Otra(s) cartografía(s) posible(s) para conocer la Mar del Plata LGBT+

Federico García Fernández[1]

Existen muchas formas de conocer Mar del Plata. La más tradicional corresponde a la Mar del Plata de sol y playa, es decir la del turismo. Para quienes residimos  aquí podemos pensar en la Mar del Plata portuaria, frutihortícola, sede de juegos deportivos, congresos, universidades, hospitales, compras. Quienes se aventuran en el análisis de estadísticas relevadas por el  INDEC sumarían otras Mar del Platas, de la vejez, la maternidad, del desempleo, la pobreza, indigencia, y la lista podría continuar. Sin embargo también existen otras territorialidades, menos estudiadas aunque sí presentes, la ciudad de las niñeces, de las vejeces, de las discapacidades, y por qué no, la Mar del Plata lgbt+.

Desde la Geografía, se intenta avanzar en entender cómo se conforman los territorios urbanos en un marco de diversidad y desigualdad, con la intención de comprender cómo son habitados, producidos y reproducidos por las sociedades. Al relacionarlo con el enfoque feminista podremos llegar a otros debates, comprensiones y explicaciones sobre los sucesos.

Este enfoque de desigualdad de acceso, de uso, de posibilidades, retoma el concepto de Bienestar Social, como forma de conocer de qué manera las personas pueden acercarse -por ejemplo- a la salud, educación, empleo, vivienda, espacio público[2]. Para así responder si, ¿Todxs tenemos Derecho a la Ciudad[3]? Este debate ha cobrado relevancia para explicar cómo se configuran diferentes áreas al interior urbano. Algunas con acceso a servicios, ocio, conexiones, empleo; mientras que otras quedan relegadas, marginadas y excluidas de la ciudad.

Desde la perspectiva feminista se avanza en cómo estas diferenciaciones entre “ciudades” al interior del mismo espacio urbano configuran relaciones desiguales de poder. Profundizando en la colectiva lgbt+, en las últimas dos décadas han logrado importantes cambios en su bienestar mediante la visibilidad, el acceso a derechos y legislaciones. Sin embargo, abundan los pendientes para un grupo históricamente marginado y violentado.

 

Diferentes territorios en un mismo espacio

En el momento actual la ciudad de Mar del Plata se podría caracterizar superpuesta  en tres procesos que avanzan en simultáneo:

  • Una primera ciudad, tradicional, patriarcal y conservadora, que busca mantener las diversidades al margen, se desarrolla con un objetivo principalmente económico, dejando de lado otros pareceres sociales sobre cómo podría ser la ciudad, que preceptos debería tener o hacia dónde debería ir el proyecto de desarrollo. Esta ciudad se impone, ordena y legitima mediante la violencia, tanto física como social.
  • Una segunda ciudad que resiste, manifiesta, lucha y logra cambios. Pensamos en personas agrupadas buscando cambiar la realidad social para configurar otras territorialidades, desde el lugar, el barrio, la cultura. Aquí no sólo se trabaja en lograr derechos, sino que se milita su presencia y sostenimiento.
  • Una tercera ciudad, la Mar del Plata deseada, donde se proyectan otros futuros posibles, no sólo se la piensa a corto plazo, es la ciudad motor de cambios, espejo de procesos que ocurren en toda la Argentina, referente en la gesta de leyes y de logros sociales.

Estas diferentes ciudades que habitan dentro del mismo espacio urbano, se yuxtaponen y cohabitan. En algunos casos podremos referenciar más a una que a otra, pero siempre se encuentran entrelazadas. Para demostrarlo seleccionamos tres ejemplos: la ordenanza de traslado de las zonas rojas de la ciudad, la señalización de las sendas del orgullo y la declaración de Mar del Plata como ciudad Incluyente. Mediante estos, se busca representar cómo las normativas municipales encuentran su correlación espacial y configuran diferentes geografías.

 

La Mar del Plata invisible

Mucho se ha hablado ya sobre la movilización de las zonas rojas en la ciudad, desde sus sectores tradicionales hacia un nuevo sector en cercanías al cementerio municipal y el predio de disposición final de residuos en la Avenida 10 de Febrero entre Cacique Chuyanyuta y Cutay. Esta problemática comenzó a tomar fuerza en la prensa desde fines de 2021 y permitió comprender las diferentes formas de concebir la ciudad.

Conforme propone la Ordenanza 25590/22[4] -Programa Zonas Seguras de protección integral a fin de promover medidas focalizadas para la prevención de la violencia y los delitos en las zonas del partido donde se ejerza la prostitución-, el trabajo sexual callejero se localiza solo en un sector urbano de 500 metros de extensión (Figura 1). Para ello se plantea el desarrollo de un operativo de sanidad, acondicionamiento urbano y seguridad en este lugar, en simultáneo, se establecen penalizaciones económicas y/o prisión para quienes no acaten.

Figura 1. Movilización de los sectores principales de oferta de trabajo sexual conforme la ordenanza 25590/22

Fuente: Elaboración personal con base en mapeos de Darouiche (2019) y Ordenanza Nº 25590/22.

El desarrollo de esta propuesta surgió como consecuencia de movilizaciones vecinales y de agrupaciones políticas en reclamo por los disturbios que se presentaban en vía pública con la oferta y demanda de trabajo sexual y la presunta venta de sustancias psicoactivas. Esto llevó al desarrollo, desde la Comisión de trabajo de Políticas Género, Mujer y Diversidad del Honorable Consejo Deliberante, de un proyecto de ordenanza que buscaba establecer zonas seguras para el ejercicio del trabajo sexual.

Esta normativa inicial es luego alterada, y transformada en la ordenanza presente al momento actual, punitiva y restrictiva para el ejercicio de una actividad que se encuentra en un ´gris jurídico´ a nivel nacional y que presenta un gran debate sobre su legalización o prohibición. Para su establecimiento se desarrollaron Audiencias Públicas y diferentes movilizaciones sociales (Figura 2), en las cuales no se pudo resolver cuál era el mejor destino para la zona roja, y donde poco espacio de debate encontraron las vecinas trabajadoras sexuales sobre la opinión de diversos vecinos frentistas que buscaban deslocalizar la actividad.

Figura 2. Segunda marcha en contra de los Transtravesticidios el 24 de septiembre de 2022 frente al palacio municipal

Fuente: Archivo fotográfico personal (2022).

Finalmente la normativa se aplicó desde mediados de 2022 y continúa vigente hasta el momento actual. En concreto produjo un proceso de desterritorialización[5] de la comunidad de trabajadoras sexuales desde sus núcleos tradicionales de trabajo hacia una nueva localización en un área compleja de la ciudad, en un espacio ajeno, restringido y acotado, que no eligieron, donde no se sienten cómodas ni seguras.

Este ejemplo permite comprender cómo parte de la comunidad lgbt+ que son quienes ejercen el trabajo sexual, principalmente las mujeres trans, continúan siendo discriminadas, marginadas y sistemáticamente excluidas. ¿Dónde podremos referir a Derecho a la Ciudad para estas personas que han sido excluidas de su propio espacio? ¿Bajo qué criterio se puede penalizar una actividad que no se encuentra normada?

 

La Mar del Plata del orgullo

El evento anual más reivindicativo y ansiado de la comunidad lgbt+ irrumpiendo en territorio es la Marcha del Orgullo LGBT+. Evento que toma como foco inicial en 1990 en la Ciudad de Buenos Aires, pero que rápidamente comienza a encontrar repercusiones en otros lugares del país. Se desarrolla en Mar del Plata desde hace XVI ediciones, y es considerada una de las más relevantes a nivel regional por su visibilidad e importancia.

Anualmente se desarrolla la marcha en un recorrido circular que surca el microcentro urbano. Inicia el evento en Av. Luro y calle Yirigoyen en el centro de la plaza principal de la ciudad, con una concentración en la cual se lee un manifiesto anual en relación a los eventos sucedidos en el periodo, hay música, artistas locales y referentes nacionales, como también representantes de diversas organizaciones.

Figura 3. XV Marcha del Orgullo Mar del Plata realizada el 11 de diciembre de 2021

Fuente: Archivo fotográfico personal (2021)

Luego se comienza a marchar como se presenta en la Figura 4, por Av. Luro en dirección al mar, por la costa hasta calle Rivadavia -importante zona comercial turística de la ciudad-, hasta Av. Independencia, para retomar de nuevo por Luro hasta el punto de inicio. En su recorrido acompaña la música y la festividad, las carrozas animan el evento y le dan otro tinte. Cuenta con una importante afluencia política de movimientos sociales, representantes estatales y de gobierno.

Figura 4. Recorrido tradicional de la Marcha del Orgullo en la ciudad

Fuente: Elaboración propia con base en salida de campo (2021)

El proceso de territorialización que tiene esta marcha desde sus inicios no es casual, sino que busca unir diferentes puntos neurálgicos de la realidad marplatense: la plaza central, el mar, la calle comercial y turística Rivadavia, la Av. Independencia y Av. Luro como arterias de conexión urbana con gran circulación vehicular y de transporte público. Este recorrido permite gran nivel de visibilización y configura una irrupción en el espacio público.

El territorio que toma la marcha se ha señalizado desde 2021 bajo la ordenanza N° 25.405 (ver en Figura 5), la cual ha permitido la colocación de huellas artísticas. Estas construyen una representación constante para la comunidad. La propuesta mediante la técnica de mosaiquismo y desde una realización autogestionada de la Comisión Organizadora de la Marcha del Orgullo, ha colocado en postes de luz diferentes tipos de banderas de la diversidad lgbt+.

Figura 5. Huellas del recorrido de la Marcha del Orgullo

FA la izquierda Av. Luro y calle Yrigoyen. A la derecha calle Rivadavia esq. calle Mitre.

Fuente: Archivo fotográfico personal (2022)

Los procesos de territorialización de estos eventos, permiten pensar en otras formas de habitar, no sólo a nivel objetivo, sino también dentro de lo simbólico de cada sujeto, las cuales hallan su materialidad en las movilizaciones y las luchas políticas en el espacio cotidiano, ponen en terreno las diversas ciudades que se quieren construir. La música, los colores, las pancartas no son casuales, se busca decir “acá estoy”, se disputa el “así quiero ser” y desde la sumatoria de esos imaginarios se teje una voz colectiva de “esta es la Mar del Plata que queremos”.

Pensar el derecho a la ciudad no es sólo una postura política sobre lograr ingresar de manera objetiva al espacio urbano, también responde a esas subjetividades que se materializan en el cotidiano, y que permiten disputar qué tipo de ciudad se desea construir, habitar, diseñar. La marcha también cumple esa función estructurante de una otra urbanización posible, y sobre todo de esos otros lazos sociales que se pueden formar.

 

Entre la ciudad amigable y la ciudad posible

En el año 2009 se sanciona la Ordenanza Nº 19130/09[6] que postula a Mar del Plata como una ciudad GayFriendly o amigable con las diversidades. En este sentido se buscaba posicionar como un espacio habitable y seguro para las diversidades, podríamos decir, con un tinte un tanto marketinero y enfocado al turismo nacional.

Muchos logros sociales -como el matrimonio igualitario (2010) o el reconocimiento a la identidad de género (2012)-, llevaron a que las organizaciones comenzaran a reflexionar sobre esta postura, que en principio fue un gran avance, pero que quedó escueta en relación a las necesidades estructurales de la comunidad. Así se comenzó a plantear que no se necesitaban espacios amigables, la necesidad es construir una verdadera estructura estatal inclusiva e incluyente.

Este debate encontró como resultado la Ordenanza N° 25501/22[7] mediante la cual se derogó la previa mencionada y se postuló a Mar del Plata como una ciudad incluyente. Esto buscó avanzar en el desarrollo de una batería de leyes que permitan el acceso real de la comunidad, una visibilización sin estigma y el acompañamiento en las trayectorias lgbt+. A partir de esto, es importante comenzar a definir algunos preceptos sobre en qué tipo de ciudad queremos vivir, cómo deseamos habitarla y qué esperamos de esta.

Sobre la dicotomía entre la ciudad iluminada y la ciudad opaca, el centro y la periferia, un avance hacia otra urbanización posible debe romper con esas lógicas, no sólo reformular el núcleo urbano, sino integrar y homogeneizar, desde una forma de pensar heterogénea y diversa. En momentos donde prima la individualización, la separación, y la diferenciación, es importante recuperar la ciudad como encuentro, diálogo, unión. Si este es el lugar donde se materializan las luchas y manifiestan las desigualdades, también puede ser donde se configuren las respuestas, nuevas formas de vivir y habitar.

Recuperando a la pensadora Marlene Wayar[8], quizás todavía no sepamos qué queremos ser, pero si podemos empezar por definir que no queremos ser, hasta tanto logremos conformar una nostedad que nos acompañe en la configuración de una Mar del Plata mejor. Si tantas personas elegimos a diario vivir en LaFeliz, es porque indefectiblemente está ciudad encuentra en nosotros un lugar de esperanza y futuro.

 

[1] Licenciado en Geografía por la Universidad Nacional de Mar del Plata. Estudiante de la Maestría en Ciencias del Territorio en la Universidad Nacional de La Plata. Becario tipo A de la Universidad Nacional de Mar del Plata 2023-2026. Adscripto desde 2020 a la Investigación en el Grupo de Estudios sobre Población y Territorio (GESPyT), Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata. Interesado en las Geografías Feministas, el urbanismo Queer, el Bienestar Social y el Derecho a la Ciudad. Contacto: garciafernandezfede@gmail.com

[2] El referente en esta concepción del Bienestar Social es David Smith en su libro Geografía Humana de 1977, quien acuña este concepto como método de estudio del espacio desde la comprensión de estos procesos que generan desigualdad al interior de las poblaciones.

[3] El Derecho a la Ciudad, desde Leslie Kern en su libro Ciudades Feministas del año 2020, permite entender cómo las personas habitan y participan en la construcción de la ciudad de forma desigual, donde género, sexo, identidad y clase son factores determinantes sobre cómo vivimos en el espacio.

[4] Promulgada el 12 de julio de 2022, tiene por objetivo “promover la creación de zonas seguras para el ejercicio de la prostitución en el Partido de General Pueyrredon”, para lo cual el departamento ejecutivo designa sectores y horarios habilitados y penaliza la actividad por fuera de estos con pena monetaria o de carcel. En los espacios excedentes a este área, desarrolla un operativo denominado “Alerta Mar del Plata” en el cual vecinos y vecinas podrán denunciar de forma anónima el ejercicio de la actividad. No establece una definición de lo que considera ejercer la prostitución u ofrecer sexo callejero. Disponible en: https://basenormas.concejomdp.gov.ar/normas/show/normas/25968

[5] Los procesos de territorialización, desterritorialización y reterritorialización son analizados en detalle cómo conceptualización teórica y práctica en el libro de Rogerio Haesbart publicado en 2011 “El mito de la desterritorialización. Del fin de los territorios a la multiterritorialidad. México: Siglo XXI.

[6] ”Declárese a Mar del Plata ciudad amigable con la diversidad sexual” promulgada el 22 de abril de 2009, tiene por objetivo desarrollar políticas publicas en conjunto para erradicar la violencia, la discriminación y garantizar los derechos de las personas de la comunidad. Trabaja desde el turismo, el comercio y los servicios. Propone desarrollar acciones en conjunto para crear un circuito de turismo GayFriendly internacional. Disponible en: https://www.concejomdp.gov.ar/biblioteca/docs/o19130.html

[7] “Declara a Mar del Plata como Ciudad Incluyente con la diversidad sexual.”  Sancionada el 5 de mayo de 2022. Busca comenzar una línea de normativas que aspiren a erradicar la violencia contra la comunidad, a la vez que garantizar la plenitud de sus derechos. Disponible en:  https://basenormas.concejomdp.gov.ar/normas/show/normas/25887

[8] Marlene Wayar es una pensadora y activista por los derechos de las personas Trans en Argentina, ha desarrollado una valiosa bibliografía, desde la cual podemos recuperar “Travesti, una teoría lo suficientemente buena” o “Furia Travesti: Un diccionario de la T a la T”. También ha sido partícipe de numerosos logros de la comunidad LGBT+.

¿Massa y Kicillof sí, Raverta no? Acerca del voto a Unión por la Patria y Encuentro Marplatense en el Partido de General Pueyrredón

Marcela Ferrari (INHUS, CONICET)

La derrota de Fernanda Raverta, candidata a intendenta por Encuentro Marplatense (EM) para el partido de General Pueyrredon (PGP), frente al actual edil Guillermo Montenegro, candidato de Juntos por el Cambio (JxC), en las elecciones del 22 de octubre, merece detenernos en algunas reflexiones. Tanto más cuando esta situación se reitera, en una instancia en la cual Raverta se presentó encabezando una coalición local (EM) formada por Unión por la Patria (UxP) y la agrupación vecinal liderada por Gustavo Pulti, Acción Marplatense, que en 2019 resultó tercera en las elecciones municipales.

En las generales de octubre, Raverta obtuvo 35,96% de los votos, un porcentaje cercano al alcanzado en el municipio por el candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof (36,18%), y mayor en un punto al obtenido por Sergio Massa para presidente de la Nación (34,83%). Los dos últimos triunfaron en las elecciones en esta jurisdicción poco afín al peronismo. A su vez, Montenegro, con más del 41% de los votos, superó ampliamente el 33,76% alcanzado por el candidato a gobernador de su propia fuerza política, JxC, Néstor Grindetti, y el 29,71% que logró Patricia Bullrich, la candidata presidencial.

Ante ello, la pregunta que moviliza este texto es qué subyace a ese comportamiento electoral. En una primera lectura, se desprende una conclusión: el voto a Montenegro, afianzado en Mar del Plata, pone de manifiesto que los municipios son territorios de construcción de la política cuyo comportamiento electoral es relativamente autónomo de lo que ocurre en las arenas provincial y nacional. Los mapas electorales que siguen muestran que la incongruencia de voto entre niveles registrada en General Pueyrredon se reitera en numerosos partidos bonaerenses:

Mapas 1 y 2

Triunfos electorales para intendentes (1) y presidente (2) en la Provincia de Buenos Aires

Elecciones generales, 22/10/2023

 Fuente: https://www.pagina12.com.ar/601412-resultados-elecciones-2023-mapas-interactivos-con-los-datos-

Referencias: Celeste: UxP; Amarillo: JxC; Gris y Violeta: LLA

Habrá que preguntarse, entonces, qué ocurre por debajo de ese registro extendido en el territorio provincial, retornando al escenario local. Porque si la incongruencia señalada puede aparecer como una paradoja del electorado, otras cuestiones deben permitir explicar cierta estabilidad en el voto local del PGP. Si comparamos el voto a intendente 2023 con el de las elecciones de 2019, teniendo los mismos principales adversarios enfrentados, mientras el candidato de JxC incrementó el porcentaje de sufragios en un 0,70%, Raverta, que en 2023 sumó a Unión por la Patria la agrupación vecinal de Gustavo Pulti, disminuyó en un 1,59% el porcentaje de votos.[1]

Se hace necesario, entonces, recuperar algunas dimensiones y ciertas prácticas imbricadas en redes político sociales formales e informales que puedan explicar la aparente paradoja del caso marplatense, tanto como la continuidad en el triunfo del actual intendente.

Dimensiones:

¿Cuánto de la dimensión emocional, entendida como aquella sensibilidad que despiertan en el electorado las representaciones, las acciones, los discursos y las trayectorias personales de los candidatos, pudo afectar la elección a intendente?

El actual y electo intendente, abogado, a sus 60 años se presentaba a la teleaudiencia como “el gordo Montenegro”, procurando proximidad. Hasta 2007 había desarrollado una trayectoria en el campo judicial, como fiscal de Estado y, posteriormente, juez federal. Dio “el salto a la política” cuando Mauricio Macri le ofreció incorporarse a Propuesta Republicana (PRO) y a su gobierno como ministro de Justicia y Seguridad del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; su principal legado fue la creación de la Policía Metropolitana. Con posterioridad, fue designado embajador argentino en el Uruguay, fue diputado nacional y en 2019 volvió a Mar del Plata, para liderar la coalición desde la cual resultó intendente de la ciudad, con el apoyo del entonces presidente y la gobernadora María Eugenia Vidal para desplazar a las fuerzas de Agrupación Atlántica conducidas por Carlos Arroyo en el gobierno de la ciudad, concentrando sus principales apoyos en los sectores medios de los circuitos electorales centrales de Mar del Plata, en alianza con la Unión Cívica Radical. Su gestión fue consecuente con esas adhesiones, tal como se reflejó en especial durante el período de pandemia (ver los informes I a IV de la solapa “COVID” de este Observatorio), en las obras públicas realizadas, en los eventos colectivos que atrajo a la ciudad y en la oposición a la cesión de tierras del Marquesado.

La candidata representada por los medios hegemónicos como “la camporista Fernanda Raverta”, tiene 46 años, es licenciada en Trabajo Social, y reúne una trayectoria política extensa. Se inserta en la coalición político partidaria oficialista de signo nacional y popular liderada por el peronismo y, dentro de él, se ubica en la misma línea que el gobernador de la provincia. Actualmente, es titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), agencia a través de la cual se canaliza buena parte de la acción social del Estado. Ha sido diputada nacional y provincial y ministra de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires. Ha sido fundadora de H.I.J.O.S. regional Mar del Plata. Se vincula a distintos niveles de poder oficial -provincial y nacional-, y mantiene fuertes lazos territoriales locales implantados en organizaciones políticas, movimientos sociales y organismos de derechos humanos. El discurso preciso y consistente transmitido a través de una campaña que procuró alcanzar a una audiencia amplia, que animaba a la acción y al compromiso de los vecinos, los constantes recorridos por los barrios de la ciudad y el horizonte de movilización de recursos que favorecerían al municipio en caso de triunfar, fueron insuficientes para ganar en las elecciones locales.

Por cierto, los perfiles de los candidatos no definen la adhesión de determinados votantes. Las dos coaliciones enfrentadas son policlasistas y reciben adhesiones de una pluralidad de adherentes, desde el punto de vista de su procedencia social, económica y cultural.  Sin embargo, el recorrido de los barrios, la inclusión de los movimientos sociales en el armado político y la acción social desplegada a favor de los sectores vulnerables en el caso de Raverta, parece haber producido efectos en la dimensión socio territorial de distribución del sufragio: la candidata triunfó en la extensa periferia del PGP donde, grosso modo, habita la población más vulnerable, urbana, rururbana y rural, menos concentrada.

Mapa I

Distribución del voto electoral por coalición

PGP, elecciones generales a intendente – 2023

Fuente: Tomado de https://www.0223.com.ar/nota/2023-10-23-19-38-0-general-pueyrredon-partido-en-dos-montenegro-se-afianza-en-el-centro-y-raverta-domina-en-la-periferia

Referencias: celeste, voto a EM; amarillo, voto a JxC; gris, voto a LLA

El mapa muestra la distribución espacial del voto que favoreció a los candidatos a intendente: en los nueve circuitos centrales, urbanos y demográficamente densos, triunfó JxC; en diecinueve de la periferia, EM; en uno empataron ambos y en cinco ganó La Libertad Avanza (LLA).

En cuanto a la estricta dimensión política, podríamos considerar distintos factores que hacen a a la práctica de las organizaciones partidarias y coalicionales. Como se señaló para el resto del país, también en el PGP, la competencia en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) se planteó por tercios. La consigna con que EM, como el resto de Unión por la Patria en el país, militó el voto local, provincial y nacional durante el lapso que medió entre el 13 de agosto y el 22 de octubre fue “La damos vuelta”. Es decir, el objetivo era superar la tendencia que en las PASO se había mostrado adversa al peronismo. Como anticipamos, esto se cumplió en el orden provincial y nacional mas no en el municipal, tal como lo muestra la Tabla 1, que nos permite avanzar en una descripción de los resultados electorales porcentuales, para tratar luego de avanzar en una mayor comprensión.

Tabla 1

Comparación de voto a intendente, gobernador y presidente

PASO – Elecciones generales – PGP, 2023

(en %)

Fuente: https://paso.resultados.gob.ar/elecciones/1/252/1/-1/-1/Buenos-Aires/Secci%C3%B3n-Quinta/General-Pueyrred%C3%B3n  y https://resultados.gob.ar/elecciones/1/252/1/-1/-1/Buenos-Aires/Secci%C3%B3n-Quinta/General-Pueyrred%C3%B3n

Como se puede observar en la Tabla 1, entre ambas elecciones hubo un crecimiento general de la participación electoral, una disminución del voto en blanco y un aumento del porcentaje de votos afirmativos.

Los incrementos porcentuales siempre fueron mayores en las coaliciones lideradas por el peronismo, pero no se distribuyeron de la misma manera para los diferentes candidatos: para intendente el voto de Encuentro Marplatense se incrementó en un 4,74%, para gobernador un 6,73% y para presidente un 8,43%. De ello se desprende que la coalición peronista fue eficaz para cooptar en todos los niveles. Pero en la arena local, aquella en la cual en las PASO había obtenido una mejor performance, atrapó menor cantidad de sufragios nuevos.

Entre ambas instancias electorales, JxC perdió porcentual de voto a gobernador (-4,78%) y a presidente (-4,24%); en cambio en las elecciones a intendente aumentó en un 1,34%. Por su parte, LLA, en octubre superó levemente el porcentaje de voto a gobernador alcanzado en agosto (0,36%), algo más el voto a presidente (1,23%), pero lo disminuyó en el caso de intendente (-2,33%).

A la luz de la descripción realizada es grande la tentación de decir que el porcentaje de votos que perdió LLA en MGP se trasladó al candidato de JxC, es decir, Guillermo Montenegro. Esta afirmación podría sostenerse en información difundida con anterioridad a las elecciones generales acerca del acercamiento del intendente Montenegro a la fuerza de ultraderecha, que en el plano local alentaba a sus simpatizantes a votarlo[2]. La tendencia a votar ganador, sumada a los argumentos acerca de la falta de representatividad para LLA de algunos candidatos a concejales que con anterioridad habían pertenecido al kirchnerismo o el massismo y en esta nueva instancia acompañaban a De Maio, podrían haber influido en parte del electorado libertario marplatense a sumar su voto al actual intendente. Fusión de las derechas y corte de boleta justificarían el incremento de voto a Montenegro. Hasta se podría pensar en la adhesión de electores conservadores o de derecha que migran su voto a Montenegro por el temor a un gobierno peronista local.

Sin embargo, resulta conveniente comparar los votos absolutos obtenidos en ambas instancias electorales por las principales fuerzas en competencia del PGP.

Tabla 2

Voto a intendente del Partido de General Pueyrredón

PASO y elecciones generales (2023).

Fuentes: https://paso.resultados.gob.ar/elecciones/10/74/1/-1/-1/Buenos-Aires/Secci%C3%B3n-Quinta/General-Pueyrred%C3%B3n#agrupaciones y  https://resultados.gob.ar/elecciones/10/77/1/-1/-1/Buenos-Aires/Secci%C3%B3n-Quinta/General-Pueyrred%C3%B3n#agrupaciones.

A la luz de la cantidad de votos obtenidos por las principales fuerzas en competencia, la lectura adquiere un nuevo matiz. En una elección en la cual la participación creció en un 8,15% y el voto en blanco disminuyó en un 0,94%, todas las fuerzas políticas incrementaron el caudal de sufragios para intendente. La que más votos cooptó fue EM, que en ese aspecto aventajó en más de 7000 sufragios a su principal adversario. Pero ni siquiera alcanzando el máximo de votos que Unión por la Patria obtuvo en el PGP para presidente (140.990) o para gobernador (139.003), Raverta hubiera logrado la intendencia.

*    *    *

Una vez más, la explicación del sufragio se torna difícil de captar, por variada y compleja. En este artículo se trató de acercar algunas lecturas más descriptivas que analíticas, a través de una exploración inicial desde las dimensiones emocional, socio-territorial y política, por considerar que era necesario aclarar estos elementos para avanzar hacia la indagación más profunda de un problema que, sin dudas, necesita ser trabajado en profundidad: por qué se elige una candidatura sobre otra.

 

[1] En las elecciones de 2019, el Frente de Todos obtuvo el 37,63% de los votos y Acción Marplatense el 11,03; Juntos por el Cambio, 40,43%. Cf. A. Bianchino, “¿Mar del Plata antiperonista? Pensar las elecciones de 2019: entre el corte de boleta y el vecinalismo”.

[2] https://laletrachica.com.ar/nota/18200/montenegro-le-suelta-la-mano-a-bullrich-y-juega-con-el-corte-de-boleta/. https://www.pagina12.com.ar/599278-las-seiscientas-mil-razones-que-unen-a-guillermo-montenegro-

¿Mar del Plata antiperonista? Pensar las elecciones 2019: entre el corte de boleta y el vecinalismo.

 

Lugares para vivir, lugares para visitar: una breve reflexión sobre tres regiones argentinas

Matías Adrián Gordziejczuk

INHUS (CONICET/UNMdP), GESPyT (FHum/UNMdP), Grupo Turismo y Territorio (FCEyS/UNMdP)

Tanto en el ambiente académico como periodístico, la crítica sobre la existencia de más de una Argentina es algo frecuente. “La desigualdad ha sido históricamente, y es en la actualidad, una característica elemental de las estructuras sociales” (Longhi, Bolsi, Paolasso, Velázquez y Celemín, 2013:104), de modo que formamos parte de una matriz territorial relativamente rígida, compuesta por fragmentos más y menos favorecidos, pese al cambio en los estilos de desarrollo. Para quienes trabajamos con Sistema de Información Geográfica (SIG), esta situación se ve claramente representada cuando, al activar o desactivar capas de información superpuestas que obedecen a distintos tiempos e indicadores sociales, se manifiesta una y otra vez el mismo patrón de distribución socioespacial. Hacemos referencia, por ejemplo, a las condiciones desfavorables que suele manifestar el Gran Norte argentino frente al área Pampeana o, dentro de esta última, la criticidad que puede llegar a denotar el Conurbano Bonaerense en comparación a otros lugares. Cada tipo de recorte territorial exhibe una “cara” de la realidad argentina, cuyas contradicciones y complejidades propias pueden revelarse si se amplifica o se juega con las escalas de análisis.

Si bien lo más común es que nos sumerjamos en este debate considerando variables como la pobreza, la calidad de vida, las características demográficas y la vulnerabilidad sociohabitacional de los hogares, en esta ocasión la propuesta consiste en reflexionar desde una dimensión de análisis particular y que tradicionalmente ha sido tratada como fenómeno excepcional o descontextualizado del orden social por creerse que poco puede aportar para su comprensión (Bertoncello, 2006). Se trata del turismo, una práctica social recreativa y conjunto de actividades económicas que, en el contexto actual de revalorización del ocio, sobrevaloración del consumo y acumulación de experiencias (Elizalde, 2010), pasa cada vez menos inadvertido entre comunidades y conjuntos poblacionales. Sea un factor o motor de desarrollo que atrae mano de obra y retiene personas en sus lugares de origen o un fenómeno que gentrifica territorios expulsando población y generando más problemas que soluciones (ambientales, culturales, económicos), el turismo influye cada vez más sobre la calidad de vida, a pesar de que recientemente la pandemia lo haya puesto en dudas.

Específicamente, diseñamos un índice de especialización turística (IET) departamental, compuesto por múltiples indicadores que aluden a dimensiones de análisis como la oferta de alojamiento, los atractivos turísticos y los intermediarios del sector público y privado, y lo correlacionamos con el índice de calidad de vida 2010 (también departamental) elaborado por Guillermo Velázquez y su equipo de trabajo (cfr. Velázquez, 2016), para apreciar desde un ángulo peculiar diferentes argentinas (cfr. Gordziejczuk, 2022). Mediante el manejo de ambos índices en un SIG, fue posible arribar a otra forma de representación de las disparidades inter e intrarregionales, evaluando la capacidad que posee el turismo de alterar o distorsionar esa matriz o patrón territorial tan arraigado en el país, y proponiendo una regionalización que a continuación se repasa.

El primer recorte que podemos apuntar es el que se caracteriza por poseer especialización turística y calidad de vida por encima de la media nacional. Este se sugiere como la Argentina de la fotografía panorámica. Para su representación en la Figura 1, seleccionamos un color verde vivaz o intenso, en alusión a contextos donde, siempre en términos relativos y asumiendo la inherente generalización que emana de la cartografía, se establecen condiciones óptimas de calidad de vida, que además incluyen una dotación, al menos mínima, de recursos y equipamientos que son valorados y usados turísticamente y sobre los cuales, creemos, la población anfitriona puede acceder en mayor o menor grado. Se podría decir que, como en ningún otro fragmento del territorio, aquí se adecúa la expresión propuesta por el antropólogo Jafar Jafari, que dice “un buen lugar para vivir es un buen lugar para visitar” (2012: v).

Figura 1. La Argentina de la fotografía panorámica

Fuente: Gordziejczuk (2022)

Como podemos observar, se trata de un conjunto de recortes espaciales dispersos por todo el territorio nacional y que cuenta con los atractivos turísticos más reconocidos a nivel interno y externo. Por las relativas condiciones favorables de calidad de vida que contiene la población local, quizás en estos lugares se cuenta con mayor predisposición a lucir desde un ángulo ampliado el contexto social donde precisamente se lleva a cabo la práctica turística. No solo se corresponde con lugares de turistificación más o menos reciente (últimas décadas en siglo XX en adelante), sino también, y en gran medida, con lugares que autores como Rodolfo Bertoncello (2006) y Elisa Pastoriza (2011) incluyen en sus narraciones sobre el mapa turístico tradicional y los espacios representativos del turismo tanto aristocrático como democratizado. Sin ánimos de exhaustividad, nos referimos a partidos que miran al mar, como General Pueyrredon, General Alvarado y Necochea; departamentos serranos y montañosos, como Calamuchita, Punilla, Los Lagos y Bariloche; distritos sureños valorados por su naturaleza y lejanía respecto a los principales centros emisores de turismo, como Ushuaia y Lago Argentino; municipios que son núcleos de aglomeraciones urbanas, como los llamados Capital en Mendoza, Salta y Tucumán, y -no olvidemos- emblemas nacionales como Iguazú y Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

La segunda fracción que queremos señalar es denominada la Argentina de la lente ajustada, ya que, si bien la especialización turística se mantiene por encima de la media nacional, la calidad de vida de las comunidades locales no. En estos casos, la búsqueda del plano panorámico y la rotación de la cámara puede que simbolicen actos de incomodidad y provocación para los responsables (actuales e históricos) del bienestar social de las comunidades locales dada la posibilidad de revelar contrastes notorios entre los sitios puntuales donde concretamente se lleva a cabo la práctica turística y las áreas colindantes. En este sentido, la preferencia hacia la reducción de la profundidad y del campo de visión se vincula con la exposición o visibilización de determinados recortes del territorio estratégicamente seleccionados y acondicionados para el turismo.

En los casos de distritos que poseen un IET significativamente alto, es posible que asome una dinámica con rasgos similares a los de un enclave, donde el turismo se desarrolla en puntos específicos, de la mano de iniciativas privadas, generando exiguos beneficios o derrames sobre la mayor parte de la población local, tales como pueden ser la generación de empleos, el crecimiento de las inversiones en infraestructura, equipamiento y servicios públicos y el aumento de los ingresos. Por estos motivos, consideramos que la detección de tales unidades espaciales es importante para la focalización y planificación de un turismo más sustentable, responsable y socialmente aceptado. Retomando la cita de Jafar Jafari (2012), en este caso amerita reflexionar y cuestionar si todo buen lugar para visitar también es un buen lugar para vivir…

La Figura 2 exhibe que las provincias que congregan más muestras de esta categoría son Salta, Catamarca, Corrientes y Misiones. Lugares de renombre turístico como Cachi y San Ignacio forman parte de esta Argentina, sobre la cual en los últimos años se han revelado, por ejemplo, problemáticas ligadas al desalojo territorial de la población originaria para la construcción de viviendas de uso turístico o temporal[1]. Sin embargo, destacamos como paso paradigmático al departamento santiagueño Río Hondo por su amplia trayectoria turística y por albergar al emblema del termalismo argentino, la ciudad de Termas de Río Hondo. Respecto a este lugar, el estudio de Gómez Herrera, Vera y Villalba (2012) declara que las políticas públicas han dejado en evidencia la intención de insertar a esta localidad en el plano internacional a costa de configurar un enclave turístico que fractura al territorio local. En palabras de estas autoras:

“El enclave en el Departamento Río Hondo como producto es ofrecido a los turistas a través de paquetes que incluyen visitas guiadas, espectáculos artísticos y eventos deportivos. Sin embargo esta selección de ciertos lugares “para mostrar” implica un recorte de la ciudad, que excluye zonas o asentamientos espontáneos en condiciones de precariedad, emplazados a los márgenes de la ciudad de Las Termas a medida que avanzaba en su crecimiento” (Gómez Herrera, Vera y Villalba, 2012: 261).

Figura 2. La Argentina de la lente ajustada

Fuente: Gordziejczuk (2022)

La última porción territorial que desarrollaremos es la Argentina a espaldas de la fotografía, compuesta por dos asociaciones harto heterogéneas, como son, por un lado, la de especialización turística por debajo de la media nacional y calidad de vida por encima de la media, y, por otro lado, la de ambos índices inferiores al promedio nacional. Si bien la variable calidad de vida establece realidades sumamente desiguales, uno y otro comparten características como las de poseer escasez de recursos valorizados turísticamente y especialización en otras actividades productivas. Sin embargo, hay que señalar diferencias en cuanto a cuestiones como la accesibilidad física relativa y las capacidades humanas (habilidades, conocimientos técnicos, capital cultural) que colocan en una situación de mayor privilegio a los recortes territoriales de la componente mixta.

Lo anterior se correlaciona con disimilitudes en lo que respecta a distribución espacial y composición regional. Mientras que en la región Pampeana se concentran la mayor parte de los distritos con calidad de vida superior a la media nacional y especialización turística inferior a la media nacional (Figura 3), en las regiones Noreste Argentino (NEA) y Noroeste Argentino (NOA) predominan las dos situaciones en las cuales el nivel de calidad de vida es inferior a la media (Figuras 2 y 4). Para la representación de estas últimas, mutamos la rampa de colores hacia tonalidades rojizas, que son popularmente más asociadas con cuestiones problemáticas, llamativas o alarmantes. Contrariamente, utilizamos un verde menos intenso que el de la Figura 1 para incorporar en la Figura 3 a los lugares donde se instauran condiciones satisfactorias de calidad de vida, pero que están acompañadas por un escaso desarrollo turístico, que sugiere cierta debilidad en torno a alternativas de acceso a espacios de ocio y recreación variados. Una muestra de este tipo está compuesta por partidos bonaerenses que integran, irónicamente, la llamada Pampa Deprimida, caracterizada por Velázquez, Tisnés y Gómez (2014) como de paisajes agropecuarios, llanos y monótonos, con adversidades ecológicas por la alternancia de inundaciones y sequías, y escasez de recursos recreativos, tanto naturales como culturales. Se podría decir que, turísticamente, en esta clase de lugares no hay mucho que ofrecer, pudiéndose ceder paso nuevamente a la reflexión y al cuestionamiento: todo buen lugar para vivir, ¿es también un buen lugar para visitar…?

Finalmente, destacamos que como fragmento más extenso a espaldas de la fotografía sobresale en la Figura 4 el recorte territorial al que Longhi et al. (2013) refieren como un ‘núcleo crítico de extrema dureza’, integrado principalmente por las provincias de Formosa, Chaco, Santiago del Estero y Salta; aunque en este caso la contigüidad espacial se extiende hasta distritos de Jujuy, Tucumán, Santa Fe y Córdoba. Evidentemente, a los factores ampliamente conocidos que explican esta realidad, tales como la pobreza y la histórica exclusión de las comunidades originarias, añadimos la comparativa menor valoración popular de los rasgos naturales y culturales propios de estas áreas, y que influye en los bajos índices de especialización turística. Se trata de los territorios habitados por las sociedades más pobres y marginadas del país (Longhi et al., 2013), afectados por la falta de inversión y de economías diversificadas que incluyan al turismo (Bolsi y Meichtry, 2006). Como fragmento de menor superficie, destacamos el oeste del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) por su peso demográfico y visualización como un bloque rectangular ‘compacto’ donde prevalecen niveles de especialización turística y calidad de vida inferiores a la media.

Figuras 3 y 4. La Argentina a espaldas de la fotografía

(3: IET bajo e ICV 2010 alto; 4: IET e ICV 2010 bajos)

Fuente: Gordziejczuk (2022)

En síntesis, la forma específica que adopta la configuración espacial de la relación entre especialización turística y calidad de vida (sumatoria de las Figuras 1,2,3 y 4) deja en evidencia la influencia de un orden social mayor, resultante de procesos que con el pasar del tiempo han plasmado y solidificado en el territorio un patrón de distribución general marcado por la existencia de fragmentos que exponen brechas o desigualdades. No es fácil escapar de la resistencia o rigidez que impone la matriz territorial construida social e históricamente (Longhi et al., 2013). Incorporar al debate un indicador alusivo al turismo no desdibuja significativamente tal patrón, de modo que entendemos que el turismo se adapta, refuerza o aporta a su consolidación. Cada Argentina expone el condicionamiento del espacio geográfico en términos de ventajas, oportunidades, obstáculos y/o restricciones. Consideramos que desplegar acciones que apunten a un turismo responsable (social, económica, cultural y ambientalmente) como opción de desarrollo en áreas de baja calidad de vida y enaltecer la calidad de vida (tanto en su dimensión socio-económica como ambiental) allí donde el turismo ya es una práctica común o extendida son aspectos de índole política para los cuales la focalización en la identificación de áreas puede resultar de apoyo.

 

Referencias bibliográficas

  • Bertoncello, R. (2006). Turismo, territorio y sociedad: el mapa turístico de la Argentina. En: Geraiges de Lemos, A., Arroyo, M. y Silveira, M. L., América Latina: cidade, campo e turismo (pp. 317-335). San Pablo: CLACSO.
  • Bolsi, A. y Meichtry, N. (2006). Territorio y pobreza en el Norte Grande Argentino. Scripta Nova X, nº 218(10).
  • Elizalde, R. (2010). Resignificación del ocio. Aportes para un aprendizaje transformacional. Polis, nº 25: 17 pp.
  • Gómez Herrera, A., Vera, A. y Villalba, A. E. (2012). La configuración de un nodo turístico: la transformación en Villa Turística del Embalse. Un caso paradigmático de poblaciones en renovación. Revista Digital de Población, Estado y Sociedad 6, nº 6: 239-276.
  • Gordziejczuk, M. A. (2022). Análisis espacial de la relación entre turismo y calidad de vida aplicado a los Departamentos/ Partidos de Argentina en los inicios del Siglo XXI. Tesis Doctoral. FaHCE-UNLP.
  • Jafari, J. (2012). A Nice Place to Live is a Nice Place to Visit. En: Uysal, M., Perdue, R. y Sirgy, J., Handbook of Tourism and Quality-of-Life Research. Enhancing the Lives of Tourists and Residents of Host Communities (pp. 5-7). New York: Springer.
  • Longhi, F., Bolsi, A., Paolasso, P., Velázquez, G. y Celemín, J. P. (2013). Fragmentación socioterritorial y condiciones de vida en la Argentina en los albores del siglo XXI. Revista Latinoamericana de Población 7, nº 12: 99- 131.
  • Pastoriza, E. (2011). La conquista de las vacaciones. Breve historia del turismo en la Argentina. Buenos Aires: Edhasa.
  • Velázquez, G. (comp.) (2016). Geografía y Calidad de vida en Argentina. Análisis regional y departamental (2010). Tandil: Centro de Investigaciones Geográficas.
  • Velázquez, G., Tisnés, A. y Gómez, N. J. (2014). Región pampeana: Geografía y bienestar según subregiones (2010). Geograficando 10, nº 2: 1-26.

 

[1] https://reddemediosmisiones.com.ar/contenido/35257/san-ignacio-invaden-territorio-mbya-para-construir-una-casa-de-fin-de-semana

¿Los mismos de siempre? Una mirada a los precandidatos/as a concejal y consejero escolar en General Pueyrredón (2015-2023)

Silvana Ferreyra

El 24 de junio de 2023 las distintas fuerzas y coaliciones políticas presentaron precandidatxs para concejales y consejeros/as escolares en General Pueyrredón.

Desde su nacimiento en 2015 el OCPE se ha interesado por estudiar las alianzas que se tejen y destejen a la hora de explicar la construcción de un candidato local (Vease https://www.observatoriopolitico.com.ar/configuraciones-politicas-los-candidatos-locales-y-sus-apoyos/ y https://www.observatoriopolitico.com.ar/infografia-paso-2017/) .  Una de las formas de estudiar estas configuraciones políticas es la elaboración de una base de datos con los precandidatxs a concejales y consejeros escolares de todas las fuerzas políticas desde 2015. Si bien esta herramienta todavía se encuentra en construcción, presentamos un avance con los primeros resultados.

Por el momento hemos cargado 317 personas que ocuparon 370 precandidaturas.[1] El primer dato a resaltar es que solo 48 personas se presentaron como candidatos/as en más de una oportunidad entre 2015 y 2023  (un 15.14% del total de la muestra), lo que evidencia una importante movilidad dentro del personal político local. Entre estas 48, 45 lo hicieron en 2 oportunidades y 3 (todas mujeres) en 3.  Un tercio de estas, repitieron candidatura en espacios políticos distintos.

Si atendemos a la variable que hemos denominada identidad de origen, etiquetada manualmente a partir de una búsqueda online sobre las agrupaciones o sectores políticos con que se identifica inicialmente cada precandidato/a, podemos observar que sectores son aquellos que repiten candidatxs con más frecuencia.

A través de las posiciones de estos precandidatos/as, nos interesa observar confluencias entre las distintas agrupaciones para el armado de frentes en las distintas coyunturas electorales. Hemos elaborado un diagrama de Sankey para visualizar, a partir de este recorte del dataset que analiza a los precandidatxs que aparecen en más de una elección, los flujos entre las diversas identidades- agrupaciones políticas de origen y las coaliciones que han movilizado la política local.[2]

El diagrama de Sankey es un tipo específico de diagrama de flujo, en el que la anchura de las flechas se muestra proporcional a la cantidad de flujo. Este tipo de diagramas pone un énfasis visual en las transferencias importantes o flujos dentro de un sistema, y son de gran ayuda en la localización de las contribuciones dominantes para un flujo total.

En primer lugar, podemos ver que existen fuerzas políticas que alimentan a distintas coaliciones en diferentes elecciones. En ese sentido, el Partido Justicialista (PJ), la UCR y Acción Marplatense (AM) son las fuerzas que han nutrido una mayor cantidad de espacios políticos, incluso en algunos casos contrapuestos. En el primer caso, un sector vinculado a Lucas Fiorini y otro relacionado con Luis Barrionuevo, aparecen entre los más destacados; respecto de la UCR, las vinculaciones no se dan sólo con la línea oficial del partido, sino también sectores vinculados al GEN y al alfonsinismo.

Como contrapunto, podemos ver que algunas agrupaciones e identidades políticas aportan siempre al mismo espacio, tal como se observa en los flujos del PRO hacia Cambiemos y del sector que hemos denominado kirchnerismo (Campora, CTA, Nuevo Encuentro, etc.) hacia el Frente de Todxs. En la misma línea, el Frente de Izquierda (FIT), conformado por el Partido Obrero (PO) y el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), es la alianza política más estable. Por un lado, porque se presenta como coalición en todas las elecciones analizadas. Por otro, porque 9 de las 48 personas que repiten candidatura pertenecen a este espacio político.  Cabe destacar que 7 de ellas pertenecen al Partido Obrero, la fuerza donde parece existir menor circulación.

Un elemento más para seguir reflexionando: los espacios que se presentan como renovadores o “anti-casta”, tanto Creciendo Juntos como La Libertad Avanza, llevan en los primeros lugares candidatxs que ya fueron precandidatxs a concejal por otros espacios políticos.

Notas

[1] Hemos recuperado de fuentes oficiales y portales de noticias las listas de precandidatos de aquellas fuerzas políticas que superaron las PASO entre 2015 y 2021. Para 2023 hemos recuperado las fuerzas políticas que podrían superar esta instancia, a partir de las expectativas que se generan por lo acontecido en los años anteriores. En líneas generales, cuando los datos estaban disponibles, hemos incorporados los primeros 8 candidatos a concejales titulares y los primos 3 a concejero/a  escolar

[2] Para obtener una visualización más clara hemos efectuado algunas clasificaciones propias. Se utiliza CAMBIEMOS para designar a Cambiemos en 2015 y 2017 y Juntos por el Cambio en 2019 y 2021.  ACCIÓN MARPLATENSE para identificar los diversos frentes encabezados por Gustavo Pulti, FRENTE MARPLATENSE en 2015, AM- VAMOS CON VOS en 2017. FRENTE de TODOS (FdT) para designar a FRENTE PARA LA VICTORIA en 2015, UNIDAD CIUDADANA en 2017, FRENTE de TODXS en 2019 y 2021.

¿Cómo se organiza el sistema público de salud en Mar del Plata y el Partido de General Pueyrredon?

Mag. Silvina Mariel Aveni (INHUS-CONICET-UNMdP y GESPyT-FHum-UNMdP)

La salud, entendida más allá de la enfermedad y de cuestiones biológicas, adquiere un sentido multidimensional como bien y como derecho humano esencial. Hablamos entonces no sólo de salud, sino de un proceso de salud- enfermedad- atención /cuidados, concepción que invita especialmente a las Ciencias Sociales a realizar su aporte.

La Geografía de la Salud es una subdisciplina de la Geografía Social que concibe la salud como condición y resultado de las relaciones de los grupos sociales con su territorio (Ramírez, 2004; Seguinot Barbosa, 2007; Pickenhayn, 2009). Entonces, las instituciones de salud se inscriben en un entramado social que las genera y contiene, es decir que son una “creación”, una construcción social e histórica de cada sociedad y a la vez son generadoras de esa misma trama social (Castoriadis, 1994). Los centros que dispensan atención sanitaria de gestión pública constituyen el resultado de las intervenciones de los gobiernos municipales marplatenses ínsitos en una realidad sanitaria provincial y nacional que los contiene. El análisis de la existencia y distribución de estos servicios reviste importancia en tanto constituyen un criterio de justicia social y territorial.

Mar del Plata está emplazada en el sudeste de la Provincia de Buenos Aires y es el núcleo urbano más importante del Partido de General Pueyrredon. En cuestiones de salud pública posee un rol protagónico puesto que es cabecera de la Región Sanitaria VIII [1] (Figura 1).

Figura 1. Localización relativa de Mar del Plata.

Fuente: Elaboración Personal

El Nivel Primario de salud en la ciudad cuenta con servicios gestionados por las autoridades dependientes de la Secretaría de Salud de la Municipalidad de General Pueyrredon. Sus acciones están dirigidas a la población de niños, niñas y adolescentes, de adultos y de ancianos, a los que se les suministra atención ambulatoria, es decir, una modalidad de servicio a pacientes no hospitalizados que se organiza en torno a la consulta programada o a la demanda espontánea [2]. Uno de los objetivos de la atención primaria es conformar equipos interdisciplinarios de trabajo en terreno para llevar a cabo acciones de salud en función de las necesidades locales. La labor mancomunada de estos profesionales junto a referentes barriales o promotores vecinales constituye la piedra angular de la participación social en las actividades de promoción y prevención de la salud.

Las especialidades que se ofrecen son: Clínica Médica, Pediatría, Ginecología y Obstetricia, Enfermería para el suministro de primeros auxilios, Medicina General, Odontología, Salud Mental, Vacunación, Servicio Social, Servicio Municipal de Atención a las Adicciones y en algunos casos Laboratorio, Nutricionista y Fonoaudiología. La variedad en las especialidades se define priorizando las requeridas por la población del área programática que cubren y según la dotación de infraestructura.

En el organigrama de los servicios de salud ofrecidos en el Nivel Primario de Atención encontramos: Postas Sanitarias, Unidades Sanitarias o Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) y Subcentros de Salud. (Figura 2)

Figura 2. Organigrama de servicios de salud según jerarquía de la atención

Fuente: Elaboración personal a partir de datos de la Secretaría de Salud de la Municipalidad de General Pueyrredon

Primero, las Postas se encargan de dispensar una atención simple por lo que representan la complejidad más baja del sistema de salud. Además, asisten a una reducida densidad de población inscripta en una extensión territorial más pequeña y operan en franjas horarias reducidas. No tienen la capacidad de implementar programas y cuentan con las especialidades básicas (Medicina generalista, Enfermería y Servicio Social) (Figura 3).

Segundo, los CAPS o Unidades Sanitarias ofrecen mayor variedad de servicios sumados a los anteriores (como la extracción de sangre o la realización de placas) a usuarios provenientes de un conjunto de barrios y su jornada de prestaciones es más amplia. Realizan actividades de prevención y promoción de la salud, así como la supervisión de las Postas absorbiendo casos que requieran cierta complejidad en la atención.  Cabe destacar que tres de estas instituciones provee atención 24 horas, ellas son la Unidad Sanitaria Ameghino, la Unidad Sanitaria Playas del Sur y la Unidad Sanitaria La Peregrina (Figura 3).

Tercero, los Subcentros de Salud se encuentran en similares condiciones con respecto a los CAPS, poseen una mayor capacidad para recibir derivaciones desde las Postas Sanitarias y algunos CAPS.  Y, específicamente, el Subcentro de Batán asiste las 24 horas. Por último, se ubican otros centros primarios integrales que captan abundante demanda por parte de los usuarios puesto que se dedican a todas las especialidades. Esos centros son: el IREMI (localizado en el centro de la ciudad), el Centro de Salud N°1 (encargado de la vacunación) y el Centro de Salud N°2 (administrador de guardia 24 horas y dotado de infraestructura más compleja). Según las autoridades de la Municipalidad de General Pueyrredon, cada uno de los eslabones del sector primario es supervisado por otros de mayor complejidad al cual deben derivarle pacientes que requieren ese tipo de atención a través del mecanismo de Referencia- Contrarreferencia[3] (Figura 3).

Figura 3. Listado de Centros de Salud primarios y secundarios, 2023

Fuente: Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires y Secretaría de Salud de la Municipalidad de General Pueyrredon.

Por su parte, el Nivel Secundario y Terciario precisan de un equipamiento de mayor nivel de complejidad, con infraestructura para la internación y profesionales idóneos. Entran en este rubro los hospitales generales y especiales, y los servicios de urgencia. Además, se pueden encontrar centros de apoyo científico-técnico, dedicados al diseño de los sistemas de información sanitaria, al control de las enfermedades infecciosas y a la educación sanitaria de la población. La atención secundaria incluye operaciones sencillas y tratamientos que implican una corta hospitalización, mientras que la atención terciaria atiende afecciones que requieren hospitalización con un cuidado especializado y avanzada tecnología. En nuestra ciudad, el Centro de Especialidades Ambulatorias (CEMA) pertenece a la jerarquía secundaria y depende del Municipio, en tanto que la jerarquía terciaria está representada por el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) y por el Hospital Especializado Materno- Infantil (HIEMI), ambos bajo la gestión provincial. El Hospital B. Houssay pertenece a la misma jerarquía de atención, aunque bajo la coordinación del subsistema de obras sociales, específicamente de PAMI (Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados). Su inclusión se justifica en el importante peso relativo que posee la población adulta mayor en el Partido de General Pueyrredon alcanzando un valor de 14,2% de acuerdo al último registro censal publicado por el INDEC en 2010.

En el marco de atender necesidades emergentes, las dos Unidades de Pronta Atención (UPA) responden a la gestión provincial. El Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires las define como un espacio de atención público y estatal ´intermediario´ entre la atención primaria y la atención hospitalaria. En ciudad de Mar del Plata, existen dos instituciones de este rubro. La UPA 8, dedicada a asistir demanda espontánea y urgencias. Y la UPA 13 se concibe como un efector que descomprime la demanda y acelera la atención provista por el HIGA por lo que cuenta con variedad de especialidades médicas, es una prolongación de la guardia hospitalaria y recibe derivaciones por ambulancia. (Figura 3)

¿Dónde se ubican los servicios de salud públicos?

La distribución territorial de los bienes y servicios en general, y de los equipamientos de salud en particular, son generadores de posibilidades y oportunidades de acceso a los mismos. Según Escalona Orcao y Díez Cornago (2004: 117 y 119), la distribución territorial típica de los servicios relacionados con la salud comprende, por una parte, a los servicios de salud de mayor jerarquía que se ofrecen en los centros de considerable rango poblacional o administrativo y; por otra parte, los servicios de salud de carácter básico que presentan una fuerte desagregación espacial de la oferta y una utilización más frecuente, tal es el caso de los servicios de atención primaria. Si pensamos en la utilización periódica de estos últimos centros de salud, será aún más importante que su localización geográfica sea la adecuada para cubrir las necesidades de los habitantes en cada zona.

La localización de las Unidades Sanitarias o CAPS presenta una cobertura de las necesidades en salud de la mayor parte de los barrios de Mar del Plata y de las localidades del Partido de General Pueyrredon. Esta configuración territorial es coherente con la lógica de descentralización de servicios de salud lo que justifica su presencia dispersa en el espacio (Figura 3 y Figura 4)

Figura 4. Localización de equipamientos de salud en Mar del Plata, 2023

Fuente: Elaboración personal a partir de datos del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires) y la Municipalidad de General Pueyrredon.

Sin embargo, un análisis más pormenorizado puede mostrarnos ciertas disparidades espaciales al interior de la ciudad. El núcleo urbano consolidado está provisto de dos Centros Integrales de atención primaria: el Centro de Salud N°1 y el IREMI que ofrecen una completa variedad de especialidades. El área también cuenta con servicios públicos de jerarquía terciaria como Hospital Especializado Materno Infantil y múltiples clínicas privadas (Aveni, 2008). Este sector de la ciudad está adecuadamente equipado en materia de servicios de salud.

La situación se torna dispar cuando focalizamos en los sectores lindantes a la zona consolidada de la ciudad donde la representatividad de los servicios primarios es escasa hacia los límites oficiales de la ciudad y más aún fuera de ellos. A su vez, allí la presencia de servicios privados es mucho menor (Aveni, 2008). Encontramos, a grandes rasgos, dos escenarios. En la zona Noroeste se observa una cobertura amplia en lo que respecta a la atención primaria (CAPS). Segundo, el área Oeste provista por centros de variada jerarquía: tres Subcentros de Salud como Belgrano, Libertad y Newbery; una gran variedad de CAPS; el Centro de Salud N°2 y una institución de elevada jerarquía de atención ubicado en el barrio “Las Américas” (HIGA), junto a su complemento, la UPA 13. Por el contrario, los equipamientos sanitarios son escasos en todos sus niveles y jerarquías: hacia el Norte y Noreste [4]; hacia el Sur y Suroeste [5]. En estos sectores, la ausencia o escasez de servicios dificulta el cuidado de la salud de los habitantes involucrados. La presencia de la UPA 8 busca suplir parte de esas dificultades en la zona sur.

En síntesis, la distribución territorial de los centros de salud obedece a su ubicación discreta en el espacio, condición que exhibe ciertas inequidades entre las zonas provistas y las que se hallan desprovistas de dicho servicio. A esta dimensión física del acceso, es necesario sumarle otras dimensiones que implican tiempos y costos de desplazamiento hasta el centro de salud, frecuencia del transporte público de pasajeros, horarios de atención de cada dispensario, disponibilidad de insumos e infraestructura sanitaria, calidad de la atención recibida, situación atravesada durante y luego de la pandemia por COVID- 19, entre otras variables fundamentales. Asegurar el derecho a la salud universal presenta desafíos pendientes en la realidad local.

 

Notas

[1] Los Partidos que pertenecen a la Región Sanitaria VIII son: La Costa, Pinamar, Villa Gesell, Mar Chiquita, General Pueyrredon, General Alvarado, Lobería, Necochea, San Cayetano, General Lavalle, General Madariaga, Maipú, General Guido, Ayacucho, Balcarce y Tandil.

[2] La adquisición de Turnos se realiza en la sede del centro de salud o bien, a partir de 2014, vía telefónica a través de la línea gratuita 147.

[3] El funcionamiento del sistema de Referencia- Contrarreferencia comienza desde el personal administrativo de cada centro primario de salud, quien programa con el Hospital que corresponda, la prestación médica necesaria. Al paciente se le entrega una constancia escrita en la que se indica fecha y hora en que deberá concurrir para ser atendido. Terminada la interconsulta, el paciente continúa con los controles en el centro primario de atención localizado en su barrio. En el caso de Mar del Plata, este mecanismo se aplica en los centros primarios de atención, sobre todo cuando se trata a la población materno- infantil. Se derivan casos hacia los Hospitales Interzonales y el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (Secretaría de Salud de la Municipalidad de General Pueyrredon).

[4] Barrios El Retazo, Las Dalias, Parque Peña, Alto Camet, Constitución, La Florida, López de Gomara, Parque Luro, Villa Primera, Félix U. Camet

[5] Santa Celina, Nuevo Golf, Jardín Stella Maris, Quebradas de Peralta Ramos, Colinas de Peralta Ramos, Bosque Peralta Ramos, Santa Rosa del Mar, entre otros

Referencias bibliográficas

  • Aveni, Silvina. (2008). Geografía de la Salud y Calidad de Vida: un análisis de la Condición Sanitaria en Mar del Plata”. En Lucero, P. (Dir.) Territorio y calidad de vida, una mirada desde la geografía local. Mar del Plata. EUDEM. pp. 229 a 251
  • Castoriadis, C. (1994). Los dominios del hombre: las encrucijadas del laberinto. España. Gedisa.
  • Escalona Orcao, A. y Díez Cornago, C. (2004). Accesibilidad geográfica de la población rural a los servicios básicos de salud: estudio en la provincia de Teruel. En CEDDAR. Zaragoza.
  • Pickenhayn, J. (comp.) (2009). Salud y enfermedad en Geografía. Buenos Aires. Editorial Lugar
  • Ramírez, L. (2004). La moderna Geografía de la Salud y las Tecnologías de la Información Geográfica. Revista Investigaciones y Ensayos Geográficos, 4(4):53-64.
  • Seguinot Barbosa, J. (2007). Métodos cuantitativos en Geografía de la Salud: experiencia personal. En Buzai, G. (comp.) Métodos cuantitativos en Geografía de la Salud (103-110). PROEG 2.

Fuentes de datos

  • Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires
  • Secretaria de Salud Municipalidad de General Pueyrredon

 

Patrimonio urbano: ayer, hoy y mañana

Dra. Lorena M. Sánchez

El patrimonio de las ciudades constituye una de las temáticas relevantes dentro de las agendas urbanas. Los bienes que perviven conforman un acervo heredado que debe afrontar el presente y el futuro. En este sentido, parece propicio repensar que el patrimonio recibido constituye un préstamo de nuestra descendencia. Por ello urge conocerlo, valorarlo y protegerlo.

El patrimonio se compone de múltiples tipos de bienes. Cada progreso conceptual, a través del tiempo, ha implicado una ampliación en la comprensión de las cuantías, por lo que se ha generado una diversificación de reconocimientos. Desde las tradicionales declaratorias centradas en obras de gran escala asociadas a acontecimientos histórico-culturales singulares, actualmente se aborda el cuidado de los más diversos legados tangibles e intangibles.

Los bienes y su preservación poseen un principio y un fin; las personas. Sin las personas, el patrimonio no existe como tal. Las comunidades son quienes otorgan y reconocen el valor dentro de una cultura compartida. Debido a la complejidad que presenta su resguardo, resulta necesario aclarar algunos aspectos importantes en términos generales y en la particularidad de Mar del Plata.

¿Quiénes deben cuidar el patrimonio? Como el patrimonio es de todos, a todos nos esperan derechos y responsabilidades dentro de las políticas públicas, los desarrollos comunitarios e individuales y/o las dinámicas privadas. El Estado es uno de los principales responsables de normar las formas para su protección. A través de leyes nacionales, provinciales y ordenanzas municipales, se planifican e implementan políticas restrictivas y de promoción. Esta tarea suele precisar de las más variadas disciplinas; arquitectos, historiadores, arqueólogos, ingenieros, museólogos, gestores culturales, antropólogos, sociólogos, geógrafos y muchas otras profesiones son requeridas para idear cada tratamiento. En este proceso, la concientización patrimonial comunitaria es fundamental, ya que una defensa efectiva requiere que se retroalimenten tres ejes básicos; el sentir, el pensar y el hacer. Si no se quiere ni se conoce el patrimonio, resulta imposible realizar acciones apropiadas.

¿Cómo se organiza el amparo estatal del patrimonio? Es usual que se definan tres criterios básicos de valoración, complementarios, para comenzar a organizar la tutela de los bienes: el valor histórico-social (cuando es fundamental la importancia histórica y su relevancia comunitaria), el valor artístico-arquitectónico (cuando se destacan características estilísticas, espaciales y constructivas, entre otras) y el valor ambiental-contextual (cuando las relaciones con los entornos naturales y/o edificados conforman diversos tipos de paisajes). La evaluación conjunta de estos valores, en el marco de un grupo de legados declarados como patrimonio, permitirá su categorización y por ende, un determinado grado de protección/acción asociado. En este sentido, además del tratamiento de bienes en forma individual, resulta clave la salvaguarda de áreas de valor patrimonial.

¿Cómo se protege el patrimonio en Mar del Plata? El Partido de General Pueyrredon, dentro del cual Mar del Plata es la ciudad cabecera, posee una oficina municipal específica que desarrolla e implementa el Código de Preservación Patrimonial (Ordenanza N° 10.075/95). Este Código constituye el más importante documento desde el cual se procura cuidar a los bienes arquitectónicos y urbanos. Expone los criterios de valoración antes mencionados, las incumbencias de la autoridad de aplicación, aspectos relacionados con promociones de uso del suelo e indicadores urbanísticos especiales, cuestiones económicas referidas a exenciones de derechos y tasas municipales, pautas para los convenios preservacionistas (surgidos principalmente desde la voluntad de los usuarios) y sanciones, entre otros ítems. En relación, posee un instructivo y una planilla para determinar las categorías patrimoniales de acuerdo con las valoraciones realizadas y en correspondencia, determinados grados de protección y niveles de acción. A diferencia de lo acontecido en otras ciudades, las premisas se asientan en un tipo de tutela especialmente individual, sin procedimientos específicos para áreas de valor. Esto conlleva a múltiples problemáticas, ya que no existen formas de salvaguarda que contemplen un barrio o un fragmento valioso dentro de la ciudad.

¿Cuál sería un ejemplo de patrimonio local? Es habitual identificar bienes patrimoniales con valores histórico-sociales y arquitectónicos excepcionales, por ejemplo; la Catedral de Mar del Plata. Sin embargo, existen muchos otros tipos de bienes con otros tipos de valores, por ejemplo; los pequeños chalets “estilo Mar del Plata”, en apogeo entre 1930 y 1950, que todavía forman parte de las identidades de los barrios más antiguos de la ciudad. Estas viviendas que componen gran parte de los paisajes locales, en sus orígenes reinterpretaron, en escalas menores, los chalets y las villas costeras de principios del siglo XX. Se destacan sus valores ambientales y contextuales debido a los paisajes conformados mediante la sumatoria de las características compartidas -los tratamientos de la piedra, las maderas y los revoques, entre otros, junto con particulares articulaciones de volúmenes y jardines retirados de las líneas municipales-.

¿Cómo se puede ayudar a proteger el patrimonio? Existen múltiples ámbitos que permiten que la comunidad se involucre en la defensa patrimonial, desde las áreas específicas municipales hasta las asociaciones no gubernamentales y las agrupaciones vecinales, entre otras posibilidades. Al momento de intervenir una vivienda en un barrio histórico o bien, al momento de trabajar sobre un edificio emblemático de la ciudad, es primordial la participación conjunta de los propietarios/usuarios y los profesionales. Dentro de un marco normativo apropiado, que ampare bienes individuales y áreas de valor, la participación comunitaria resulta necesaria para alcanzar una preservación a más largo plazo. Los usuarios son los principales artífices de los cambios en sus bienes, en su mayoría propiedades privadas, por lo que sus decisiones resultan sustanciales. En este sentido, la Defensoría del Pueblo de la Municipalidad de General Pueyrredon junto con un comité asesor integrado por entidades universitarias, colegios profesionales, áreas municipales y asociaciones civiles -como Marplatenses defensores del Patrimonio Arquitectónico y Urbano-, entrega periódicamente diplomas de preservación patrimonial como reconocimiento a la tutela desarrollada por titulares, propietarios y responsables de los más diversos bienes, con o sin declaratorias.

Como se vislumbra en la estrecha síntesis esbozada y se puede observar en las transformaciones del paisaje construido de cada ciudad, el campo del patrimonio es vasto, arduo y situado entre tensiones económicas, políticas, arquitectónicas, territoriales y socioculturales. Sin duda y para avanzar en las articulaciones necesarias, se requiere de solidaridades sincrónicas y diacrónicas hacia un amparo efectivo.

En este escrito abierto, resulta conveniente imaginar al patrimonio como Jano (Janus). Esta deidad romana “bifronte” que expresaba una situación “en medio” en tanto una de sus dos caras miraba hacia el pasado o inicio y la otra hacia el futuro o final, usualmente mediante un rostro anciano y uno joven, grafica el presente circunstancial en el que se encuentran los bienes. Jano, en esta ilusión del tiempo, dominaba especialmente los comienzos de modo de favorecer las transiciones hacia el futuro. De forma análoga, es preciso comprender, emprender y transitar el cuidado de nuestros bienes desde un presente concreto, que emerge del pasado, como acceso hacia el futuro.

 

Figura. Chalets “estilo Mar del Plata” que componen fragmentos urbanos característicos en la ciudad homónima, con una síntesis de los actores claves para su tutela. Fuente: fotografías (barrios La Perla y Stella Maris) e ilustración de la autora.

Lorena M. Sánchez es Doctora en Arquitectura, Magíster en Intervención del Patrimonio Arquitectónico y Urbano y Arquitecta. Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) con sede de trabajo en el Instituto de Estudios de Historia, Patrimonio y Cultura Material de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Mar del Plata (IEHPAC, FAUD, UNMdP). Docente de grado y posgrado dentro de la mencionada universidad. E-mail: lorenasanchezarq@yahoo.com.ar

Geoturismo: una nueva forma de realizar turismo en clave de Sustentabilidad. La experiencia del Parque Geológico Pun Antü, Balcarce

Noelia Aymara Padilla (CIEyS- UNMdP)

 

El concepto de geoturismo toma fuerza en la búsqueda de formas de turismo amigables con la naturaleza que se presentan como alternativas al turismo masivo.

En el panorama internacional, en los últimos años, se han llevado a cabo diferentes eventos en relación a este tipo de turismo, tal como la Primera Conferencia Internacional de Geoparques, llevada a cabo en 2004 en Beijing (República Popular de China), la Conferencia Bianual de Geoturismo, realizada en el Geoparque Unzen en Nagasaki (Japón), en el 2012. En América Latina a fines del 2022 se celebró la Sexta Conferencia de la Red de Geoparques de América Latina y el Caribe, en el Geoparque Mundial de la UNESCO Imbabura (Ecuador).

El término Geoturismo puede ser entendido, según Ruchkys (2007:32), como: “…un segmento de la actividad turística que tiene al patrimonio geológico como principal atractivo y busca la protección por medio de la conservación de sus recursos y de la sensibilización del turista, utilizando la interpretación para volver este patrimonio accesible al público y promover la difusión y desarrollo de las Ciencias de la Tierra” … Por lo cual, es posible afirmar que constituye una modalidad que promueve la educación ambiental y prácticas sustentables.

Dentro de las modalidades turísticas, el Geoturismo puede incluirse como parte del Turismo Alternativo y Turismo de Naturaleza. El primero de ellos constituye una categoría que “… tiene como objetivo la realización de viajes donde el turista participa en actividades recreativas de contacto con la naturaleza y las expresiones culturales de comunidades rurales, indígenas y urbanas, respetando los patrimonios natural, cultural e histórico del lugar que visitan” … (Ibáñez y Rodríguez Villalobos, 2017:18). Por su parte, el Turismo de Naturaleza incluye actividades recreativas en contacto directo con la naturaleza y sus expresiones culturales, con el compromiso de conocer, respetar, disfrutar y participar en la conservación de los recursos naturales y culturales (Secretaría de Turismo de México-SECTUR, 2006).

Es importante tener en cuenta que «…cualquier actividad turística que requiera la transformación dura del espacio o la creación de instalaciones y de determinados elementos mecánicos no sólo como apoyo a la estancia (alojamientos, sistema de transporte, etc.), sino como factor indispensable para la práctica, puede realizarse en la naturaleza, pero en ningún caso es motivada por ésta de forma directa, por lo que no podrá considerarse de naturaleza» (Barrado, 2001: 126). De esta forma, queda claro que existen prácticas turísticas en la naturaleza, aunque no necesariamente constituyen Turismo de Naturaleza.

Por otra parte, dentro del Turismo Alternativo, Ibáñez y Rodríguez Villalobos (2017) también incluyen al Ecoturismo, y el Turismo Deportivo y de Aventuras. El primero de ellos, según Barrado y Calabuig (2001), busca recursos naturales más o menos intactos y conlleva el disfrute, contemplación y conocimiento de esos recursos. El paisaje, la naturaleza o alguno de sus elementos es lo que genera el deseo de viajar. Tal como explican los autores, el uso debe realizarse de manera controlada con el fin de no degradar los recursos y la propia actividad turística debe convertirse en garante de su mantenimiento, generando beneficios que en parte puedan reinvertirse en la conservación y que permitan la supervivencia de las sociedades locales.

En relación al Turismo Deportivo y de Aventura, Barrado y Calabuig (2001), explican que involucran aquellas actividades deportivas o de aventuras en las que la naturaleza representa un papel importante, ya que provee de los elementos necesarios para su práctica y forma parte de la experiencia recreativa. “…Se trata, al igual que el ecoturismo, de actividades que sí pueden considerarse específicamente de naturaleza, puesto que parten de una valoración de ésta, pero con un carácter esencialmente lúdico frente al educativo y científico que caracteriza al ecoturismo” … (Barrado y Calabuig, 2001:126). Tanto el Ecoturismo como el Turismo Deportivo y de Aventura, pueden pensarse dentro del Turismo de Naturaleza.

La Tabla 1 presenta de manera sintética, las modalidades turísticas que se desprenden del Turismo Alternativo y el posicionamiento tipológico del Geoturismo. Así también, se acompaña la información con las actividades y finalidades de cada tipo de turismo, según la información recolectada por los autores citados.

Como se puede observar en la Tabla 1, dentro del Turismo Alternativo también queda incluido el Turismo Rural definido por la Organización Mundial del Turismo (OMT), como un conjunto de actividades que se desarrollan en el espacio rural, que exceden el mero alojamiento, y que pueden constituirse para sus habitantes en una fuente de ingresos, complementarios a los tradicionalmente dependientes del sector primario. A su vez, dentro del Turismo Rural pueden incluirse el Agroturismo, el Etnoturismo y el Enoturismo.

 

Los Geoparques como atractivos turísticos

 

A nivel territorial, el Geoturismo tiene su máxima representación con la conformación de Geoparques. La Asociación Geológica de Argentina, define a estos espacios como “…un territorio en el que sitios de importancia geológica o incorporados al patrimonio geológico de una región forman parte de un concepto integral de conservación, educación y uso sostenible orientado al desarrollo económico y cultural local, especialmente a través del turismo (geoturismo)” … (AGA,2020:1). A su vez, detalla que cada Geoparque debe presentar un conjunto de sitios de importancia internacional, regional y/o nacional, que pueden ser terrestres, marítimos o subterráneos, por razones científicas y educativas, rareza, estéticas o vinculadas a desastres naturales o al cambio climático. Es importante señalar que un Geoparque “… no es específicamente una nueva categoría de área o paisaje protegido y a veces puede ser muy diferente de lo que es un Parque Nacional o Parque Natural totalmente protegido y regulado (aunque no hay restricción a la superposición de límites)” … (AGA, 2020:2).

En la década de los años noventa la UNESCO originó la Red Mundial de Geoparques Nacionales (GGN), que proporciona una plataforma de cooperación e intercambio entre expertos y profesionales en materia de patrimonio geológico. Un Geoparque, para ser parte de la red, debe contar con un sistema de gestión y manejo eficaz del área y un programa de implementación. Estos deben ser velados por un organismo o asociación de gestión responsable y transparente, que cuente con una infraestructura eficaz, personal calificado y adecuado y apoyo financiero sostenido (AGA, 2020).

Es posible pensar en los Geoparques como atractivos turísticos. Tal como detalla Acerenza en Navarro (2015), los atractivos turísticos “…son los que determinan la selección, por parte del turista, del punto del destino de su viaje, y son los que generan, por tanto, una corriente turística hacia su localización” … (1984: 211). El autor mencionado explica que constituyen el principal motivo para que el turista visite el destino y son capaces de satisfacer las motivaciones primarias de viaje de los turistas. En este sentido, la categorización de geoparque promueve la construcción de atractividad en el territorio.

En Argentina, existen algunos ejemplos de Geoparques y Parques Geológicos que contribuyen al turismo regional. La diferencia entre ellos radica en que los segundos no pertenecen a la Red Global de Geoparques, por lo cual su funcionamiento no está regulado por la UNESCO. Sin embargo, los criterios de definición y sus objetivos son los mismos (Asociación Geológica Argentina, 2020). La Figura 1 permite localizar los geoparques y parques geológicos de Argentina, se destacan: Geoparque Bryn Gwyn (provincia de Chubut), Centro Paleontológico Lago Los Barreales (provincia de Neuquén), Reserva Natural Divisadero Largo (provincia de Mendoza), Parque Geológico Sanagasta (provincia de La Rioja), Geoparque Pillán Mahuiza (provincia de Neuquén).

Recientemente, y muy próximo a nuestro Partido de General Pueyrredon, la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN) de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) en conjunto con la comunidad, impulsó la conformación del Parque Geológico Pun Antü en el partido de Balcarce (provincia de Buenos Aires). Actualmente posee un geocircuito compuesto por 6 geositios que promueven la valoración turística del Sistema de Tandilia.

 

Parque Geológico Pun Antü

 

En el año 2019 el Concejo Deliberante del partido de Balcarce (provincia de Buenos Aires, Argentina) aprobó la ordenanza de creación y reglamentación de funcionamiento del Parque Geológico Urbano Pun Antú, cuyo significado en lengua Pampa es Noche y Día. Esta iniciativa surge de la articulación entre proyectos de investigación y extensión, que desarrolló el Grupo de Investigación Geología Ambiental, perteneciente al Instituto de Geología de Costas y del Cuaternario (IGCyC) de la FCEyN, UNMdP.

Su gestión la lleva adelante el Municipio de Balcarce junto a una comisión asesora formada por científicos del IGCyC y de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNMdP (Camino et al., 2020). El geocircuito se denomina La Barrosa, tiene una longitud aproximada de 3,5 kilómetros y está basado en seis geositios detallados en la Tabla 2. La Figura 2 permite visualizar el sendero en color rojo, con los geositios numerados del 1 al 6 que unen Cerro El Triunfo con Sierra la Barrosa (Figura 3).

 

 

 

 

 

Podemos concebir a este geocircuito como sustentable, por un lado, porque promueve la puesta en valor turístico de sitios de importancia geológica y/o paleontológica del Sistema de Tandilia, en virtud de la educación ambiental, el conocimiento de la historia geológica regional y su conservación para las generaciones futuras. Por otra parte, tal como mencionan Río et al. (2017) dos de los geositios, corresponden a pasivos ambientales (canteras municipales inactivas). Se debe aclarar que la Ley 14343/12 en su Artículo 3 entiende por tal al “…conjunto de los daños ambientales, en términos de contaminación del agua, del suelo, del aire, del deterioro de los recursos naturales y de los ecosistemas, producidos por cualquier tipo de actividad pública o privada […] que constituyan un riesgo permanente y/o potencial para la salud de la población, el ecosistema circundante y que haya sido abandonado por el responsable.” Por tal, la puesta en valor turístico de estos paisajes, a partir del Geoturismo, constituye una forma de rehabilitación y refuncionalización de estos espacios, con la generación de beneficios económicos que acarrea el turismo.

Entendemos que es importante poner en la agenda turística el Geoturismo como un tipo de turismo alternativo al masivo (con su máxima representación en el Turismo de Sol y Playa), y aprovechar el beneficio de descomprimir la estacionalidad de los destinos, contribuir a la conservación del patrimonio abiótico y la educación ambiental. Para ello se vuelve necesario políticas y acciones que permitan identificar geositios presentes en el territorio por su valor geológico, geomorfológico y/o paleontológico; y promover el mejoramiento de la infraestructura en relación a los geositios, tal como el establecimiento de senderos interpretativos accesibles y amigables con la naturaleza.

 

Referencias bibliográficas

  • Asociación Geológica de Argentina (2020). Geoparques. Disponible en: https://geologica.org.ar/wp-content/uploads/2020/09/Geoparques.pdf (consultado: diciembre 2022).
  • Barrado, D. y Calabuig, J. (2001). Geografía mundial del turismo. Síntesis.
  • Camino, M., Gómez, R., Donna, R., Bo, M. J. y del Río, J. (2020). Pun Antü, un parque geológico del Sistema de Tandilia [ponencia]. XXI Congreso Geológico Argentino, Puerto Madryn, Chubut.
  • Camino, M., Gómez, R., Donna, R., Bo, M. J. (2022). Pun Antü, un Geoparque del Sistema de Tandilia. Provincia de Buenos Aires. Serie Correlación Geológica, 38 (2): 47–64. DOI 10.5281/zenodo.7738250.
  • Del Río, J., Martínez, G.; Halpern, K., Bocanegra, E.; Bernasconi, V. y Camino, M. (2017). Desarrollo de un geocircuito educativo, recreativo y deportivo en la ciudad de Balcarce: puesta en valor de la geodiversidad local [ponencia]. En Simposio 8 Patrimonio Geológico, Geoparques, Desarrollo Sostenible y Estilos de Vida Saludables, Tucumán, Argentina.
  • Ibáñez, R. y Rodríguez Villalobos, I. (2017). Tipologías y antecedentes de la actividad turística: turismo tradicional y turismo alternativo. En A. Ivanova y R. Ibáñez (Eds.), Medio ambiente y política turística en México Tomo I: Ecología, biodiversidad y desarrollo turístico (pp. 17-33). Instituto Nacional de Ecología, México.
  • Ley 14343 (2012) Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. https://normas.gba.gob.ar/documentos/BMyb8CaB.pdf
  • Navarro, D. (2015). Recursos turísticos y atractivos turísticos: conceptualización, clasificación y valoración. Cuadernos de Turismo, 35, pp. 335-357 Universidad de Murcia Murcia, España.
  • Organización Mundial del Turismo. https://www.unwto.org/es/turismo-rural (consultado: marzo de 2023).
  • Ruchkys, U. (2007). Patrimônio Geológico e Geoconservação no Quadrilátero Ferrífero, Minas Gerais: Potencial para criação de um geoparque da UNESCO [Tesis de Doctorado, Universidade Federal de Minas Gerais, Brasil]. Repositório Institucional UFMG. https://repositorio.ufmg.br/handle/1843/MPBB-76LHEJ
  • Secretaria de Turismo de México (2006). Hechos y tendencias del turismo. Sectur, México D.F.
  • Valdés Peláez, L. (1996). El Turismo Rural en España. En A. Pedreño y V. Monfort (Eds.), Introducción a la economía del turismo en España (pp. 365-401). Madrid, Civitas.

 

 

 

Un nuevo calendario electoral en el 40 aniversario de democracia

Augusto Bianchino (INHUS – CONICET – UNMdP)

En 2023 la sociedad argentina celebra, una vez más, elecciones libres para elegir a sus representantes. Este año, además se cumplen cuarenta años desde la transición democrática. La mejor manera de rendir homenaje a este aniversario, es concurriendo a ejercer el derecho al voto en cada uno de los pueblos argentinos. Si bien la calidad democrática no se agota en la realización de elecciones, el desarrollo recurrente de comicios para elegir representantes constituye la piedra fundamental de todo sistema democrático.

Argentina, la región, y nuestro mundo en casi su totalidad, atravesó recientemente un fenómeno que puso a prueba a los Estados nacionales y a sus gobiernos democráticos. La pandemia del Covid-19 y el escenario pos pandémico posterior impactaron en los principales ámbitos de la vida humana. La legitimidad de los gobiernos quedó, tanto en su capacidad resolutiva como en su naturaleza misma, sujeta a diversas evaluaciones y juicios de todos los grupos y las redes que integran la vida social. En Argentina se suma además una crisis económica aguda, profundizada por los efectos globales de la guerra en Ucrania, que se expresa con mayor visibilidad en un proceso inflacionario acelerado.

El cúmulo de estas problemáticas, dieron calce, justificado en algunos casos, a la rehabilitación del debate sobre de las deudas sociales y económicas que no han logrado saldarse aun en democracia. Con todo, el proceso electoral de este año supone -además de una nueva concertación del acto comicial en el marco de la conmemoración de cuarenta años de recuperación democrática ininterrumpida- un desafío para la democracia argentina, cuando el avance de posiciones reaccionarias y antidemocráticas se refuerza ante la dificultad que encuentran los partidos políticos y sus aliados sociales y económicos para construir una salida a la crisis generalizada que se vive en nuestro país.

En este contexto, el desarrollo de un nuevo proceso electoral en el marco del mentado aniversario de nuestra aun joven democracia, puede contribuir en tanto paraguas simbólico y programático para dar alguna salida de la crisis y limitar las reacciones antidemocráticas. Siguiendo esa línea de reflexión, realizamos desde el OCPE esta primera publicación sobre las elecciones 2023 con una doble la intención, contribuir al debate del fortalecimiento de la democracia a partir de nuestros saberes académicos y profesionales, a la vez que aportar a la construcción de interpretaciones de los procesos electorales en nuestro país.

Este año las elecciones son de carácter ejecutivo y legislativas parciales. A nivel nacional, se vota para Presidente y Vicepresidente de la Nación, y para la renovación de 130 Diputados y 24 Senadores en el Honorable Congreso de la Nación. En el orden subnacional, de las 24 jurisdicciones (23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), 22 renuevan sus ejecutivos. Las excepciones son Santiago del Estero y Corrientes que lo hicieron en 2022. Las provincias renuevan, además, bancas de sus congresos provinciales y cargos de intendentes y concejales en los municipios. En el caso puntual de la provincia de Buenos Aires, se renuevan 46 Diputados y 23 Senadores, mientras que a nivel municipal se renovarán las 135 intendencias y 1097 concejalías repartidas entre todos los municipios.

El escenario electoral argentino suele configurarse con una gran complejidad. En un mismo año electoral, sobre todo en aquellos de elecciones ejecutivas, se desarrollan una multiplicidad de elecciones que difieren en el nivel de competencia o gobierno (municipal, provincial y nacional), temporal y geográficamente (diferentes fechas entre provincias y entre provincias y nación.). A esto debe sumarse además el desarrollo de internas abiertas que muchas provincias también realizan al igual que a nivel nacional sucede con las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. La autonomía que poseen las provincias para formular sus propias reglas electorales, permite a los gobiernos provinciales establecer sus propios calendarios electorales para la elección de cargos municipales y provinciales. Durante el año en curso, una importante cantidad de elecciones provinciales estarán desdobladas de las nacionales. En la Tabla 1 se repasan los eventos más relevantes del calendario electoral argentino para 2023.

El nuevo calendario electoral argentino dio comienzo el 12 de febrero en La Pampa con el desarrollo de las Elecciones Internas 2023. La estructura del sistema electoral pampeano merece un análisis aparte, puesto que la implementación de las internas abiertas simultáneas y obligatorias suponen una relación entre la oferta electoral y el electorado que establece ciertas diferencias entre afiliados a partidos y elector general (no afiliado). A diferencia de las Primarias nacionales en las que toda la ciudadanía habilitada para votar, puede elegir, independientemente de su filiación partidaria, a cualquiera de los precandidatos que se presentan. La elección celebrada en La Pampa no sólo abrió el calendario electoral argentino, sino que ganó cierta relevancia al desarrollarse la primera interna en una de las dos coaliciones político electorales más importantes del país. La elección general en esta provincia será el 14 de mayo. Los pampeanos tendrán luego dos elecciones más para elegir los cargos nacionales, al igual que el resto del pueblo argentino.

Por su parte, el 13 de agosto, se celebrarán las Primarias nacionales, proceso de internas abiertas en las que se presentarán los pre-candidatos para presidente y vicepresidente y legisladores nacionales. Luego, el día 22 de octubre tendrá lugar la elección general, contienda en la que se batirán los ganadores de esas Primarias. Finalmente, y sólo en el caso de que no haya un ganador que supere el 45% de los sufragios u obtenga el 40% con una diferencia de 10 puntos de su competidor inmediato, concurriremos a las urnas también en noviembre para definir la presidencia por la vía del ballotage.

Fuentes

[1] El calendario electoral puede incluir también fechas de inicio y cierre de campañas, fechas de debates presidenciales pautados por ley, etc. Por una cuestión de espacio y para enfocarnos estrictamente en la celebración de comicios, solo se consignan las fechas referentes a elecciones nacionales y provinciales.

A propósito del censo 2022, nos preguntamos ¿Qué es lo urbano? Definición utilizada en los Censos de población de Argentina

Fernando Ariel Manzano[1][2]

 

Aunque desde tiempos antiguos existían ciudades en algunas regiones (Johnson, 1980), el protagonismo creciente de la vida urbana tuvo su origen hace sólo dos siglos en Europa Occidental, convirtiéndose en uno de los acontecimientos sociales más característicos del siglo XX (Peña et al., 2002).

Anteriormente la diferenciación entre zonas urbanas y rurales se realizaba en función del uso del suelo, presentándose dificultades si se incluían variables de carácter social (Clout, 1976). Pero a partir de la Revolución Industrial, se destacó un cambio en la configuración de las ciudades. Asimismo, lo urbano se convirtió en característica esencial del desarrollo económico (Ramírez y Mayer-Foulkes, 2011). El surgimiento de nuevos medios de transporte, en especial el automóvil, incidieron en el aumento del tamaño de las ciudades (Peña et al., 2002).

En los últimos tiempos aparecieron modelos de urbanización difusa (Ferrás, 2007), como los generados por los nuevos movimientos migratorios de la ciudad a las áreas rurales en busca de proyectos de vida alternativos –con vías de comunicación que permitieron un rápido acceso a las ciudades (Sili, 2021)–, que imprimen cambios socio-económicos en determinadas áreas rurales –fenómeno denominado renacimiento rural, neorruralismo, contraurbanización, entre otros– (Baños, 2013). Asimismo, los espacios urbanos y rurales en la actualidad se encuentran interrelacionados mediante continuos desplazamientos de bienes y servicios –alimentos, educación, equipamientos, usos recreativos, entre otros– (Mikkelsen y Velázquez, 2010).

Existe una imprecisión de criterios para diferenciar la población urbana y rural. Desde una definición cuantitativa, como la determinación de un número mínimo de habitantes, no basta para caracterizarla. Este criterio presenta mayor dificultad en zonas de baja cantidad de población. En términos cualitativos, los elementos más usados para definir un asentamiento urbano, han sido entre otros: densidad, ambiente, morfología del núcleo, movilidad, modo de vida, interacción social, actividades no agrarias de la población (Peña et al., 2002). No obstante, en ciertos países asiáticos existen localidades urbanas donde predominan las actividades agrícolas, así como también en países desarrollados, pueden relevarse algunas áreas rurales donde son mayoritarias las actividades no agrícolas (George, 1982). Al respecto Duncan (1957), afirmaba que la transición de una comunidad puramente rural a una urbana es gradual y difusa. O expresado, en otros términos, se considera lo urbano como un proceso (Harvey, 1996). En consecuencia, alcanzado el siglo XXI, pese al gran esfuerzo de innumerable cantidad de autores, aún persisten dificultades en los criterios utilizados para definir una localidad como rural o urbana (Peña et al., 2002).

Los criterios más generales son los empleados en los censos oficiales. En los cuales, se fija de manera arbitraria un umbral mínimo de habitantes para considerar a la población urbana –este umbral presenta variaciones entre países, limitando su comparabilidad (ver Cuadro 1)– (Pellegrini y Raposo, 2014). Utilizando la mayoría de los institutos de estadísticas nacionales definiciones de lo urbano y lo rural de modo dicotómico (Dirven y Candia, 2020).

Las características que diferencian a las zonas urbanas varían de un país a otro, la distinción entre la población urbana y la población rural, como hemos mencionado, no puede condensarse todavía en una sola definición aplicable a todos los países, y ni siquiera a la mayoría de los países de una región (Naciones Unidas, 2010).  A continuación, se presentan diferentes valores de población mínima utilizados para definir lo urbano (Cuadro 1)

 

Cuadro 1: Definición de Área Urbana en censos según países seleccionados.

Fuente: elaboración personal en base Peña et al. (2002) e Institutos Nacionales de Estadística.

 

No obstante, existen recomendaciones internacionales para poder establecer comparaciones entre los países. En este sentido, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ha propuesto varias metodologías de clasificación de las distintas subdivisiones nacionales, entre las cuales se encuentra el área urbana funcional (AUF) (Naciones Unidas, 2010).

En Argentina se considera desde el Censo de 1914 como población urbana, a los residentes en localidades de dos mil habitantes o más –todas las áreas inferiores a dos mil habitantes se suponen rurales–, y al conjunto de dichas localidades como las unidades constitutivas del sistema urbano nacional (Lindenboim y Kennedy, 2004). El concepto de localidad se basa en la definición de Vapñarsky y Gorojovsky (1990), que adopta un criterio físico, este se encuentra implícito en todos los censos argentinos y explicitado a partir del censo de 1991. Las localidades censales “… son una porción de la superficie de la tierra caracterizada por la forma, cantidad, tamaño y proximidad entre sí de ciertos objetos físicos artificiales (edificios) y por ciertas modificaciones artificiales del suelo (calles), necesarias para conectar aquellos entre sí…” (INDEC, s.f.).

La definición oficial argentina, basada solo en el tamaño de la población, resulta excesivamente amplia, está incluye a todas las localidades con 2.000 o más habitantes (INDEC, 2010). Si en cambio, se adicionara un nivel mínimo de densidad demográfica –criterio vinculado a las economías de aglomeración que caracterizan a los centros urbanos–, la urbanización de Argentina seria significativamente inferior de lo que indican las estadísticas oficiales (Muzzini et al., 2016).

Las divisiones censales que involucran áreas urbanas, no permanecen estáticas. Estas pueden sufrir subdivisiones entre un censo y otro, debido al crecimiento en cantidad de viviendas (INDEC, s.f.). El tipo de radio censal puede variar entre un operativo censal y otro, debido a modificaciones de los asentamientos y a subdivisiones operativas. Por ejemplo, un radio rural puede convertirse en: un radio mixto –cuando parte de su territorio ha sido ocupado por una urbanización–; un radio urbano –todo su territorio ha sido ocupado por una nueva urbanización–; etc.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), mediante diferentes documentos destaca la necesidad de actualizar las metodologías de medición de urbano/rural, con el objetivo de mejorar el diseño de políticas públicas (INE, 2018). Los criterios que se establecen en la definición de área urbana deben ser consistentes con la realidad de cada región o de cada país, de manera que las políticas no asuman planes inalcanzables en localidades clasificadas como urbanas, pero con características netamente rurales (Peña et al., 2002).

A pesar del temprano proceso de urbanización de Argentina y los rápidos y profundos cambios que se están produciendo en sus ciudades, el ordenamiento territorial aún no ha sido contemplado en su legislación nacional. Este año Argentina releva su décimo primer Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas. Aprovechamos a remarcar la importancia del apoyo y participación de toda la población en la principal fuente de información demográfica y socioeconómica de nuestro sistema nacional de estadística. Además de un insumo inestimable, para gestionar intervenciones instrumentales acordes con la resolución de los problemas urbanos.

 

Referencias bibliográficas

Baños, M. R. (2013). Nueva Ruralidad desde dos visiones de progreso rural y sustentabilidad: Economía Ambiental y Economía Ecológica. Polis, (34), 1–13.

Clout, H. (1976): Geografía rural Ed. Oikos-tau SA.

Dirven, M., y Candia Baeza, D. (2020). Medición de lo rural para el diseño e implementación de políticas de desarrollo rural.

Duncan, O. D. (1957). Community size and the rural-urban continuum. Cities and society, 35-45.

Ferrás, C. (2007). El enigma de la contraurbanización. Fenómeno empírico y concepto caótico. Revista Eure, 33(98), 5–25.

George, Pierre (1982). Precis de Geographie Urbaine. Sexta edición (traducción Jorge Gozolini). Barcelona, España, Ariel, pp. 17-19

Harvey, David (1996). “Justice, nature & the geography of difference”. Oxford: Blackwell.

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Notas

[1] Licenciado en Economía por Universidad de Buenos Aires (UBA), Licenciado en Sociología por Universidad de Buenos Aires (UBA) y Doctor en Demografía por Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Email: fernando14979@hotmail.com. Investigador adjunto del Instituto de Geografía, Historia y Ciencias Sociales (IGEHCS) – Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

[2] Agradecimiento especial a la Licenciada Daniela Avalos (UBA) por la corrección ortotipográfica. Email: danielasoledad.av@gmail.com