduino’s, del 40, Notte, Canela, Zeus, Banana, El Castillo, Enterprisse, Xanadú, son sólo algunos de los nombres de estos clubes que resonaban entre 1970 y 1980 y que se extendían a lo largo de la avenida, desde la Ruta N°2 hasta la costa (Figura 1).

 

Figura 1: Localización de las boîtes de la Av. Constitución en 1974

Fuente: Fotos de Familia N°10.666, Diario La Capital.

 

El auge de esta avenida se dio en paralelo al cambio en las formas de diversión de los jóvenes de aquel entonces. Es menester aclarar que la forma de disfrutar la noche marplatense que hoy presenciamos en bares y boliches de la zona de Playa Grande o Alem es completamente diferente a la de antes. Varias décadas atrás, salir a bailar era sinónimo de asistir a los bailes con progenitores o hermanos quienes aguardaban apaciblemente en sillas a un costado de la pista, por lo que los acercamientos entre parejas eran cuanto menos difíciles e incómodos. Ya en 1970, surgieron las primeras boîtes, confiterías bailables en donde los jóvenes asistían sin la atenta mirada de sus padres, dando lugar a un nuevo escenario para la diversión. Ya fueran residentes o turistas, adolescentes o adultos, se congregaban al anochecer en estas “confiterías bailables” ubicadas casi en su totalidad sobre esta avenida, en las cuales hasta la década de 1980 era requisito acudir en parejas para poder ingresar. Todo esto le otorgaba una cualidad distintiva que convertía esta avenida en un exponente de la noche marplatense.

Pero este período de auge nocturno de la Avenida Constitución dio paso con el correr del tiempo a una crisis de la que le fue imposible recuperase. Poco a poco, y a causa de diversos motivos, estas confiterías fueron desapareciendo hasta que en la década pasada sólo quedaban tres remanentes: Sobremonte, Chocolate y Gap, las cuales corrieron la misma suerte que sus predecesores siendo Sobremonte el último en cerrar sus puertas en enero de 2019. En la actualidad, a lo largo de la avenida encontramos oficinas, restaurantes, paseos comerciales, sucursales bancarias y otros servicios en donde antes se ubicaban estas discotecas.

El desencadenante de estos cambios en el uso de suelo no está claro; no obstante, aquí se tratará de arrojar algo de luz sobre el asunto. Como sostiene Cicalese (1999), la ciudad de Mar del Plata supo ser el principal centro veraniego del país pasando de recibir alrededor de un millón de turistas en 1950 a unos dos millones y medio en la primera mitad de 1970 gracias en parte a la proximidad espacial con la ciudad de Buenos Aires, principal emisora de turistas del territorio. Con el modelo aperturista que se inicia en la segunda mitad de 1970, comienza a producirse un leve pero sostenido descenso en el número de turistas que arriban a la ciudad, sumado a un creciente deterioro de su capacidad de gasto. Esta merma en el arribo de turistas se potenció aún más en la década de 1990 y alcanzó su pico en el año 2001, lo que, sumado a las condiciones financieras desfavorables, pudo haber sido uno de los motivos que ocasionara una merma en la concurrencia a estos sitios de esparcimiento nocturno asentados sobre la Avenida Constitución.

Por otra parte, la expansión de la urbanización hacia este sector de la ciudad es otro de los posibles motivos. Originalmente, la gran mayoría de las boîtes de la ciudad se asentaban sobre esta avenida por su lejanía del centro de la ciudad y de las zonas residenciales, lo que generaba un ambiente propicio para la proliferación de este tipo de emprendimientos. Si bien por aquel entonces ya existían algunas residencias estables en los alrededores de la avenida, el crecimiento demográfico atravesado por la ciudad en el transcurso de los años hizo que cada vez más y más residentes comenzaran a asentarse en los alrededores de la avenida. Como es lógico pensar, este crecimiento residencial en torno a la avenida no solo no era compatible con los ruidosos night clubs de la zona, sino que además comenzó a demandar mayor presencia de servicios y comercios para satisfacer las necesidades de los nuevos residentes. Por ende, se fueron asentando con el tiempo negocios comerciales y de prestación de servicios que modificaron el paisaje de este sector. Cabe aclarar que esto no sucedió de la noche a la mañana, ya que durante un cierto tiempo el cierre de los night clubs generó un abandono generalizado de la avenida, hasta que finalmente se instalaron en la zona diversos emprendimientos comerciales y de servicios que comenzaron poco a poco a cubrir las demandas de los residentes.

Desde fines de 1990 y hasta la actualidad, se observa que la nocturnidad se ha desplazado a calles como Hipólito Irigoyen, Güemes, Alem y el sector de Playa Grande con el desarrollo de bares, pubs y confiterías bailables. Esto hizo que, por un lado, el nicho generado por las boîtes de la Avenida Constitución se perdiera, puesto que ahora existían otros espacios de ocio nocturno lo que generó un descenso paulatino de la afluencia de jóvenes a la “avenida del ruido”, y por el otro, que estos nuevos polos de esparcimiento nocturno (favorecidos por la reglamentación municipal) fueran cobrando cada vez más relevancia al tiempo que las boîtes de la Avenida Constitución se iban sumiendo en una lenta crisis de la cual les sería muy difícil (sino imposible) salir. La gran mayoría cerró sus puertas, y solo permanecieron operativas al menos hasta el año 2010 GAP, Chocolate y la reconocida Sobremonte. A continuación, se presenta un extracto de una nota realizada al dueño de la discoteca “Chocolate” en el año de su cierre definitivo, el cual manifiesta las ventajas que poseen los centros de esparcimiento nocturno ubicados en otras zonas de la ciudad en comparación con los ubicados sobre la Avenida Constitución:

“[¿Por qué cerró Chocolate?] Porque la nocturnidad sufrió un cambio de zona (Playa Grande) y los bares dejaron de serlo transformándose de a poco en locales bailables. Por otro lado, la ley de nocturnidad afecta solamente a discotecas ‘habilitadas como tales’ quedando exceptuadas de la ley, las zonas de Playa Grande e Hipólito Yrigoyen, dado que en esos lugares no se permite la radicación de negocios bailables a pesar de que se baile. De este modo, la ley no es pareja para todos. Un joven que quiere ir a bailar a Constitución debe llegar antes de la 1.30 am, de lo contrario no puede ingresar a la disco. En cambio, en Playa Grande no hay reglamentación para horario de entrada y se baila en lugares no habilitados para tal fin.” (Diario La Capital, 08 de junio de 2010)

Si bien los motivos no están del todo claros, lo cierto es que la transformación de la avenida fue elocuente. La creciente urbanización de los barrios aledaños a la avenida conllevó a un aumento en la provisión de servicios para los nuevos inquilinos. Así, se fue gestando un corredor comercial y de servicios (Peri, 2011) que cuenta con comercios especializados de proximidad, sedes bancarias, entre otros que continúa creciendo hasta nuestros días y logra configurar a la región como una “nueva centralidad” que alberga multiplicidad de usos de suelo y de actividades en toda su extensión.

En la Figura 2 se puede observar una pequeña muestra de la evolución acontecida en más de medio siglo de historia de la “avenida del ruido”. Las imágenes de la columna izquierda corresponden a los predios donde en la década de 1960-1970 se erigían algunas de las boîtes, mientras que en la columna derecha encontramos el uso que en la actualidad se le está dando al predio en cuestión. Podemos observar la boîte “Pancho Freddy” en la esquina de Pasteur y la Avenida Constitución (Fig 2, a), inaugurada en el año 1956 que se convirtió de esta forma en la primera de la avenida y en donde actualmente se encuentra la parrilla y resto “Faustila” (Fig 2, b).

Otro ícono de la década del sesenta fue “Mary Poppins”, emplazada en la avenida Constitución 5205 esquina Roldán. En la misma avenida al 5528 y en la misma década abrió sus puertas la boîte “Banana”, confitería construida bajo nivel (a modo de sótano) aunque en su parte superior no había edificación alguna, y donde tocaban reconocidas bandas de la época.

A su vez, en la vereda par de la avenida entre las calles Chubut y Vicente López y Planes se ubicaban tres boîtes sumamente concurridas, a saber: Notte (Fig 2, c), Matokos (Fig 2, e) y Zeus (Fig 2, g), las cuales se encontraban lindantes una con la otra. En la actualidad, allí se encuentran, respectivamente, una confitería (Fig 2, d), una serie de comercios (Fig 2, f), y la iglesia “Sembrando Vida” (Fig 2, h). En la intersección de las avenidas Constitución y Carlos Tejedor existía en la década de 1970 la confitería “Carrousel”, en cuyo predio funciona hoy una pinturería. Esta confitería se popularizó por su pista giratoria, que se elevaba mientras los jóvenes bailaban al ritmo de la música de la época. A tan solo dos cuadras de esta última, pero sobre la avenida Tejedor en su intersección con la calle López de Gomara (ex calle 24), se hallaba emplazada desde la década de 1950 la confitería “Tajamar” propiedad del músico y compositor Osvaldo Fresedo y donde hoy se erigen un complejo habitacional.

A pocas cuadras, en la intersección de José Ingenieros y la Avenida Constitución, se encontraba Sunset (Fig 2, i), cuyo predio hasta no hace mucho supo ser un local de venta de zapatillas y ahora se encuentra en alquiler (Fig 2, j). Finalmente, uno de los íconos de la avenida era la famosa Enterprisse (Fig 2, k), conocida por algunos como el “Plato Volador”, construida en la intersección de la Avenida Constitución y Daireaux en la década de 1960 con un diseño arquitectónico innovador para la época y que se mantuvo en pie hasta inicios de siglo, cuando fue demolida. Su diseño futurista revolucionó el estilo de la época, atrayendo a partidarios y detractores pero convirtiéndose sin dudas en uno de los edificios más emblemáticos de la avenida. Hoy en día, allí se encuentran una farmacia y un centro de atención médica (Fig 2, l).

 

Figura 2: Evolución temporal de la avenida constitución (1960/1970 – 2024)

Fuente: Elaboración propia en base a imágenes de archivo personal (2024) y “Fotos de Familia” del Diario La Capital.

 

En la década de 1980 encontramos también otros edificios que quedaron en la memoria de los marplatenses como el restaurante “Los Viejos Vagones” (Figura 3), ubicado en la esquina de la avenida Constitución y Benito Juárez, lindante con la boîte “Banana”. Los dos vagones que conformaban dicho restaurante se encontraban ubicados sobre rieles y durmientes, y habían pertenecido a la línea Roca. Cuando el restaurante dejó de funcionar, los vagones fueron retirados y trasladados a la provincia de San Juan, existiendo hoy en su lugar una franquicia de una reconocida cervecería. En esa misma década funcionaba también otra icónica boîte llamada “El Castillo”, cuya construcción emulaba una fortificación medieval, ubicada en la avenida Constitución 5815, esquina Ortega y Gasset.

 

Figura 3: Restaurante “Los viejos vagones”

Fuente: “Fotos de Familia” del Diario La Capital, foto N°8723.

 

Lo esbozado hasta aquí no hace más que evidenciar el cambio experimentado en la Avenida Constitución, pasando de ser una arteria eminentemente destinada al ocio y al esparcimiento nocturno entre las décadas de 1960 y 1980 a convertirse en la actualidad en un centro neurálgico que alberga una multiplicidad de comercios y servicios para satisfacer las demandas de los marplatenses y sobre todo de los residentes de la zona. Como vemos, los desencadenantes que promovieron esta transformación espacial y funcional son diversos.

Lo que supo ser la “avenida del ruido”, famosa en la noche marplatense por la concurrencia de jóvenes y celebridades hoy ha dado paso a una avenida rebosante de comercios y servicios, en cuyos alrededores se encuentran barrios residenciales y que nos brinda una imagen completamente diferente a la de aquellas noches de verano de los setenta cuyos recuerdos aún perduran en la memoria de quienes tuvieron el agrado de disfrutarlas. El futuro de esta avenida es incierto, no obstante, es de esperase que se produzcan nuevas modificaciones en los usos de suelo tal y como ha sucedido (y aún continúa sucediendo) no solo en la propia avenida sino en toda Mar del Plata.

 

Agradecimientos

A mis padres, familiares y conocidos cuyos testimonios fueron claves para la reconstrucción de las localizaciones de estos establecimientos bailables y de los hábitos de la época. También quiero agradecer al espacio brindado por el Observatorio Ciudadano, Político y Electoral (OCPE) perteneciente a la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata por la publicación de este documento.

 

Bibliografía

Bouvet, Y.; Desse, R.; Morell, P.; Villar, M. D.  (2005). Mar del Plata (Argentina): la ciudad balnearia de los porteños en el Atlántico suroccidental. Investigaciones Geográficas (Esp), (36), 61-80.  Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=17603604

Cicalese, G. (1999). La implantación del modelo económico aperturista en los 70 y la crisis del turismo masivo en la ciudad de Mar del Plata, 1976-1987. Comunicación presentada en II Jornadas de Historia Económica, Montevideo [URY], 21-23 julio 1999. Disponible en: http://nulan.mdp.edu.ar/1442/

Diario La Capital, “Por los cambios en el manejo de la nocturnidad, cerró Chocolate”, 08 de junio de 2010. Disponible en: http://www.lacapitalmdp.com/noticias/La-Ciudad/2010/06/09/146987.htm

Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°5432. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/5432

Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°7393. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/7393

Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°8102. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/8102

Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°8723. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/8723

Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°9121. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/9121

Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°10.008. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/10008

Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°10.666. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/10666

Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°12.089. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/12089

Medina, D. (2009). Mar del Plata, desarrollo urbano e imaginarios vinculados. UNMDP. Mar del Plata, pp 13-27.

Peri, L. V. (2011). Nuevas centralidades del ocio y el consumo: Ámbitos, modalidades e instrumentos de regulación de las grandes superficies comerciales en la Región Metropolitana de Buenos Aires. Revista Iberoamericana de Urbanismo, 01 Marzo 2011, núm. 5, pp. 31-44. Disponible en: http://hdl.handle.net/2099/12498

Sebreli, J. J. (1970). Mar del Plata, el ocio represivo. Ed. Tiempo Contemporáneo, Bs. As.

Mar del Plata: 150 años de transformaciones arquitectónicas y urbanas

Dra. Lorena M. Sánchez[1] y Dra. Mariana Fernández Olivera[2]

Los recién cumplidos 150 años de Mar del Plata han generado un sinfín de eventos, publicaciones temáticas y productos asociados. El cumpleaños lo amerita; desde 1874 la ciudad, históricamente joven, continúa mostrándose y convocando a turistas nacionales e internacionales.

En este transcurso y en relación con su caracterización turística, se ha transformado permanentemente. Casi a modo de oxímoron, su persistencia se ha asentado en el cambio. Así, esta permanencia cambiante ha generado una ciudad móvil, en donde su patrimonio resulta el principal testimonio material de cada metamorfosis acontecida.

Desde su nacimiento, el estudio de los procesos sociomateriales ha procurado acercar nombres y caracterizaciones en los puntos de inflexión reconocidos. Es posible registrar transiciones desde su condición original como puerto-saladero, su evolución hacia una villa balnearia de grupos económicamente privilegiados, su apertura como ciudad balnearia, el avance hacia una ciudad de masas y el progreso hasta su actual condición multifacética y fragmentada.[3] De acuerdo con cada capa histórica, los testimonios arquitectónicos y urbanos que perviven, atestiguan las transformaciones y los valores pasados y presentes. Esos testimonios, o bienes patrimoniales, constituyen huellas para comprendernos y entender la ciudad que construimos.

Entre los diversos legados que subsisten, resulta de interés observar lo acontecido con aquellos que forman los paisajes identitarios locales. La condición costero-marítima desde la cual se forjó la ciudad, entre el carácter productivo pesquero y el turístico balneario, gestó, no sin contradicciones, una diversidad de bienes característicos que constituyen eslabones claves de los entornos típicos marplatenses.

Así, las pequeñas y medianas viviendas pintoresquistas continúan destacándose en el interior de barrios como Stella Maris y La Perla, entre otros sectores de la ciudad. El pintoresquismo, corriente ecléctica de origen europeo, resultó particularmente apropiado para su reinterpretación local debido a múltiples factores. En este sendero, resultó propicio el despliegue de las premisas compositivas que aludían a las condiciones extraurbanas, a través del uso de la asimetría, el contraste de volúmenes y la exposición de materiales. Desde el carácter elitista a las progresivas versiones más modestas, el pintoresquismo residencial prevaleció durante la primera mitad del siglo XX. El paisaje conformado por estas viviendas distintivas en las otrora postales y que actualmente integran las más populares cuentas de Instagram, componen áreas de valor que testifican las transiciones entre la villa balnearia y la ciudad que forjó horizontes más amplios.

En paralelo y más escondidas a las miradas desatentas, en el interior del fotografiado Puerto sobreviven casillas de madera y chapa de los inicios portuarios a principios del siglo XX. Estas viviendas típicas fueron desarrolladas por la inmigración italiana que arribó a ese sector configurando, en su origen, un paisaje asimilable al de las películas norteamericanas del Far West. Su facilidad de armado, el bajo costo de construcción, la opción de ser trasladadas y su posibilidad de ampliación -al arribar nuevos familiares desde la tierra de procedencia-, fueron aspectos determinantes en su progreso. Junto con la labor pesquera, los testimonios fabriles y la identidad italiana, las casillas también han generado sectores que atestiguaron -y atestiguan- la original identidad productiva de la ciudad. Así, esta arquitectura industrial, desde las viviendas hasta los establecimientos fabriles, configuraron entornos de valor que todavía expresan formas de producir y vivir coligadas.

Sin embargo, las diversas piezas que componen estos entornos valiosos, se encuentran a la espera de un reconocimiento formal y por ende, de protecciones adecuadas: la necesidad de amparar áreas patrimoniales y de protegerlas, se vislumbra como un requerimiento urgente en esta ciudad cambiante.

Un ejemplo de esta necesidad lo constituye el borde costero, en especial la franja del barrio Stella Maris donde se enlaza el despliegue marítimo y el desarrollo residencial mediterráneo. El muestrario de operaciones pasadas y presentes en las que se ha impactado negativamente sobre el paisaje sedimentado, incluso con afectaciones indeseadas sobre el principal recurso de sol y playas en el que se ha apoyado el destino turístico de la ciudad, evidencia la necesidad de un marco regulador para un tratamiento de áreas frente a las operatorias individuales. Otro ejemplo lo constituye el barrio portuario, donde los procesos de cambio productivo-pesqueros y la falta de regulaciones preservacionistas, han desencadenado alteraciones, ampliaciones desacertadas y pérdidas irrecuperables de sus bienes residenciales y fabriles.

Por ello, la generación de áreas con sus coligados lineamientos guía hacia la intervención de sus bienes componentes, resulta uno de los mejores regalos para ofrecerle a la ciudad y sus ciudadanos. La subsistencia de segmentos paisajísticos asentados en bienes característicos, implican persistencias que ameritan protecciones creativas. En este sentido y desde una mirada diligente es posible repensar, en un marco de cambios negativos, intersticios de oportunidades. De esta forma, urge meditar sobre las maneras de actuar y los marcos preservacionistas a implementar en relación con el creciente interés inmobiliario en las arquitecturas de tiempos pasados.

En definitiva, entender, valorar y proteger el patrimonio local, con énfasis en los entornos que constituyen su memoria sociomaterial, continúa siendo una tarea pendiente. En este camino, deseamos que para su cumpleaños número 200 podamos brindar por la efectiva protección de sus paisajes urbanos históricos y los eslabones que lo componen, a través de áreas de valor, como parte de su presente y su futuro.

Figura 1. Imagen aérea actual y postal coloreada de mediados del siglo XX de diferentes sectores del barrio Stella Maris. Nótese la densidad de techos rojos en su interior, propios del legado pintoresquista.

Fuentes: https://www.instagram.com/imagenesaereasmdp/?hl=es e imagen N°5327 de https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/

Figura 2. Imagen aérea actual del puerto y fotografía de la década de 1920 donde se observa el interior del barrio portuario asimilable a un pueblo del Far West.

Fuentes: https://www.instagram.com/imagenesaereasmdp/?hl=es e imagen del Archivo General de la Nación  (Inventario 142901).

[1] Doctora en Arquitectura, Magíster en Intervención del Patrimonio Arquitectónico y Urbano y Arquitecta. Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) con sede de trabajo en el Instituto de Estudios de Historia, Patrimonio y Cultura Material de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Mar del Plata (IEHPAC, FAUD, UNMdP). Docente de grado y posgrado dentro de la mencionada universidad. E-mail: lorenasanchezarq@yahoo.com.ar

[2] Doctora en Arquitectura y Arquitecta. Becaria Posdoctoral del CONICET con sede de trabajo en el IEHPAC, FAUD, UNMdP. Docente de grado dentro de la mencionada universidad. E-mail: arqmfo@yahoo.com.ar

[3] Existen numerosas indagaciones en este sentido procesual, con enfoques desde miradas históricas materiales, sociales y culturales, destacándose los trabajos realizados por el Mag. Arq. Fernando Cacopardo y la Prof. Eliza Pastoriza, entre otros autores y autoras.

Los circuitos económicos de la pesca y la intermediación financiera en Mar del Plata

Derlis Parserisas

Dra. en Geografía

IGEHCS-CONICET-UNCPBA/CIG-FCH-UNCPBA

Cuando nos referimos a la ciudad de Mar del Plata e indagamos acerca de su papel en el contexto histórico regional y nacional, identificamos que la actividad turística, la industria textil y la pesca, se destacan entre las principales actividades de su economía urbana. Asimismo, el desarrollo de esas actividades ha involucrado necesariamente la intermediación de las finanzas en su funcionamiento. Esto implica que la circulación de dinero es prácticamente inherente a la realización de esas formas de trabajar y de producir, ya sea en forma de préstamos y/o de créditos, a través del pago de salarios mediante bancos o pagos de mercadería con dinero en efectivo o electrónico.

El principal puerto pesquero de Argentina se localiza en Mar del Plata. La pesca históricamente ha estado presente en la organización del espacio marplatense siendo responsable de generar flujos de producción y circulación en la región y en la escala internacional. Constituye una de las especializaciones territoriales productivas en la ciudad que es permeada por las finanzas. Sin embargo, podemos reconocer que existen diferentes formas de organización en la actividad pesquera, es decir, que no todos los actores involucrados tienen las mismas posibilidades de organización. Se pueden diferenciar dos circuitos económicos de la pesca, según los grados de capitales e inversiones que realizan, según las formas de organización del trabajo y en función del uso de tecnologías o innovaciones. Desde esa perspectiva podría reconocerse un circuito superior de la pesca vinculado a las grandes empresas responsables de todas las fases de la producción y, por otro lado, un circuito inferior integrado por las embarcaciones pequeñas y pescadores artesanales. La identificación de dos circuitos económicos permite comprender cómo en una misma rama de actividad existen distintas formas de organización y de usos del territorio. Aunque ambos circuitos, son interdependientes, se relacionan entre sí y son explicativos de los dinamismos de la economía urbana.

Las principales características que definen a las empresas del circuito  superior de la pesca son  el  grado  de  capitalización  y  la capacidad  de  realizar  innovaciones  tecnológicas  así  como  las  formas  de organización del trabajo. Esas firmas, además, se vinculan con las finanzas a través de las posibilidades de acceso a dinero bancarizado para el financiamiento de inversiones productivas, acceso a préstamos, adelantos en cuenta corriente y, mediante intermediación bancaria, para el pago de salarios.

En nuestra investigación realizada durante los años 2016 y 2017, una de las firmas entrevistadas, Solimeno, centralizaba la actividad productiva en dos grupos: por un lado, el trabajo en tierra que comprende a los barcos fresqueros y el procesamiento y, por otro lado, tienen un sistema que  consiste  en  la  pesca  y  procesamiento  a  través  de  barcos congeladores, donde se procesa todo a bordo y la mercadería viene preparada para su exportación. Esa capacidad técnica y organizacional de la empresa también implica el aprovechamiento de la capacidad de producción de las fábricas en tierra. Una parte  importante  de  la  mercadería  que  traen  los  barcos  congeladores  es  procesada en las plantas en tierra con el propósito de hacer productos más elaborados. Esa firma tiene dos líneas importantes de procesamiento de productos empanados: hamburguesas de pescado y bastones de merluza, se trata de productos pre-fritos y congelados preparados directamente para el consumo.

Es interesante mencionar que la empresa Solimeno no terceriza su actividad productiva, sino que todo el proceso se realiza en sus plantas de procesamiento en tierra y en los buques congeladores. Sin embargo, esta empresa se vincula con los actores del circuito inferior de la pesca, ya que algunas embarcaciones costeras pequeñas les venden sus capturas. Esa relación da cuenta de los nexos y las dependencias que existen entre los circuitos de la economía urbana.

La lógica corporativa está presente en la organización espacial de las empresas del circuito superior. Es decir que controlan la circulación de sus productos mediante el transporte vial, ferroviario y fluvial. Por ejemplo, usan la red vial para la distribución de sus productos en el mercado interno. Pero también el puerto y los sistemas de ingeniería asociados resultan fundamentales para la comercialización internacional. La vida de relaciones comerciales establecidas a partir de un punto de cristalización urbana como es el puerto, se extiende hacia comercios y puntos de venta, oficinas y bancos con presencia en la ciudad, pero con escalas de actuación regional y global.

Los flujos de mercaderías generados en torno al puerto de Mar del Plata permiten relaciones comerciales en el mercado internacional no sólo por parte de las empresas pesqueras sino también por firmas del circuito superior de otras ramas instaladas en ciudades de la región. Por ejemplo, la empresa canadiense McCain, cuya fábrica está instalada en la ciudad de Balcarce a 70 km. de Mar del Plata, desde el año 2016 comenzó a exportar a través del puerto de Mar del Plata quince contenedores por mes, cuyo destino principal es Brasil.

Es importante señalar que en las empresas del circuito superior de la pesca aproximadamente el 80% del pescado tradicional se comercializa en el mercado externo. Sin embargo, el 90% de los productos empanados elaborados (congelados que se pueden comprar en pollerías o granjas) se destinan al mercado interno. Lo cual explica también los cambios en los hábitos alimentarios de la población, en un contexto de aceleración y de consumo de comidas rápidas.

En la organización de la producción y comercialización de las empresas pesqueras del circuito superior la intermediación financiera es necesaria, fundamentalmente a través del servicio de “prefinanciación de exportaciones”.  Se trata de un servicio que brindan los bancos para el comercio exterior. Son préstamos en moneda extranjera otorgados con anterioridad al embarque de las mercaderías a ser exportadas, para financiar el proceso productivo y de acondicionamiento de las mismas. Otros servicios financieros que utilizan las grandes empresas son los préstamos para inversiones productivas, por ejemplo, para la compra de bienes de capital. Aunque son empresas que tienen posibilidades de financiarse con capitales propios.

En cambio, en Coomarpes (Cooperativa Marplatense de Pesca), otra de las empresas entrevistadas, señalaron que, además de las prefinanciaciones, se utiliza el préstamo bancario para realizar inversiones productivas. El banco Credicoop y el Banco de la Provincia de Buenos Aires son los que otorgan los principales préstamos. Asimismo, las grandes empresas realizan el pago de salarios a través de bancos. Por ejemplo, el convenio de pago de salarios, en las empresas entrevistadas, se realiza con los bancos privados Santander, Patagonia y Credicoop.

Otra condición de las grandes empresas pesqueras es que cumplen con normas de producción globales y nacionales necesarias en sus procesos de producción y exportación. La firma Solimeno, cumple con las normas Hazard de alimentación, que son aplicadas por Estados Unidos y la Unión Europea.

Además, existen normas nacionales como las del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). En las instalaciones del puerto funciona uno de los centros regionales de este organismo que controla las exportaciones de materias primas y la producción destinada al mercado interno.

Podemos reconocer otras formas de organización en el circuito de la economía urbana pesquera, por ejemplo, las denominadas “lanchas amarillas” con asiento en el puerto marplatense. Se trata de actores de la misma rama de actividad, la pesca, pero que poseen otras formas de organización y menor grado de capitalización que las grandes empresas, que podemos identificar como el circuito inferior de la pesca en la ciudad.

Una forma posible de identificar estas otras formas de trabajo pesquero es a través del tamaño de las embarcaciones. Las “lanchas amarillas” componen la flota costera menor y comparten el puerto de Mar del Plata con las demás embarcaciones pesqueras de mayor tamaño. Esas lanchas no han sufrido grandes modificaciones desde que fueron fabricadas, algunas hace más de 60 años y de acuerdo a su tamaño tienen una capacidad para embarcar entre 3 y 7 tripulantes. La mayoría de las embarcaciones está fabricada en madera y la capacidad de una lancha en un día de pesca es de 30 cajones, de aproximadamente 40 kilos cada uno.

Sin embargo, esta forma de organización del trabajo en la flota costera afronta diversos problemas en su existencia y organización. Uno de ellos que las lanchas amarillas, desde hace algunos años, deben competir con la flota de fresqueros de altura, los cuales tienen mayor capacidad de almacenamiento y estas flotas más grandes capturan mar adentro las especies que históricamente eran exclusivas de las “lanchas amarillas”. Se trata de uno de los motivos por los que ha disminuido la participación relativa de las lanchas amarillas en las capturas de los últimos años.

Hacia el año 2016 uno de los conflictos que se visibilizaba en el puerto y en la zona comercial aledaña era la obligatoriedad para todas las flotas pesqueras de que instalasen un sistema de posicionamiento satelital – conocido como Monpesat –,“a través del que se controlaría que no naveguen a un radio de más de 15 millas con epicentro en el Puerto de Mar del Plata y que no estén fuera más de 24 horas. Si bien la resolución tiene varios años, históricamente, a la flota amarilla se la venía exceptuando. De no lograr un paraguas para la actividad artesanal, «pasarse» de las 15 millas significaría para cada embarcación, tener que pagar una multa, pero mantenerse dentro de ese límite equivale a no tener qué pescar” (Diario La Capital de Mar del Plata, 2016). El establecimiento de esa normativa sin duda contribuyó a profundizar la situación compleja de estas embarcaciones costeras. Para el año 2020 solo quedaban 15 embarcaciones de ese tipo y, en enero de 2024, solo sobreviven 12 lanchas amarillas.

Figura 1. Visibilización del conflicto de las lanchas amarillas en el puerto y zona comercial, Mar del Plata, 2016

 

Fuente: fotografía de la autora, 2016.

El acceso a préstamos, como el financiamiento productivo con dinero bancarizado, es fundamental para los todos actores de la actividad pesquera. Sin embargo, se trata de algo complejo para los pescadores de la flota costera menor quienes deben utilizar otros mecanismos de financiamiento para su actividad, por ejemplo, para el abastecimiento de combustible. En las entrevistas realizadas los pescadores contaron que la empresa proveedora de gasoil, localizada en el puerto, financia el pago del combustible a las embarcaciones más pequeñas. Los pescadores propietarios tienen la posibilidad de entregar cheques como parte de pago y luego pagar el resto cuando concretan la venta de los pescados.

En cuanto a las ventas, algunos de los propietarios de embarcaciones de la flota costera venden sus capturas a empresas del circuito superior. Uno de los entrevistados, propietario de un barco mediano, vende sus capturas a frigoríficos de la ciudad, entre los que se encuentran, por ejemplo, Solimeno.

El papel de los intermediarios comerciales es central para completar el circuito espacial de producción de la flota costera menor, a la que pertenecen las lanchas amarillas. En Mar del Plata, la Cooperativa Marplatense de Pesca (Coomarpes) cumple un rol clave en la comercialización de la pesca procedente de las lanchas amarillas. La actividad principal es la administración de embarcaciones pesqueras, es decir, la empresa nace con esa finalidad bajo la figura de una cooperativa. Por otro lado, también realiza la comercialización e industrialización de la pesca. Esta segunda actividad es la que económicamente tenía más importancia al momento de la entrevista. El entrevistado, responsable del sector contable de la empresa, señala que se diferencian del resto de las cooperativas. Coomarpes es una cooperativa que tiene empleados contratados, y sus asociados son pescadores (son alrededor de 100 socios) que no tienen ningún tipo de régimen de relación de dependencia. Aunque no todas, muchas de las lanchas amarillas que están en el puerto son socias de la Cooperativa. Con respecto a los tipos de embarcaciones, en el año 2016, un 60% de los asociados tenían lanchas amarillas artesanales, los otros poseían lanchas más grandes.

Las embarcaciones asociadas a Coomarpes pueden realizar funciones de comercialización y también utilizar servicios ofrecidos por la empresa. Por ejemplo, se puede realizar en sus instalaciones parte del proceso de industrialización: fileteado, congelado, preparación y empaque para la comercialización a través de la exportación o en el mercado interno.

A partir de la flota costera, fundamentalmente la representada por las “lanchas amarillas”, y de las embarcaciones de altura y los buques procesadores-congeladores reconocemos que existen diversas formas del trabajo pesquero que coexisten en el territorio. Son distintas formas de organización del trabajo y de comercialización que se realizan de acuerdo a los diversos grados de capitales y usos de tecnologías y acceso al dinero como forma de financiamiento. Esas formas de trabajar, en algunos casos, se relacionan y se complementan entre sí. En otras situaciones, se profundizan las diferencias y ello implica mayores dificultades de subsistencia también, como es el caso de la flota costera menor representada por las lanchas amarillas del puerto de Mar del Plata.

Los circuitos económicos de la pesca -el superior como el inferior-, en su existencia unitaria son explicativos del fenómeno urbano y de la actividad pesquera. Ambos circuitos dan cuenta de las diversas formas de organización de esta actividad que, históricamente, ha tenido un rol central en la idiosincrasia y en la cultura de la ciudad a lo largo de sus 150 años de vida.

Apuntes de Población y Registros Urbano Territoriales en Mar del Plata y el Partido de General Pueyrredon (PGP). Desafíos y oportunidades en un aniversario para recordar

Mag. Marisa Sagua 

IHAM FAUD UNMDP

El interés que subyace a esta presentación, coincidente con tiempos significativos para la ciudad de Mar del Plata (MDP), a 150 años de su fundación, procura un breve recorrido por algunos de los temas claves que dan cuenta de esta ciudad en términos socio territoriales, desde donde es posible observar una serie de rasgos que tensionan entre sí y plantean desafíos a la vez que oportunidades para un desarrollo territorial sostenible y al bienestar de las personas. Con los primeros datos definitivos del censo de Población, Hogares y Viviendas del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) 2022 publicados a nivel de partido; el aporte de los estudios temáticos a nivel local, y el marco que brinda la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas, en particular el ODS 11, es posible sobrevolar algunas aristas que refieren actualmente a nuestra ciudad.

En primer lugar, reconocer la dinámica y estructura de la Población, en tanto el volumen, el ritmo de crecimiento y la composición son factores estrechamente vinculados entre sí y de suma importancia, más aún en su distribución espacial, ya que condicionan distintos hechos sociales, en materia de salud, educación, seguridad social, vivienda, posibilidades de empleo, y también procesos como el de urbanización y sus implicancias, que demanda particular atención y seguimiento en el contexto actual.

En segundo lugar, identificar los atributos sobre Vivienda y Hogares en el PGP, aportan sobre el número y la variación intercensal de viviendas, así como sobre el acceso a los servicios básicos y el saneamiento, permitiendo reconocer los sectores de mayor y menor dinamismo en el territorio, tanto como  los más deficitarios y de alta vulnerabilidad social.

En tercer y último lugar, observar la conjugación de estos atributos en los procesos de crecimiento de la ciudad, particularmente en la caracterización del proceso de expansión urbana que vive MDP en el PGP reconoce condiciones actuales que distan de la sustentabilidad urbana territorial.

Mar del Plata como cabecera del Partido de General Pueyrredon– un partido con población eminentemente urbana- concentra más del 95% de población del distrito, y en el resto del mismo, se reúne población agrupada en localidades y población dispersa en el ámbito rural.

Los resultados definitivos del INDEC 2022, arrojan un total de 667.082 habitantes en el PGP – cifra superior a la población de 8 provincias del país, y cuarto como distrito a nivel provincial. En cuanto a la composición de la población por lugar de nacimiento, casi 8 de cada 10 refiere a población nacida en la Provincia de Buenos Aires y según el sexo registrado al nacer el 52,5% son mujeres y 47,5% son varones.

La edad mediana de la población del PGP va en aumento respecto de censos anteriores, y hoy es de 37 años, lo que se asocia a una mayor esperanza de vida, y consecuentemente al envejecimiento de la población. Uno de los indicadores vinculado con esta condición es el creciente porcentaje de población de 65 años y más (15,7%); y más específicamente el porcentaje de población de 80 años y más que alcanza un 3,8%, siendo en ambos casos superiores al valor provincial. El índice de envejecimiento, que relaciona el grupo de 65 años y más por cada 100 personas de 0-14 años, evoluciona de manera creciente en el PGP desde los años 1980, y alcanza en la actualidad un 85%, entre los más elevados de la provincia. Junto con la mayor proporción de adultos mayores, la caída de la fecundidad y el descenso en las tasas brutas de mortalidad constituyen factores explicativos de los procesos mencionados.

En cuanto a la variación relativa intercensal de población en 2022-2010 del distrito, se observa tan solo un incremento de 7,8%, con ritmo descendente en la evolución desde los anteriores períodos intercensales del PGP. Es notorio el valor por debajo del nivel provincial (12,2%) y de los partidos que constituyen su área de influencia inmediata, situación que amerita indagar en las causales de tales tendencias.

Los datos seleccionados de viviendas y hogares en el PGP, arrojan para el 2022 un total de 342.942 viviendas particulares, de las cuales 256.657 están habitadas (74,8 %), y ocupadas por un total de 259.623 hogares.

La población en viviendas particulares representa el 99% de la población del PGP y el porcentaje restante habitan viviendas colectivas (6.275 personas) y en situación de calle (238 personas).

Las condiciones habitacionales de la población del PGP en viviendas particulares son buenas de acuerdo con los guarismos generales: en agua y saneamiento la procedencia de agua por cañería dentro de la vivienda alcanza el 98% y la provisión de agua por red pública un 91%, mientras que la población con desagüe a cloaca alcanza el 85%. Son todos valores por encima del nivel provincial, el cual registra un 94%, 74% y 55% respectivamente

El principal combustible para cocinar en el PGP es el gas de red, utilizado por el 73% de población en viviendas particulares, y sólo un 21% del total usa gas de garrafa. Lo que también demuestra un mejor posicionamiento del partido respecto de la provincia, la que alcanza un 56% y 38% respectivamente en las variables mencionadas.

La población con buenos materiales en techos y pisos con revestimiento, alcanza el 76% y 93% a nivel local, mientras que a nivel provincial arrojan cifras menores (68% y 84%) respectivamente.

En cuanto al régimen de tenencia, la estadística en el distrito indica que el 65,4% de la población vive en vivienda propia y el 21,5 % es vivienda alquilada. Se trata de valores que son inferior y superior a la provincia, con registros de 69,9% y 16,4% respectivamente. Y en cuanto a la población en vivienda particular cuyos hogares tienen celular e internet alcanza el 94% algo superior que la provincia (93%).

Aun cuando los valores generales presentados muestran condiciones más favorables a nivel de partido que a nivel provincial, la distribución en el territorio de los atributos mencionados da cuenta de una complejidad signada por fuertes disparidades cuanti-cualitativas en términos sociales, socioeconómicos, ambientales y habitacionales, que se traducen en configuraciones espaciales del habitar de la población y de los hogares con marcadas brechas, distantes de un desarrollo sostenible.

Siendo la más elevada de los partidos del sudeste provincial, la densidad poblacional del PGP, con unos 456,2 habitantes por km2, muestra su mayor concentración en la ciudad de Mar del Plata, con un gradiente descendente desde las áreas centrales hacia los bordes ejidales y resto del partido. Cabe mencionar además que las áreas centrales concentran la mayor proporción de adultos mayores del distrito, y se reduce hacia las áreas periféricas de la ciudad, en favor de grupos etarios más jóvenes. En cambio, en las localidades del interior del partido la proporción de adultos mayores es variable, respecto del grupo en edad activa (15-64 años) y los niños/as (0-14 años).

Contrariamente al comportamiento de la densidad poblacional, la variación porcentual poblacional entre 1991-2001-2010 es baja o negativa en las áreas centrales de Mar del Plata e incrementa hacia los bordes ejidales, particularmente en las localidades menores, vinculadas a los ejes de ruta 11, 2, 226, y 88 (Sabuda, 2018). De esta manera se advierte una distribución y redistribución ocasionada por distintas motivaciones que resignifica a los espacios de la periferia urbana y el periurbano  de la ciudad de Mar del Plata, en el que se destacan las localidades del interior con diferenciales en las  condiciones de vida.

En referencia al crecimiento urbano, el aglomerado Mar del Plata-Batán integra el conjunto de los 33 grandes aglomerados urbanos (GAUs) de Argentina, que reúnen las tres cuartas partes de la población del país, ciudades en las que se advierte una dinámica de expansión inadecuada según los resultados de los estudios de Lanfranchi et al. (2018), para el período 2006-2016. Con un incremento poblacional por debajo del crecimiento de las áreas urbanas, la expansión responde preponderantemente a demandas habitacionales de diversos sectores sociales, connotado este proceso por expresiones de inequidad, ineficiencia e insostenibilidad. Tal es la situación en cuanto a la incidencia sobre los servicios ecosistémicos, en términos de producción de alimentos, recarga de acuíferos, control de inundaciones, y otras situaciones que claramente tienen implicancias sociales y ambientales adversas. En el caso del aglomerado urbano Mar del Plata Batán, se observó un crecimiento medio para el período mencionado y algo más equilibrado entre ambos crecimientos, donde los ejes viales de expansión fueron claves en la evolución del área urbana dentro del PGP.

Los usos de suelo, que explican mayoritariamente la expansión en MDP-como en el resto de las GAUs- son de tipo residencial, ocupando en el aglomerado el 91% de la 1.242 has. de expansión explicado por las urbanizaciones cerradas (31%), residencial extraurbano con más de 500 m2 (30%) y urbano (23%), seguido por uso industrial agrupado, equipamiento y comercios con valores muy inferiores. De esta manera, tal como mencionan los autores del estudio, se destaca que la superficie expandida se destina a sectores medios-altos y altos (61%), tanto en urbanizaciones cerradas que se localizan en el sector sur de la ciudad y residencial extraurbano de amplia superficie, asociado a los distintos ejes viales. El siguiente gráfico ilustra los comentarios precedentes.

Fuente: elaboración basada en  Lanfranchi et al. 2018

Estudios más recientes del crecimiento por expansión en Mar del Plata, muestran la complejidad de los ámbitos periurbanos, con clara tendencia de cambio poblacional y habitacional, junto a actividades que definen nuevos usos del suelo y espacios residenciales, a un ritmo acelerado y caótico que deviene en tensiones y conflictos socio ambientales, desafiando permanentemente la posibilidad de implementación de las políticas públicas vinculadas al ordenamiento y la gestión territorial. Desde ese marco, el análisis de Zulaica et al 2023, sobre el crecimiento urbano de Mar del Plata define distintas zonas desde los ejes viales arriba mencionados en base a la variación porcentual de viviendas entre el Censo PHyV 2010 y Precenso de Viviendas 2020- en donde se reconoce que la ruta costera 11  hacia el Norte  junto con el Corredor Sur  (Chapadmalal  y el Marquesado) han alcanzado el mayor incremento de viviendas– en torno al 90%-,  seguido por el Camino Viejo a Miramar y la Ruta 11 Sur (contigua el ejido urbano) con valores significativos también. Por otro lado, la ruta 226 y la autovía 2 presentan un incremento que promedia el 50%, en tanto que el ejido urbano y la ruta 88 han tenido los incrementos menores (con un 15 y 21% respectivamente).

El análisis de las actuales dinámicas se nutre también de los estudios de Ferrando, et al. (2022) en los asentamientos poblacionales del frente costero del PGP, a lo largo del eje 11, con la incorporación de variables que permiten observar un comportamiento diferenciado en sus tramos norte, centro y sur.

Para concluir, estas notas pretenden ser una invitación a observar y repensar- con una mirada amplia en MDP y el PGP- los sentidos e intensidades con que se conjugan las dinámicas demográficas, habitacionales, urbanas, ambientales, en tanto reflejan múltiples disparidades en la construcción de procesos socio territoriales. En efecto, se reconocen entre permanencias y novedades, múltiples tensiones y conflictos, a la vez que desafíos y oportunidades. En ese sentido, se busca avanzar sobre instancias diagnósticas y propositivas basadas en la triangulación de fuentes actualizadas y verosímiles, articulando instrumentos de planificación, de gestión, normativos, de monitoreo, participativos y otros,  en sintonía con los fundamentos que sostiene particularmente  el ODS 11 de Naciones Unidas, tendientes a una ciudad más inclusiva, segura, resiliente y sostenible,  desde la reunión de evidencias  cuanti-cualitativas para definir políticas públicas que se orienten y contribuyan con las metas del enfoque considerado.

Fuentes:

Ferrando, L., Sagua, M., Ares, S. (2022) ¿Cómo crece el Eje 11? Estudio de la reciente dinámica poblacional y habitacional en la franja costera de los Partidos de General Pueyrredon y Mar Chiquita (2001-2020). Caminos Geográficos, (3), 27-51. ISSN: 2718-7772. https://gespyt.wixsite.com/gespyt/caminos-geogr%C3%A1ficos

Lanfranchi, G., Duarte, J., Granero, G. (2018) La expansión de los Grandes Aglomerados Urbanos argentinos CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento. Buenos Aires.

Sabuda, F. (2018). Aspectos territoriales. Segundo Informe de Mar del Plata entre Todos: Monitoreo Ciudadano. Para saber qué ciudad queremos, necesitamos saber qué ciudad tenemos. 1ra edición Buenos Aires.

Zulaica, L., Canestraro, M., Mujica, C. (2023). La expansión urbana de Mar del Plata. Análisis de algunos datos recientes sobre dinámicas socio territoriales y demográficas. Cuadernos del ISTeC N°2. Mar del Plata

 

Las migraciones en el poblamiento de Mar del Plata en sus 150 años de vida (1874 – 2024)

Dra. Patricia Iris Lucero

 

Mar del Plata es una ciudad joven en el contexto de ciudades del mundo. Sin embargo, sus 150 años desde la fundación oficial el 10 de febrero de 1874 hasta el 2024 nos desafía a revisar un pasado lejano para la experiencia de vida de sus habitantes de hoy. Felizmente contamos con pistas que nos remiten a la historia pasada e incipiente de la ciudad, así como a los acontecimientos contemporáneos a las generaciones maduras y jóvenes de los tiempos actuales.

En el primer censo nacional argentino, en 1869, Mar del Plata apenas brillaba como un puerto marítimo correspondiente al amplio Partido de Balcarce, integrado entonces por este, más los futuros partidos de General Alvarado y de General Pueyrredon en el contexto de la provincia de Buenos Aires. En aquel recuento la población total alcanzaba los 1.193 habitantes permanentes. Ya para el momento del segundo censo nacional argentino, en 1895, nuestro partido estaba creado, en 1891, y se había producido la separación del vecino del sur (General Alvarado). Por tanto, podemos ofrecer un registro particular de 8.175 personas residiendo en el territorio del municipio recientemente constituido.

El último censo nacional argentino, el onceavo de la serie, en 2022, arrojó un total definitivo de 682.605 pobladores en el partido de General Pueyrredon, lo cual ha significado una respuesta inesperada para las estimaciones informales que circularon en los años previos y se acercaban en algunos casos al millón de residentes, pero que continúa ubicando a esta jurisdicción en la categoría de aglomeración de tamaño intermedio grande de más de 500.000 habitantes (Vapñarsky y Gorojovsky, 1990), al observar a su ciudad cabecera que concentra una cantidad superior al 95 % de la población distrital.

La diferencia en el tamaño demográfico transcurridos los 150 años de eventos singulares en la conformación del espacio geográfico local, se produjo merced a los aportes migratorios que, en determinados períodos, superaron la contribución vegetativa o natural, es decir, al balance entre los totales de nacimientos y defunciones registrados entre los censos sucesivos.

Unas estimaciones indirectas de estos procesos indicaron la participación del saldo migratorio, o sea, la diferencia entre los ingresos y los egresos de pobladores, en una proporción del 71,7 % sobre el incremento total entre 1947 y 1960 (ver Figura 1). Sin lugar a dudas, esta fase del poblamiento local fue la más intensa, pues convocó a migrantes internos y externos, en el contexto de una etapa económica industrialista y urbanizadora nacional, y con el auge del turismo que alcanzó a las clases medias y trabajadoras (Cacopardo et al, 2001), derivando en el crecimiento de la construcción, de las manufacturas textiles y alimenticias, y las actividades terciarias de soporte para esa movilidad social y económica profunda en ciernes. La contribución de pobladores originarios de otras coordenadas geográficas continuó siendo intensa en la década de los años 1960 y 1970.

Figura 1. Partido de General Pueyrredon: Estimación de la Migración Neta para los períodos intercensales entre 1947 y 2022.

Año censal

Población

Total

Incremento Absoluto

Cambio

Natural

Migración

Neta*

Participación sobre el incremento total
1947 123.811 101.013 28.555 72.458 71,7 %
1960 224.824 92.620 30.959 61.661 66,66%
1970 317.444 116.716 46.071 70.645 60,5 %
1980 434.160 98.685 60.589 38.096 38,6 %
1991 532.845 31.211 53.141 -21.930 -70,3 %
2001 564.056 54.933 35.010 19.923 36,3 %
2010 618.989 63.616 20.518 43.098 67,7 %
2022 682.605

*El valor de la Migración Neta (MN) se estimó con la siguiente fórmula (Naciones Unidas, 1972): MN= Incremento Absoluto – Cambio Natural; donde Incremento Absoluto= Población Final – Población Inicial; Cambio Natural= Nacimientos – Defunciones, en cada período considerado.

Fuente: Período 1947-1991, Lucero (1992: 40) y Lucero (2004: 48). Período 1991-2010, Lucero (2022: 175). Período 2010-2022, elaboración personal sobre datos censales definitivos del Instituto Nacional de Estadística y Censos, y el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.

Los años de 1980 mostraron un cambio particular en los flujos migratorios externos en el país, es decir, la intensificación de un proceso de emigración de nativos argentinos hacia los países europeos y americanos, debido a causas políticas y económicas. En Mar del Plata también se sintió esta transformación importante del estilo receptivo de Argentina durante un siglo del crecimiento demográfico.  Y el efecto más alarmante se estimó para la década de 1990, cuando los resultados aportaron saldos migratorios negativos en el poblamiento del distrito, demostrando una combinación de factores expulsores de los residentes del partido de General Pueyrredon, básicamente vinculados al estilo de desarrollo neoliberal de toda la etapa, que adoptó la valorización financiera como motor de la economía, y la búsqueda de nuevos horizontes para mejorar la calidad de vida, aprovechando las facilidades de los medios de transporte accesibles y las aptitudes de los nuevos sistemas de información y comunicación.

Arribados al siglo XXI, los saldos migratorios retomaron el balance positivo en nuestra jurisdicción, y de manera más intensa en la década de los años 2010. En tal sentido, cabe señalar que el cálculo de la migración neta contiene la estimación del balance natural, cuyos montos absolutos fueron disminuyendo marcadamente a lo largo de la historia del poblamiento local, dando cuenta de la incorporación de 20.518 habitantes como saldo entre los nacimientos y las defunciones entre 2010 y 2022, en el cual se puede derivar la merma en la natalidad y el envejecimiento de la estructura por edades que acrecienta el registro de la mortalidad, además de las pérdidas sufridas durante la pandemia por Covid-19 en 2020 y 2021.

Los cursos del poblamiento local resumidos en las líneas anteriores nos señalan que se ha retomado la perspectiva de antaño en el  último periodo intercensal, cuando el porcentaje de participación de nuevos residentes venidos del interior del país y del exterior estaba alcanzando al 67,7 % del cambio demográfico en el partido de General Pueyrredon.

En cuanto al origen de los migrantes internacionales, los datos censales reflejan la disminución de las corrientes migratorias en las últimas décadas del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Aquellos contingentes de personas que llegaron de Europa, principalmente desde Italia y España, durante la Gran Inmigración del siglo XIX y la primera parte del siglo XX, que poblaron el país y acrecentaron el tamaño demográfico de Mar del Plata con mucha intensidad, han ido desapareciendo por el efecto combinado del envejecimiento de tales grupos foráneos, y por la ruptura de los procesos de intercambios tradicionales de ultramar después de la primera y la segunda guerras mundiales. En su lugar, los aportes desde el exterior se sostuvieron por la constante y acrecentada llegada de individuos oriundos de los países limítrofes con la Argentina.

El censo nacional de población de 2010 registró un total de 23.231 habitantes nacidos en países extranjeros. Entre ellos, más de la mitad, el 56,3 %, serían migrantes de toda la vida arribados en diferentes momentos históricos desde los países de América, y el 41,9 % de los residentes oriundos de Europa. Una proporción inferior corresponde a cada uno de los subcontinentes enunciados en la Figura 2. Quizás el total de personas registradas procedentes de África, 55 individuos, se verá acrecentada en el período 2010-2022 debido al arribo de migrantes senegaleses al país, en particular a la ciudad de Mar del Plata. Finalmente, un conjunto de solamente 13 personas se asentaron en el partido de General Pueyrredon con lugar de nacimiento en Oceanía.

Los migrantes de países limítrofes con la Argentina quedaron representados por 14.940 residentes, siendo los contingentes de mayor movilidad territorial en los tiempos contemporáneos, y en estrecha dependencia de las vicisitudes económicas y políticas presentes en los países hermanos (ver Figura 3). Entre ellos, un 29,1 % correspondía al pueblo chileno, el 16,3 % con lugar de nacimiento en Bolivia, y el 13,3 % procedente de Paraguay.

Lamentablemente, al cierre de este aporte no se contaba con la información del censo nacional argentino del 2022 con el nivel de desagregación que estamos comentando. Entre los resultados definitivos publicados recientemente, el informe del INDEC (2024, p.28) se señala un total de 19.944 personas nacidas en otros países enumeradas en el partido de General Pueyrredon, pero sin identificar las naciones de procedencia. Este valor está indicando la continuidad del proceso de merma en los aportes migratorios externos que se observaron desde mediados del siglo XX.

Figura 2. Partido de General Pueyrredon: Población nacida en el extranjero enumerada en el CNPHyV 2010, según grandes regiones mundiales

Fuente: Elaboración personal en base a INDEC, CNPHyV 2010, https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-CensoProvincia-3-7-06-000-2010/ P6-D_6_357

 

Figura 3. Partido de General Pueyrredon: Población nacida en el extranjero enumerada en el CNPHyV 2010, según países de América

Fuente: Elaboración personal en base a INDEC, CNPHyV 2010, https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-CensoProvincia-3-7-06-000-2010/ P6-D_6_357

Otro dato de interés refiere a los desplazamientos internos en el país. En tal sentido, este último recuento censal indica una cantidad de 89.994 habitantes arribados desde otras provincias, exceptuando la provincia de Buenos Aires, la cual reúne un total de 550.631 residentes que incluye los nacidos en el partido de General Pueyrredon. Esta información remite a la movilidad al interior del país que continúa siendo importante, en particular hacia las localidades urbanas de tamaño intermedio.

Desde el punto de vista de la Geodemografía, resulta ilustrativa y complementaria la observación de la distribución espacial de los pobladores marplatenses con lugar de nacimiento en países diferentes a la Argentina.

El ejercicio de la técnica de segregación espacial areal que brinda el análisis geográfico cuantitativo (Buzai, 2003), permite reconocer la concentración de los migrantes no nativos de la Argentina al interior del territorio urbano de Mar del Plata. La práctica realizada en el marco de la denominada Dimensión Étnica para el estudio del Mapa Social Contemporáneo de la ciudad (Lucero, 2021), ofreció un acercamiento a esa idea de buscar si existe o no cierta aglutinación de los residentes en base a los datos del CNPHyV de 2010 en la escala geográfica de los radios censales.

Figura 4. Mar del Plata: Índice de Segregación Espacial Areal* de los Migrantes Nacidos en Países No Limítrofes y Limítrofes, 2010

*Se aplica la siguiente fórmula para cada unidad espacial: ISEA (ab) = bi / ai  Donde, a = población total; b = población en la categoría que se desea medir; ai = población total en la unidad espacial “i”; bi = población en la categoría que se desea medir en la unidad espacial “i”.

Fuente: Lucero, 2021, p. 203 y 205.

Las configuraciones espaciales de los mapas de la Figura 4 son diametralmente diferentes. Mientras que los nativos de países no limítrofes con la Argentina se ubicaron en las zonas centrales del ejido urbano, en los barrios que conforman el área del puerto, y en enclaves sobre la costa marítima norte y sur, los nativos de países limítrofes con la Argentina eligen las zonas del borde urbano y se extienden más allá hacia los espacios rurales.

Por tanto, los residentes nacidos en Europa principalmente, se corresponden con los migrantes absolutos de antigua data en su gran mayoría, es decir, los sobrevivientes de las corrientes tradicionales de ultramar de principios del siglo XX, y en mayor proporción se trata de los contingentes ingresados en los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando Argentina recibe a grupos de individuos que buscan asilo fuera de la convulsionada Europa hasta la década de 1950. En los tiempos más recientes, se suman los inmigrantes de otros países que alimentaron la diversidad étnica de la población local.

El patrón de segregación de los nativos de países limítrofes con la Argentina da cuenta de la disímil condición social y laboral de estas personas, que se destacan en la periferia urbana, en particular en la zona oeste de la ciudad sobre la ruta 226, y en el eje sur sobre la ruta 88.

A modo de cierre de este aporte, se podría decir que Mar del Plata es una ciudad estructuralmente lábil, cambiante, multiétnica y multicultural, repleta de historias alegres y tristes, un espacio geográfico en continua transformación que impide arriesgar escenarios futuros, por ejemplo, dentro de 150 años más de vida. Esos nuevos estados serán protagonizados, tal vez, por mis bisnietos, quienes tendrán nuestros registros de los aconteceres remotos que aquí les ofrecemos.

 

Bibliografía

Buzai, Gustavo (2003), Mapas Sociales Urbanos. Lugar Editorial. Buenos Aires.

Cacopardo, Fernando (Editor), Bartolucci, M.; Bruno, P.; Castro, M.; Cicalese, G.; Lado, S.; Mantobani, J.M.; Mariano, C.; Núñez, A.; Pastoriza, E.; Sáez, J.; Sisti, J.; Verón, A.L. y Zuppa, G. (2001), ¿Qué hacer con la extensión? Mar del Plata, Ciudad y Territorio Siglos XIX-XX. Alianza Editorial. Buenos Aires, Argentina.

INDEC (2024), Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2022. Resultados definitivos. Migraciones internacionales e internas. Argentina, Presidencia, enero. En línea: https://www.indec.gob.ar/ftp/cuadros/poblacion/censo2022_migraciones.pdf

Lucero, Patricia (1992), Aportes al estudio de las migraciones en el Partido de General Pueyrredon en el período 1947-1980. Tesis de Licenciatura en Geografía. Universidad Nacional de Mar del Plata. Inédito.

Lucero, Patricia (2004), “Población y poblamiento del Partido de General Pueyrredon. La combinación entre tiempo y espacio en la sociogeografía local”. En: Velázquez, G.; Lucero, P. y Mantobani, J.M. (Editores), Nuestra Geografía Local. Población, urbanización y transformaciones socio-territoriales en el Partido de General Pueyrredon, Argentina, 1975-2000. Grupo de Estudios Sobre Población y Territorio, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata. Capítulo 2, págs. 37-76.

Lucero, Patricia (2021), El Mapa Social de Mar del Plata. Una TomoGEOgrafía Computarizada de las desigualdades territoriales contemporáneas. Mar del Plata: Editorial de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Naciones Unidas (1972), Manual VI. Métodos de medición de la migración interna. Departamento de Asuntos Económicos y Sociales. Estudios de Población Nro.47. Nueva York.

Vapñarsky, César y Gorojovsky, Néstor (1990), El crecimiento urbano en la Argentina. Grupo Editorial Latinoamericano-IIED. Buenos Aires, Argentina.

 

Otra(s) cartografía(s) posible(s) para conocer la Mar del Plata LGBT+

Federico García Fernández[1]

Existen muchas formas de conocer Mar del Plata. La más tradicional corresponde a la Mar del Plata de sol y playa, es decir la del turismo. Para quienes residimos  aquí podemos pensar en la Mar del Plata portuaria, frutihortícola, sede de juegos deportivos, congresos, universidades, hospitales, compras. Quienes se aventuran en el análisis de estadísticas relevadas por el  INDEC sumarían otras Mar del Platas, de la vejez, la maternidad, del desempleo, la pobreza, indigencia, y la lista podría continuar. Sin embargo también existen otras territorialidades, menos estudiadas aunque sí presentes, la ciudad de las niñeces, de las vejeces, de las discapacidades, y por qué no, la Mar del Plata lgbt+.

Desde la Geografía, se intenta avanzar en entender cómo se conforman los territorios urbanos en un marco de diversidad y desigualdad, con la intención de comprender cómo son habitados, producidos y reproducidos por las sociedades. Al relacionarlo con el enfoque feminista podremos llegar a otros debates, comprensiones y explicaciones sobre los sucesos.

Este enfoque de desigualdad de acceso, de uso, de posibilidades, retoma el concepto de Bienestar Social, como forma de conocer de qué manera las personas pueden acercarse -por ejemplo- a la salud, educación, empleo, vivienda, espacio público[2]. Para así responder si, ¿Todxs tenemos Derecho a la Ciudad[3]? Este debate ha cobrado relevancia para explicar cómo se configuran diferentes áreas al interior urbano. Algunas con acceso a servicios, ocio, conexiones, empleo; mientras que otras quedan relegadas, marginadas y excluidas de la ciudad.

Desde la perspectiva feminista se avanza en cómo estas diferenciaciones entre “ciudades” al interior del mismo espacio urbano configuran relaciones desiguales de poder. Profundizando en la colectiva lgbt+, en las últimas dos décadas han logrado importantes cambios en su bienestar mediante la visibilidad, el acceso a derechos y legislaciones. Sin embargo, abundan los pendientes para un grupo históricamente marginado y violentado.

 

Diferentes territorios en un mismo espacio

En el momento actual la ciudad de Mar del Plata se podría caracterizar superpuesta  en tres procesos que avanzan en simultáneo:

  • Una primera ciudad, tradicional, patriarcal y conservadora, que busca mantener las diversidades al margen, se desarrolla con un objetivo principalmente económico, dejando de lado otros pareceres sociales sobre cómo podría ser la ciudad, que preceptos debería tener o hacia dónde debería ir el proyecto de desarrollo. Esta ciudad se impone, ordena y legitima mediante la violencia, tanto física como social.
  • Una segunda ciudad que resiste, manifiesta, lucha y logra cambios. Pensamos en personas agrupadas buscando cambiar la realidad social para configurar otras territorialidades, desde el lugar, el barrio, la cultura. Aquí no sólo se trabaja en lograr derechos, sino que se milita su presencia y sostenimiento.
  • Una tercera ciudad, la Mar del Plata deseada, donde se proyectan otros futuros posibles, no sólo se la piensa a corto plazo, es la ciudad motor de cambios, espejo de procesos que ocurren en toda la Argentina, referente en la gesta de leyes y de logros sociales.

Estas diferentes ciudades que habitan dentro del mismo espacio urbano, se yuxtaponen y cohabitan. En algunos casos podremos referenciar más a una que a otra, pero siempre se encuentran entrelazadas. Para demostrarlo seleccionamos tres ejemplos: la ordenanza de traslado de las zonas rojas de la ciudad, la señalización de las sendas del orgullo y la declaración de Mar del Plata como ciudad Incluyente. Mediante estos, se busca representar cómo las normativas municipales encuentran su correlación espacial y configuran diferentes geografías.

 

La Mar del Plata invisible

Mucho se ha hablado ya sobre la movilización de las zonas rojas en la ciudad, desde sus sectores tradicionales hacia un nuevo sector en cercanías al cementerio municipal y el predio de disposición final de residuos en la Avenida 10 de Febrero entre Cacique Chuyanyuta y Cutay. Esta problemática comenzó a tomar fuerza en la prensa desde fines de 2021 y permitió comprender las diferentes formas de concebir la ciudad.

Conforme propone la Ordenanza 25590/22[4] -Programa Zonas Seguras de protección integral a fin de promover medidas focalizadas para la prevención de la violencia y los delitos en las zonas del partido donde se ejerza la prostitución-, el trabajo sexual callejero se localiza solo en un sector urbano de 500 metros de extensión (Figura 1). Para ello se plantea el desarrollo de un operativo de sanidad, acondicionamiento urbano y seguridad en este lugar, en simultáneo, se establecen penalizaciones económicas y/o prisión para quienes no acaten.

Figura 1. Movilización de los sectores principales de oferta de trabajo sexual conforme la ordenanza 25590/22

Fuente: Elaboración personal con base en mapeos de Darouiche (2019) y Ordenanza Nº 25590/22.

El desarrollo de esta propuesta surgió como consecuencia de movilizaciones vecinales y de agrupaciones políticas en reclamo por los disturbios que se presentaban en vía pública con la oferta y demanda de trabajo sexual y la presunta venta de sustancias psicoactivas. Esto llevó al desarrollo, desde la Comisión de trabajo de Políticas Género, Mujer y Diversidad del Honorable Consejo Deliberante, de un proyecto de ordenanza que buscaba establecer zonas seguras para el ejercicio del trabajo sexual.

Esta normativa inicial es luego alterada, y transformada en la ordenanza presente al momento actual, punitiva y restrictiva para el ejercicio de una actividad que se encuentra en un ´gris jurídico´ a nivel nacional y que presenta un gran debate sobre su legalización o prohibición. Para su establecimiento se desarrollaron Audiencias Públicas y diferentes movilizaciones sociales (Figura 2), en las cuales no se pudo resolver cuál era el mejor destino para la zona roja, y donde poco espacio de debate encontraron las vecinas trabajadoras sexuales sobre la opinión de diversos vecinos frentistas que buscaban deslocalizar la actividad.

Figura 2. Segunda marcha en contra de los Transtravesticidios el 24 de septiembre de 2022 frente al palacio municipal

Fuente: Archivo fotográfico personal (2022).

Finalmente la normativa se aplicó desde mediados de 2022 y continúa vigente hasta el momento actual. En concreto produjo un proceso de desterritorialización[5] de la comunidad de trabajadoras sexuales desde sus núcleos tradicionales de trabajo hacia una nueva localización en un área compleja de la ciudad, en un espacio ajeno, restringido y acotado, que no eligieron, donde no se sienten cómodas ni seguras.

Este ejemplo permite comprender cómo parte de la comunidad lgbt+ que son quienes ejercen el trabajo sexual, principalmente las mujeres trans, continúan siendo discriminadas, marginadas y sistemáticamente excluidas. ¿Dónde podremos referir a Derecho a la Ciudad para estas personas que han sido excluidas de su propio espacio? ¿Bajo qué criterio se puede penalizar una actividad que no se encuentra normada?

 

La Mar del Plata del orgullo

El evento anual más reivindicativo y ansiado de la comunidad lgbt+ irrumpiendo en territorio es la Marcha del Orgullo LGBT+. Evento que toma como foco inicial en 1990 en la Ciudad de Buenos Aires, pero que rápidamente comienza a encontrar repercusiones en otros lugares del país. Se desarrolla en Mar del Plata desde hace XVI ediciones, y es considerada una de las más relevantes a nivel regional por su visibilidad e importancia.

Anualmente se desarrolla la marcha en un recorrido circular que surca el microcentro urbano. Inicia el evento en Av. Luro y calle Yirigoyen en el centro de la plaza principal de la ciudad, con una concentración en la cual se lee un manifiesto anual en relación a los eventos sucedidos en el periodo, hay música, artistas locales y referentes nacionales, como también representantes de diversas organizaciones.

Figura 3. XV Marcha del Orgullo Mar del Plata realizada el 11 de diciembre de 2021

Fuente: Archivo fotográfico personal (2021)

Luego se comienza a marchar como se presenta en la Figura 4, por Av. Luro en dirección al mar, por la costa hasta calle Rivadavia -importante zona comercial turística de la ciudad-, hasta Av. Independencia, para retomar de nuevo por Luro hasta el punto de inicio. En su recorrido acompaña la música y la festividad, las carrozas animan el evento y le dan otro tinte. Cuenta con una importante afluencia política de movimientos sociales, representantes estatales y de gobierno.

Figura 4. Recorrido tradicional de la Marcha del Orgullo en la ciudad

Fuente: Elaboración propia con base en salida de campo (2021)

El proceso de territorialización que tiene esta marcha desde sus inicios no es casual, sino que busca unir diferentes puntos neurálgicos de la realidad marplatense: la plaza central, el mar, la calle comercial y turística Rivadavia, la Av. Independencia y Av. Luro como arterias de conexión urbana con gran circulación vehicular y de transporte público. Este recorrido permite gran nivel de visibilización y configura una irrupción en el espacio público.

El territorio que toma la marcha se ha señalizado desde 2021 bajo la ordenanza N° 25.405 (ver en Figura 5), la cual ha permitido la colocación de huellas artísticas. Estas construyen una representación constante para la comunidad. La propuesta mediante la técnica de mosaiquismo y desde una realización autogestionada de la Comisión Organizadora de la Marcha del Orgullo, ha colocado en postes de luz diferentes tipos de banderas de la diversidad lgbt+.

Figura 5. Huellas del recorrido de la Marcha del Orgullo

FA la izquierda Av. Luro y calle Yrigoyen. A la derecha calle Rivadavia esq. calle Mitre.

Fuente: Archivo fotográfico personal (2022)

Los procesos de territorialización de estos eventos, permiten pensar en otras formas de habitar, no sólo a nivel objetivo, sino también dentro de lo simbólico de cada sujeto, las cuales hallan su materialidad en las movilizaciones y las luchas políticas en el espacio cotidiano, ponen en terreno las diversas ciudades que se quieren construir. La música, los colores, las pancartas no son casuales, se busca decir “acá estoy”, se disputa el “así quiero ser” y desde la sumatoria de esos imaginarios se teje una voz colectiva de “esta es la Mar del Plata que queremos”.

Pensar el derecho a la ciudad no es sólo una postura política sobre lograr ingresar de manera objetiva al espacio urbano, también responde a esas subjetividades que se materializan en el cotidiano, y que permiten disputar qué tipo de ciudad se desea construir, habitar, diseñar. La marcha también cumple esa función estructurante de una otra urbanización posible, y sobre todo de esos otros lazos sociales que se pueden formar.

 

Entre la ciudad amigable y la ciudad posible

En el año 2009 se sanciona la Ordenanza Nº 19130/09[6] que postula a Mar del Plata como una ciudad GayFriendly o amigable con las diversidades. En este sentido se buscaba posicionar como un espacio habitable y seguro para las diversidades, podríamos decir, con un tinte un tanto marketinero y enfocado al turismo nacional.

Muchos logros sociales -como el matrimonio igualitario (2010) o el reconocimiento a la identidad de género (2012)-, llevaron a que las organizaciones comenzaran a reflexionar sobre esta postura, que en principio fue un gran avance, pero que quedó escueta en relación a las necesidades estructurales de la comunidad. Así se comenzó a plantear que no se necesitaban espacios amigables, la necesidad es construir una verdadera estructura estatal inclusiva e incluyente.

Este debate encontró como resultado la Ordenanza N° 25501/22[7] mediante la cual se derogó la previa mencionada y se postuló a Mar del Plata como una ciudad incluyente. Esto buscó avanzar en el desarrollo de una batería de leyes que permitan el acceso real de la comunidad, una visibilización sin estigma y el acompañamiento en las trayectorias lgbt+. A partir de esto, es importante comenzar a definir algunos preceptos sobre en qué tipo de ciudad queremos vivir, cómo deseamos habitarla y qué esperamos de esta.

Sobre la dicotomía entre la ciudad iluminada y la ciudad opaca, el centro y la periferia, un avance hacia otra urbanización posible debe romper con esas lógicas, no sólo reformular el núcleo urbano, sino integrar y homogeneizar, desde una forma de pensar heterogénea y diversa. En momentos donde prima la individualización, la separación, y la diferenciación, es importante recuperar la ciudad como encuentro, diálogo, unión. Si este es el lugar donde se materializan las luchas y manifiestan las desigualdades, también puede ser donde se configuren las respuestas, nuevas formas de vivir y habitar.

Recuperando a la pensadora Marlene Wayar[8], quizás todavía no sepamos qué queremos ser, pero si podemos empezar por definir que no queremos ser, hasta tanto logremos conformar una nostedad que nos acompañe en la configuración de una Mar del Plata mejor. Si tantas personas elegimos a diario vivir en LaFeliz, es porque indefectiblemente está ciudad encuentra en nosotros un lugar de esperanza y futuro.

 

[1] Licenciado en Geografía por la Universidad Nacional de Mar del Plata. Estudiante de la Maestría en Ciencias del Territorio en la Universidad Nacional de La Plata. Becario tipo A de la Universidad Nacional de Mar del Plata 2023-2026. Adscripto desde 2020 a la Investigación en el Grupo de Estudios sobre Población y Territorio (GESPyT), Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata. Interesado en las Geografías Feministas, el urbanismo Queer, el Bienestar Social y el Derecho a la Ciudad. Contacto: garciafernandezfede@gmail.com

[2] El referente en esta concepción del Bienestar Social es David Smith en su libro Geografía Humana de 1977, quien acuña este concepto como método de estudio del espacio desde la comprensión de estos procesos que generan desigualdad al interior de las poblaciones.

[3] El Derecho a la Ciudad, desde Leslie Kern en su libro Ciudades Feministas del año 2020, permite entender cómo las personas habitan y participan en la construcción de la ciudad de forma desigual, donde género, sexo, identidad y clase son factores determinantes sobre cómo vivimos en el espacio.

[4] Promulgada el 12 de julio de 2022, tiene por objetivo “promover la creación de zonas seguras para el ejercicio de la prostitución en el Partido de General Pueyrredon”, para lo cual el departamento ejecutivo designa sectores y horarios habilitados y penaliza la actividad por fuera de estos con pena monetaria o de carcel. En los espacios excedentes a este área, desarrolla un operativo denominado “Alerta Mar del Plata” en el cual vecinos y vecinas podrán denunciar de forma anónima el ejercicio de la actividad. No establece una definición de lo que considera ejercer la prostitución u ofrecer sexo callejero. Disponible en: https://basenormas.concejomdp.gov.ar/normas/show/normas/25968

[5] Los procesos de territorialización, desterritorialización y reterritorialización son analizados en detalle cómo conceptualización teórica y práctica en el libro de Rogerio Haesbart publicado en 2011 “El mito de la desterritorialización. Del fin de los territorios a la multiterritorialidad. México: Siglo XXI.

[6] ”Declárese a Mar del Plata ciudad amigable con la diversidad sexual” promulgada el 22 de abril de 2009, tiene por objetivo desarrollar políticas publicas en conjunto para erradicar la violencia, la discriminación y garantizar los derechos de las personas de la comunidad. Trabaja desde el turismo, el comercio y los servicios. Propone desarrollar acciones en conjunto para crear un circuito de turismo GayFriendly internacional. Disponible en: https://www.concejomdp.gov.ar/biblioteca/docs/o19130.html

[7] “Declara a Mar del Plata como Ciudad Incluyente con la diversidad sexual.”  Sancionada el 5 de mayo de 2022. Busca comenzar una línea de normativas que aspiren a erradicar la violencia contra la comunidad, a la vez que garantizar la plenitud de sus derechos. Disponible en:  https://basenormas.concejomdp.gov.ar/normas/show/normas/25887

[8] Marlene Wayar es una pensadora y activista por los derechos de las personas Trans en Argentina, ha desarrollado una valiosa bibliografía, desde la cual podemos recuperar “Travesti, una teoría lo suficientemente buena” o “Furia Travesti: Un diccionario de la T a la T”. También ha sido partícipe de numerosos logros de la comunidad LGBT+.

Lugares para vivir, lugares para visitar: una breve reflexión sobre tres regiones argentinas

Matías Adrián Gordziejczuk

INHUS (CONICET/UNMdP), GESPyT (FHum/UNMdP), Grupo Turismo y Territorio (FCEyS/UNMdP)

Tanto en el ambiente académico como periodístico, la crítica sobre la existencia de más de una Argentina es algo frecuente. “La desigualdad ha sido históricamente, y es en la actualidad, una característica elemental de las estructuras sociales” (Longhi, Bolsi, Paolasso, Velázquez y Celemín, 2013:104), de modo que formamos parte de una matriz territorial relativamente rígida, compuesta por fragmentos más y menos favorecidos, pese al cambio en los estilos de desarrollo. Para quienes trabajamos con Sistema de Información Geográfica (SIG), esta situación se ve claramente representada cuando, al activar o desactivar capas de información superpuestas que obedecen a distintos tiempos e indicadores sociales, se manifiesta una y otra vez el mismo patrón de distribución socioespacial. Hacemos referencia, por ejemplo, a las condiciones desfavorables que suele manifestar el Gran Norte argentino frente al área Pampeana o, dentro de esta última, la criticidad que puede llegar a denotar el Conurbano Bonaerense en comparación a otros lugares. Cada tipo de recorte territorial exhibe una “cara” de la realidad argentina, cuyas contradicciones y complejidades propias pueden revelarse si se amplifica o se juega con las escalas de análisis.

Si bien lo más común es que nos sumerjamos en este debate considerando variables como la pobreza, la calidad de vida, las características demográficas y la vulnerabilidad sociohabitacional de los hogares, en esta ocasión la propuesta consiste en reflexionar desde una dimensión de análisis particular y que tradicionalmente ha sido tratada como fenómeno excepcional o descontextualizado del orden social por creerse que poco puede aportar para su comprensión (Bertoncello, 2006). Se trata del turismo, una práctica social recreativa y conjunto de actividades económicas que, en el contexto actual de revalorización del ocio, sobrevaloración del consumo y acumulación de experiencias (Elizalde, 2010), pasa cada vez menos inadvertido entre comunidades y conjuntos poblacionales. Sea un factor o motor de desarrollo que atrae mano de obra y retiene personas en sus lugares de origen o un fenómeno que gentrifica territorios expulsando población y generando más problemas que soluciones (ambientales, culturales, económicos), el turismo influye cada vez más sobre la calidad de vida, a pesar de que recientemente la pandemia lo haya puesto en dudas.

Específicamente, diseñamos un índice de especialización turística (IET) departamental, compuesto por múltiples indicadores que aluden a dimensiones de análisis como la oferta de alojamiento, los atractivos turísticos y los intermediarios del sector público y privado, y lo correlacionamos con el índice de calidad de vida 2010 (también departamental) elaborado por Guillermo Velázquez y su equipo de trabajo (cfr. Velázquez, 2016), para apreciar desde un ángulo peculiar diferentes argentinas (cfr. Gordziejczuk, 2022). Mediante el manejo de ambos índices en un SIG, fue posible arribar a otra forma de representación de las disparidades inter e intrarregionales, evaluando la capacidad que posee el turismo de alterar o distorsionar esa matriz o patrón territorial tan arraigado en el país, y proponiendo una regionalización que a continuación se repasa.

El primer recorte que podemos apuntar es el que se caracteriza por poseer especialización turística y calidad de vida por encima de la media nacional. Este se sugiere como la Argentina de la fotografía panorámica. Para su representación en la Figura 1, seleccionamos un color verde vivaz o intenso, en alusión a contextos donde, siempre en términos relativos y asumiendo la inherente generalización que emana de la cartografía, se establecen condiciones óptimas de calidad de vida, que además incluyen una dotación, al menos mínima, de recursos y equipamientos que son valorados y usados turísticamente y sobre los cuales, creemos, la población anfitriona puede acceder en mayor o menor grado. Se podría decir que, como en ningún otro fragmento del territorio, aquí se adecúa la expresión propuesta por el antropólogo Jafar Jafari, que dice “un buen lugar para vivir es un buen lugar para visitar” (2012: v).

Figura 1. La Argentina de la fotografía panorámica

Fuente: Gordziejczuk (2022)

Como podemos observar, se trata de un conjunto de recortes espaciales dispersos por todo el territorio nacional y que cuenta con los atractivos turísticos más reconocidos a nivel interno y externo. Por las relativas condiciones favorables de calidad de vida que contiene la población local, quizás en estos lugares se cuenta con mayor predisposición a lucir desde un ángulo ampliado el contexto social donde precisamente se lleva a cabo la práctica turística. No solo se corresponde con lugares de turistificación más o menos reciente (últimas décadas en siglo XX en adelante), sino también, y en gran medida, con lugares que autores como Rodolfo Bertoncello (2006) y Elisa Pastoriza (2011) incluyen en sus narraciones sobre el mapa turístico tradicional y los espacios representativos del turismo tanto aristocrático como democratizado. Sin ánimos de exhaustividad, nos referimos a partidos que miran al mar, como General Pueyrredon, General Alvarado y Necochea; departamentos serranos y montañosos, como Calamuchita, Punilla, Los Lagos y Bariloche; distritos sureños valorados por su naturaleza y lejanía respecto a los principales centros emisores de turismo, como Ushuaia y Lago Argentino; municipios que son núcleos de aglomeraciones urbanas, como los llamados Capital en Mendoza, Salta y Tucumán, y -no olvidemos- emblemas nacionales como Iguazú y Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

La segunda fracción que queremos señalar es denominada la Argentina de la lente ajustada, ya que, si bien la especialización turística se mantiene por encima de la media nacional, la calidad de vida de las comunidades locales no. En estos casos, la búsqueda del plano panorámico y la rotación de la cámara puede que simbolicen actos de incomodidad y provocación para los responsables (actuales e históricos) del bienestar social de las comunidades locales dada la posibilidad de revelar contrastes notorios entre los sitios puntuales donde concretamente se lleva a cabo la práctica turística y las áreas colindantes. En este sentido, la preferencia hacia la reducción de la profundidad y del campo de visión se vincula con la exposición o visibilización de determinados recortes del territorio estratégicamente seleccionados y acondicionados para el turismo.

En los casos de distritos que poseen un IET significativamente alto, es posible que asome una dinámica con rasgos similares a los de un enclave, donde el turismo se desarrolla en puntos específicos, de la mano de iniciativas privadas, generando exiguos beneficios o derrames sobre la mayor parte de la población local, tales como pueden ser la generación de empleos, el crecimiento de las inversiones en infraestructura, equipamiento y servicios públicos y el aumento de los ingresos. Por estos motivos, consideramos que la detección de tales unidades espaciales es importante para la focalización y planificación de un turismo más sustentable, responsable y socialmente aceptado. Retomando la cita de Jafar Jafari (2012), en este caso amerita reflexionar y cuestionar si todo buen lugar para visitar también es un buen lugar para vivir…

La Figura 2 exhibe que las provincias que congregan más muestras de esta categoría son Salta, Catamarca, Corrientes y Misiones. Lugares de renombre turístico como Cachi y San Ignacio forman parte de esta Argentina, sobre la cual en los últimos años se han revelado, por ejemplo, problemáticas ligadas al desalojo territorial de la población originaria para la construcción de viviendas de uso turístico o temporal[1]. Sin embargo, destacamos como paso paradigmático al departamento santiagueño Río Hondo por su amplia trayectoria turística y por albergar al emblema del termalismo argentino, la ciudad de Termas de Río Hondo. Respecto a este lugar, el estudio de Gómez Herrera, Vera y Villalba (2012) declara que las políticas públicas han dejado en evidencia la intención de insertar a esta localidad en el plano internacional a costa de configurar un enclave turístico que fractura al territorio local. En palabras de estas autoras:

“El enclave en el Departamento Río Hondo como producto es ofrecido a los turistas a través de paquetes que incluyen visitas guiadas, espectáculos artísticos y eventos deportivos. Sin embargo esta selección de ciertos lugares “para mostrar” implica un recorte de la ciudad, que excluye zonas o asentamientos espontáneos en condiciones de precariedad, emplazados a los márgenes de la ciudad de Las Termas a medida que avanzaba en su crecimiento” (Gómez Herrera, Vera y Villalba, 2012: 261).

Figura 2. La Argentina de la lente ajustada

Fuente: Gordziejczuk (2022)

La última porción territorial que desarrollaremos es la Argentina a espaldas de la fotografía, compuesta por dos asociaciones harto heterogéneas, como son, por un lado, la de especialización turística por debajo de la media nacional y calidad de vida por encima de la media, y, por otro lado, la de ambos índices inferiores al promedio nacional. Si bien la variable calidad de vida establece realidades sumamente desiguales, uno y otro comparten características como las de poseer escasez de recursos valorizados turísticamente y especialización en otras actividades productivas. Sin embargo, hay que señalar diferencias en cuanto a cuestiones como la accesibilidad física relativa y las capacidades humanas (habilidades, conocimientos técnicos, capital cultural) que colocan en una situación de mayor privilegio a los recortes territoriales de la componente mixta.

Lo anterior se correlaciona con disimilitudes en lo que respecta a distribución espacial y composición regional. Mientras que en la región Pampeana se concentran la mayor parte de los distritos con calidad de vida superior a la media nacional y especialización turística inferior a la media nacional (Figura 3), en las regiones Noreste Argentino (NEA) y Noroeste Argentino (NOA) predominan las dos situaciones en las cuales el nivel de calidad de vida es inferior a la media (Figuras 2 y 4). Para la representación de estas últimas, mutamos la rampa de colores hacia tonalidades rojizas, que son popularmente más asociadas con cuestiones problemáticas, llamativas o alarmantes. Contrariamente, utilizamos un verde menos intenso que el de la Figura 1 para incorporar en la Figura 3 a los lugares donde se instauran condiciones satisfactorias de calidad de vida, pero que están acompañadas por un escaso desarrollo turístico, que sugiere cierta debilidad en torno a alternativas de acceso a espacios de ocio y recreación variados. Una muestra de este tipo está compuesta por partidos bonaerenses que integran, irónicamente, la llamada Pampa Deprimida, caracterizada por Velázquez, Tisnés y Gómez (2014) como de paisajes agropecuarios, llanos y monótonos, con adversidades ecológicas por la alternancia de inundaciones y sequías, y escasez de recursos recreativos, tanto naturales como culturales. Se podría decir que, turísticamente, en esta clase de lugares no hay mucho que ofrecer, pudiéndose ceder paso nuevamente a la reflexión y al cuestionamiento: todo buen lugar para vivir, ¿es también un buen lugar para visitar…?

Finalmente, destacamos que como fragmento más extenso a espaldas de la fotografía sobresale en la Figura 4 el recorte territorial al que Longhi et al. (2013) refieren como un ‘núcleo crítico de extrema dureza’, integrado principalmente por las provincias de Formosa, Chaco, Santiago del Estero y Salta; aunque en este caso la contigüidad espacial se extiende hasta distritos de Jujuy, Tucumán, Santa Fe y Córdoba. Evidentemente, a los factores ampliamente conocidos que explican esta realidad, tales como la pobreza y la histórica exclusión de las comunidades originarias, añadimos la comparativa menor valoración popular de los rasgos naturales y culturales propios de estas áreas, y que influye en los bajos índices de especialización turística. Se trata de los territorios habitados por las sociedades más pobres y marginadas del país (Longhi et al., 2013), afectados por la falta de inversión y de economías diversificadas que incluyan al turismo (Bolsi y Meichtry, 2006). Como fragmento de menor superficie, destacamos el oeste del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) por su peso demográfico y visualización como un bloque rectangular ‘compacto’ donde prevalecen niveles de especialización turística y calidad de vida inferiores a la media.

Figuras 3 y 4. La Argentina a espaldas de la fotografía

(3: IET bajo e ICV 2010 alto; 4: IET e ICV 2010 bajos)

Fuente: Gordziejczuk (2022)

En síntesis, la forma específica que adopta la configuración espacial de la relación entre especialización turística y calidad de vida (sumatoria de las Figuras 1,2,3 y 4) deja en evidencia la influencia de un orden social mayor, resultante de procesos que con el pasar del tiempo han plasmado y solidificado en el territorio un patrón de distribución general marcado por la existencia de fragmentos que exponen brechas o desigualdades. No es fácil escapar de la resistencia o rigidez que impone la matriz territorial construida social e históricamente (Longhi et al., 2013). Incorporar al debate un indicador alusivo al turismo no desdibuja significativamente tal patrón, de modo que entendemos que el turismo se adapta, refuerza o aporta a su consolidación. Cada Argentina expone el condicionamiento del espacio geográfico en términos de ventajas, oportunidades, obstáculos y/o restricciones. Consideramos que desplegar acciones que apunten a un turismo responsable (social, económica, cultural y ambientalmente) como opción de desarrollo en áreas de baja calidad de vida y enaltecer la calidad de vida (tanto en su dimensión socio-económica como ambiental) allí donde el turismo ya es una práctica común o extendida son aspectos de índole política para los cuales la focalización en la identificación de áreas puede resultar de apoyo.

 

Referencias bibliográficas

  • Bertoncello, R. (2006). Turismo, territorio y sociedad: el mapa turístico de la Argentina. En: Geraiges de Lemos, A., Arroyo, M. y Silveira, M. L., América Latina: cidade, campo e turismo (pp. 317-335). San Pablo: CLACSO.
  • Bolsi, A. y Meichtry, N. (2006). Territorio y pobreza en el Norte Grande Argentino. Scripta Nova X, nº 218(10).
  • Elizalde, R. (2010). Resignificación del ocio. Aportes para un aprendizaje transformacional. Polis, nº 25: 17 pp.
  • Gómez Herrera, A., Vera, A. y Villalba, A. E. (2012). La configuración de un nodo turístico: la transformación en Villa Turística del Embalse. Un caso paradigmático de poblaciones en renovación. Revista Digital de Población, Estado y Sociedad 6, nº 6: 239-276.
  • Gordziejczuk, M. A. (2022). Análisis espacial de la relación entre turismo y calidad de vida aplicado a los Departamentos/ Partidos de Argentina en los inicios del Siglo XXI. Tesis Doctoral. FaHCE-UNLP.
  • Jafari, J. (2012). A Nice Place to Live is a Nice Place to Visit. En: Uysal, M., Perdue, R. y Sirgy, J., Handbook of Tourism and Quality-of-Life Research. Enhancing the Lives of Tourists and Residents of Host Communities (pp. 5-7). New York: Springer.
  • Longhi, F., Bolsi, A., Paolasso, P., Velázquez, G. y Celemín, J. P. (2013). Fragmentación socioterritorial y condiciones de vida en la Argentina en los albores del siglo XXI. Revista Latinoamericana de Población 7, nº 12: 99- 131.
  • Pastoriza, E. (2011). La conquista de las vacaciones. Breve historia del turismo en la Argentina. Buenos Aires: Edhasa.
  • Velázquez, G. (comp.) (2016). Geografía y Calidad de vida en Argentina. Análisis regional y departamental (2010). Tandil: Centro de Investigaciones Geográficas.
  • Velázquez, G., Tisnés, A. y Gómez, N. J. (2014). Región pampeana: Geografía y bienestar según subregiones (2010). Geograficando 10, nº 2: 1-26.

 

[1] https://reddemediosmisiones.com.ar/contenido/35257/san-ignacio-invaden-territorio-mbya-para-construir-una-casa-de-fin-de-semana

¿Cómo se organiza el sistema público de salud en Mar del Plata y el Partido de General Pueyrredon?

Mag. Silvina Mariel Aveni (INHUS-CONICET-UNMdP y GESPyT-FHum-UNMdP)

La salud, entendida más allá de la enfermedad y de cuestiones biológicas, adquiere un sentido multidimensional como bien y como derecho humano esencial. Hablamos entonces no sólo de salud, sino de un proceso de salud- enfermedad- atención /cuidados, concepción que invita especialmente a las Ciencias Sociales a realizar su aporte.

La Geografía de la Salud es una subdisciplina de la Geografía Social que concibe la salud como condición y resultado de las relaciones de los grupos sociales con su territorio (Ramírez, 2004; Seguinot Barbosa, 2007; Pickenhayn, 2009). Entonces, las instituciones de salud se inscriben en un entramado social que las genera y contiene, es decir que son una “creación”, una construcción social e histórica de cada sociedad y a la vez son generadoras de esa misma trama social (Castoriadis, 1994). Los centros que dispensan atención sanitaria de gestión pública constituyen el resultado de las intervenciones de los gobiernos municipales marplatenses ínsitos en una realidad sanitaria provincial y nacional que los contiene. El análisis de la existencia y distribución de estos servicios reviste importancia en tanto constituyen un criterio de justicia social y territorial.

Mar del Plata está emplazada en el sudeste de la Provincia de Buenos Aires y es el núcleo urbano más importante del Partido de General Pueyrredon. En cuestiones de salud pública posee un rol protagónico puesto que es cabecera de la Región Sanitaria VIII [1] (Figura 1).

Figura 1. Localización relativa de Mar del Plata.

Fuente: Elaboración Personal

El Nivel Primario de salud en la ciudad cuenta con servicios gestionados por las autoridades dependientes de la Secretaría de Salud de la Municipalidad de General Pueyrredon. Sus acciones están dirigidas a la población de niños, niñas y adolescentes, de adultos y de ancianos, a los que se les suministra atención ambulatoria, es decir, una modalidad de servicio a pacientes no hospitalizados que se organiza en torno a la consulta programada o a la demanda espontánea [2]. Uno de los objetivos de la atención primaria es conformar equipos interdisciplinarios de trabajo en terreno para llevar a cabo acciones de salud en función de las necesidades locales. La labor mancomunada de estos profesionales junto a referentes barriales o promotores vecinales constituye la piedra angular de la participación social en las actividades de promoción y prevención de la salud.

Las especialidades que se ofrecen son: Clínica Médica, Pediatría, Ginecología y Obstetricia, Enfermería para el suministro de primeros auxilios, Medicina General, Odontología, Salud Mental, Vacunación, Servicio Social, Servicio Municipal de Atención a las Adicciones y en algunos casos Laboratorio, Nutricionista y Fonoaudiología. La variedad en las especialidades se define priorizando las requeridas por la población del área programática que cubren y según la dotación de infraestructura.

En el organigrama de los servicios de salud ofrecidos en el Nivel Primario de Atención encontramos: Postas Sanitarias, Unidades Sanitarias o Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) y Subcentros de Salud. (Figura 2)

Figura 2. Organigrama de servicios de salud según jerarquía de la atención

Fuente: Elaboración personal a partir de datos de la Secretaría de Salud de la Municipalidad de General Pueyrredon

Primero, las Postas se encargan de dispensar una atención simple por lo que representan la complejidad más baja del sistema de salud. Además, asisten a una reducida densidad de población inscripta en una extensión territorial más pequeña y operan en franjas horarias reducidas. No tienen la capacidad de implementar programas y cuentan con las especialidades básicas (Medicina generalista, Enfermería y Servicio Social) (Figura 3).

Segundo, los CAPS o Unidades Sanitarias ofrecen mayor variedad de servicios sumados a los anteriores (como la extracción de sangre o la realización de placas) a usuarios provenientes de un conjunto de barrios y su jornada de prestaciones es más amplia. Realizan actividades de prevención y promoción de la salud, así como la supervisión de las Postas absorbiendo casos que requieran cierta complejidad en la atención.  Cabe destacar que tres de estas instituciones provee atención 24 horas, ellas son la Unidad Sanitaria Ameghino, la Unidad Sanitaria Playas del Sur y la Unidad Sanitaria La Peregrina (Figura 3).

Tercero, los Subcentros de Salud se encuentran en similares condiciones con respecto a los CAPS, poseen una mayor capacidad para recibir derivaciones desde las Postas Sanitarias y algunos CAPS.  Y, específicamente, el Subcentro de Batán asiste las 24 horas. Por último, se ubican otros centros primarios integrales que captan abundante demanda por parte de los usuarios puesto que se dedican a todas las especialidades. Esos centros son: el IREMI (localizado en el centro de la ciudad), el Centro de Salud N°1 (encargado de la vacunación) y el Centro de Salud N°2 (administrador de guardia 24 horas y dotado de infraestructura más compleja). Según las autoridades de la Municipalidad de General Pueyrredon, cada uno de los eslabones del sector primario es supervisado por otros de mayor complejidad al cual deben derivarle pacientes que requieren ese tipo de atención a través del mecanismo de Referencia- Contrarreferencia[3] (Figura 3).

Figura 3. Listado de Centros de Salud primarios y secundarios, 2023

Fuente: Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires y Secretaría de Salud de la Municipalidad de General Pueyrredon.

Por su parte, el Nivel Secundario y Terciario precisan de un equipamiento de mayor nivel de complejidad, con infraestructura para la internación y profesionales idóneos. Entran en este rubro los hospitales generales y especiales, y los servicios de urgencia. Además, se pueden encontrar centros de apoyo científico-técnico, dedicados al diseño de los sistemas de información sanitaria, al control de las enfermedades infecciosas y a la educación sanitaria de la población. La atención secundaria incluye operaciones sencillas y tratamientos que implican una corta hospitalización, mientras que la atención terciaria atiende afecciones que requieren hospitalización con un cuidado especializado y avanzada tecnología. En nuestra ciudad, el Centro de Especialidades Ambulatorias (CEMA) pertenece a la jerarquía secundaria y depende del Municipio, en tanto que la jerarquía terciaria está representada por el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) y por el Hospital Especializado Materno- Infantil (HIEMI), ambos bajo la gestión provincial. El Hospital B. Houssay pertenece a la misma jerarquía de atención, aunque bajo la coordinación del subsistema de obras sociales, específicamente de PAMI (Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados). Su inclusión se justifica en el importante peso relativo que posee la población adulta mayor en el Partido de General Pueyrredon alcanzando un valor de 14,2% de acuerdo al último registro censal publicado por el INDEC en 2010.

En el marco de atender necesidades emergentes, las dos Unidades de Pronta Atención (UPA) responden a la gestión provincial. El Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires las define como un espacio de atención público y estatal ´intermediario´ entre la atención primaria y la atención hospitalaria. En ciudad de Mar del Plata, existen dos instituciones de este rubro. La UPA 8, dedicada a asistir demanda espontánea y urgencias. Y la UPA 13 se concibe como un efector que descomprime la demanda y acelera la atención provista por el HIGA por lo que cuenta con variedad de especialidades médicas, es una prolongación de la guardia hospitalaria y recibe derivaciones por ambulancia. (Figura 3)

¿Dónde se ubican los servicios de salud públicos?

La distribución territorial de los bienes y servicios en general, y de los equipamientos de salud en particular, son generadores de posibilidades y oportunidades de acceso a los mismos. Según Escalona Orcao y Díez Cornago (2004: 117 y 119), la distribución territorial típica de los servicios relacionados con la salud comprende, por una parte, a los servicios de salud de mayor jerarquía que se ofrecen en los centros de considerable rango poblacional o administrativo y; por otra parte, los servicios de salud de carácter básico que presentan una fuerte desagregación espacial de la oferta y una utilización más frecuente, tal es el caso de los servicios de atención primaria. Si pensamos en la utilización periódica de estos últimos centros de salud, será aún más importante que su localización geográfica sea la adecuada para cubrir las necesidades de los habitantes en cada zona.

La localización de las Unidades Sanitarias o CAPS presenta una cobertura de las necesidades en salud de la mayor parte de los barrios de Mar del Plata y de las localidades del Partido de General Pueyrredon. Esta configuración territorial es coherente con la lógica de descentralización de servicios de salud lo que justifica su presencia dispersa en el espacio (Figura 3 y Figura 4)

Figura 4. Localización de equipamientos de salud en Mar del Plata, 2023

Fuente: Elaboración personal a partir de datos del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires) y la Municipalidad de General Pueyrredon.

Sin embargo, un análisis más pormenorizado puede mostrarnos ciertas disparidades espaciales al interior de la ciudad. El núcleo urbano consolidado está provisto de dos Centros Integrales de atención primaria: el Centro de Salud N°1 y el IREMI que ofrecen una completa variedad de especialidades. El área también cuenta con servicios públicos de jerarquía terciaria como Hospital Especializado Materno Infantil y múltiples clínicas privadas (Aveni, 2008). Este sector de la ciudad está adecuadamente equipado en materia de servicios de salud.

La situación se torna dispar cuando focalizamos en los sectores lindantes a la zona consolidada de la ciudad donde la representatividad de los servicios primarios es escasa hacia los límites oficiales de la ciudad y más aún fuera de ellos. A su vez, allí la presencia de servicios privados es mucho menor (Aveni, 2008). Encontramos, a grandes rasgos, dos escenarios. En la zona Noroeste se observa una cobertura amplia en lo que respecta a la atención primaria (CAPS). Segundo, el área Oeste provista por centros de variada jerarquía: tres Subcentros de Salud como Belgrano, Libertad y Newbery; una gran variedad de CAPS; el Centro de Salud N°2 y una institución de elevada jerarquía de atención ubicado en el barrio “Las Américas” (HIGA), junto a su complemento, la UPA 13. Por el contrario, los equipamientos sanitarios son escasos en todos sus niveles y jerarquías: hacia el Norte y Noreste [4]; hacia el Sur y Suroeste [5]. En estos sectores, la ausencia o escasez de servicios dificulta el cuidado de la salud de los habitantes involucrados. La presencia de la UPA 8 busca suplir parte de esas dificultades en la zona sur.

En síntesis, la distribución territorial de los centros de salud obedece a su ubicación discreta en el espacio, condición que exhibe ciertas inequidades entre las zonas provistas y las que se hallan desprovistas de dicho servicio. A esta dimensión física del acceso, es necesario sumarle otras dimensiones que implican tiempos y costos de desplazamiento hasta el centro de salud, frecuencia del transporte público de pasajeros, horarios de atención de cada dispensario, disponibilidad de insumos e infraestructura sanitaria, calidad de la atención recibida, situación atravesada durante y luego de la pandemia por COVID- 19, entre otras variables fundamentales. Asegurar el derecho a la salud universal presenta desafíos pendientes en la realidad local.

 

Notas

[1] Los Partidos que pertenecen a la Región Sanitaria VIII son: La Costa, Pinamar, Villa Gesell, Mar Chiquita, General Pueyrredon, General Alvarado, Lobería, Necochea, San Cayetano, General Lavalle, General Madariaga, Maipú, General Guido, Ayacucho, Balcarce y Tandil.

[2] La adquisición de Turnos se realiza en la sede del centro de salud o bien, a partir de 2014, vía telefónica a través de la línea gratuita 147.

[3] El funcionamiento del sistema de Referencia- Contrarreferencia comienza desde el personal administrativo de cada centro primario de salud, quien programa con el Hospital que corresponda, la prestación médica necesaria. Al paciente se le entrega una constancia escrita en la que se indica fecha y hora en que deberá concurrir para ser atendido. Terminada la interconsulta, el paciente continúa con los controles en el centro primario de atención localizado en su barrio. En el caso de Mar del Plata, este mecanismo se aplica en los centros primarios de atención, sobre todo cuando se trata a la población materno- infantil. Se derivan casos hacia los Hospitales Interzonales y el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (Secretaría de Salud de la Municipalidad de General Pueyrredon).

[4] Barrios El Retazo, Las Dalias, Parque Peña, Alto Camet, Constitución, La Florida, López de Gomara, Parque Luro, Villa Primera, Félix U. Camet

[5] Santa Celina, Nuevo Golf, Jardín Stella Maris, Quebradas de Peralta Ramos, Colinas de Peralta Ramos, Bosque Peralta Ramos, Santa Rosa del Mar, entre otros

Referencias bibliográficas

  • Aveni, Silvina. (2008). Geografía de la Salud y Calidad de Vida: un análisis de la Condición Sanitaria en Mar del Plata”. En Lucero, P. (Dir.) Territorio y calidad de vida, una mirada desde la geografía local. Mar del Plata. EUDEM. pp. 229 a 251
  • Castoriadis, C. (1994). Los dominios del hombre: las encrucijadas del laberinto. España. Gedisa.
  • Escalona Orcao, A. y Díez Cornago, C. (2004). Accesibilidad geográfica de la población rural a los servicios básicos de salud: estudio en la provincia de Teruel. En CEDDAR. Zaragoza.
  • Pickenhayn, J. (comp.) (2009). Salud y enfermedad en Geografía. Buenos Aires. Editorial Lugar
  • Ramírez, L. (2004). La moderna Geografía de la Salud y las Tecnologías de la Información Geográfica. Revista Investigaciones y Ensayos Geográficos, 4(4):53-64.
  • Seguinot Barbosa, J. (2007). Métodos cuantitativos en Geografía de la Salud: experiencia personal. En Buzai, G. (comp.) Métodos cuantitativos en Geografía de la Salud (103-110). PROEG 2.

Fuentes de datos

  • Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires
  • Secretaria de Salud Municipalidad de General Pueyrredon