¿Llegamos al millón? La población del Partido de General Pueyrredon: algunos aportes para el debate

Sofía Estela Ares

INHUS-CONICET-UNMdP-GESPyT-FHum-UNMdP

 

Ocurre con las ciudades lo que en los sueños: todo lo imaginable puede ser soñado, pero hasta el sueño más inesperado es un acertijo que esconde un deseo, o bien su inversa, un temor. Las ciudades, como los sueños, están construidas de deseos y de temores, aunque el hilo de su discurrir sea secreto, sus normas absurdas, sus perspectivas engañosas, y cada cosa esconda otra.

Ítalo Calvino, Las ciudades invisibles, III

 

Mar del Plata como ciudad cabecera del Partido de General Pueyrredon congrega, desde hace décadas, las miradas en múltiples ámbitos: económico, político, cultural, periodístico y, por supuesto, académico. Su protagonismo ineludible se extiende incluso al aspecto demográfico, con lo cual es habitual escuchar que Mar del Plata tiene un millón de habitantes. Igualmente, y en estrecha relación con la proposición anterior, es normal que nos pregunten ¿cuántos habitantes tiene Mar del Plata?

Hasta aquí solo hablamos de Mar del Plata, mientras que el resto del Partido parece quedar siempre en las sombras. En ocasiones, sobre todo en tiempos electorales, algunos sectores aluden a la ciudad de Batán, entonces la referencia a marplatenses y batanenses parece cubrir a todo el distrito, ocultando la existencia de otras realidades, otros territorios en definitiva. No es el propósito en esta ocasión referir a la trama de localidades ni específicamente a la población rural del Partido de General Pueyrredon, sin embargo, queremos dejar como inquietud la necesidad de visibilizar la complejidad del distrito, trascender la postal y mostrar el resto del territorio (Mapa 1).

En este proceso, reconocer cuántos somos y dónde estamos es tal vez el puntapié inicial. El dónde estamos queda pendiente para otra ocasión no obstante, mostrar la distribución territorial de la densidad poblacional (Mapa 1) nos brinda la posibilidad de atisbar la presencia de múltiples situaciones dentro de General Pueyrredon. En referencia a la densidad vemos con claridad que la concentración de habitantes se reduce desde el centro marplatense hacia los bordes de la ciudad. Y, por fuera de esta, muestra focos de mayor aglomeración en Batán, Sierra de los Padres-La Peregrina y Estación Camet.

Mapa 1. Partido de General Pueyrredon, densidad de población, 2010 (habitantes por kilómetro cuadrado)

El reconocimiento de cuántos somos puede hacerse de la mano de las estadísticas oficiales, es decir, a través de información procesada a partir de los Censos Nacionales de Población. Según rezan los manuales de Demografía, el Censo es “el conjunto de las operaciones consistentes en recoger, recopilar, evaluar, analizar y publicar o divulgar de alguna otra forma datos demográficos, económicos y sociales relativos a todos los habitantes de un país (…)” (Naciones Unidades, 2010 citadas por CEPAL-CELADE, 2014, p. 23). Como indica Giusti (2010), dentro del Sistema Estadístico Nacional el Censo de Población es la operación de mayor importancia y sus resultados son un punto de referencia para las estadísticas vitales, así como marco de muestreo para las encuestas, como es el caso de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Los resultados de cada censo son, a su vez, la base para las proyecciones de población y deberían ser especialmente útiles para la planificación y el diseño de políticas públicas (Giusti, 2010).

En Argentina, los denominados Censos modernos (considerando como tales a los realizados desde 1960) se hacen cada diez años aproximadamente. Sin embargo, el cumplimiento (con mínimas diferencias en más o menos años) de las recomendaciones internacionales, no garantiza la calidad del procedimiento censal, sobre todo por el contexto en el que estos censos se han realizado. Al respecto afirma Giusti, “salvo el censo de 1960, los restantes se llevaron a cabo en medio de fuertes crisis sociales y económicas o de procesos no democráticos… De una u otra manera ello ha influido en las formas que esos censos adquirieron y en los resultados, difusión y uso de los datos mismos” (2010, p. 215). Por tanto, tenemos Censos que respetan parcialmente la frecuencia de los 10 años, pero con resultados que suelen estar cargados de dudas sobre su calidad. Por cierto que la frecuencia recomendada de 10 años se ha convertido en un lapso demasiado extenso si tenemos en cuenta la intensa dinámica de las sociedades actuales.

En Argentina el Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda debía realizarse en octubre de 2020. Sin embargo, al igual que ocurrió en otros países del mundo, se suspendió el operativo en el marco de la Emergencia Sanitaria originada por la pandemia por Sars-CoV-2. Durante el año 2021 se confirmó que el Censo se realizará entre marzo y mayo de 2022 apelando a un nuevo diseño donde las mayores novedades serán la modalidad mixta, registro electrónico o entrevista presencial, así como el enfoque de “derecho” y no “de hecho” como fueron todos los relevamientos precedentes. La realización de un censo de derecho plantea la necesidad de que cada habitante se registre en su lugar de residencia habitual y no donde pasó la noche anterior.  En este sentido es clave que pensemos que los censos de derecho permiten mejorar la calidad de la información y esta, a su vez, deviene en mejor herramienta para la gestión.

Pero ¿Cuántos somos?

 El Partido de General Pueyrredon es un distrito con fuerte tradición urbana, situación conectada con el rol de la ciudad de Mar del Plata y su veloz crecimiento poblacional entre 1947 y 1980 (Lucero et al, 2010; Velázquez et al, 2004). El proceso de urbanización del Partido ha sido tan importante que en 1970 la población urbana alcanzaba al 80% y hacia 2010 rozaba al 97 %. 

El poblamiento del partido, centrado en Mar del Plata, le ha asignado a la ciudad tal jerarquía que es habitual la invisibilización del resto del Partido.  Según el Censo de Población, Hogares y Vivienda de 2010, en el Partido de General Pueyrredon había 618.989 habitantes. Este dato, sin embargo, suele chocar con la población imaginada, temida tal vez retomando el epígrafe de Calvino, en un millón de habitantes para Mar del Plata. Se habla entonces de una ciudad millonaria, aludiendo siempre y de forma exclusiva a Mar del Plata. Del resto del Partido somos pocos los que hablamos, pero sea Mar del Plata o el Partido en su conjunto ¿cuántos somos? ¿llegamos al millón? ¿qué ha pasado en los diez años transcurridos desde el último Censo Nacional? ¿por qué de pronto hay tanto interés por la demografía local?

En el año 2020, la pandemia por el SARS-CoV-2 parece haber sido uno de los estímulos principales a las preguntas de corte demográfico. Las primeras voces contra el total de población se oyeron cuando, inmersos en el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), las autoridades determinaron para algunas zonas la posibilidad de salidas recreativas. General Pueyrredon por ejemplo quedó excluido de esa oportunidad y la fundamentación estuvo en el total de población proyectada por INDEC. Por el contrario, cuando la provincia de Buenos Aires estableció el sistema de fases, ese total, que para “salir de casa” era muy alto, empezó a verse como muy bajo.[1]  ¿Cómo entender tal contradicción? Es simplemente una cuestión matemática que depende del valor del denominador (divisor) usado. A igual cantidad de casos COVID positivos, la tasa de incidencia varía según el volumen de población (denominador) y este indicador era uno de los parámetros fundamentales en el sistema de fases. En consecuencia, las quejas de la población en general y de algunos grupos en particular, como comerciantes o gastronómicos, se concentraron en criticar el uso de datos desactualizados desconociendo que el denominador aplicado procede de las proyecciones de población, herramienta ampliamente usada y validada en el mundo entero.

Antes de desandar el camino cuantitativo es importante expresar que los datos censales ya tienen más de diez años, que este Censo del año 2010, al igual que otros, tiene sus falencias. Ninguna herramienta está exenta de errores. Pero no podemos dejar de decir que estos datos, así como las proyecciones, son los únicos de carácter oficial. En este sentido remarcamos que el uso de datos censales es de vital importancia dadas sus características de universalidad, exhaustividad, simultaneidad y periodicidad. Para saber con mayor exactitud cuántos somos es preciso realizar un nuevo Censo y para ello aún tenemos que esperar.

Hechas las aclaraciones anteriores, veamos la información demográfica de General Pueyrredon. El análisis de la tasa de crecimiento intercensal permite determinar el ritmo o la velocidad a la cual se producen los cambios. De este modo, en el período 1895-2010 el ritmo de crecimiento se desaceleró luego del año 1960, hasta alcanzar el mínimo de 5.4 ‰ entre 1991 y 2001 (Gráfico 1). La tasa de crecimiento anual intercensal se recuperó en el período siguiente llevando el cambio demográfico a un ritmo del 10.4 ‰. En consecuencia, podemos establecer que la población de General Pueyrredon muestra en las últimas décadas signos de desaceleración del crecimiento y un cambio demográfico lento. ¿Qué ha sucedido en los últimos años? ¿Qué hacemos entre Censos? O peor aún, ¿qué hacemos si el Censo se aplaza? Acudimos, por ejemplo, a las proyecciones de población. Tal como afirma Welti,

Las estimaciones y proyecciones de población constituyen un ejercicio ampliamente usado por los científicos sociales; está de más insistir en la relevancia de las proyecciones de población en materia de aplicación de políticas sociales y sectoriales; de hecho, las cifras sobre población afectada o beneficiaria de dichas políticas resulta ser la primera información que debe manejarse para que éstas tengan éxito (1997, p. 73).

El punto de partida para las proyecciones de Argentina es la población al 1 de julio de 2010, y el procedimiento “consiste en proyectar cada una de las variables determinantes de la dinámica demográfica de forma independiente, es decir: mortalidad, fecundidad y migración” (INDEC, 2013, p. 6). Dentro de los procedimientos para realizar las proyecciones se incluyen estudios de consistencia del Censo de Población que se toma como base. En relación a las últimas proyecciones, se señala que “Como resultado de este análisis se obtuvo un valor de omisión de 1,99% para el total del país” (INDEC, 2013, p. 7), consignándose en el estudio que el contraste con los valores de omisión de 2001 es significativamente menor. Las proyecciones de INDEC se realizan a escala general, provincial y también por departamento o partido, de este modo se conoce que la población proyectada del Partido de General Pueyrredon des de 656.456 habitantes para el año 2020 (INDEC, 2013).

En busca de otras respuestas hicimos la proyección de población con un método más simple, consistente en aplicar la tasa de crecimiento conocida, siguiendo el procedimiento detallado por Welti (1997), es decir, “es posible proyectar una población suponiendo que su crecimiento se ajusta a alguna función matemática específica y conociendo algunos datos adicionales tales como población inicial, tasa de crecimiento y lapso en años exactos entre momento inicial y momento final” (1997, p. 74). Se trata de un cálculo sencillo, pero “una determinada tasa de crecimiento puede originarse de infinitas combinaciones de la tasa de natalidad, mortalidad y migración, y este tipo de proyección no entrega información directa sobre estos componentes” (Welti, 1997, p. 74), por lo cual tiene menor precisión. La aplicación de la tasa de crecimiento exponencial obtenida entre 2001 y 2010 (10,4 ‰) indica que en General Pueyrredon la población al 1 de julio de 2020 sería de 686.744 habitantes.

No conformes con estos datos, la búsqueda de información actualizada nos ha llevado a una fuente aún poco conocida como es el proyecto WorldPop (https://www.worldpop.org/). En este proyecto se afirma que

Las nuevas fuentes de datos y los avances metodológicos recientes realizados por el programa WorldPop ahora proporcionan datos de alta resolución, abiertos y contemporáneos sobre la población humana, lo que permite una medición precisa de la distribución, composición, características, crecimiento y dinámica de la población local, a través de escalas nacionales y regionales (https://www.worldpor.org)

Trabajar con las bases generadas en el proyecto WorldPop nos ha permitido avanzar hacia 2020 y constituye una posibilidad, basada en métodos que reúnen fuentes y técnicas diversas, para acercar otras respuestas alternativas al interrogante ¿cuántos somos?

El ensayo con las tres alternativas comentadas muestra que la tasa anual 2010-2020, en promedio, sería del 8,3 ‰, cifra próxima a las tasas calculadas para los dos períodos precedentes. Es decir, con cualquiera de las tres opciones nos estaríamos aproximando, en valores situados por debajo de los 800.000 habitantes, al volumen de población del partido en 2020 (Tabla 1 y Gráfico 1).

Tabla 1. Población del Partido de General Pueyrredon y tasa de crecimiento (‰)

Fuente de datos Población (2020) Tasa anual de crecimiento intercensal
(a) Aplicación de la tasa de crecimiento conocida (2001-2010) 684.322 10,39 ‰
(b) WorldPop 681.593 8,33 ‰
(c) INDEC 656.456 6,08 ‰

Fuente. Elaboración en base a INDEC, 2001, 2010, 2013 y WorldPop

 

Fuente. Elaboración en base a INDEC. Censos Nacionales de Población (1895-2010); INDEC. Proyecciones de Población (2010-2040); WorldPop (a) Aplicación de la tasa obtenida para el período 2001-2010 (b) Proyecto WorldPop (c) Proyección de INDEC

 

Podemos advertir que la exactitud tiene la forma de quimera, recordando siempre que estamos trabajando con conjuntos móviles, afectados por la propia alternancia de la vida y de la muerte, por los movimientos migratorios y por los distintos errores que suceden en toda enumeración. Buscamos y analizamos tendencias apelando a información que nos aproxima a la realidad compleja y siempre cambiante. No hay dudas que contar con información consistente, oportuna y en múltiples escalas territoriales es fundamental para construir herramientas que deberían ser mejor aprovechadas, en especial desde los poderes del Estado, contemplando así la posibilidad de trabajar en pos de territorios, cada día, un poco más justos.

 

[1] Para una mirada en detalle de estos posicionamientos cruzados pueden consultarse:
https://www.0223.com.ar/nota/2021-6-4-8-9-0-en-plena-polemica-por-las-fases-piden-que-se-esclarezca-el-numero-de-habitantes-de-mar-del-plata;
https://www.clarin.com/sociedad/coronavirus-argentina-mar-plata-retrocede-fase-2-polemica_0_L8quG0kBl.html; https://www.lanacion.com.ar/politica/coronavirus-argentina-que-municipios-provincia-buenos-aires-nid2358709/;
https://www.lacapitalmdp.com/en-mar-del-plata-no-habra-salidas-recreativas-en-la-proxima-etapa-de-la-cuarentena/;
https://www.perfil.com/noticias/politica/mapa-bonaerense-axel-kicillof-delego-la-decision-del-esparcimiento-a-intendentes.phtml.

Referencias bibliográficas

  • Bondarenko M., Kerr D., Sorichetta A., and Tatem, A.J. (2020). Census/projection-disaggregated gridded population datasets, adjusted to match the corresponding UNPD 2020 estimates, for 183 countries in 2020 using Built-Settlement Growth Model (BSGM) outputs. WorldPop, University of Southampton, UK. doi:10.5258/SOTON/WP00685
  • CEPAL-UNFPA. (2014). Los datos demográficos. Alcances, limitaciones y métodos de evaluación. Santiago de Chile.
  • Giusti, A. (2010). Censos modernos, 1960, 1970, 1980, 1991, 2001. En: Torrado, S. (comp.) Población y bienestar en la Argentina del primero al segundo bicentenario. Tomo I (pp. 215-243) Buenos Aires: EDHASA
  • Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2013). Estimaciones y proyecciones de población 2010-2040: total del país. – 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Instituto Nacional de Estadística y Censos – INDEC. E-Book. ISBN 978-950-896-431-1
  • Lucero, P. et al. (2010). Atlas de Mar del Plata y el Partido de General Pueyrredon. https://gespyt.wixsite.com/gespyt/libros?pgid=kdc89ezk-21da5100-f7dc-4f53-8fe8-1d40a8dcfbc5
  • Velázquez, G; Lucero, P. y Mantobani, JM. (2004). Nuestra Geografía Local. Mar del Plata GESPYT-UNMDP. https://gespyt.wixsite.com/gespyt/libros?pgid=kdc89ezk-31dbf3a8-bf44-4f26-a93d-a17392e239fa
  • Welti, C. (1997). Demografía I. México: PROLAP

 

 

 

 

 

 

Cuarto Informe Técnico COVID 19 – MGP 2021

Presentamos el cuarto y último informe derivado del proyecto transdisciplinar “Monitoreo y seguimiento de estrategias para minimizar la circulación del COVID-19 en el Municipio de General Pueyrredon” (Código MINCYT, BUE 14), aprobado y financiado por el Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología COVID-19 del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación. El proyecto se desarrolla desde junio de 2020 en el Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales (INHUS), unidad ejecutora (UE) de doble dependencia entre el CONICET y la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Nuestro objetivo general es elaborar información sólida y confiable, de utilidad social y pública para fortalecer acciones en red entre referentes sociales, políticos e investigadores del sistema científico, que contribuyan a resolver o mitigar los efectos del aislamiento o distanciamiento social, preventivo y obligatorio, según el momento de referencia, dispuesto para impedir la propagación de la pandemia Coronavirus COVID-19 en distintos barrios del Municipio de General Pueyrredon.

El informe se sostiene en información primaria, recogida por los integrantes del equipo de investigación en cumplimiento con el criterio de periodicidad establecido en nuestro plan de trabajo. El relevamiento se realizó en base a cuestionarios administrados a una muestra intencional de informantes clave, referentes de los Comités Barriales de Emergencia (CBE) y de comedores/merenderos de los barrios seleccionados. El seguimiento del que se da cuenta en este reporte permite analizar variables presentadas en los informes anteriores a las que se agregan los resultados del último relevamiento efectuado entre mayo y junio de 2021.

 

Pueden descargar aquí el informe completo

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Tercer Informe Técnico COVID 19 – MGP 2021

Presentamos el tercer informe derivado del proyecto de carácter transdisciplinar “Monitoreo y seguimiento de estrategias para minimizar la circulación del COVID-19 en el Municipio de General Pueyrredon” (Código MINCYT, BUE 14), aprobado y financiado por el Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología COVID-19 del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación. El mismo se desarrolla desde junio de 2020 en el Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales (INHUS), unidad ejecutora (UE) de doble dependencia entre el CONICET y la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Nuestro objetivo general es elaborar información sólida y confiable, de utilidad social y pública para fortalecer acciones en red entre referentes sociales, políticos e investigadores del sistema científico, que contribuyan a resolver o migar los efectos del aislamiento y en la actualidad distanciamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto para impedir la propagación de la pandemia Coronavirus COVID-19 en distintos barrios del Municipio de General Pueyrredon.

Nos referenciamos fundamentalmente en información primaria, recogida por los integrantes del equipo de investigación en cumplimiento con el criterio de periodicidad establecido en nuestro plan de trabajo. El relevamiento se realizó en base a cuestionarios administrados a una muestra intencional de informantes clave, referentes de los Comités Barriales de Emergencia (CBE) y de comedores/merenderos de los barrios seleccionados. El seguimiento del que se da cuenta en este reporte permite analizar la mayor candad de variables presentadas en los informes de agosto y diciembre de 2020, a la que se agrega nueva información dada la dinámica propia de los problemas en estudio. En diciembre de 2020, los referentes barriales y de comedores se encontraban en una situación en la que alternaban la alerta y movilización debido al retiro de la ayuda alimentaria proporcionada por el municipio y a la asistencia derivada de las fiestas navideñas, por lo cual resultaba imposible relevar de la manera habitual la información que nutre nuestros informes parciales. A raíz de ello, se realizó una recopilación parcial, acotada a referentes de CBE, con la intención de abordar cuestiones concretas previas a la temporada veraniega implementando técnicas de sondeo online mediante un formulario estructurado. Con posterioridad, para llevar a cabo la tercera ronda de relevamiento que resulta en este informe, se volvió al formato empleado en la primera y segunda. Fue administrado entre fines de febrero y comienzos de marzo de 2021 cuando el PGP se encontraba en fase 4 y en situación de Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO). Es decir, estos resultados no contemplan el retorno a fase 3 establecido el 21 de abril de 2021 debido al incremento de casos positivos en el Pardo de General Pueyrredon.

La muestra: Se continúa trabajando sobre una selección de 15 CBE de los 33 del partido,  estos son: 9 de Julio-López de Gomara-San Cayetano; La Herradura-Hipódromo-San Jorge; Las Américas-Regional-Don Emilio; Parque Hermoso-Valle Hermoso; Las Heras; Las Dalias; Alto Camet; Don Bosco-Bernardino Rivadavia-Los Andes- Santa Mónica-Estación Norte; Centenario; Puerto; Antártida Argentina-Monte Terrabusi-Santa Rosa del Mar -Quebradas de Peralta Ramos; Nuevo Golf; Batán; El Boquerón; General Pueyrredon-Fortunato de la Plaza-Villa Evita; El Martillo.

 

Pueden descargar aquí el informe completo

 

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La emergencia alimentaria como un legado intergeneracional. Programas alimentarios en el Partido de General Pueyrredon entre 1983 y 2020

 María Victoria Sordini

 

La lectura sociológica sobre la cuestión alimentaria, en tanto cuestión social, permite identificar los medios de cohesión y regulación a través de los cuales se supera, se mitiga, se re-configura o se profundiza el conflicto del hambre. Las políticas alimentarias intervienen sobre las condiciones de vida y de reproducción de la vida de amplios sectores sociales que, desde los años setenta, vivencian condiciones de desempleo y empobrecimiento (Arakaki, 2011; Gasparini, 2019). De esta manera, el Estado implementa estrategias para garantizar el bienestar de la población, configurando los parámetros de necesidad y falta que la sociedad es capaz de soportar.

El Partido de General Pueyrredon (PGP) es el tercer aglomerado urbano con mayor población de la Provincia de Buenos Aires (DESD, 2016). Desde los años ochenta, la población de villas y/o asentamientos crece más aceleradamente que el total (Nuñez, 2000). El partido presentó los más altos índices de desocupación del país en 1995 (22,1%), en 2002 (24,6%), en 2018 (9,3%) y en 2019 (11,1%) (López, Lanari, Alegre, 2001; Actis di Pasquale, 2018; Gret, 2019; MGP-SM, 2020). En este contexto, en 2019 el 18,4% de hogares se encontró bajo la línea de pobreza. Durante el año 2020 la situación se profundizó, el municipio alcanzó una tasa de desocupación del 26% en el segundo trimestre y un 30,8% de hogares bajo la línea de pobreza (MGP-SM, 2020b). El escenario de pauperización fue intervenido por políticas alimentarias focalizadas en la pobreza, asistenciales y masivas que se implementaron desde la jurisdicción nacional, provincial y municipal de manera simultánea y permanente durante el periodo en estudio.

Desde 1983 se inaugura una etapa de sucesivas intervenciones en el contexto de emergencia alimentaria nacional. El poder ejecutivo asumió el compromiso de garantizar el derecho a la alimentación, señalando que la democracia sería una “ficción” si permite “cuerpos y mentes apagadas por la falta de alimentos”. Así lo estableció en la ley N° 23.056, sancionada en 1984, que facultó a enfrentar la crítica situación de la población más vulnerable y de pobreza extrema, y denominó en situación de emergencia al Programa Alimentario Nacional (PAN). Desde allí, todas las administraciones que siguieron continuaron con la implementación de planes alimentarios de manera ininterrumpida (Britos, et.al, 2003; Cortes, Kessler, 2013; Sordini, 2016).

Las condiciones estructurales que dispone el modelo de acumulación y la profundización de la desigualdad sostienen al problema del hambre en la agenda de la Argentina. En 2002, mediante el decreto 108/2002 se estableció la Emergencia Alimentaria Nacional. A partir de allí se reorientaron los fondos presupuestarios, profundizando la descentralización, para reforzar programas sociales de salud y nutrición para la población en condiciones de vulnerabilidad y con riesgo de subsistencia. En 2003 la Ley 25.724 creó el Programa Na­cional de Nutrición y Alimentación del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria (PNSA) que articuló la multiplicidad de programas preexistentes y pretendió unificar en una base única a sus destinatarios. En 2019 la Ley 27.519 prorrogó hasta el 31 de diciembre del año 2022 la Emergencia Alimentaria Nacional dispuesta por el decreto mencionado anteriormente (BORA, 2020). En línea con las acciones que lleva adelante el PNSA, se implementó desde 2019 el Plan Argentina Contra el Hambre mediante la “Tarjeta AlimentAR”, para la promoción y el fortalecimiento del acceso a la canasta básica de alimentos.

 

Gráfico N° 1: Periodos de vigencia de las intervenciones alimentarias implementadas en PGP entre 1983 y 2020 según su dependencia jurisdiccional

                 Referencias: * Programa de Fortalecimiento Red de Espacio Comunitarios, ** Creciendo Sanos

                 Fuente: Elaboración propia

En el periodo 1983-2020 se implementaron veintisiete programas alimentarios con distinta dependencia jurisdiccional y superpuestos en sus objetivos, población destinataria y modalidades de prestación. De esta manera, múltiples programas han contribuido a la diversificación de los ingresos del hogar de la población destinataria en simultáneo.

En los objetivos de los programas subyace la definición del problema del hambre y las alternativas para responder al mismo. En la nominación de los programas se denota el carácter paliativo y provisorio de las intervenciones porque se nombran como programas de “asistencia”, “emergencia”, “ayuda”, “complemento”. Además, tanto por su simultaneidad en la implementación como por su consecución prevalece una fragmentación de estas políticas.

Todas las intervenciones convergen en torno a los siguientes objetivos: complementar la alimentación, brindar apoyo técnico y financiero a espacios comunitarios, disminuir la morbi-mortalidad infantil, promover hábitos saludables y realizar capacitación socio-alimentaria, promover estrategias de autoproducción y consumo de alimentos y disminuir las condiciones deficitarias de la alimentación de escolares.. En el gráfico N° 2 se ilustran las once maneras en las que se materializaron las respuestas al problema alimentario, mediante sus modalidades de prestación, desde los veintisiete programas implementados.

Gráfico N° 2: Modalidades de prestación alimentaria implementada en el PGP entre 1983 y 2020

El objetivo principal de la mayoría de estos programas es complementar la alimentación. Para responder al mismo se implementan tres estrategias: la entrega de cajas, bolsones o módulos de alimentos secos, la entrega del plato de comida elaborado y, la entrega de tickets, vales o trasferencias monetarias para comprar alimentos en el mercado minorista. Históricamente predomina como respuesta a la emergencia alimentaria la entrega de alimentos secos porque su bajo costo de logística y distribución es adecuado a los presupuestos de los programas. Sin embargo, los alimentos frescos son los más caros del mercado y de difícil acceso para la las preparaciones cotidianas, aún destinando la totalidad de las transferencias monetarias de las tarjetas alimentarias a dichos productos. De esta manera las modalidades de prestación de los programas configuran el acceso, la preparación y el consumo de los alimentos porque se (des)habilitan gustos y sabores según las posibilidades de acceso.

La persistencia de dichas modalidades ha configurado maneras de ser titular y/o destinatario/a de programas alimentarios. Las comidas que se elaboran en los hogares denotan un sentido práctico, al decir de Pierre Bourdieu, situado históricamente, adecuado a la oferta del mercado, y a la diversificación de las estrategias de abastecimiento alimentario (trabajo informal, redes comunitarias, organizaciones de la sociedad civil). Por ello, los modos de ser y hacer, en función de comer lo posible, incorporan en el cuerpo las estructuras de desigualdad social.

Desde los años ochenta la focalización de las políticas sociales sobre la población destinataria “pobre” define y legitima tal condición. Los programas procuran “integrar” a los grupos vulnerables para “complementar” y “reforzar” aquello que les falta. De esta manera, estos programass han acompañado la trayectoria de vida de cuatro generaciones en condiciones de vulnerabilidad social porque: a) los PA mantienen una vigencia permanente desde hace más de treinta y cinco años; y, b) los objetivos no se plantean para revertir las causas, sino para atenuar el conflicto alimentario de manera provisoria; c) existe un PA para cada grupo etario. Este último aspecto se grafica a continuación.

Gráfico N° 3: Población objetivo según su edad para cada PA implementado en el PGP entre 1983 y 2020

Fuente: Elaboración propia

 

Las diversas generaciones se apoyan unas a otras para optimizar el acceso a los programas de acuerdo a las normas de compatibilidad que los mismos presentan. La primera, mayor a 56 años, titularizó la recepción de la caja de alimentos del PAN y participó en la organización de comedores comunitarios desde finales de los años ochenta. Además, las mujeres fueron pioneras como Trabajadoras Vecinales en el Plan Vida que inicio en 1994 y continua vigente en la actualidad. La segunda, entre 31 y 55 años, en su niñez acompañaban a sus padres/madres o abuelos/as a retirar los bolsones de alimentos y almorzaban o cenaban en el comedor comunitario. En su adolescencia, comenzaron a participar en la coordinación y gestión de los comedores comunitarios y a reemplazar a sus madres como titulares del Plan Vida. La tercera, entre 18 y 30 años, durante los años noventa fue destinataria del Plan Vida y en la actualidad, son titulares de esa misma intervención pero focalizada en sus hijos, quienes integran la cuarta generación. De esta manera, una vez que los programas alimentarios ingresan en las trayectorias de vida de sus destinatarios persisten en sus recorridos.

La fragmentación ininterrumpida de los múltiples PA posee una atribución normativa que organiza el consentimiento social como adhesión al orden social (Bourdieu, 2014). Por ello, debido a la capacidad coercitiva del Estado y al alcance masivo de sus intervenciones se normaliza la mitigación del conflicto del hambre. Los PA constituyen el esquema de las estrategias, aceptadas y aceptables, que regulan la distribución de las energías, que como sociedad somos capaces de soportar y que fundamentan a las relaciones de dominación, porque limitan las posibilidades de comer de cuatro generaciones. En este contexto, la regulación de las energías determina las posibilidades de acción, de reflexión y de desplazamiento social de cuatro generaciones, en una sociedad en la que el hambre es la política.

 

Segundo Informe Técnico COVID 19 – MGP 2020

Presentamos el segundo informe derivado del proyecto de carácter transdisciplinar “Monitoreo y seguimiento de estrategias para minimizar la circulación del COVID-19 en el Municipio de General Pueyrredon” (Código MINCYT, BUE 14), aprobado y financiado por el Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología COVID-19 del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación. El mismo se desarrolla desde junio del presente año en el Instuto de Humanidades y Ciencias Sociales (INHUS), unidad ejecutora de doble dependencia entre el CONICET y la Universidad Nacional de Mar del Plata.

La segunda ronda de relevamiento tuvo lugar en el mes de octubre, cuando el Partido de General Pueyrredon ( PGP) se encontraba en fase 3 del Aislamiento Social, Prevenvo y Obligatorio (ASPO) a la que había retrocedido a fines de agosto. Con referencia a la metodología, la muestra sobre la que se realizó el relevamiento de los cuestioonarios es no probabilísca, también llamada muestra intencional, dado que la elección de los casos depende de decisiones acordadas por el equipo de invesgación. Se parte de informantes calificados quienes señalan a referentes de los Comités Barriales de Emergencia (CBE) o de comedores/merenderos de los barrios seleccionados como posibles encuestados, pudiendo de esa manera construir la trama o red de contactos.

Además de las encuestas, sobre las que se ha construido el núcleo de este segundo informe, se utilizaron otras técnicas complementarias. Tal como se puede apreciar hasta el momento, una de ellas corresponde a la construcción de mapas temácos donde se han georreferenciado actores, e indicadores de vulnerabilidad social (población mayor de 65 años, calidad de vida, necesidades básicas insasfechas -NBI-), en recortes territoriales de acuerdo con la concentración de problemas. Otra, al análisis datos estadíscos de variables y su expresión en gráficos para reconstruir, por ejemplo, la evolución e incidencia de la pobreza e indigencia, la composición etaria de la población, entre otros, comparando comportamientos entre el PGP y la Región Pampeana, por ejemplo.

También se ha recurrido a técnicas cualitativas, como se pone en evidencia en los relevantes apéndices de este informe. La descripción analíca propia del método histórico permitió reconstruir la trama de la evolución de la pandemia en base a bibliografía secundaria y a información primaria obtenida de los portales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) (Apéndice 1). Asimismo, se recurrió a la observación y el análisis de dos asambleas plenarias de referentes de los CBE, realizadas de manera sincrónica los días 1° de agosto y 26 de septiembre de 2020. Estas fueron convocadas a través de un programa de reuniones virtuales y es posible consultarlas en el canal Youtube. A los fines de este informe, se recuperaron las intervenciones de los, las y les referentes en su entorno, con las limitaciones a la participación derivadas de la modalidad posible de adoptar (Apéndice 2).

Finalmente, se recupera el análisis de conversaciones en Twitter sobre coronavirus en Mar del Plata. Se empleó minería de textos, una aplicación de la lingüística computacional y del procesamiento de textos que pretende facilitar la idenficación y extracción de nuevo conocimiento a partir de colecciones de documentos o corpus textuales (Apéndice 3).

Pueden descargar aquí el informe completo

 

Propuesta: Programa de Atención Primaria Pos Covid 19 para el Partido de General Pueyrredón, Provincia de Buenos Aires.

Adriana Álvarez (UNMdP CONICET INHUS Cehis) y Mario Rovere ( Director Provincial Escuela de Gobierno en Salud. “Floreal Ferrara”)

 

A mediados de los años cincuenta del siglo XX el poliovirus azotaba al mundo. Al igual que el Covid-19 no se conocía la vacuna para prevenirlo y a diferencia de éste atacaba preferente a la infancia.

Padecer la poliomielitis podía significar transitarla sólo con fiebre, dolor de cabeza y garganta, náusea y/o diarrea, pero no más que un cuadro viral con una recuperación rápida, sin mayores consecuencias, puesto que el 95% de los casos eran asintomáticos. El problema radicaba en ese 5% que podía padecer de forma virulenta la enfermedad, provocándoles desde parálisis hasta la muerte. (Alvarez, 2013).

Mientras la epidemia de poliomielitis ocurría, la atención se puso en las medidas de prevención contra el contagio y se depositaba la esperanza en la aparición de una vacuna que no tardaría en llegar. Efectivamente en 1955 el mundo entero celebraba el anuncio del Dr. Jonas Salk, aunque paralelo a la esperanza también siguieron reinando la urgencia, el temor, la incertidumbre que hicieron que las acciones se centraran en prevenir el contagio y en diseñar campañas de vacunación a futuro, es decir quién las distribuiría, a qué laboratorio se comprarían, quiénes serían los primeros beneficiarios etc.

Las secuelas, las consecuencias de la enfermedad no formaron parte del universo de preocupaciones gubernamentales. La dictadura de Aramburu no focalizó que la polio había dejado miles de pacientes con parálisis que no contaban con espacios adecuados para su tratamiento. (Alvarez 2015)

El seguimiento y la recuperación de las secuelas dejadas en quienes contrajeron la enfermedad fue un tema que debieron emprender las familias de los padecientes. Los Centros de Rehabilitación, se generaron sobre la base de modelos asociativos variados y con características organizativas distintas, aunque con un denominador común: se trató en todos los casos de organizaciones civiles sin fines de lucro, compuestas por gente común y médicos de especialidades diversas, cuyo financiamiento dependió básicamente tanto de la colaboración monetaria popular como de grandes empresas, más no del Estado. Organizar esos espacios llevó años, tiempo valioso cuando de tratamientos prolongados se habla. (Alvarez 2018)

El ejemplo brindado sobre la poliomielitis, como la gran demora que debieron padecer las personas para tratar los efectos que les había dejado la enfermedad, deberían ser un alerta para anticipar en términos sanitarios la etapa : Pos Covid-19.

Mucho se habla del día después de la pandemia en diversos planos como es el económico, cultural, educativo, social entre muchos otros, pero poca o escasa atención se presta a las secuelas del coronavirus, a sus consecuencias y a cómo asistir a quienes puedan padecerlas.

En la actualidad se repite el modelo de la poliomielitis, las directrices sanitarias apuntan en dos sentidos: medidas preventivas y la esperanza en la vacuna. Las posibles consecuencias que pueda traer aparejado haber contraído la enfermedad ya sea de forma asintomática, leve, moderada o grave, no son motivo de atención al momento.

Por la rapidez de la difusión del COVID-19 y su impacto epidemiológico, multiplicidad de estudios han sido publicado en pocos meses. Más recientes aún son las publicaciones científicas que han comenzado a centrarse en las “secuelas del COVID-19”.  Si bien no son concluyentes, advierten sobre posibles consecuencias cardíacas o cerebrovasculares.

De hecho, el pasado 12 de agosto la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud emitieron un “Alerta Epidemiológica: Complicaciones y secuelas por COVID-19” (OPS/OMS, 12/08/2020).

En el mencionado informe puede leerse que “La intensa transmisión de COVID-19 en varios países y territorios de las Américas y la generación de evidencia de parte de la comunidad científica, ha permitido aumentar nuestro conocimiento sobre varios de estos aspectos, entre ellos, lo relacionado a las complicaciones y secuelas por COVID-19.” (OPS/OMS 2020)

Las secuelas que el coronavirus podría legar en el cuerpo de quienes padecieron la enfermedad varían según los trabajos consultados, pero se los podría nuclear en torno a:  fatiga, arritmias cardíacas , dolor muscular , daños al corazón , daños a los pulmones ,daños al cerebro, entre otras.

Es decir, existe consenso en que las consecuencias de la infección por virus corona, no sólo se limitan al aparato respiratorio, y que se han registrado secuelas en el sistema cardiovascular, y en el sistema nervioso central y periférico. Se ha documentado también secuelas psiquiátricas, psicológicas e incluso problemas en la fonación de las personas que han estado varios días intubadas con respiración  asistida.

En casos graves de COVID-19, la respuesta hiper-inflamatoria sistémica podría causar un deterioro cognitivo a largo plazo, como, por ejemplo, deficiencias en la memoria, atención, velocidad de procesamiento y funcionamiento junto con pérdida neuronal difusa (Cothran y otros 2020), de ahí que la OMS sostiene que “la evaluación a largo plazo de manifestaciones clínicas de esclerosis múltiple será necesaria en pacientes recuperados de la COVID-19.” (OPS/OMS: 4)

Si bien las investigaciones solo están comenzando a rastrear la salud a largo plazo de los sobrevivientes, las epidemias pasadas causadas por virus similares muestran que las consecuencias pueden durar más de una década. Es el caso del SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), cuyo primer caso apareció en China en noviembre de 2002, causó más de 800 muertes y 8.000 enfermos, siendo reconocida como la primera pandemia del siglo XXI. (Alvarez 2020). Si bien no tuvo el impacto que tiene la actual COVID 19, investigaciones recientes muestran una cantidad de casos significativos que superaron el virus, pero luego sufrieron infecciones pulmonares, niveles más altos de colesterol y se enfermaron con más frecuencia que otros durante 12 años después de que la epidemia se extendiera por Asia. (Wu, Q., Zhou, L., Sun, X. et al 2020).

Aunque no ha pasado suficiente tiempo para saber cuál será la gravedad de las secuelas ni cuánto van a durar, aún así entendemos que se debería comenzar a pensar en programas o protocolos sanitarios pos covid. Diseñados sobre unidades multidisciplinares destinados el seguimiento de personas que hayan padecido el virus.

¿Quiénes deberían ser los destinatarios y que nivel de salud el responsable de su implementación?:

Esta propuesta se piensa en el marco del proyecto “Monitoreo y seguimiento de las estrategias para minimizar la circulación del COVID 19 en el Municipio de General Pueyrredón” (2020) , radicado en el INHUS, seleccionado por el MINCYT en la Convocatoria  “Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología COVID-19”.

Tomando como referencia el primer informe realizado por el mencionado proyecto , se desprende que en los barrios vulnerables del Partido de General Pueyrredón  se ha profundizado durante la pandemia el reclamo por falta de servicios de salud y se solicita mayor asistencia de salud y prevención (Monitoreo 2020), que si bien no hay forma con los datos disponibles al momento de evaluar la incidencia del COVID 19 es esos espacios, por la información cualitativa se desprende que el número de positivos fue en ascenso, que la mayoría de los afectados no posee obra social, hecho que se combina con una situación socio económica que vuelve a estos sectores más vulnerables de lo que eran antes de la ASPO.

Por estos motivos, entendemos que el Programa se debería realizar mediante un abordaje multidisciplinar como modelo de detección y seguimiento de la morbilidad de personas que padecieron COVID 19, y dado que ha sido pensado para sectores socio económicos vulnerables, sería deseable y apropiado que se realizara desde el área de salud del Municipio e implementase desde los Centros de Atención Primaria, con la colaboración de los Centros barriales de Emergencia, surgidos durante el período pandémico y conocedores del territorio.

Por tratarse de un programa integral otras instancias institucionales que podrían articular con esta acción es la Universidad Nacional de Mar del Plata, donde las carreras de Medicina, Psicología y Terapia Ocupacional, pueden ser un eslabón central de este programa.

La pandemia impone pensar lo que vendrá, donde sin duda formas de gestión que han sido subestimadas o no aprovechadas en todas sus dimensiones cobrarán centralidad. La planificación estratégica, es una formidable herramienta para pensar e intervenir sobre la realidad, una propuesta no superada para articular lo político con lo técnico, esto es, la teoría con la acción (Rovere, 2006). Un programa que contenga las sugerencias previas debería ser uno de los eslabones en ese sentido.

Por último, debemos recordar que en la actualidad la OMS/OPS recomienda a los Estados Miembros garantizar la continuidad de seguimiento y asistencia para los pacientes con secuelas por la enfermedad, de ahí el llamado a incorporar a la agenda sanitaria vigente esta perspectiva destinada a monitorear los efectos de la Covid-19.

Septiembre 2020

Bibliografía.

Alvarez A (2013) “ El impacto de los brotes de poliomielitis en las formas de organización ciudadana  (Buenos Aires) “ Revista de Historia  de la Medicina y Epistemología médica,  vol .V – nº 1: 1 a 17

Alvarez A (2015) “Los desafíos médicos, sociales e institucionales que dejó la poliomielitis: la rehabilitación integral en la Argentina de mediados del siglo XX”. História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro, v.22, n.3: 941-960.

Alvarez A (2018) “Muletas, vacunas y fragmentación del sistema de salud. El caso de la poliomielitis en la Argentina de mediados del siglo XX”, Investigaciones y Ensayos    Núm. 66: 149-177.

Alvarez A (2020) “La Historia del COVID 19 en tiempos del Coronavirus. Un ensayo inconcluso” en Revista Pasado Abierto N 1 1.

Vindegaard N, Benros ME. COVID-19 pandemic and mental health consequences: Systematic review of the current evidence [published online ahead of print, 2020 May 30]. Brain Behav Immun. 2020;S0889-1591(20)30954-5. doi:10.1016/j.bbi.2020.05.048. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7260522/

Aggarwal, G., Cheruiyot, I., Aggarwal, S., Wong, J., Lippi, G., Lavie, C. J., Henry, B. M., & Sanchis-Gomar, F. (2020). Association of Cardiovascular Disease With Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) Severity: A Meta-Analysis. Current problems in cardiology, 45(8), 100617. https://doi.org/10.1016/j.cpcardiol.2020.100617

Troyer, E. A., Kohn, J. N., & Hong, S. (2020). Are we facing a crashing wave of neuropsychiatric sequelae of COVID-19? Neuropsychiatric symptoms and potential immunologic mechanisms. Brain, behavior, and immunity, 87, 34–39. https://doi.org/10.1016/j.bbi.2020.04.027

Wu, Q., Zhou, L., Sun, X. et al. Altered Lipid Metabolism in Recovered SARS Patients Twelve Years after Infection. Sci Rep 7, 9110 (2017). https://doi.org/10.1038/s41598-017-09536-z

Cothran, T. P., Kellman, S., Singh, S., Beck, J. S., Powell, K. J., Bolton, C. J., & Tam, J. W. (2020). A brewing storm: The neuropsychological sequelae of hyperinflammation due to COVID-19. Brain, behavior, and immunity, S0889-1591(20)31209-5.

Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud. Alerta Epidemiológica: COVID-19, complicaciones y secuelas. 12 de agosto de 2020, Washington, D.C. OPS/OMS. 2020 https://www.paho.org/es/documentos/alerta-epidemiologica-complicaciones-secuelas-por-covid-19-12-agosto-2020

Rovere Mario (2006) PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA DE RECURSOS HUMANOS EN SALUD Segunda edición ampliada y corregida. Organización Panamericana de la Salud, Washington.

“Monitoreo y seguimiento de las estrategias para minimizar la circulación del COVID 19 en el Municipio de General Pueyrredón” (2020)  https://www.observatoriopolitico.com.ar/primer-informe-tecnico-covid-19/

 

Primer Informe Técnico COVID 19 – MGP 2020

El presente informe se confeccionó a partir de los datos relevados en el marco del Proyecto de Investigación Monitoreo y seguimiento de las estrategias para minimizar la circulación del COVID-19 en el Municipio de General Pueyrredon. Se trata de un proyecto multidisciplinario financiado por el Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología COVID-19 del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación. El mismo se desarrolla en el Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales (INHUS) con doble dependencia en el CONICET y la Universidad Nacional de Mar del Plata, es dirigido por la Dr. Marcela Ferrari y cuenta con la participación de investigadores, becarios y estudiantes de varias facultades: Humanidades, Ciencias de la Salud y Trabajo Social y Arquitectura, Urbanismo y Diseño.

Los datos cuantitativos y cualitativos relevados corresponden a la primera rueda bimestral de encuestas realizadas a 15 referentes de los Comité Barriales de Emergencia (CBE) del partido de General Pueyrredon, y a 12 personas a cargo de comedores del territorio que comprende cada uno de los CBE relevados. La muestra sobre la que se realizó el relevamiento de los cuestionarios es no probabilística -también llamada muestra intencional- dado que la elección de los casos depende de decisiones acordadas por el equipo de investigación. Se parte de informantes calificados, quienes apuntaron a otros referentes de CBE o comedores/merenderos de los barrios seleccionados, pudiendo de esa manera construir la trama o red de contactos. La muestra es representativa de las divisiones por zona que los propios actores realizaron para organizar territorialmente los 34 Comités Barriales de Emergencia que funcionan en el partido de General Pueyrredon: Zona Sur; Zona Norte; Zona Oeste; Zona Suroeste.

Pueden descargar aquí el informe completo

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¡Basta Illia!: Fotopolítica y golpe de estado

Por Susana G. Delgado

(CeHis- UNMdP)

 

En estos días, con motivo de la marcha anticuarentena, con epicentro en el Obelisco, pero también reiterada en las principales ciudades del país, el abogado Federico Polak (ex vocero de Raúl Alfonsín) la comparó en varios medios periodísticos con aquella que tuvo lugar en la calle Florida de Buenos Aires en marzo de 1966 y que la revista Panorama reprodujo en tapa, en mayo del mismo año. A continuación proponemos una síntesis del análisis que realizamos sobre la producción fotográfica de tapa, que tuvo dos versiones: la primera, desde un análisis teórico- sociológico, sobre la relación entre esta disciplina y la fotografía,  en unas Jornadas de Sociología en la UBA (2015), y la segunda, desde la importancia del análisis del discurso fotográfico en la historia, en las Jornadas “ A 50 años del Golpe de Estado del 28 de junio de 1966: el derrocamiento de  Illia y la Revolución Argentina”, de la Facultad de Humanidades, UNMdP (2016). Esperamos que la misma sirva como disparador para reflexionar sobre el papel de los medios en la vida ciudadana argentina.

 

Panorama. La revista de nuestro tiempo salió por primera vez, como una revista mensual, en junio de 1963. Pertenecía a  la Editorial Abril, en sociedad internacional con Time-Life y Mondadori. Estaba estructurada en una redacción doble: una en la Avenida de las Américas, en Nueva York, en Time, desde donde se bajaban las directivas, y otra, en  la redacción porteña. El slogan de Panorama era: «la revista de nuestro tiempo» y ofrecía notas en color, en especial las referidas a temas extranjeros, lo que significaba un adelanto en una época de televisión en blanco y negro. Para Eugenia Scarzanella (2016) si bien su surgimiento fue paralelo al inicio del gobierno de Arturo Illia -en octubre de 1963- no tardó mucho en ser la portavoz de la desilusión de las expectativas generadas en la sociedad.

 

 

Un mes antes del derrocamiento de Illia, producido el 28 de junio de 1966 que determinó el inicio de la ¨ Revolución Argentina¨ y la llegada al poder de Juan Carlos Onganía, Panorama publicó, en su tapa, una fotografía que remite a su principal artículo de análisis político. La misma muestra un trío integrado por dos hombres y una mujer que avanzaba por la calle Florida, en Buenos Aires. Sus cuerpos formaban un sándwich con carteles que colgaban de los hombros y expresaban basta Illia. Era el 18 de marzo del mismo año, cuando los rumores de golpe arreciaban por todas partes:

«El grupo subversivo avanzó silenciosamente por Florida, desde la esquina de Córdoba hacia el sur, abriéndose paso imperturbable  por entre la marea humana que al anochecer desbordaba la calle.

(…)

A la altura de Tucumán se escuchó la estridencia de una sirena seguida de un nuevo desbande. Era un patrullero de la Comisaría 1º. Dos agentes se acercaron a la mujer y a los hombres sándwich, preguntaron algo, tomaron nota y se alejaron. Sonreían.

Al encenderse los focos del alumbrado público, los subversivos portadores de carteles desaparecieron por una de las calles laterales.» (Revista Panorama, mayo de 1966,  p. 41)

La descripción de este hecho da inicio a un artículo de investigación de 10 páginas interiores de la revista. El enlace sobre la descripción arriba enunciada y la investigación en sí misma expresa: ¨Culminaba así con este test colectivo, realizado en plena calle Florida, una investigación periodística de Panorama, empeñada en responder a la más importante pregunta que hoy podemos formularnos los argentinos: ¿Tenemos realmente libertad?. El informe fue realizado por periodistas dirigidos por D. Muchnick,  a cargo de la investigación  coordinada y redactada por Salvador Nielsen con el título: ¿Tenemos libertad? A su vez, la volanta expresa: ¨Una audaz investigación de Panorama que recorre la calle, la Universidad, los ámbitos políticos, organismos obreros, empresarios y culturales contesta a la candente pregunta sobre el más preciado e inadvertido bien que tienen los argentinos.¨

La imagen ¿ilustra? un texto que luego de enumerar las diversas opiniones de personalidades políticas, del empresariado, de la cultura y de los sindicatos, concluye en que los argentinos disfrutan de  libertad, considerándola  como un bien muy preciado pero que resulta inadvertido para casi todos.

El texto comienza destacando una opinión sajona a cargo de W. Averell Harriman, asesor presidencial del gobierno de Washington, que había llegado a la Argentina con el propósito de evitar la anulación de los contratos petroleros suscriptos por el gobierno de Arturo Frondizi, con empresas  norteamericanas, entre 1957 y 1961, y había fracasado. Sin embargo expresó antes de su regreso en la embajada de su país:

¨Pocas veces he observado un sistema de gobierno como el argentino. Es poco decir que aquí se vive en democracia: Aquí se respira libertad¨

Contrariamente a la conclusión del funcionario norteamericano, la frase de tapa sugiere precisamente lo opuesto, y se relaciona con la denuncia de los protagonistas portadores de los carteles.

La imagen fue tomada por el fotógrafo Oscar Horacio Burriel, quien trabajaba para Abril. En febrero del año 2010, en una entrevista que le hiciera la investigadora Cora Gamarnik expresó: “Una vez hicimos unas fotos a un grupo de personas que llevaban un cartel adelante como ‘hombre sandwiche’ como si fueran una tortuga, lo hicimos para la revista Panorama, para ridiculizar a Illia. Armamos la nota. Yo después me lamenté tanto…”

Esta afirmación de Burril confirma la sospecha que emerge del análisis tanto de la tapa, como de la nota que ilustra. La fotografía recorrió la historia como la representación del hastío de la sociedad argentina frente al gobierno de Illia; sin embargo, si la  analizamos detenidamente, podemos reconocer que no es una marcha colectiva, sino sólo una intervención callejera de los tres personajes sándwich. El dibujo de la letra de los Basta Illia, evidentemente es la misma. Inferimos  que alguien propuso esta actuación al estilo de una performance artística. En ella están representados, el primero, un hombre de traje, la segunda, una mujer, y el tercero, un joven en mangas de camisa, en síntesis, distintos sexos, distintos sectores sociales.  La señora en primerísimo plano adelante, está ajena a ellos, al igual que la pareja que viene detrás. De todas las personas que caminan por Florida esa tarde, sólo dos: un hombre y una mujer se paran a verlos. Si trazamos una  diagonal, desde el ángulo inferior derecho, con la mujer  vestida de rojo,  que pasa justamente por  el centro de la imagen, con la otra mujer-sandwich, con el cartel, también rojo, la línea queda cortada con las letras en blanco –el país indefenso-, que cruza el vértice izquierdo. Este titular en realidad hace referencia a otro tema, la fiebre amarilla.

La relación entre la pregunta ¿tenemos libertad?, en las diez páginas del artículo, no se conectan en absoluto. Sin embargo, el mensaje visual establece una conexión directa: ¿tenemos libertad?: evidentemente estos carteles que dicen Basta Illia, la reclaman por inexistente. Desde el campo  visual, los textos basta Illia y el país indefenso se vinculan en la lectura. Esta fotografía ha recorrido la historia como un ejemplo del rechazo de la sociedad civil al gobierno de Arturo Illia. Si trazamos un eje central en cruz sobre la  imagen lo que sobresale, contundente, son las tres veces  Basta Illia.

A través de la enumeración de estos indicios inferimos la función política que propone la representación de la portada en cuestión. El recurso de hacer desfilar a las personas sándwich, con los carteles en la calle Florida, promueve una acción performativa en el receptor, que se reconoce opositor al gobierno y legitima el golpe que se produce un mes después, junto a otros mecanismos de legitimación que auspicia la opción autoritaria; aunque de ninguna manera es posible conectar esta acción con un ¨test¨ colectivo en plena calle Florida, como expresa el artículo.

Desde la historia, se nos presenta como una prueba irrefutable de la afirmación que propone el historiador Miguel Ángel Taroncher en su libro La caída de Illia. La trama oculta del poder mediático (2009) quien plantea la hipótesis que desde los medios gráficos, entre los que destaca los semanarios Primera Plana y Confirmado, se trabajó activamente, para generar un clima de opinión favorable a la ruptura institucional entre la ciudadanía. Así, la fotografía de portada de la revista Panorama operó en ese sentido, un mes antes del golpe de Estado, con una función eminentemente política.

Referencias bibliográficas

Gamarnik, Cora (2020) El fotoperiodismo en Argentina. De siete días ilustrados (1965) a la agencia Sigla (1975). Buenos Aires: Pretéritos Imperfectos.

Scarzanella, Eugenia (2016) Abril, Un editor italiano en Buenos Aires, de Perón a Videla. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Taroncher, Miguel Ángel (2009) La caída de Illia. La trama oculta del poder mediático. Buenos Aires: Vergara.

Geografía, Pandemia y Territorio. COVID-19 pandemia global – incidencia local, aportes a su debate en Mar del Plata.

Claudia Mikkelsen, Sofia Ares y Silvina Aveni

 INHUS-CIGSA-GESPyT-UNMdP

 

 

Punto de partida

Voces, muchas voces, tantas voces refiriendo a diario en todo el mundo al Covid-19. Una Pandemia que tiene fuerte impronta espacial, que supera límites y diferenciaciones de género, poderes adquisitivos, creencias religiosas e ideologías. Es que de eso se trata una pandemia, así es como se la define, de presencia mundial.

La situación actual nos interpela como ciudadanos y ciudadanas del mundo, nos intima como humanos y a nosotras, especialmente, nos pone a pensar desde la Geografía. Así, la Pandemia nos interroga desde las categorías conceptuales que habitualmente empleamos, nos obliga a repensar los territorios y a repensarnos en los territorios.

Observamos que por un lado, los territorios y grupos van quedando marcados, señalados como áreas de peligro. Por el otro, personas y grupos se rotulan como vectores de transmisión, como peligros latentes, sea porque proceden de otro territorio, sea porque tienen trabajos de alta exposición o no respetan pautas de cuidado y responsabilidad social.

La situación de pandemia y aislamiento afecta la cotidianeidad de nuestros microterritorios. Los espacios de vida han sido trastocados, el dónde, cuándo y cómo de cada actividad ha sido rediseñado, pospuesto o definitivamente interrumpido. Mucho ha quedado en pausa.

A continuación nos proponemos aportar una voz más al debate que desde diversas disciplinas se está manifestando respecto de la Pandemia del Coronavirus.

Una enfermedad de presencia global

En enero de 2020, ante las primeras noticias de una enfermedad que se extendía en principio por China, comenzamos a escuchar algunas preguntas ¿Dónde queda Wuhan? ¿Cuánta población tiene? ¿A qué se dedican? También algunas afirmaciones…. Claro, es una afección puntual y endémica, propia de algunas áreas en las que cualidades demográficas o ciertas pautas culturales estarían definiendo una mayor predisposición a contraerla. Esas premisas ayudaron a desestimar su importancia y convencieron inicialmente de que hasta Argentina no llegaría.

Sin embargo, la variación que a lo largo del tiempo han transitado las enfermedades en diferentes ciudades, países y continentes nos incita a pensar si la expansión es parte de un suceso inusual o si tiene raíces históricas que pueden ayudarnos a comprender mejor el proceso. En los últimos años asistimos al protagonismo creciente de las enfermedades infecciosas emergentes que generan nuevos desafíos a la sociedad en su conjunto. Escuela (2009) las define como aquellas enfermedades que en algunos casos han aparecido y han sido reconocidas por primera vez; y en otros casos, el agente patógeno existente con anterioridad sufre cambios (de vector o cepa) o altera su evolución al ampliar su virulencia y su área de influencia. Estas enfermedades se caracterizan por la facilidad de difusión y la gravedad que representan ante el desconocimiento de su comportamiento, la falta de inmunidad y el costo de los tratamientos.  El COVID-19 causado por el virus SARS- COV 2 podría categorizarse dentro de este grupo.

El primer caso de esta enfermedad a nivel mundial se confirmó el 31 de diciembre de 2019, los virus no saben de celebraciones. Dos meses más tarde, el 3 de marzo se comunicó el primer caso en Argentina, se trataba de un hombre de 43 años afectado por Covid-19 quien había viajado a Italia y regresado desde allí el 1 de marzo. Lamentablemente el 7 de marzo se informó de la primera muerte por Coronavirus en Argentina, era un hombre de 65 años que había estado en Francia y padecía complicaciones de salud previas. Primer dato espacial, de compresión espacio temporal, donde el desplazamiento poblacional, la cuestión de género y edad explicarían lo que será en breve el devenir de la enfermedad y los grupos considerados vulnerables.

El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogó a la enfermedad como Pandemia.

Por ello desde la Geografía es posible aseverar que el espacio geográfico está sumamente activo, y podemos contribuir desde los análisis espaciales al entendimiento de esta nueva coyuntura. En siete meses, la mayoría de los continentes informaron presencia, avance y rebrote de la pandemia, salida y regreso a estados de emergencia donde el aislamiento y la suspensión de actividades han sido protagonistas. Observamos que la capacidad de trasladarnos fácilmente, la celeridad con que nos desplazamos por el globo en tanto emblema de nuevas conquistas y del tráfico de todo tipo de objetos y personas, se nos volvieron en contra. El mundo hiper acelerado debió ser ralentizado, el espacio sumamente activo debió detener la marcha porque el avance de la pandemia, tal como se puede observar en las siguientes figuras, marcan el foco de inicio y la velocidad de arribo a escala global, para convertirse literalmente en una “reunión de todos”, que es finalmente lo que significa, Pandemia según la Real Academia Española (RAE).

La figura 1 corresponde a una captura de Pantalla del GIS On-line elaborado por la Johns Hopkins University (Baltimore, Estados Unidos) del 05 de Marzo de 2020. Se advierte que los cuatro países más afectados por el COVID-19 son China, Corea del Sur, Italia e Irán. Incipientemente Estados Unidos se dispone en el puesto diez.

Por su parte la figura 2 representa la expansión del COVID 19 al día 2 de Mayo de 2020, en ese momento Estados Unidos lideraba el conjunto de los estados más sacudidos por esta patología, seguido por España, Italia y Reino Unido. China pasa al puesto número once, demostrando la evolución del ciclo de contagio.

La figura 3, por su parte, muestra el estado de situación al 2 de Agosto de 2020, donde Estados Unidos continúa encabezando la clasificación de los estados más sacudidos por esta patología, seguido de Brasil, India, Rusia y Sudáfrica. China pasa al puesto número veintiocho. América se convierte en el foco de la Pandemia, Argentina ocupa el puesto veinte.

Figuras 1, 2 y 3.

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Covid 19, efectos territoriales, ejemplos cercanos

Las diferentes reglamentaciones que los Estados establecen sobre el tránsito impactan sobre nuestro territorio. Sack (1986) concibe al territorio como “todo espacio que tiene el acceso controlado; por lo tanto, desde el momento en que se controla espacial y materialmente el acceso de algún flujo (sea de mercancías, de personas o de capital), se está transformando el espacio en un territorio” (Haesbaert, 2013). En este tiempo, los Estados nos imponen más que nunca su territorialidad, no obstante, nuestra capacidad de cumplir efectivamente con esa medida resulta desigual.

En este contexto el tiempo de las acciones humanas se deben inmovilizar para evitar la propagación del virus, y es entonces cuando el espacio de la intimidad cotidiana, el espacio de nuestros hogares se vuelve nuestro territorio de abrigo (Santos, 2000; Silveira 2007 y Haesbaert, 2013 y 2020), nuestra “casa bunker”, como la ha llamado Lindón (2006).

De acuerdo con la posición que ocupemos en el territorio, éste puede cumplir diferentes roles. Puede ser ámbito de refugio, dado que allí estamos protegidos y distanciados de los otros y especialmente del virus. Pero también puede ser, de modo superpuesto, un territorio de inseguridad para quienes deben transitar y salir de la vivienda. Por su parte el territorio doméstico puede ser también un ámbito de amenaza en el caso de violencia familiar, o de privación donde no es posible acceder a bienes básicos que nos permitan cuidar de nuestra salud.

Nos volvemos conscientes del cuerpo como primer territorio (Ramírez Velázquez y López Levi, 2015) que debe ser protegido y cuidado, por ello nos imparten y aceptamos la orden del llamado distanciamiento social que en realidad debería ser designado como distanciamiento físico. Alejarnos, alejarse para preservarnos entre todos. No obstante, es un aislamiento y un distanciamiento injusto espacialmente, desigual en sus posibilidades de aplicación concreta, especialmente si pensamos en los grupos sociales precarizados.

Sin negar las particularidades de la Pandemia actual, no dejamos de reconocer que la humanidad siempre ha estado sometida a los vaivenes de este tipo de enfermedades: la pandemia gripal detectada en Siberia (1889), la pandemia de Gripe Española (1918- 1920; 1957 -1958) y la Gripe de Hong Kong de 1968 (Ramírez, 2020), por destacar algunas de las mencionadas en el gráfico elaborado por El Orden Mundial.

Figura 4. Grandes epidemias de la Historia

Fuente: https://elordenmundial.com/mapas/grandes-epidemias-de-la-historia/

La cuarentena ha demostrado ser una solución histórica, una solución que la humanidad ha practicado en otras pandemias y epidemias. Por ejemplo, países como China, Taiwán, Hong Kong, Singapur, Vietnam y Corea del Sur cuentan con saberes para afrontar cuestiones de salud que fueron adquiridos progresivamente desde la Edad Media a la actualidad. Antecedentes no menores a la hora de enfrentarse al COVID-19.

Como nos enseñan los historiadores y epidemiólogos, si bien ha sido la solución no para curar sino para ralentizar al virus en tantas otras enfermedades, nunca sucedió como en esta oportunidad, nunca con tanta cantidad de población a nivel mundial detenida, obligada, en contextos predominantes de sistemas democráticos, a quedarse en casa.

Tal vez la novedad del presente es que estamos hiperconectados y tenemos la posibilidad de conocer en tiempo real lo que sucede en otros lugares del mundo. En ese sentido, el conocimiento y la simultaneidad de comunicación hacen que nos parezca más real, más presente en nuestro día a día.

La movilidad territorial, aunque fluida por transporte y circulación, en este nuevo contexto adquiere nuevas normas.

También es central reflexionar respecto de lo que significa una población detenida o quiénes se pueden quedar aislados en casa y quiénes no. Interesa pensar entonces en aquellos que por diversas razones ven vulnerados sus derechos en todas las escalas, desde sus hogares hasta el globo, allí se reúnen niños y niñas, adultos mayores, mujeres, las múltiples diversidades sexuales, los y las pobres, entre otros. Grupos habitando territorios atravesados por la precariedad, entendida en sentido amplio, es decir, desde las privaciones materiales, asociadas a viviendas edificadas con materiales de construcción inadecuados, aberturas que no permiten dejar el ambiente resguardado del viento o de la lluvia, falta de agua en el interior de la vivienda, hacinamiento, falta de higiene, hasta las privaciones inmateriales vinculadas con carencias de instrucción, la falta de libertad, la inseguridad o el miedo.

Podemos tomar como ejemplo los femicidios. Argentina antes de la pandemia ya mostraba cifras preocupantes. Pero éstas se han multiplicado de la mano de la pandemia. Desde el Observatorio de las violencias de género “Ahora que si nos ven” se informan 117 femicidios entre el 1 de enero y el 30 de abril, el 66% ocurrió en la vivienda de la víctima, el 20% en la vía pública, el 2% en la vivienda del agresor y sobre el 12 % restante no hay información. 125 niños y niñas han perdido a sus madres por femicidio. Es una situación crítica dentro de la pandemia, respecto de la cual también hay que trabajar con fuerza desde distintos ámbitos. Es en el espacio privado, donde las promesas de las acciones violentas siguen como sabemos, un círculo vicioso de juramentos de no repetición, de no reiteración, donde esa violencia ejercida en el espacio privado tampoco tiene límites vinculados a los grupos sociales. En esos contextos de cuerpos territorios aislados por la norma, la palabra territorio como poder se impone, ya no desde la norma sino desde la acción directa y violenta.

Otro caso es el de la niñez. Los niños y niñas ven trastocado su territorio cuerpo, se suspenden en un principio las salidas al parque, a la plaza, a la escuela, al club, las visitas. Las plazas, uno de los referentes del espacio público, se encuentran primero vaciadas y más tarde abiertas de forma acotada y reglamentada. La vida posmoderna, el miedo, la celeridad del trabajo, las responsabilidades y la inseguridad ya los tenían bastante recluidos, simplemente circulando por el espacio con absoluto control de sus adultos responsables. No todos los niños y niñas, sino algunos forman parte de esa generación sin tiempo libre, niños a quienes mirábamos sentados en el asiento de atrás de los autos, transportados de actividad en actividad. Hoy ese traslado acotado de los menores, controlado por adultos con miedo, finalmente ha significado la prohibición/ restricción de la circulación de niños y niñas o quizá una nueva posibilidad de quedarse en casa, de jugar en casa, de aburrirse en casa, de disfrutarla, siempre que ésta brinde abrigo, ventilación, privacidad, seguridad.

De igual modo la pandemia actual ha redundado en fortificar los cuidados respecto de los adultos mayores, de algunos adultos mayores, no todos, de nuevo las disparidades e injusticias. Los adultos mayores son señalados como grupo de riesgo, y quedan confinados, a veces deshumanizadamente alejados de sus afectos porque sus propios hijos y nietos están encerrados resistiendo, o trabajando a reglamento, o porque no están, o porque viven lejos.

En este contexto de pandemia, gana significatividad la movilidad virtual, pero más aún la desigualdad de acceso a las tecnologías. Según la Encuesta Permanente de Hogares hacia el cuarto trimestre de 2019, un 39,1% de los hogares del aglomerado Mar del Plata no posee computadora y un 23,6% no dispone de conexión a internet. La falta de experiencia y conocimiento para su manejo así como las carencias en cantidad y calidad asociadas a los dispositivos necesarios, podrían ayudar a comprender el comportamiento de estos indicadores. Por su parte, y en modalidad virtual, la educación debe seguir con sus trayectos formativos, debe, la norma se impone, pero…. ¿Cuántos pueden, tienen acceso, se sienten con ánimo de hacerlo?

Primero se habló de “aplanar” curvas de contagios, evitar la explosión. Luego se habló de suavizar otra curva, la que corresponde a los casos de Covid-19 en los asentamientos precarios, en los barrios marginados y marginales, en los sectores sociales donde la provisión de servicios básicos como el agua no está asegurada o presente. Hoy, la preocupación crece por la circulación comunitaria del virus detectada en varias ciudades [1] y por los contactos estrechos. La responsabilidad social en los cuidados que se deposita en la población resuena como la solicitud más imperiosa desde el personal médico, desde los gobernantes y desde los medios de prensa.

El primer reporte oficial de COVID-19 (https://www.argentina.gob.ar/coronavirus/informe-diario/marzo2020) en Argentina es del día 5 de marzo de 2020 y se informaba una vez al día. A partir del 24 de marzo de 2020 se comenzó a informar en dos entregas, una matutina y la otra vespertina hasta el día de la fecha. Esto refiere a la necesidad de conocer al virus, su difusión y comportamiento mediante los diversos sistemas de monitoreo, especialmente estatales, pero también privados, para accionar en consecuencia. También reseña su llegada al territorio argentino y su expansión acelerada. Como así también señala las medidas que se han ido tomando en pos de alisar la curva, ubicando a Argentina en una posición “de ejemplo a nivel mundial” o quizá de distancia geográfica y posibilidad de previsión. No obstante como observamos en la figura 5, los casos muestran al 31 de Julio una curva ralentizada aunque ascendente sobre todo por la proliferación de casos en el resto del país y un comportamiento estabilizado en Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Área Metropolitana de Buenos Aires.

Figura 5. Casos diarios, Buenos Aires, CABA, resto del interior

Figura 5. Casos diarios, Buenos Aires, CABA, resto del interior.
Fuente: Martin Barrionuevo en Twitter, 31 de julio de 2020
Mar del Plata: de ciudad paralizada a ciudad en “pseudo aislamiento”

La política del aislamiento social obligatorio establecida por el poder ejecutivo nacional ha propuesto una serie de fases o etapas de cumplimiento en vistas de fortalecer el sistema de salud, evitar contagios y reducir la circulación del virus comunitariamente. La estrategia consiste en cinco fases que van desde el aislamiento estricto hasta la ansiada “nueva normalidad”. Cada una de las etapas establece una serie de criterios que los lugares (Provincias y partidos) deberán ir cumplimentando para definir cómo se debe proceder en cuanto a reducir o no el aislamiento. No obstante, algunas excepciones y nuevas habilitaciones de actividades se gestionan de forma local, con lo cual la presión económica pesa fuerte a la hora de autorizar reaperturas en rubros que corresponden a una fase superior, con las debidas controversias sociales que generan.

Al 2 de agosto, de los 135 municipios que conforman la provincia 52 estarían transitando la fase 5, aproximándose a la “nueva normalidad” donde es posible referir al distanciamiento social y ya no al aislamiento social. General Pueyrredon se ubica entre los partidos que continúan en fase 4. El Área Metropolitana de Buenos Aires cuya velocidad de contagio se sostiene en el tiempo está en la fase 3. Esta clasificación es el resultado de los criterios de delimitación de fases implementados desde el 20 de julio. En la Fase 3 se mantiene el parámetro centrado en la velocidad de transmisión de casos autóctonos medida en tiempos de duplicación y la posibilidad de verificar la cadena de transmisión comunitaria. Mientras que los cambios se producen en las siguientes fases en función de la proporción de casos cada 100.000 habitantes por semana. En la Fase 4, se ubican aquellos municipios que en alguna de las últimas dos semanas hubiesen tenido más de 10 nuevos casos cada 100.000 habitantes por semana. En la Fase 5, se incorporan los distritos que en alguna de las últimas dos semanas hubiesen tenido menos de 10 nuevos casos positivos de coronavirus cada 100 mil habitantes por semana. Entonces es posible ampliar las actividades permitidas.

En este contexto, el Partido de General Pueyrredon encabezado por Mar del Plata es hoy un territorio sitiado, pero no detenido. Dado que hasta el 6 de julio las proyecciones de casos elaboradas por la Escuela de Medicina (UNMdP) habían quedado muy lejos de la situación real, los reclamos y malestar por el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) no tardaron en imponerse. De este modo, progresivamente se fueron habilitando actividades frente a la presión de sectores que lejos están de poder resistir sin ingresos. Pero también de aquellos que focalizaron su esfuerzo en conseguir la habilitación de actividades deportivas. En este caso la demanda no tuvo fundamentos económicos, sino que se sostuvo en reclamos por el bienestar y la salud.

El análisis de la prensa local permite identificar hacia el interior del PGP un conjunto de decisiones tomadas desde el ejecutivo local en concordancia con el ejecutivo provincial en vistas de ir flexibilizando la cuarentena. El primer hito corresponde a los días 9 y 10 de mayo con la denominada “prueba piloto» que significó la reapertura de comercios minoristas de bienes no esenciales y peluquerías[2].El 12 de mayo se indicaba que habría modificaciones relacionadas con el take away, es decir, compra de comida para llevar y no para consumir en el espacio público, por lo que se estableció la clausura de todos los espacios para sentarse y se modificaron horarios de atención[3].

El 11 de junio de 2020 se informó que el PGP estaba en la fase 4, es decir, aún no era posible habilitar el consumo en locales gastronómicos, actividades culturales, actividades deportivas al aire libre, y las actividades sociales o recreativas, aunque sí las salidas de esparcimiento[4]. Sin embargo, el día anterior el intendente había habilitado por Decreto salidas recreativas breves, que debían durar hasta sesenta minutos y desarrollarse a 500 metros como máximo de la vivienda. Claro que nunca se cumplió con la normativa y pronto la costa de Mar del Plata cobró nueva vida. En un territorio fuertemente normado, las transgresiones fueron dando forma a nuevas disposiciones, como las que finalmente habilitaron las prácticas deportivas individuales.

De este modo, como decíamos anteriormente, las presiones y las infracciones a lo reglado, pesaron a la hora de definir nuevos permisos. Hasta el 6 de julio, la lenta progresión en la dispersión del virus daba fuerte fundamento a los reclamos. Durante julio, pese a continuar en Fase 4, se habilitaron primero cafeterías y bares, así como las actividades deportivas individuales al aire libre.  Desde el 22 de julio se permitió la apertura de la gastronomía para consumo en el lugar hasta las 19 horas, pero en la semana siguiente se autorizó la extensión horaria hasta la medianoche.

Veremos a continuación como ha sido la progresión de la enfermedad en el territorio local, exponiendo los puntos centrales que contribuyeron a la apertura y flexibilización, para algunos incluso el olvido de un peligro latente.

Territorio de abrigo vs. territorio de peligro

El avance del COVID en General Pueyrredon se inició con el primer caso identificado el 12 de marzo. Desde ese día hasta el 2 de Agosto se confirmaron 864 casos, de los cuales 418 están activos, 26 han fallecido y 420 se han recuperado (Figura 6). Más del 90% de ellos se registraron a partir de julio, cuando luego de varios días sin registro de casos estos empezaron a multiplicarse. Razones epidemiológicas, derivadas de no respetar los cuidados solicitados (distanciamiento, uso de tapabocas, higiene, no compartir elementos como bombillas, botellas o tasas, entre otras), pero fundamentalmente el incremento de los testeos en base a los casos identificados y a la necesidad de agilizar el monitoreo de la enfermedad, permitieron hallar numerosos casos de COVID. Se realizaron 5771 hisopados con la finalidad de controlar y monitorear la enfermedad a partir de la cadena de contagios.[5] Este mecanismo de “salir a buscar” casos constituye la estrategia epidemiológica recomendada por la OMS para reducir la propagación del virus.

Figura 6. Confirmados, recuperados y fallecidos por Covid 19, PGP (situación al 2 de agosto)

Fuente: elaboración de las autoras sobre la base de datos del Municipio de General Pueyrredon https://datos.mardelplata.gob.ar/

 

La característica que tiene hasta el momento el aumento de casos es la presencia de importantes focos de contagios -cuantitativamente hablando- en general asociado a instituciones de salud, especialmente hogares geriátricos y personal de salud. Es decir, en General Pueyrredon está muy marcada la incidencia de la enfermedad y, especialmente los casos más graves, en personas mayores de 65 años, muchas de ellas con comorbilidades.

No solo la edad y las comorbilidades son generadoras de mayor vulnerabilidad, sino que el bienestar de la población también es un marcador de sumo interés. En el Partido y, especialmente dentro de la ciudad de Mar del Plata coexisten grupos sociales diversos, con niveles de bienestar dispares y con brechas importantes que se marcan en el territorio y que a su vez actúan como condicionantes en el logro de mejoras en las situaciones de calidad de vida. Dónde está cada grupo, o en otras palabras su localización territorial, incide en el acceso a la salud, al empleo, al sistema educativo a la vivienda. Pone en jaque a las personas en el día a día para afrontar sus necesidades. Esta situación crítica finalmente nos muestra, como en el cuento, que el rey estaba desnudo, que no hubo políticas capaces de atacar este frente y proponer la construcción de territorios más justos. La ciudadanía, sin embargo, no se ha quedado esperando de brazos cruzados. Frente al avance de la pandemia es central referir a las acciones territoriales directas que han puesto en vinculación a los vecinos de diversos barrios de la ciudad, ONGs, grupos solidarios, Instituciones diversas (centros de salud, educación, religiosos) y el municipio local. Ante el ASPO referentes de 33 barrios marplatenses del municipio de General Pueyrredon (MGP) crearon en abril de 2020 los Comités Barriales de Emergencia (CBE)[6]. Tal como los CBE expresan en su sitio de Facebook “Luego de casi dos meses de trabajo los Comités Barriales de Emergencia se han constituido un instrumento fundamental en la planificación y la puesta en marcha de acciones tendientes a abordar las distintas problemáticas que se desataron en torno al impacto del desarrollo de la pandemia. Esta articulación comunitaria se puso al hombro la resolución de uno de los problemas más sensibles y urgentes: el alimentario. Una red solidaria de comedores, merenderos y cocinas populares garantizan la comida diaria a miles de marplatenses y batanenses”. (https://www.facebook.com/Comit%C3%A9s-Barriales-de-Emergencia).

Los CBE representan en líneas generales a los recortes territoriales vulnerados y vulnerables respecto de su calidad de vida. En la figura 7 quedan transparentadas las desigualdades reinantes en el territorio local.

 

Figura 7. Índice de calidad de vida, Mar del Plata 2010 y CBE (2020)

Identificador CBE Barrios
1 Virgen de Luján – Barrio Feliz – Ameghino
2 Libertad
3 Malvinas Argentinas
4 9 de Julio – López de Gomara – San Cayetano
5 La Herradura – Hipódromo – San Jorge
6 Jorge Newbery – Belisario Roldán – Cnel. Dorrego
7 Las Américas – Regional – Don Emilio
8 Autódromo – Belgrano – José Hernández
9 Don Bosco – B. Rivadavia – Los Andes – Santa Mónica – Estación Norte
10 Pueyrredon – Fortunato de la Plaza – Villa Evita
11 Bosque Grande-San Antonio-Santa Rita-Dos Marías
12 Las Heras
13 El Martillo
14 Estación Chapadmalal
15 Parque Hermoso – Valle Hermoso
16 Parque Independencia
17 Batán
18 El Boquerón
19 Florencio Sánchez – Cerrito – San Salvador – Don Diego
20 Antártida Argentina-Monte Terrabusi-Santa Rosa del Mar-Quebradas
21 San Martín-Cerrito Sur-Juramento
22 Nuevo Golf
23 Puerto
24 Acantilados – Serena – San Jacinto – Faro Norte – Alfar
25 Corredor 2 – Estación Camet, El Casal, 2 de Abril
26 Parque Camet
27 Las Dalias
28 Félix U. Camet
29 Aeroparque
30 Alto Camet
31 Centenario
32 Parque Palermo

 

El mapa denota un núcleo central consolidado en Mar del Plata con niveles medios de calidad de vida, una zona lindante extendida hacia el norte y el sur con valores altos, y condiciones bajas y deficitarias especialmente hacia el interior y las zonas de borde del ejido urbano oeste y sur.

El área periférica se asocia con menores condiciones de calidad de vida y con la presencia de mayores carencias en cuanto a la vivienda, la educación, la actividad económica y el saneamiento, que son las dimensiones estudiadas a través de esta medida síntesis[7]. Estas áreas son de más reciente poblamiento que las zonas centrales, y en muchos casos registran privaciones ligadas a la construcción de las viviendas e irregularidades en su régimen de tenencia, situación que repercute negativamente en la adecuada cobertura de ciertos servicios básicos. Se suman limitaciones en el acceso a la instrucción y a casos de inserción laboral precaria.

Es desde allí desde donde se tejen las redes de acciones directas que contribuyen para sobrellevar el ASPO, devenido en los últimos días en distanciamiento social obligatorio. Medida de efectividad innegable para algunos, discutible e insostenible para otros, pero que pone en evidencia lo desgarrador de las desigualdades e injusticias territoriales prexistentes. Y también contribuye a densificarlas, dejando como manifestación una concreta territorialización del virus en distintas escalas, desde el cuerpo hacia la del hogar, el barrio, la ciudad y el globo.

Los focos de COVID expresan en el territorio la distribución de vulnerabilidades asociadas con la edad y con la participación en el mercado de trabajo (figura 8). Así, se visibiliza la exposición de los trabajadores de la salud, quienes se encuentran entre los principales afectados por la enfermedad. En tal sentido, interesa marcar el triste protagonismo del personal y residentes de instituciones especialmente dedicadas a la población de tercera y cuarta edad o jubilados/ pensionados en general, es decir, justamente la que comprende a los grupos que mayor cuidado deben tener de entrar en contacto con el virus. Otro grupo vulnerado es el de trabajadores del Puerto, especialmente los de plantas de procesamiento, quienes suman a sus condiciones precarias e irregulares de labor el contagio del COVID, que por supuesto ha trascendido al personal, alcanzando a su grupo familiar o contactos estrechos, poniendo en duda a su vez el cumplimiento estricto de lo normado por el ASPO. También se han registrado casos en los efectivos de seguridad, quienes al estar encargados de controles y retenes, se ven expuestos al contagio.

Entonces, trabajadores precarizados, personal esencial y miembros de la iglesia católica enfocados en el trabajo para grupos con escaso bienestar (parroquia, comedor, hogar para personas en situación de calle) junto con adultos mayores serían hasta el momento los grupos más afectados, transmitiendo luego el virus a contactos estrechos de estos grupos sociales.

 

Los focos más numerosos, a la fecha, continúan siendo algunos geriátricos, el Sanatorio Houssay y la Clínica del Mar. Se van sumando en el día a día nuevos puntos al territorio de todos, mostrando que la única solución de efectividad demostrada, es permanecer en el microterritorio del hogar. El espacio doméstico es para algunos el único resguardo. No para todos, sea porque la vivienda no permite cumplir con las condiciones de higiene adecuadas o porque el peligro de las violencias acecha dentro del hogar. Para otros, en cambio, permanecer en casa no es una alternativa dado que la apertura de actividades económicas conlleva aumento de las movilidades y presencia de personas en tránsito. Permanecer en casa y que ésta sea un verdadero lugar de protección es en estos tiempos un nuevo símbolo de diferenciación social.

 

Figura 8. Focos de Covid-19 al 10 de agosto de 2020

Evitar la dispersión del virus en las áreas de mayor precariedad aparece como una necesidad latente, de la que aún se habla poco pero que nos parece vital tener en consideración dadas las experiencias conocidas en CABA y el Área Metropolitana de Buenos Aires.

 

Imposible concluir…

La pandemia nos desafía y nos invita a reflexionar sobre el rol de la Geografía en el complejo escenario actual. Medios de comunicación, oficinas de estadística y discursos presidenciales y de otros funcionarios utilizan herramientas cartográficas para mostrar los procesos en curso. He allí una veta interesante del quehacer geográfico centrado en el análisis de las enfermedades en general y del COVID-19 en particular, considerando su distribución territorial, difusión y evolución en el tiempo. El territorio es un factor que cristaliza desigualdades en el acceso a la salud porque las posibilidades de resguardarse de esta afección no son las mismas para todas las personas y todos sus territorios. El territorio es multidimensional, es una construcción social e histórica y no podemos obviar los aspectos que convergen en su conformación al tiempo de presentar un análisis. Por tal motivo, poner de relieve las desigualdades existentes, pero también las surgidas en este nuevo escenario global, acompaña nuestra propuesta.

La pandemia nos deja una sola certeza y ésta es por ahora la incertidumbre, por ello no es posible concluir. Confesamos que este trabajo inició su escritura en mayo pasado, cada quince días lo escrito quedaba desactualizado, de allí que nos propusimos el 31 de julio como límite temporal ficticio, sin un hito que así lo defina, sólo por la simple necesidad de hasta ahí poder expresar algunos pareceres, es decir, visibilizar y exponer algunas de las nuevas realidades de nuestro territorio local que en definitiva ha sido la finalidad de este trabajo.

 

Referencias bibliográficas
  • Escuela, M. (2009). Pobreza y Salud. En: Pickenhayn, J. (comp.) Salud y enfermedad en Geografía. Buenos Aires. Editorial Lugar. pp. 67-100
  • Haesbaert, R. (2013). Del mito de la desterritorialización a la multiteritorialidad. En: Cultura y Representaciones sociales. Año 8. Núm. 15.
  • Haesbaert, R (2020) “El territorio y la des-territorialización”. Conversatorios #Quédate en casa pero no en silencio https://www.facebook.com/geouexternado/videos/554464055269768/
  • Lindon, A.  (2006) La casa búnker y la deconstrucción de la ciudad. En: LiminaR. Estudios Sociales y Humanísticos, vol. IV, núm. 2, Centro de Estudios Superiores de México y Centro América San Cristóbal de las Casas, México
  • Lucero, P., Ares, S., Aveni, S. Mikkelsen, C. y Sabuda, F. (2016) Las brechas en la calidad de vida de la población: Desigualdades socio territoriales en Mar del Plata y el Municipio de General Pueyrredon.  En: Lan, D. (comp.) Geografías en Dialogo. Aportes para la reflexión. IV Jornadas Nacionales de Investigación en Geografía Argentina. X Jornadas de Investigación y Extensión del Centro de Investigaciones Geográficas. Centro de Investigaciones Geográficas. Facultad de Ciencias Humanas.
  • Ramírez Velázquez, B y López Levi, L. (2015) Espacio, paisaje, región, territorio y lugar: la diversidad en el pensamiento México: UNAM, Instituto de Geografía. https://web.ua.es/es/giecryal/documentos/blanca-uam.pdf
  • Ramírez, L. (2020). “Evolución, distribución y difusión del COVID-19 en Argentina: primer mes (03/03/2020 – 02/04/2020)”. En: Revista POSICIÓN 2020. N°3.  Dossier: Análisis geográfico del COVID-19. Luján- INIGEO. www.posicionrevista.wixsite.com/inigeo Consulta Abril 2020
  • Sack, R. (1986) Human territoriality. Its theory and history. Cambridge: Cambridge University Press
  • Santos, M (2000) El territorio: un agregado de espacios banales. Boletín de estudios geográficos N°96 AÑO 2000 pp 87-96
  • Silveira, M. L. (2007) Los territorios corporativos de la globalización. En: Geograficando, 3(3). www. fuentesmemoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.3665/pr.3665.pdf
Fuentes de datos:
Notas

[1] Las zonas decretadas de circulación comunitaria por el Ministerio de Salud son: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Área Metropolitana de la provincia de Buenos Aires (Regiones Sanitarias V, VI, VII y los municipios de municipios: Berisso, Brandsen, Cañuelas, Ensenada, La Plata, Presidente Perón, San Vicente y La Matanza. También en Córdoba capital, en Chaco (Resistencia, Barranqueras, Fontana  y Puerto Vilelas), en Jujuy (Manuel Belgrano, Ledesma, El Carmen y San Pedro), en La Pampa (Santa Rosa, Catriló y Macachin), en Mendoza (Área metropolitana, es decir Guaymallén, Maipú, Godoy Cruz, Lujan de Cuyo, Capital), en Neuquén (Ciudad de Neuquén, Plottier y Centenario), en Río Negro (Bariloche, Cipoletti y General Roca) y en Santa Fe (Rosario y Gran Rosario). Fuente: https://www.argentina.gob.ar/

[2]https://elmarplatense.com/2020/05/12/tras-el-desborde-en-guemes-anuncian-que-habra-modificaciones-en-el-servicio-take-away/.

[3]https://elmarplatense.com/2020/05/12/tras-el-desborde-en-guemes-anuncian-que-habra-modificaciones-en-el-servicio-take-away/

[4]https://elmarplatense.com/2020/06/11/es-oficial-mar-del-plata-entro-en-la-fase-4-mientras-que-mar-chiquita-y-tandil-ya-estan-en-la-5/?fbclid=IwAR1e7-uGlinGvVMjRBHZQjanWozcYcev1yHaP6_71Be_Vp3p823Z__wuhaY.

[5]https://www.0223.com.ar/nota/2020-8-2-15-23-0-durante-julio-en-mar-del-plata-se-hicieron-mas-de-5700-hisopados

[6] Ver “Los Comités Barriales de Emergencia. Una experiencia de acción colectiva”. https://www.observatoriopolitico.com.ar/los-comites-barriales-de-emergencia-una-experiencia-de-accion-colectiva/

[7] Sobre los detalles metodológicos vinculados a las dimensiones e indicadores empleados se recomienda revisar Lucero, P., Ares, S., Aveni, S. Mikkelsen, C. y Sabuda, F. (2016) “Las brechas en la calidad de vida de la población: Desigualdades socio territoriales en Mar del Plata y el Municipio de General Pueyrredon”.  En: Lan, D. (comp.) Geografías en Diálogo. Aportes para la reflexión. IV Jornadas Nacionales de Investigación en Geografía Argentina. X Jornadas de Investigación y Extensión del Centro de Investigaciones Geográficas. Centro de Investigaciones Geográficas. Facultad de Ciencias Humanas.

 

 

Los Comités Barriales de Emergencia. Una experiencia de acción colectiva.

Marcela Ferrari
INHUS, UNMDP-CONICET, CEHis, Fac. de Humanidades, CIC.
Patricia Lucero,Sofía Ares, Claudia Mikkelsen
INHUS, UNMDP-CONICET, GESPYT, Fac. de Humanidades [1]

 

Si entendemos que la acción colectiva es un acto relacional con sentido, deliberado y reflexivo, que trasciende la esfera privada de los actores para inscribirse en el espacio público buscando constituir una diferenciación entre un nosotros que los identifica y un otro externo que aparece como una alteridad no siempre conflictiva,[2] no hay dudas en cuanto a que la experiencia de los Comités Barriales de Emergencia (CBE) del Partido de General Pueyrredón, autogestados ante el desafío del COVID19 y del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO), se inscribe en ese marco. Una lectura atenta de las redes sociales de los CBE da fundamento a esa afirmación y permite desplegarla para empezar a reconstruir la historia de estos actores colectivos a partir de su propio discurso público.[3] Es posible pensar esa historia en términos de autorrepresentación de un colectivo que no obstante su existencia reciente, hunde sus raíces en el largo plazo. Al igual que en otras experiencias que emergieron muy poco antes y de otras que parecen replicarla y expandirla, la pandemia sacó a la luz con gran intensidad los problemas preexistentes de los barrios de Mar del Plata y Batán y ofreció la oportunidad de articular un conjunto de asociaciones y movimientos sociales que desde tiempo atrás actuaban en el municipio.[4] Hoy, en esta ciudad con fuerte tradición vecinalista, su trabajo en común se despliega en lo cotidiano y oscila entre la atención a demandas concretas y la construcción de lazos de solidaridad extensos, que los trascienden y le dan sentido público.

Qué son y dónde se ubican los CBE

Los CBE se presentan como dispositivos de articulación comunitaria que trabajan para fortalecer una red de asistencia social robusta que ya se encontraba extendida en los barrios del Partido de General Pueyrredón -Mar del Plata y Batán- al desatarse la pandemia. El primer CBE nació a fines de marzo, a mediados de abril eran 30 y en la actualidad suman 33, lo que muestra la celeridad con que actuaron instituciones y organizaciones diversas para atender los requerimientos inmediatos de la pandemia y el ASPO, con alto grado de solidaridad y unidad.  Como los propios actores comunicaron, su formación fue impulsada por iglesias, clubes, organizaciones políticas, sociedades de fomento, centros y salas de salud, dispositivos estatales de contención y comedores, algunos de los cuales se abrieron a instancias de los comités, que se integraron ante las dificultades asociadas al ASPO para ofrecer soluciones, en especial a quienes “viven el día a día o no tienen condiciones básicas para garantizar la cuarentena”. Se perciben como una herramienta de construcción transversal, dotada de una gran diversidad institucional, política e ideológica, puesta al servicio del cuidado de la vida amenazada en los barrios. Integran, coordinan y actúan en relación permanente con los comedores escolares y comunitarios, las cocinas populares, los merenderos, los programas de asistencia alimentaria para adultos mayores extendidos por el territorio municipal.

Cada comité integra referentes de entre uno y cinco barrios entre aquellos del municipio que registran mayores necesidades. La participación es voluntaria y la decisión emana “de la reflexión colectiva de cada una de las organizaciones o instituciones que la componen”. Es decir, la presencia de movimientos populares, instituciones escolares, sanitarias, sociales, deportivas y eclesiásticas es decidida dentro de las organizaciones participantes, de manera deliberativa y reflexiva.

La mayoría se ubica en espacios no céntricos. Están integrados en cuatro zonas -Oeste, Sur-Oeste, Sur y Norte-, cada una de las cuales fue definida a partir de la logística de distribución de alimentos.

Identificador CBE Barrios
1 Virgen de Luján – Barrio Feliz – Ameghino
2 Libertad
3 Malvinas Argentinas
4 9 de Julio – López de Gomara – San Cayetano
5 La Herradura – Hipódromo – San Jorge
6 Jorge Newbery – Belisario Roldán – Cnel. Dorrego
7 Las Américas – Regional – Don Emilio
8 Autódromo – Belgrano – José Hernández
9 Don Bosco – B. Rivadavia – Los Andes – Santa Mónica – Estación Norte
10 Pueyrredon – Fortunato de la Plaza – Villa Evita
11 Bosque Grande-San Antonio-Santa Rita-Dos Marías
12 Las Heras
13 El Martillo
14 Estación Chapadmalal
15 Parque Hermoso – Valle Hermoso
16 Parque Independencia
17 Batán
18 El Boquerón
19 Florencio Sánchez – Cerrito – San Salvador – Don Diego
20 Antártida Argentina-Monte Terrabusi-Santa Rosa del Mar-Quebradas
21 San Martín-Cerrito Sur-Juramento
22 Nuevo Golf
23 Puerto
24 Acantilados – Serena – San Jacinto – Faro Norte – Alfar
25 Corredor 2 – Estación Camet, El Casal, 2 de Abril
26 Parque Camet
27 Las Dalias
28 Félix U. Camet
29 Aeroparque
30 Alto Camet
31 Centenario
32 Parque Palermo

 

Problemas detectados y redes de resolución

Estos espacios de encuentro y articulación sacaron a la luz un conjunto de alertas, problemas de larga data identificados por los propios colectivos barriales, que la pandemia puso en evidencia con total nitidez. Los CBE trabajan -principal pero no únicamente- sobre esas alertas para garantizar que sea posible sostener el aislamiento y el tránsito por sus distintas fases en los sectores vulnerables. La alerta primordial es la alimentaria porque, afirman con certeza, sin comida no hay salud y es indispensable “Resolver lo alimentario para concentrarnos en lo sanitario”; de allí que una de las principales acciones sea la distribución de alimentos frescos y secos. Otras alertas son el monitoreo de precios, por el cual se intenta evitar y denunciar abusos; la violencia familiar y de género, que en situaciones de aislamiento pueden incrementarse, tanto más si se suman condiciones de hacinamiento; la violencia institucional, a fin de evitar que las fuerzas de seguridad incurran en prácticas violentas. Por último, la alerta sanitaria, que está en la base de todo el dispositivo, a la que más adelante nos referiremos en particular.

Esas alertas, nacidas de necesidades concretas, son presentadas en términos de derechos de los vecinos. En efecto, los CBE entienden que es preciso atenderlas y ofrecer soluciones para que sea posible transitar la situación de aislamiento decidida a causa de la pandemia y la distensión paulatina dentro de los marcos constitucionales. A tal fin, nutridos por la red de actores sociales preexistentes, establecieron o reforzaron vínculos con un conjunto de instituciones entre las que destacan las del Estado, en sus tres niveles.

El principal actor interpelado es el Estado municipal, con información precisa, relevada y procesada con rigurosidad metodológica: conocen la localización de los comedores y merenderos, las necesidades del territorio, por sólo mencionar dos saberes autogenerados. Ante el municipio, en encuentros sostenidos en un comienzo cada 48 hs que, a medida que se aceitó la articulación, se espaciaron a dos por semana, los CBE se presentan como un nosotros, como herramienta de articulación con el territorio, de actuación sostenida en el tiempo, eficaz para ocupar un vacío de la política, diciendo cómo se puede llegar al territorio con conocimiento de dónde están las necesidades y cómo coordinar medidas de gobierno que tengan impacto en los barrios. No hablan de reemplazar al Estado, al cual le reconocen -y, en cierto sentido, reclaman- su presencia cubriendo funciones indelegables. En el mismo sentido, elevaron demandas a Obras Sanitarias Sociedad de Estado (OSSE) acerca del aprovisionamiento de agua en sectores de la ciudad donde el derecho al agua se encuentra vulnerado. En sucesivas reuniones mantenidas con autoridades municipales, provinciales y nacionales, los CBE perciben que son reconocidos por estos interlocutores como un instrumento central para evaluar, planificar y ejecutar políticas de asistencia alimentaria y social en el PGP. En esa tarea apelan a una red de instituciones con la que mantienen una vinculación constante: la Zona Sanitaria VIII; la Universidad Nacional de Mar del Plata, a través de sus grupos de extensión e investigación, especialmente de la Escuela de Medicina y de la Facultad de Ciencias de la Salud y Trabajo Social; el Observatorio de la Ciudad de la Universidad FASTA, que realizó encuestas y colaboró en procesar información sensible a partir del trabajo realizado. En la base de los informes que elevan y las acciones conjuntas realizadas, se encuentran los saberes populares que sistematizaron los CBE, partiendo de una premisa: “nadie conoce el barrio como las organizaciones e instituciones que trabajan todos los días con los vecinos y vecinas”.

Propuestas y acciones en red

El diagnóstico de las demandas/derechos de los vecinos permite poner en marcha actividades y proponer soluciones. Diariamente los CBE trabajan para mejorar la calidad de la información, con el apoyo de las universidades, y llevan a cabo acciones concretas, de las cuales focalizaremos en las que contemplan dos alertas: la alimentaria y la sanitaria.

– Alerta alimentaria:

A mediados de septiembre de 2019 el municipio declaró la emergencia alimentaria por un año.[5] Esa condición fue agravada por la pandemia y las políticas de aislamiento que impactaron en los niveles de empleo formal e informal. Siguiendo las redes sociales de los CBE, se observa que el primer relevamiento de necesidades alimentarias fue entregado por ellos a las autoridades municipales el 17 de abril, a pocos días de haberse puesto en marcha la logística de distribución de alimentos por zonas. Esta planificación calculaba la cantidad de raciones necesarias para hacer frente a la demanda -que, vale decir, no cesó de incrementarse- y a la calidad nutricional de las viandas para elevar el sistema inmunológico de la población, especialmente infantil. Acompañaron el informe de una solicitud de previsibilidad de los recursos, para poder planificar y actuar con rapidez. El segundo relevamiento fue elevado el 11 de junio, en el marco de la Mesa Social de Emergencia.[6] Las respuestas del municipio están por debajo de la cobertura diaria de alimentación que precisan los vecinos. No obstante, la entrega de alimentos es continua, aunque se registran incrementos y retrocesos en cantidad y calidad, en especial de alimentos frescos.[7] Ante esas carencias los CBE siguen dos vías: el diálogo con las autoridades municipales y la visualización pública de la problemática.

Los CBE canalizan partidas extraordinarias estatales y donaciones privadas de diverso origen -entre otras, de cooperativas de productores (de verduras, de productos lácteos), de empresarios locales (carne de cerdo y verduras), de la fundación de la UNMDP (alimentos secos, productos de limpieza e higiene). Pero también reciben directamente, en sus redes sociales, ofrecimientos de alimentos y de ayuda. Asimismo, relevan la implementación del IFE y el incremento de las partidas provinciales al Servicio Alimentario Escolar. Realizan el seguimiento de las donaciones y ayudas que llegan al municipio, llevaron a cabo gestiones para que las tarjetas alimentarias llegaran a sus beneficiarios, acompañaron la puesta en marcha de ferias a cielo abierto.

– Alerta Sanitaria:

Al iniciar su trabajo en tiempos de pandemia, los CBE impulsaron la vacunación de los y las trabajadores/as que realizaban tareas comunitarias, la participación de un/a responsable sanitario de cada CBE para realizar una capacitación a cargo de la Secretaría de Salud Municipal y la UNMDP para favorecer la detección temprana de personas con sintomatología respiratoria. También en este aspecto solicitaron que el Municipio arbitrase todas las medidas necesarias relacionadas con la detección, el aislamiento y los cuidados a los posibles infectados y personas de su entorno.

Luego, la propuesta realizada por los CBE para conformar una Red de Promotores Barriales de Salud (PBS) fue avalada en el marco de la Mesa Social de Mar del Plata y Batán, en cuyo interior funciona la Mesa de Salud, conformada por las autoridades sanitarias de los tres niveles de gobierno, miembros de la UNMDP, concejales y los CBE. La iniciativa fue enriquecida y rediseñada por profesionales de la Escuela Superior de Medicina, la Facultad de Ciencias de la Salud y Trabajo Social, la Zona Sanitaria VIII, la Secretaría de Salud Municipal y el Hospital Interzonal General de Agudos “Dr. Oscar E. Alende” y el Hospital Interzonal Especializado Materno Infantil “Don Victorio Tetamanti”. Del trabajo conjunto nació el Plan CuiDARnos, cuyos principales objetivos son “alertar a la sociedad sobre la necesidad de mantener cuidados personales y comunitarios para evitar la propagación del virus; reforzar las recomendaciones establecidas por las autoridades sanitarias para que los vecinos y vecinas actúen sin miedo pero con responsabilidad; detectar de forma temprana personas con sintomatología respiratoria; identificar a las personas que por su edad o situación de salud se encuentran entre los grupos de riesgo para COVID-19, en especial aquellas que no cuentan con una red de apoyo familiar o comunitaria.”[8]

Para los CBE esta experiencia constituye una estrategia de salud colectiva que, lejos de suplantar la responsabilidad intransferible del Estado en la materia, “busca empoderar a la población para que tome la salud en sus manos” y se comprometa con ella. La acción fue paulatina. En una primera etapa fueron electos y capacitados los responsables de salud de cada CBE; luego, los profesionales que intervienen en el Plan, capacitaron a Promotorxs Barriales de Salud (PBS), que integraron una red con sede en el ámbito de los CBE. Son éstos los que asignan a los promotorxs, una zona del barrio y organizan su trabajo. Antes de la ejecución del CuiDARnos, los vecinos fueron informados sobre la implementación del plan en cuanto a que los PBS no deben ingresar a los domicilios, llevan una pechera blanca del programa y una identificación con nombre y apellido. El 22 de junio los PBS comenzaron a recorrer paulatinamente los barrios de cada zona del MGP. Los promotores compartieron información preventiva con los vecinos y recopilaron datos para la planificación sanitaria, aclarando a los encuestados que sus respuestas son voluntarias y que los datos proporcionados son confidenciales y de insumo para la planificación sanitaria. La información que permite actuar de forma temprana con los sintomáticos respiratorios detectados es puesta a disposición de la Secretaría de Salud. La que brinda conocimiento de familias sin redes de contención ni asistencia alimentaria constituye insumos para el trabajo de cada CBE. Finalmente, aquella que contribuye a identificar grupos de riesgo para COVID 19 para acciones promopreventivas en momentos en que no existe circulación viral y como insumo para la toma de decisiones si surgiera un brote, es sistematizada por agentes de la UNMDP. [9]

 

A modo de conclusión

A la luz de su propio discurso, los CBE se constituyeron como un actor colectivo organizado en el Municipio de General Pueyrredón para expresar las necesidades de los sectores más vulnerables de la población, ya existentes pero agudizadas en el contexto de la crisis desatada por la pandemia COVID 19. En ese sentido, la emergencia sanitaria y sus consecuencias fueron el disparador para articular solidariamente una trama preexistente y robusta de organizaciones, asociaciones e instituciones ya instaladas en el municipio. Se autorrepresentan como una creación popular, original e innovadora, producto de la inteligencia colectiva y del compromiso social, nacida del propio territorio. Se identifican como actores sociales y políticos con capacidad de agencia a la hora de planificar y poner en marcha acciones tendientes a abordar distintas problemáticas para satisfacer las necesidades de los vecinos. Se expanden públicamente en relación con distintos actores – políticos, sociales, educativos, sanitarios, entre otros- a través de prácticas de interpelación y colaboración, para formar parte de una red pública, más amplia, en la que intervienen actores institucionalizados (municipalidad, universidades, servicios de salud de la provincia), o informales, de contornos menos nítidos (obreros navales que diseñaron una cocina económica para mejorar la infraestructura de los comedores comunitarios, vecinos que realizan donaciones). Apelan a la conciencia y el compromiso de los vecinos directamente afectados, a los que proponen empoderar a raíz de sus propios cuidados, y, a través de su discurso público, al conjunto de la sociedad.

En esta coyuntura, se infiere que desde ese “nosotros los CBE”, los protagonistas desplazaron las formas de lucha de la protesta y la movilización frente a un “otro gobierno del Estado”, con el que habitualmente antagonizan, hacia prácticas tales como el diálogo y la negociación que el contexto crítico impulsa. LOS CBE exhiben con orgullo un trabajo comunitario potente y muy eficiente que llega “hasta el último rincón” para atender a las familias que necesitan ayuda, organizar la logística alimentaria y de salud pública, recopilar información para contribuir a adoptar políticas públicas, mediante un dispositivo rápido, justo, solidario y transparente. Pero ni las prácticas consensuales ni la construcción colectiva les impide expresar que el Estado debe estar presente, debe continuar cubriendo sus funciones indelegables y sus obligaciones esenciales para resolver situaciones derivadas de negociaciones rotas que generan injusticias, puestas en flagrante evidencia por la crisis que gira en torno al COVID 19.

El desencadenamiento de numerosos contagios en lo que va del mes de julio reinstala la importancia de dar continuidad a este esfuerzo cooperativo de los CBE. ¿Y a futuro, ante los desafíos de la pospandemia? ¿Cuál será el destino de estos dispositivos de planificación y ejecución de gran eficacia? ¿Los CBE, llegaron para quedarse? Tomemos un ejemplo. Recientemente abrieron un frente complementario a la emergencia sanitaria. Preocupados por la falta o la deficiencia de los servicios esenciales en los barrios (entre otras, relacionadas con la red de agua potable, el transporte público, la recolección de residuos, el alumbrado, los anegamientos e inundaciones), propusieron realizar un censo urbano para construir un Plan Estratégico Barrial a partir de los saberes populares, que podría derivar en soluciones concretas. Como se puede apreciar, el abanico de actividades de los CBE se expande. Piensan y actúan en lo urgente pero también diseñan estrategias a largo plazo. De allí que se presenten como una solución para un desarrollo inclusivo. Es por eso que desde la coordinación de los CBE se intenta obtener un reconocimiento específico de las instancias estatales, lo que significaría un paso adelante en sentido de territorializar la política social.

[1] Esta comunicación es un avance inicial del proyecto “Monitoreo y seguimiento de las estrategias para minimizar la circulación del COVID 19 en el Partido de General Pueyrredon”, radicado en el Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales (INHUS), UNMDP -CONICET, aprobado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la República Argentina. Las autoras se desempeñan además en el Centro de Estudios Históricos (CEHis) y en el Grupo de Estudios sobre Población y Trabajo (GESPYT) de la Facultad de Humanidades de la UNMDP.

[2] Mónica Gordillo et al, “La dinámica de la protesta durante la reconstrucción democrática. Córdoba dentro del escenario nacional”, en Marcela Ferrari y Mónica Gordillo (comps.), La reconstrucción democrática en clave provincial. Rosario, Prohistoria, 2015, p. 123.

[3] Este artículo tiene como fuente principal el Facebook de los CBE, entre el momento de su creación, 6 de abril, y el domingo 12 de julio.

[4] En Chaco, uno de los espacios más afectados por el COVID 19 en Argentina, a mediados de marzo ya existían comités de emergencia comunitaria integrados por más de treinta organizaciones sociales, de derechos humanos, sindicatos y partidos políticos, para monitorear y actuar eficazmente ante la crisis, que agravó situaciones deficitarias del sistema sanitario y el contexto de pobreza. “Coronavirus: organizaciones sociales, sindicatos y partidos proponen “comités de emergencia comunitaria”. Chaco día por día, 25/03/2020. https://www.chacodiapordia.com/2020/03/25/organizaciones-sociales-sindicatos-y-partidos-proponen-comites-de-emergencia-comunitaria-para-enfrentar-al-coronavirus/. Sobre otras experiencias similares, “Instalarán ‘comités de emergencia social’ en comunas de la provincia de Buenos Aires”, Telam, 27/03/2020 https://www.telam.com.ar/notas/202003/445185-reunion-comite-emergencia-social-politicas-alimentarias-coronavirus.html. “Impulsan la creación de comités de emergencia por coronavirus en todos los barrios”. 0221.com, 14/04/2020. https://www.0221.com.ar/nota/2020-4-14-16-57-0-impulsan-la-creacion -de-comites-de-emergencias-por-coronavirus-en-todos-los-barrios

[5] “El Concejo aprobó la emergencia alimentaria en Mar del Plata: qué implica”“ Qué digital, 13/9/2019.  https://quedigital.com.ar/sociedad/el-concejo-aprobo-la-emergencia-alimentaria-en-mar-del-plata-que-implica/

[6] El municipio conformó una Mesa Social con el objetivo de atender “las necesidades de los sectores más vulnerables” que puedan surgir como consecuencia de la pandemia del coronavirus en el Partido de General Pueyrredón. Integran dicho espacio funcionarios del gabinete  de Guillermo Montenegro, concejales, representantes de la Universidad Nacional de Mar del Plata, FASTA, Pami, Desarrollo Social de Provincia y Nación, Anses, la Iglesia Católica, Evangélica, SUIM, CTA y CGT. Carlos Walker, “Ya comenzó a funcionar el primer comité barrial de crisis en la zona sur”, en El Marplatense, 4/4/2020. https://bit.ly/3h8KOwy

[7] En la semana del 20 al 26 de abril se distribuyeron 3900 kg de alimentos frescos aportados por el MGP, lo que representó un incremento significativo con respecto a los 1100 kg percibidos la semana anterior, pero que seguían por debajo de las necesidades de la población.

[8] Cabe destacar las diferencias del Plan CuiDARnos con el Plan Detectar, que supone la toma de hisopados en distritos de circulación comunitaria del virus, situación epidemiológica que hasta la elaboración de este artículo no se había dado en General Pueyrredón.

[9] Específicamente, a través del proyecto dirigido por Andrea Perinetti (Escuela Superior de Medicina, UNMDP), “Universidad y municipios: modelaje estadístico de escenarios y acciones promopreventivas en el territorio para localidades con menos de 500.000 habitantes o bajo número de casos” (MINCYT, 2020).