Blog

Jóvenes, participación política y democracia: percepciones y opciones electorales en jóvenes marplatenses

Dra. Mariana Pozzoni

INHUS (CONICET/UNMdP) – CEHis, UNMdP

 

La encuesta “Jóvenes, participación política y democracia”, realizada entre el 19 de septiembre y el 3 de octubre de 2025, recoge las opiniones de 304 jóvenes de entre 16 y 25 años, en su mayoría estudiantes de nivel secundario de la ciudad de Mar del Plata. [1] Los encuestados fueron consultados sobre distintos aspectos vinculados a su experiencia cívica, su relación con la política y sus percepciones acerca de la democracia.

El relevamiento fue realizado en diversos establecimientos educativos del nivel secundario, superior no universitario y, en menor medida, universitario de la ciudad de Mar del Plata por intermedio de colegas que aceptaron colaborar. Si bien existe un desbalance en términos de edad y un predominio de respuestas de estudiantes pertenecientes al ámbito privado, consideramos que el resultado es significativo y permite arrojar algunas impresiones sobre en el modo en que las nuevas generaciones se vinculan con la política, el voto y la idea misma de la democracia.

 

Características de la población encuestada

 

La muestra está compuesta por 304 jóvenes, de los cuales el 61,5 % (187) se identifica de género femenino, el 37,2 % (113) masculino y el 1,3 % (4) prefirió no decirlo. Casi el 95 % (288) del total residen en la ciudad de Mar del Plata.

 

Gráfico 1: Encuestados según género

Fuente: gráfico generado de forma automática por Google Forms a partir de las respuestas.

 

La edad de la mayoría de los encuestados está concentrada entre los 16 y 17 años que representan el 75 % del total (228), quienes a partir de la ley Nº 26.774/2012 de “voto joven”, están habilitados a votar, aunque todavía no tienen la obligación de hacerlo. Este dato resulta relevante, ya que muchos de ellos están viviendo sus primeras experiencias de participación electoral. El resto de la muestra se completa con un 16,4 % (50) de jóvenes de 18 y 19 años, y un 8,6 % (26) de jóvenes entre 20 y 25 años.

Una contundente mayoría asiste o asistió a escuela privada (81,9 %, 249) y una proporción menor declara trabajar (15,8 %; 48), en su mayoría de manera informal. Este perfil sociocultural sugiere que las percepciones expresadas en la encuesta pertenecen principalmente a un grupo de edad que combina formación escolar y socialización política reciente, así como también una pertenencia mayoritaria a los sectores medios.

 

Las ideas de los jóvenes sobre la democracia

 

La encuesta incluyó dos preguntas que permiten adentrarnos en la dimensión más simbólica de la relación de los jóvenes con la política, a saber: 1) “Elegí la opción que mejor expresa tu idea de democracia” y 2) “Completá la frase: el principal problema de la democracia es…”.

En relación con la primera, la mayoría de las respuestas reflejó una concepción formal de la democracia (61,2 %, 186 casos), entendida principalmente como un sistema basado en el voto y en las libertades políticas. Casi un tercio de los encuestados (32,9 %, 100 casos) se inclinó, en cambio, por una visión sustantiva de la democracia, que la asocia con la igualdad social y la garantía de derechos. Un grupo reducido (5,9 %, 18 casos) manifestó desinterés o falta de identificación con la democracia como forma de gobierno.

 

Gráfico 2: Concepción predominante de la democracia en los jóvenes encuestados

Fuente: gráfico generado de forma automática por Google Forms a partir de las respuestas.

 

Al ser interrogados sobre cuál consideran que es el principal problema de la democracia, cerca del 20 % de las respuestas incluyeron la corrupción. Esta percepción refleja desconfianza hacia la clase política y las instituciones del Estado, asociada a la falta de transparencia en la gestión pública y a la impunidad frente a los casos de malversación de fondos o enriquecimiento ilícito. En el contexto argentino actual, marcado por reiteradas denuncias en el espacio público, una profunda crisis económica y un clima de polarización política, la corrupción aparece como un factor que erosiona la legitimidad del sistema democrático y desalienta la participación ciudadana.

En segundo lugar, con poco más del 12 % emerge de las respuestas lo que sintetizamos en torno a la idea de “crisis de la ciudadanía democrática”, entendida como la dificultad para ejercer una participación política informada, crítica y responsable. Según las percepciones, este déficit ciudadano se manifiesta en diversos aspectos: la distorsión de la información y la manipulación mediática, que condicionan la formación de opiniones; la apatía y la falta de interés político, que debilitan el compromiso colectivo; y la escasa conciencia y responsabilidad a la hora de votar, que reduce el acto electoral a una práctica formal sin reflexión sobre sus consecuencias.

Finalmente, en un porcentaje menor (6,9 %), aunque también mencionado por un número significativo de encuestados, se destacan referencias a la desigualdad en el acceso a derechos básicos, la falta de alternativas políticas vinculada a la demanda de nuevos partidos y representantes, y la escasa tolerancia frente a ideas u opiniones diferentes. A ello se suma la dificultad para sostener políticas de largo plazo ante los cambios de gobierno, expresada a través de nociones como “inestabilidad”, “lentitud” o “ineficacia”.

 

La participación electoral de los jóvenes

 

Las elecciones del 7 de septiembre en la Provincia de Buenos Aires

Poco más de la mitad de los jóvenes (53,9 %) declaró haber concurrido a votar, mientras que el 46,1 % no lo hizo. Al observar el segmento de 16 y 17 años —correspondiente al denominado “voto joven”— los porcentajes prácticamente se invierten, siendo poco más del 56 % quienes no concurrieron a votar. [2] Las tres razones más mencionadas por quienes se ausentaron muestran una distribución relativamente equilibrada, con alrededor del 16 % de las respuestas en cada una. En primer lugar, destaca la falta o los errores de inscripción en el padrón electoral y el desinterés (“no me intereso y no conozco sobre política”, “no tenía ganas”). Estas expresiones reflejan una temprana desafección política, alimentada por el desencanto hacia las figuras públicas y la percepción de que la participación no produce resultados concretos (“me parece que los políticos son todos iguales y no veo cambios”, “no creo que cambie nada”). Un tercer grupo alude a la falta de información sobre las propuestas y los candidatos, especialmente entre quienes reconocen no haber formado aún un criterio propio. Estos jóvenes manifiestan ser conscientes de la responsabilidad que implica el ejercicio del voto y consideran que, al no ser obligatorio, prefieren abstenerse hasta sentirse más preparados (“no estaba lo suficientemente informada como para ir a elegir el destino del país”, “era mi primer voto y no tenía mucha idea de lo que quería, no tenía esa seguridad”). Un cuarto grupo que representa el 10 % de los encuestados, menciona simplemente no haber ido a votar por no ser obligatorio.

En conjunto, estas respuestas sugieren que el ausentismo juvenil no responde a una única causa, sino a una combinación de factores estructurales (falta de información, dificultades institucionales) y subjetivos (apatía, desconfianza, desencanto).

Al ser indagados por su opción electoral en los comicios del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires, los 164 encuestados que asistieron a votar el 42,1 % (69) eligió a la fuerza oficialista a La Libertad Avanza, el 22 % (36) a Fuerza Patria, el 11,6 % (19) a otra fuerza política diferente a las incluidas en las opciones, el 9,1 % (15) a Acción Marplatense, el 6,1 % (10) a Nuevos Aires, el 5,5 % (9) en blanco y, finalmente, el 3,7 % (6) al Frente de Izquierda y de Trabajadores.[3]

 

Gráfico 3: La opción de voto en los comicios del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires entre los jóvenes encuestados

Fuente: gráfico generado de forma automática por Google Forms a partir de las respuestas.

 

Expectativas de cara a las elecciones del 26 de octubre

Al consultar sobre la intención de voto en las elecciones nacionales del 26 de octubre, se observó un incremento significativo en la disposición a participar ya que el 75 % de los encuestados manifestó que concurrirá a votar. Se trata de 223 jóvenes, 59 más que en los comicios del 7 de septiembre (se registran 66 nuevos votantes, pero 7 jóvenes que asistieron el 7/9 no lo harán el 26/10). Este aumento, de poco más de veinte puntos porcentuales, podría interpretarse como una muestra de la mayor relevancia que los jóvenes atribuyen a las elecciones nacionales, en las que se eligen autoridades de mayor jerarquía y, por lo tanto, a la percepción de un carácter más decisivo del proceso electoral.

Entre quienes manifestaron que no asistirán a votar el 26 de octubre, las razones se agrupan de forma similar a las observadas en septiembre: dificultades logísticas (“estaré fuera”, “no tengo DNI actualizado”); desinterés (“no me interesa ir a votar”, “no quiero ir”,); desconfianza y falta de opciones (“no creo en ningún partido”, “no me convence ningún partido”); falta de información (“no tengo mucho conocimiento sobre la política, no me parece ir a votar sin saber”, “porque no me informe sobre políticos o políticas y prefiero no votar”), la no obligatoriedad del voto para los jóvenes de 16 y 17 años (“prefiero ir a votar el día que sea una obligación y tenga una postura con la que me sienta cómoda”). En algunos casos, se expresa un desencanto más profundo (“sinceramente ninguno de los candidatos me agrada y no creo que vayan a hacer algo bueno para el país”). En sintonía con la falta de información expresada, cabe destacar que el 18,4 % (56 casos) expresó no conocer en qué consiste el sistema de Boleta Única de Papel y un 26,6 % (81 casos) dijo no saber qué se elige en esta oportunidad. Esta cifra coincide con el número de encuestados que manifestaron que no irán a votar.

Al proyectar la intención de voto las preferencias no evidencian cambios sustanciales en términos numéricos respecto de las elecciones pasadas. El cambio más relevante se relaciona con el porcentaje de indecisos que alcanza el porcentaje más elevado (37,2 %, 83 casos), seguido por La Libertad Avanza con un 34,5 % (77 casos), Fuerza Patria con un 15,7 % (35 casos) y otras fuerzas políticas no incluidas entre las opciones sugeridas, con un 6,3 % (14 casos). Finalmente, el Frente de Izquierda y de Trabajadores y el voto en blanco registran, respectivamente, un 3,1 % (7 casos) cada uno.

 

Gráfico 4: La intención de voto para las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre próximo entre los jóvenes encuestados

Fuente: gráfico generado de forma automática por Google Forms a partir de las respuestas.

 

En una primera aproximación impresionista, observamos que el número de indecisos se corresponde prácticamente con el incremento de nuevos votantes (quienes no asistieron a la elección anterior, 66 casos), a ellos se suman aquellos jóvenes que habían elegido fuerzas políticas locales que no se presentan en el orden nacional (Acción Marplatense y Nuevos Aires, que sumaron entre ambos 25 votos), lo que daría un total de 91 casos. Sin embargo, al indagar en profundidad, identificamos que muchos jóvenes que habían votado a determinada fuerza política en septiembre, manifiestan ahora su indecisión, mientras varios nuevos votantes optan por alguna fuerza política, dentro de las cuales se destaca la opción por La Libertad Avanza.

Tabla 1: Evolución de la intención de voto, el electorado indeciso y los nuevos votantes entre las elecciones del 7/9 y 26/10 de 2025

 

Elección

7/9/2025

Elección 26/10/2025 Nº de indecisos respecto de la elección anterior Nº de nuevos votantes
La Libertad Avanza 69 77 12 22
Fuerza Patria 36 35 7 3
Otra fuerza política 19 14 9 4
Acción Marplatense 15

 

——–

10

 

———

Nuevos Aires 10 ——— 9 ———
En blanco 9 7 2 2
Frente de Izquierda y de Trabajadores 6 7 2 3
No sabe a quién votar 32 32
TOTAL 164 223 83 66

 

 

Fuente: elaboración personal a partir de las respuestas.

 

En síntesis, los resultados de la encuesta, sin ser exhaustiva ni representativa del total de jóvenes de la ciudad, permiten reconocer una juventud atravesada por tensiones entre el interés y el desencanto político, entre la adhesión formal a la democracia y, en menor medida, la demanda de una democracia más sustantiva. Si bien una parte significativa de los jóvenes expresa desconfianza hacia las instituciones y percibe en algunos casos su participación como poco efectiva, también se advierte una disposición creciente a involucrarse en los procesos electorales, especialmente en los comicios nacionales del 26 de octubre, con una inclinación mayoritaria por La Libertad Avanza. La alta proporción de indecisos puede explicarse, en parte, por tratarse en su mayoría de votantes jóvenes, quienes protagonizan las primeras experiencias de votación y evidencian estar atravesando un proceso de formación cívica activo, donde la información, la educación política y las oportunidades de participación resultan factores clave para fortalecer su vínculo con la democracia. En este sentido, el estudio aporta indicios valiosos sobre los desafíos que enfrenta la construcción de ciudadanía democrática entre las nuevas generaciones marplatenses.

 

Notas

[1] En 2023 también realizamos una encuesta sobre voto joven como parte de las tareas de observación electoral que venimos realizando en General Pueyrredon. Véase https://observatoriopolitico.com.ar/jovenes-y-politica-a-40-anos-de-la-recuperacion-democratica-en-la-argentina/

[2] Se trata de un porcentaje menor a la participación registrada en General Pueyrredon (59,36 %) que evidenció, a su vez, una disminución respecto a los comicios legislativos de 2021 (66,39 %). Datos disponibles en https://resultados.eleccionesbonaerenses.gba.gob.ar/participacion/2/50/40

[3] Estos porcentajes resultan solo parcialmente similares a los arrojados por el escrutinio general en General Pueyrredon: La Libertad Avanza (38,14 %); Fuerza Patria (20,44 %); Acción Marplatense (19,2 %); Nuevos Aires (14,62); Frente de Izquierda y de Trabajadores (2,2 %) y votos en blanco (5,77 %), disponibles en https://www.juntaelectoral.gba.gov.ar/docs/resolucion-aprueba-escrutinio-2025.pdf

La Mar del Plata que duele. Breve apunte sobre la dimensión temporal y espacial de la pobreza y la indigencia en los últimos cinco años (2020 a 2025)

Mag. Silvina Mariel Aveni 

INHUS (CONICET/UNMdP)-CIGSA, GESPyT, FHum, UNMdP 

 

La pobreza constituye una de las expresiones de la desigualdad social y espacial que reviste mayor trascendencia en la vida cotidiana de las personas que la atraviesan. Su conceptualización, en líneas generales, radica en las carencias materiales e inmateriales que afectan la supervivencia de las personas. Por tanto, su connotación es negativa y se identifica con un ´piso´ que corresponde a las mínimas necesidades requeridas para sobrevivir. 

 La pobreza produce consecuencias psicológicas que impactan negativamente no solo en el ´tener´ de cada persona sino en su ´ser´ y ´hacer¨.  

 El Partido de General Pueyrredon alberga a 660.569 habitantes (INDEC, 2022), de los cuales 656.108 (INDEC, 2022) residen en Mar del Plata, su ciudad cabecera. La histórica y tradicional “ciudad feliz” se encuentra atravesada por la pobreza y la indigencia, por lo que se propone describir su devenir a partir de algunos indicadores, en el lapso de los últimos cinco años, período que abarca el durante y después de la pandemia por COVID-19.  

 

Dimensiones temporales y espaciales de la pobreza en los 31 aglomerados urbanos y en Mar del Plata 

 La dimensión temporal de la pobreza se estudia a partir de dos conceptos. Uno es el de pobreza coyuntural, que explica situaciones de pobreza reciente ajustadas a la disponibilidad de ingresos (Mathey, 2007). Su estimación en Argentina se realiza a partir de las Líneas de Pobreza e Indigencia aplicadas semestralmente mediante la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) en 31 aglomerados urbanos y registra la capacidad de consumo de las personas a la hora de cubrir la Canasta Básica de Bienes y Servicios (alimentos y un conjunto de bienes y servicios necesarios para la vida cotidiana como los de salud, vestimenta, educación, transporte, otros), y la Canasta Básica de Alimentos (solo alimentos), respectivamente.  

 El análisis de la pobreza coyuntural se realiza mostrando el comportamiento de la pobreza y la indigencia en dos momentos, el primer semestre de 2020 y el primer semestre de 2025 (Figura 1). En dicho lapso la mayoría de los 31 aglomerados urbanos presentan una reducción del porcentaje de población pobre, a excepción de Río Gallegos, La Rioja, Gran San Juan mientras que Posadas se mantuvo sin modificaciones.  

 La razón de la disminución podría hallarse en una recuperación de los ingresos posterior a la pandemia por COVID- 19, en la que las etapas de Aislamiento Preventivo y Obligatorio (ASPO) y Distanciamiento Preventivo y Obligatorio (DISPO) detuvieron gran parte de la actividad económica mundial y ello ha impactado en el empleo y la capacidad de acceder a alimentos, bienes y servicios.  

 En cuanto a la población indigente, el escenario es similar, caracterizado por una reducción de los valores entre los dos hitos temporales seleccionados. Nuevamente, ciertos aglomerados acusan un aumento en los valores, tal es el caso de La Rioja, Gran San Juan, Posadas, Santa Rosa- Toay y Concordia. Mención especial merece el núcleo urbano Bahía Blanca- Cerri, afectado por una inundación extraordinaria entre el 7 y el 9 de marzo de 2025, que ha dejado sentir sus desoladoras consecuencias materiales y humanas.  

 Otro factor que argumentaría la reducción en los valores de ambos indicadores podría asociarse con una cuestión metodológica en el cómputo de la línea de pobreza y la línea de indigencia. Las canastas que se calculan dependen de la relación entre ingresos y precios, determinados por el Índice de Precios al Consumidor (IPC), indicador variable en función de la inflación. Su mengua durante 2025 se manifiesta en la disminución de población pobre e indigente. No obstante, esta fuente no está refiriendo a la estructura de gastos en el consumo efectivo de los hogares y las personas. 

 

Figura 1. Población afectada por la pobreza (%) en 31 aglomerados urbanos (1er semestre de 2020 y 1er semestre de 2025).  

Fuente: Elaboración personal en base a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH, 1 semestre 2020-1 semestre 2025). 

 

La estructura por edades evidencia similar tendencia a la expresada con anterioridad con un relativo descenso en la pobreza y en la indigencia (Figura 2). En estas circunstancias, los persistentes niveles de estos indicadores en las poblaciones vulnerables (niñeces, juventudes, personas con discapacidad y personas mayores) representa un desafío que resta saldar.  

Entre el primer semestre de 2020 y el primer semestre de 2025, la población de 0 a 14 años en condiciones de indigencia y de pobreza ha disminuido. Mientras tanto, durante el mismo lapso temporal, la población de 65 y más años en la pobreza arroja valores más exiguos, pero se ha incrementado su situación de indigencia, indicio de un acrecentamiento en la vulnerabilidad de este colectivo.    

 

Figura 2. Población por grupos de edad según condición de pobreza en 31 aglomerados urbanos (1er semestre de 2020 y 1er semestre de 2025) 

Fuente: Elaboración personal en base a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) 

 

En este contexto nacional, Mar del Plata se ubica por debajo del promedio de los 31 aglomerados urbanos en lo que refiere población pobre, con 38,9 % (primer semestre de 2020) y 27,5 % (primer semestre de 2025). Aunque en relación con la indigencia, se posiciona por encima del promedio porque registra 12 % (primer semestre de 2020) y 6,4 % (primer semestre de 2025). 

 La Figura 3 representa la evolución de la pobreza y la indigencia en Mar del Plata entre 2020 y 2025. Se reconoce un promedio de 34,7 % de población pobre en la ciudad y de un 8,9 % de indigentes en los últimos cinco años.  

 

Figura 3. Población afectada por la pobreza y la indigencia en Mar del Plata (%) (2020 a 2025) 

 

Fuente: Elaboración personal en base a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) 

 

Las instancias más graves de la pobreza y la indigencia marplatenses en el trayecto estudiado remiten al segundo semestre de 2020 y al primero de 2021, en pleno desarrollo de la pandemia. Y luego, ambos datos se elevan dramáticamente durante primer semestre de 2024, replicando la dinámica de los aglomerados urbanos. La situación se reduce hacia el segundo semestre de 2024 recuperando valores de 2022 en ambos indicadores, posiblemente debido a la caída de la tasa de desocupación ampliada (Santamaría, 2025). En el segundo semestre de 2021 y 2022, se asiste a un descenso de la pobreza y a un aumento de la indigencia, suceso que podría deberse a una desmejora tal en los ingresos que provocó que las personas ya no llegaran al umbral de la línea de pobreza y se convirtieran en indigentes. Por lo expuesto, la población vulnerable por ingresos resulta una problemática central en una ciudad cuya estacionalidad en las actividades económicas principales (turismo, pesca y construcción) la hace muy dependiente de los ciclos económicos nacionales e internacionales. 

 El otro concepto que permite abordar la dimensión temporal de la pobreza es el de pobreza estructural, en tanto fenómeno prolongado en el tiempo que se reproduce de generación en generación (Mathey, 2007).  Su medición en Argentina se efectúa mediante el método de las Necesidades Básicas Insatisfechas que se relevan en los censos generales de población, hogares y viviendas (INDEC). El objetivo de este método es verificar si las personas y los hogares logran satisfacer necesidades establecidas como mínimas en el ámbito educativo, el habitacional, el de infraestructura sanitaria y la capacidad de subsistencia. 

 En el período intercensal 2001- 2010, la gran mayoría de las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) lograron disminuir el porcentaje de hogares con NBI, a excepción de casos puntuales como Tierra del Fuego y Santa Cruz.  Hacia 2022, todas las provincias y CABA manifestaron variaciones intercensales negativas en las NBI, fenómeno posiblemente asociado a mejoras habitacionales (Figura 4). Los resultados menos optimistas aún se sitúan en las provincias del noroeste y noreste argentino, históricamente atravesadas por condiciones de precariedad en las condiciones de vida (Bolsi, 2004).  

 

Figura 4. Hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas por provincia, 2022 (%)  

 

Fuente: Censo de Población, Hogares y Viviendas, 2022, INDEC. Redatam 

 

Casi el 4% de los hogares del Partido de General Pueyrredon posee NBI. En Mar del Plata, la configuración espacial de este indicador se corresponde con patrones que diferencian áreas centrales consolidadas de la ciudad respecto de sus bordes, escenario que atestigua ciertas condiciones que se producen y reproducen en y a través del territorio. Las mejores situaciones corresponden a barrios del núcleo central consolidado de la ciudad y a los barrios intraejidales, donde predominan la buena calidad constructiva de las viviendas, la disponibilidad de infraestructura para la eliminación de excretas y ciertos enclaves asociados a barrios privados en sectores extraejidales (Figura 5).  

 

Figura 5. Hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas en Mar del Plata, 2022 (%). 

Fuente: Elaboración personal en base al Censo de Población, Hogares y Viviendas, 2022. Redatam. Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBap), 2023. 

 

Por el contrario, las puntuaciones más elevadas coinciden con el borde intraejidal y los territorios ubicados fuera del ejido urbano. Son áreas de alta dinámica demográfica que expresan también carencias materiales y falencias educativas. Además, allí se localizan barrios definidos como populares por no contar con el título de propiedad del suelo ni acceso formal a dos servicios básicos (luz, agua, cloaca) (ReNaBap, 2023).  

 El recorrido por la dimensión temporal y espacial de la pobreza, así como la articulación de escalas de análisis aporta herramientas para interpretar un fenómeno complejo. El uso de fuentes oficiales sienta las bases para continuar trabajando en la diversificación de indicadores cuantitativos y estrategias metodológicas cualitativas que permitan dar cuenta de la multidimensionalidad de la pobreza. La Geografía Social, preocupada y ocupada en evidenciar las desigualdades, revela el papel del territorio en la configuración y reproducción de las relaciones sociales.  

 

Referencias bibliográficas 

 

Bolsi, A. (2004). Pobreza y territorio en el Norte Grande Argentino. I Congreso de la Asociación Latino Americana de Población, Caxambú, Brasil 

Mathey, D. (2007). Métodos e indicadores para la estimación de la pobreza rural en la Argentina. Documento de trabajo Nº 35, Instituto de Economía y Sociología, INTA. http://inta.gob.ar/documentos/metodos-e-indicadores-para-la-estimacion-de-la-pobreza-rural-en laargentina/at_multi_download/file/dt_35.pdf 

Santamariajmm , G. (2025). Informe sobre pobreza multidimensionalMar del Plata, Mar del Plata Entre Todos. https://mardelplataentretodos.org/ 

 

Fuentes de datos:  

 

Argentina, Instituto Nacional de Estadística y Censos. Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda, 2010. INDEC. Redatam 

Argentina, Instituto Nacional de Estadística y Censos. Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda, 2022. INDEC. Redatam 

Argentina, Instituto Nacional de Estadística y Censos. Encuesta Permanente de Hogares (EPH), 2020-2025. 

Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBap) 

El impacto del ajuste: un breve análisis del mercado laboral de Mar del Plata y Argentina

Eugenio Actis Di Pasquale – Grupo Estudios del Trabajo (UNMdP)

En diciembre de 2023 en nuestro país asumió un nuevo gobierno que implementó en forma inmediata un cambio en el rumbo de las políticas macroeconómicas, con el objetivo de conseguir la estabilidad de precios. Sin embargo, la búsqueda incesante de reducir la inflación se ha ido llevando a cabo a cualquier costo, a tal punto de que este objetivo se ha convertido en un fin en sí mismo, despreciando los efectos que puedan generarse sobre el nivel de actividad, los ingresos de la población y el nivel de empleo. En este artículo nos dedicaremos a analizar los efectos negativos que se han generado sobre el trabajo en Mar del Plata y Argentina a partir de la implementación del nuevo modelo económico.

Para realizar este análisis tenemos distintas fuentes de datos oficiales que, al complementarlas, nos permiten evidenciar el deterioro en la cantidad y calidad del trabajo: 1) la Encuesta Permanente de Hogares (EPH-INDEC) realizada en los principales aglomerados urbanos del país; 2) el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA); 3) la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) efectuada en empresas de 5 y más trabajadores por la secretaria de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.

1) Desde la EPH-INDEC, comparamos la evolución del valor de las siguientes tasas entre el primer trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2025:

  • Tasa de empleo (proporción de ocupados en el total de población). En el total aglomerados, hubo una leve disminución del 45% al 44,4% (casi 80.000 ocupados menos). Mientras que en Mar del Plata se mantuvo alrededor del 47%.
  • Tasa de desocupación (proporción de desocupados en la población económicamente activa, la cual resulta de la suma entre ocupados y desocupados). Tanto a nivel local como nacional se incrementó en alrededor de 1 punto porcentual. En Mar del Plata paso del 6,9% al 7,9%. Mientras que en el total país del 4,9% al 6%.

Cuando hacemos esta primera lectura pareciera haber una aparente estabilidad en el mercado de trabajo o al menos efectos negativos de magnitud moderada. Entonces nos preguntamos ¿cómo puede ser que con la agresividad de las políticas aplicadas no haya caído más el empleo? ¿y por qué no se disparó la desocupación como si ocurrió a inicios de la década de 1990? Para comenzar a responder estas preguntas, podemos analizar los cambios en la composición de la población ocupada. De esta manera, lo que se observa es que en el total país disminuyó la proporción de asalariados (de 74,7% a 72,7%) y se ha incrementado el cuentapropismo (de 21,9% a 23,5%). Dentro de la población asalariada creció la participación del trabajo no registrado (del 35,7% al 36,3%), es decir, la proporción de asalariados que no se encuentran registrados en ninguno de los sistemas de seguridad social. Es decir, que se deterioró la composición de la población ocupada.

Sumado a ello, la búsqueda de empleo por parte de la población ocupada siguió cayendo a niveles récord. Este efecto de desaliento es un fenómeno multicausal que se inició a partir de la recesión de 2018, explicado principalmente por el propio contexto economómico que generó un abandono de la búsqueda de empleo por parte de los integrantes de la PEA (al no haber trabajo, dejaron de buscarlo). Sin embargo, a partir de la postpandemia es posible que a la principal causa del abandono en la búsqueda de empleo se sume el fenómeno creciente del trabajo de plataformas que incluye actividades de delivery y transporte de pasajeros. Estas opciones se incorporan como una rápida salida laboral, aunque desprotegida, inestable y de menores ingresos. Esta hipótesis que incorpora el fenómeno del trabajo de plataformas resulta consistente dado que, frente a disminuciones en la cantidad de trabajo formal, la tasa de empleo se mantiene casi constante (con cambios en su composición dado que hay menos asalariados y más trabajo por cuenta propia), la tasa de desocupación se mantiene en niveles bajos (no se dispara como en ocurría en los ‘90) y disminuye la tasa de ocupados demandantes.

2) El SIPA permite medir la cantidad de trabajadores registrados a partir de datos poblacionales (no es una muestra). A partir de la implementación del nuevo modelo económico se viene produciendo una sistemática destrucción de puestos de trabajo registrados. En Argentina la cantidad total de trabajadores registrados disminuyó en 453.262 personas en el primer trimestre de 2025 (respecto a igual trimestre de 2024), llegando a 12.876.403 (por debajo el máximo histórico conseguido en 2023). Estas disminuciones interanuales superan la ocurrida en mayo de 2020 en plena pandemia de COVID-19 (en ese entonces la disminución había sido de 362.078).

Las modalidades más afectadas son las asalariadas, es decir, las que tienen mayor nivel de protección y derechos laborales: asalariados privados, asalariados públicos y asalariadas de casas particulares. También la modalidad Monotributo social, que se encuentra integrada por grupos poblacionales más vulnerables y que trabajan principalmente en sectores de la economía popular.

En la siguiente tabla se puede apreciar que si comparamos con lo que ocurrió en gobiernos anteriores, la diferencia en la evolución del trabajo registrado es notable

Tabla Nº 1. Variación de la cantidad de trabajadores por período presidencial (a diciembre de cada año).

Fuente: elaboración propia en base a datos del SIPA.

*Los datos del SIPA discriminados por modalidad de ocupación se encuentran disponibles a partir de enero de 2012.

**Corresponde al primer año de gobierno

3) Como no hay información oficial del SIPA para Mar del Plata, analizamos los datos provenientes de la EIL, que releva información mensual a las empresas de 5 y más personas ocupadas. En este sentido, desde mediados de 2024 se fue generando una desaceleración en la creación de empleo y a partir de marzo de 2025 se generó una destrucción de empleo (-1,2%, que representa alrededor de 1.300 trabajadores menos). Las ramas de actividad más afectadas son “Construcción” y “Servicios comunales, sociales y personales”. Asimismo, se ha desacelerado la creación de puestos de trabajo en “Industria manufacturera”, “Comercio, restaurantes y hoteles”. En el resto de las ramas se mantienen los descensos ocurridos en 2023.

En definitiva, en Mar del Plata y Argentina si bien la tasa de empleo y desocupación se mantienen aparentemente estables, al indagar en la composición de la población ocupada y complementar con otras fuentes estadísticas se evidencia un claro deteriorado en la cantidad y calidad del trabajo. El aumento de la informalidad en general puede estar originada a partir de quienes pierden un empleo formal y se refugian en la informalidad, o bien, cómo inserciones laborales de trabajadoras/es adicionales, donde el trabajo mediado por plataformas estaría jugando un rol central.

La naturaleza contractiva de las últimas medidas de política monetaria aplicadas durante julio y agosto para contener el precio del dólar (aumentos de tasas de interés y de encajes), sumada a la continuidad de la política fiscal contractiva (reducción del gasto público) y al aumento salarial previsto por debajo de la inflación, nos permite inferir que los efectos negativos sobre la economía real continúen a lo largo de este año, tanto en el nivel de producción como el de empleo. Por ende, y dado el nivel de endeudamiento externo actual, todo apunta a que nos estamos encaminando a una reducción del bienestar social y de la calidad de vida de la población que será muy difícil de revertir en los próximos años si no se consigue llevar a cabo una política de desarrollo económico que permita la entrada de divisas genuinas a través del comercio exterior. Medida económica que por el momento no se encuentra en la agenda política de la actual gestión de gobierno.

Para mayor información sobre esta temática invitamos a leer el Informe Sociolaboral del Partido de General Pueyrredon en este link: https://nulan.mdp.edu.ar/id/eprint/4368/1/InfoSociolabAgo2025.pdf

“Un montón trabajando para un montón”. Los CBE y su proyección actual en el Municipio de General Pueyrredón

Marcela Ferrari – CONICET

Laura Ciraudo – MESA DE GÉNERO – SOC. FOMENTO BARRIO LAS HERAS

La ciudad de Mar del Plata registra una larga trayectoria de organización barrial. Sociedades de fomento y de socorros mutuos, partidos vecinalistas, movimientos sociales de base territorial son algunas de las formas que canalizaron las demandas y la representación popular hasta la actualidad.

Cuando arreció la pandemia por COVID-19, para disminuir los efectos negativos asociados a ese flagelo, en los barrios no céntricos de Mar del Plata y en Batán se organizaron treinta y tres Comités Barriales de Emergencia, conocidos por sus siglas: los CBE.[1]

Los CBE fueron un dispositivo de articulación comunitaria, de base popular. Se formaron a partir de una red de asistencia social robusta que ya se encontraba extendida en el Partido de General Pueyrredon al desatarse la pandemia por COVID-19. Fueron impulsados por los vecinos organizados y en ellos participaron iglesias, clubes, organizaciones sociales, escuelas, universidades, sociedades de fomento, centros y salas de salud, comedores y merenderos. Alcanzaron un grado de organización superior a aquella red.

Los comités agrupaban hasta cinco barrios de cada una de las cuatro zonas en que fue dividida la ciudad de Mar del Plata -Norte, Sur, Oeste y Suroeste- y Batán. Los referentes territoriales organizados trabajaron coordinadamente para responder a distintas alertas: alimentaria, sanitaria, monitoreo de precios, violencia familiar y de género. La alimentación era prioritaria porque “sin comida, no hay salud”, como decían. Se ocupaban de la logística de distribución de alimentos, secos y frescos, que proveían a los comedores y merenderos, como también de la función preventiva de salud, a través del plan CuiDARnos que ellos mismos propusieron al municipio.[2] Así, contribuyeron a cubrir las necesidades básicas de alimentos, la prevención en salud y la distribución de medicamentos para garantizar la supervivencia de las familias aisladas o vulneradas -en especial, ancianos y niñeces- en el contexto de aislamiento, que implicaba además la suspensión del trabajo.

Los CBE dejaron un saldo positivo. Permitieron la formación de liderazgos comunitarios, la cooperación entre organizaciones y entre barrios, la canalización de demandas en términos de derechos, la construcción de agendas de trabajo en función de las urgencias detectadas, la configuración de identidades.[3] En los barrios, quedó claro que los propios vecinos son quienes mejor conocen sus problemas y pueden contribuir colectivamente a su resolución.

A cinco años de esa experiencia, nos preguntamos qué quedó de aquella organización o, en su defecto, cómo fue capitalizada. Nos interesa conocer de qué manera los protagonistas recuperan aquella experiencia y su proyección en el contexto actual, en pleno auge de lo que desde el gobierno nacional se denomina anarcocapitalismo, que supone el retiro del Estado como garante de la calidad de vida de la población.

Para ello, realizamos una consulta a veinte referentes barriales (integrantes de los CBE, responsables de comedores y merenderos, participantes de la Mesa Social y Mesa de Género) provenientes de cada una de las cuatro zonas de distribución de alimentos en la ciudad de Mar del Plata y en Batán. En esta aproximación de carácter descriptivo, la información es presentada a manera de síntesis cualitativa en base al conjunto de respuestas, lo que no nos exime de advertir que existen modulaciones de las problemáticas en distintas zonas. Para finalizar, realizamos una conclusión breve, en cuanto a la actualidad de la problemática.

 

Continuidad de los CBE

1- En el territorio que habitás, ¿continúan actuando los Comités Barriales o alguna forma organizativa desprendida de esa experiencia que siga trabajando sobre las alertas que llevaron a su formación (alimentaria, sanitaria, monitoreo de precios, violencia familiar y de género). ¿Podés describir brevemente cuál es?

Los CBE en tanto estructura organizativa que asumió la necesidad de resolver problemas concretos de la población, derivados directa o indirectamente de la pandemia y la pospandemia, no continúan funcionando (100% de las respuestas). Aun así, todos los informantes refieren que se mantienen los vínculos establecidos. (Ver respuesta 2)

Las redes sociales preexistentes en cada territorio continúan vigentes y, allí donde se mantienen, sus integrantes afirman haber salido fortalecidos después de atravesar aquella experiencia. Existen espacios organizativos que se formaron a partir de los CBE y continúan respondiendo a las demandas de sectores vulnerados.

Los principales desprendimientos atienden dos tipos de necesidades. En primer lugar, los comedores y merenderos. El 50% de los referentes consultados destaca la continuidad de esos espacios donde se ofrece asistencia alimentaria, aunque se encuentren muy disminuidos en número, días de atención y cantidad de viandas elaboradas con respecto a los períodos de pandemia y pospandemia. La principal causa de esa merma no deriva de la superación de las carencias sino de la suspensión de la entrega de alimentos frescos (carnes y verduras), que era canalizada a través del Municipio. Pese a la escasez de recursos, continúan prestando servicios gracias a las donaciones recibidas. Existe gran preocupación ante el incremento actual de insuficiencia alimentaria en los barrios donde funcionan comedores comunitarios. Se percibe la necesidad de multiplicarlos.

En segundo lugar, se destacan las mesas de género (40% de las respuestas). Funcionan de manera diferenciada dentro de estructuras comunitarias preexistentes, tales como las sociedades de fomento. Ofrecen escucha y acompañamiento a las mujeres, infancias a cargo y diversidades, trabajan en asistencia y prevención de la violencia de género. Contribuyen a la formación de una red de acompañantes con el objetivo de “cuidar a las que cuidan”. Se registran proyectos de emprendedurismo, tales como el de confección de ropa para el Hogar Gloria Galé desarrollado por la Mesa de Género de Barrio Las Heras, donde se albergan mujeres en situación de protección.

En el aspecto sanitario, una deriva importante fue la formación de mil setecientas promotoras y promotores de salud en el marco del Plan CuiDARnos, que se incorporaron a vacunatorios y, en algunos casos, continúan desempeñándose en centros de salud o en la red de Salud Mental del PGP.

 

La red de lazos comunitarios

2- ¿Siguen en contacto con algunos de los integrantes de la red comunitaria que acompañó su formación (municipio, iglesias, universidad, escuelas, clubes, entre otros)? ¿De qué manera?

En un 100% las respuestas reflejan la continuidad en los vínculos comunitarios establecidos durante el funcionamiento de los CBE (100%), aunque con variaciones en intensidad, frecuencia y actores involucrados según el territorio y el nivel de organización. Las personas entrevistadas afirman que los contactos con integrantes de la red comunitaria se mantienen, con instituciones formales o por vínculos informales.

Entre las primeras, destacan a la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), que a través de la Secretaría de Extensión y de los Centros de Extensión Universitaria (CEU) ubicados en barrios no céntricos, articulan proyectos de formación, acompañamiento, actividades culturales y capacitaciones. La Universidad es reconocida como una aliada estable y activa. Por otro lado, las escuelas y los clubes son espacios de derivación, apoyo escolar, actividades deportivas y sociocomunitarias. Algunas de las sociedades de fomento se consolidaron como nodos territoriales clave para la articulación con instituciones y vecinos. Las iglesias, por su parte, cumplen roles de contención, organización de comedores y asistencia directa. Los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) y los hospitales articulan el trabajo en salud, campañas de vacunación y promoción comunitaria. En cuanto a los lazos informales, en los testimonios se recuperan la permanencia de grupos de WhatsApp, los vínculos personales entre referentes, la existencia de comisiones barriales y articulaciones espontáneas. En suma, ya sea las acciones que derivan de estructuras formales contribuyen a sostener la ayuda alimentaria, el abordaje de violencias, la organización de actividades de la comunidad en plazas, comedores o bibliotecas.

En cambio, la relación con organismos estatales, especialmente municipales y nacionales, aparece como muy débil o directamente ausente. Varios testimonios indican que la articulación con el municipio fue “nula” o se interrumpió, la ayuda alimentaria cesó a fines de 2023. Es por eso que la continuidad de numerosas acciones que en su momento desarrollaban los CBE depende exclusivamente del esfuerzo de redes autogestivas, del respaldo de la universidad y de agencias del gobierno bonaerense.

En suma, más allá de la disolución de los CBE, en las respuestas se evidencia que la experiencia generó aprendizajes y tejidos comunitarios que perduran. Estos derivan en reencuentros entre militantes o referentes que, agrupándose, dan lugar a la formación de mesas intersectoriales o redes institucionales barriales que actúan ante alertas, en especial las que sostienen el acompañamiento ante situaciones de violencia de género o necesidades escolares.

 

Los problemas emergentes en los barrios

3- ¿Creés que se podría reflotar esa experiencia organizativa para trabajar sobre alguno o algunos de los problemas que afectan a tu barrio? ¿qué problemas?

Las respuestas reflejan con claridad que la pandemia no sólo visibilizó sino que profundizó múltiples problemáticas estructurales en los barrios. Estas se manifiestan de manera transversal en distintas áreas de la vida comunitaria, con distinta intensidad según el barrio. En orden de prioridad, se destacan las siguientes seis:

  • Agravamiento de la situación alimentaria: la inseguridad alimentaria se menciona de forma recurrente y urgente. Se señala el encarecimiento de los alimentos, la imposibilidad de acceder a productos básicos y, como se señaló, la disminución o cese de ayuda estatal. Un 70% de las respuestas expresan que los comedores y merenderos no dan abasto o han tenido que cerrar por falta de recursos.

“La situación alimentaria se profundizó, cada vez más familias piden viandas.”

“Ya no llega mercadería del Estado, todo sale de las organizaciones.”

  • Violencias de género y familiares: Las situaciones de violencia familiar y de género aumentaron durante la pandemia y se sostienen en la actualidad. Se observan redes comunitarias que continúan acompañando, pero sin recursos suficientes ni respaldo estatal. La UNMDP aparece como un espacio de apoyo a las mesas de género existentes. Existen formas de abordaje comunitario: rondas de mujeres, grupos de escucha, derivaciones espontáneas.

“Se agravaron las situaciones de violencia intrafamiliar.”

“Seguimos conteniendo con las herramientas que tenemos, entre vecinas.”

  • Desempleo, precarización laboral y falta de ingresos: La pérdida de empleo, el trabajo informal inestable y el aumento de la pobreza se perciben como agravados desde la pandemia. Se profundiza la dependencia de la asistencia alimentaria o del trabajo autogestivo. En la actual coyuntura aparece con fuerza la problemática de las y los trabajadores vinculados a la actividad del Puerto de Mar del Plata.

“Mucha gente quedó sin laburo y vive de changas, ferias o comedores.”

  • Problemas de salud mental y emocional: Se menciona un incremento de las problemáticas de salud mental, especialmente en mujeres, niñeces y personas mayores. La falta de atención pública oportuna profundiza esta situación. Algunas experiencias incluyen intentos de respuesta desde redes barriales o extensión universitaria (espacios de escucha, talleres de cuidado).

“Hay muchas situaciones de angustia y ansiedad, sobre todo en las mujeres.”

  • Problemas habitacionales y ambientales: Se mencionan desalojos, situaciones de hacinamiento, viviendas precarias y falta de acceso a servicios básicos. La existencia de microbasurales también aparece en algunos territorios, junto a la falta de infraestructura urbana.

“La gente construye como puede, no hay ayuda para mejorar las casas.”

  • Desvinculación educativa: Se detecta un alto índice de abandono escolar, sobre todo en jóvenes -especialmente de nivel secundario- durante y después de la pandemia. Por su parte, las escuelas y organizaciones (entre otras, el Envión) intentan contener, pero sus recursos resultan insuficientes.

 

Los CBE evaluados en clave personal y organizacional

4- ¿Qué significó para vos y/o para la organización de la que formás parte la construcción de los CBE?

En la dimensión personal, las personas afirmaron que la participación en los CBE fue un aprendizaje transformador, que las atravesó. Relataron haber sentido orgullo, crecimiento y superación de miedos -en especial, los ligados al contagio y la muerte.[4] Se menciona a los CBE como un puente entre el aislamiento y la comunidad, como una instancia que permitió sacar lo mejor de cada une, y también experimentar dificultades emocionales profundas. En varios relatos aparece la gratitud, tanto por lo vivido como por haber podido ayudar y haber recibido reconocimiento de la comunidad.

“Me salvó de un montón de cosas. Sacó lo mejor de mí y también lo peor […] Lo haría con todo el corazón”.

“Me reafirmó mis ideas de lucha y de que un mundo distinto es posible”.

En cuanto a la organización comunitaria, los CBE fueron valorados como una forma de organización cooperativa, democrática, solidaria y eficaz, que permitió llegar a quienes más lo necesitaban durante la pandemia por COVID-19. Varios testimonios resaltan la capacidad de articulación con actores diversos a los que ya se hizo mención en este análisis (vecinos, universidad, iglesia, ONGs, instituciones estatales, clubes, centros de jubilados, entre otros). Esta articulación se presentó como novedosa y enriquecedora, generadora de redes duraderas.

“Nos organizamos con distintos pensamientos, pero confluimos en un mismo objetivo”.

“El Consorcio Portuario nos donó mercadería, y chicos que daban clases de surf ropa. Así seguimos entregando porque el municipio ya no daba nada”.

En tal sentido, se constituyeron como una herramienta de acción territorial y política. Se registran relatos que enfatizan que los CBE no fueron sólo una respuesta solidaria momentánea, sino una herramienta de lucha, de construcción de poder popular y de desarrollo del tejido social. Varios/as entrevistados/as continúan hoy realizando tareas sociales o políticas basadas en esa experiencia, a través de redes feministas, como promotoras territoriales en salud pública formadas en las capacitaciones recibidas y en el desarrollo del plan CuiDARnos organizado desde los CBE, como agentes de educación popular.

“Los CBE son presente porque nos dejaron herramientas de unidad, de lucha y de empatía”.

“Una poderosa herramienta de lucha y de forjar soluciones colectivas”.

Por cierto, se reconoce que también existieron tensiones internas y dificultades para sostener la horizontalidad o para consolidar un trabajo interorganizacional estable. En algunos casos, se generaron roces o disputas por espacios institucionales (por ejemplo, en las sociedades de fomento), que pusieron a prueba la continuidad del trabajo colectivo. No obstante, los aprendizajes fueron valorados positivamente incluso en contextos conflictivos.

“Luego se empezaron a generar roces que difícilmente se solucionan”.

“Nos resultó más fácil replegarnos a nuestra sede y trabajar desde ahí”.

 

Algunas conclusiones

Los CBE impactaron en los barrios no céntricos de Mar del Plata y en Batán. Los testimonios de los referentes consultados dan cuenta del aprendizaje de formas de organización autogestiva, con participación de las bases sociales.

Las respuestas revelan que los CBE fueron una experiencia profundamente significativa, tanto en el plano personal como organizativo. Constituyeron una forma novedosa de respuesta popular frente a la emergencia, que dejó marcas, aprendizajes y estructuras aún activas.

Ofrecieron una respuesta colectiva frente a la incertidumbre, el aislamiento y la desprotección estatal. La solidaridad barrial, la escucha, la entrega de alimentos y el acompañamiento emocional fueron centrales. La experiencia permitió ver el barrio desde otra perspectiva y generó lazos que hoy perduran.

“Nos acercábamos a llevar no solo comida, sino aliento”.

“Fue acercar a familias alimentos de todo tipo, escucharlos y nos dio fuerza”.

Es decir, aunque se enfrentaron obstáculos, la valoración general es altamente positiva. Por eso, la mayoría de las personas que respondieron a nuestra consulta expresan el deseo e incluso la necesidad de recrear esas formas organizativas en el contexto actual, para poder vivir con dignidad y conectarse con proyectos de vida significativos.

Mar del Plata, 7 de julio de 2025

[1] Cf. Ferrari M., Lucero P., Ares S. y Mikkelsen C. (2022) “Los Comités Barriales de Emergencia. Una experiencia de acción colectiva”. En: https://observatoriopolitico.com.ar/los-comites-barriales-de-emergencia-una-experiencia-de-accion-colectiva/. Agüero, J. y Martínez, S. (2022) “Procesos de construcción de poder popular. La experiencia de los comités barriales de Emergencia en el Municipio de General Pueyrredon (Buenos Aires, Argentina”. En Ferrari, M. (dir.), Tiempos de pandemia en la ciudad feliz. Mar del Plata y el partido de General Pueyrredon (2020-2021). Rosario, Prohistoria, pp. 73-92. Muñoz, M. A. (comp.) (2025), Covid-19 y barrios populares. Problemas sociales y soluciones políticas en el partido de General Pueyrredon. Mar del Plata, EUDEM.

[2] Cf. “Comienza la implementación del plan ciuDARnos en Mar del Plata y Batán”. Mar del Plata, 1/7/2020. https://www.mardelplata.gob.ar/Contenido/comienza-la-implementaci%C3%B3n-del-plan-ciudarnos-en -mar-del-plata-y-bat%C3%A1n.

[3] Agüero y Martínez, op. cit.

[4] El COVID 19 afectó a numerosos integrantes de los CBE, los comedores y los merenderos, los promotores de salud, que hasta derivó en su deceso.

Informe sobre proyectos de reforma electoral en la Provincia de Buenos Aires

Convocados por la Comisión de REFORMA POLÍTICA Y DEL ESTADO de la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires elaboramos un breve informe, a modo de opinión, en torno a los proyectos que las principales fuerzas políticas presentaron para solicitar la reforma del RÉGIMEN DE ELECCIONES PRIMARIAS, ABIERTAS, OBLIGATORIAS Y SIMULTÁNEAS PARA LA SELECCIÓN DE CANDIDATOS A CARGOS PÚBLICOS ELECTIVOS»- LEY N° 14086

Pueden descargar aquí el informe completo

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

Mar del Plata y las localidades, mirando el otro territorio de General Pueyrredón

Dra. Sofía Ares

Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales (CONICET-UNMdP)

Grupo de Estudios sobre Población y Territorio (FHUM, UNMdP)

Presentación

Desde los primeros tiempos de su historia, Mar del Plata es protagonista del acontecer local y regional. Reconocemos que no le faltaron méritos en estos 150 años en los que pasó de ser un saladero y puerto a la ciudad diversa del presente, es decir, a convertirse en el “sueño de los argentinos” (Pastoriza y Torre, 2021).  Ahora, sin embargo, cambiaremos la mirada, iluminando al resto del partido, allí donde las localidades articulan un entramado que se desarrolla entre lo rural y lo urbano.

Hablar de las localidades nos lleva en primer término a responder una pregunta en apariencia simple: ¿qué es una localidad? Las localidades tienen dimensiones físicas y demográficas, según aclara el Diccionario de la Lengua Española (Real Academia Española). Pierre George (2004) indica que es un “lugar designado mediante un topónimo correspondiente a una población o hábitat. A menudo es sinónimo de pueblo” (s/p). López Trigal (2015), por su parte, le agrega la noción de identidad. En consecuencia, las localidades integran soporte material, población, historia, relaciones sociales y de poder, sentimientos de arraigo, constituyendo territorios que pueden ser atractivos o que, por el contrario, no cuentan con elementos para retener o atraer a la población y se encuentran en franco declive.

En el Partido de General Pueyrredon (667082 habitantes, INDEC, 2022), el origen de las localidades es variado. En algunas fue el trazado del ferrocarril (Estación Camet y Chapadmalal), en otras la subdivisión por herencia de las grandes propiedades (Pueblo de Peralta Ramos) o situaciones de crisis económica que incidieron en las decisiones de lotear al menos parte de algunas grandes estancias (Chapadmalal, El Boquerón, El Casal). Más acá en el tiempo, a mediados del siglo XX los ideales de la ciudad-jardín estuvieron presentes en el diseño de barrios que hoy conforman Sierra de los Padres-La Peregrina (Sierra de los Padres o Colinas Verdes).  Como características que unen a los pueblos de General Pueyrredon debemos destacar que emergieron al compás de las necesidades de cada tiempo, cercanos a las vías de comunicación, pero siempre fuera de Mar del Plata (Figura 1).

Con escasa población y con funciones específicas centradas en los servicios para el sector agroproductivo o para las actividades ocio-turísticas, los pueblos permanecieron eclipsados por Mar del Plata hasta las últimas décadas del siglo XX, cuando se intensifica su crecimiento.

Figura 1. Localidades por década de fundación y extensión del continuo urbano de Mar del Plata (1912-2020)

Las localidades: crecimiento, cambios y continuidades

El conjunto de localidades de General Pueyrredon no es estable, sino que se fue modificando, acompañando transiciones socioeconómicos y culturales. De tal suerte que el grupo de localidades identificado por Mantobani (2004) o Sagua (2004) devino en un elenco más reducido, ajustado aplicando técnicas como la observación directa, el contraste con fuentes censales e imágenes satelitales (Figura 2).

Figura 2. Localidades de General Pueyrredon con menos de 20.000 habitantes.

Fuente: Elaboración personal en base a datos del INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 1991, 2001, 2010 y 2022, procesados con REDATAM+SP

El crecimiento demográfico y la expansión territorial de las localidades pequeñas, como también de Mar del Plata, llevaron a la reducción en el número de aglomeraciones, como esquematizamos en la Figura 3.  El proceso de aglomeración en Mar del Plata, reconoce hasta 1991 una etapa donde se van integrando al ejido urbano unidades espaciales que hasta entonces INDEC identicaba como localidades (por ejemplo Punta Mogotes, La Florida, Barrio Belgrano, Félix U. Camet, entre otras). Es decir, áreas que no eran aglomeraciones fundadas como tales pero que estadísticamente eran identificadas de ese modo. En un segundo momento, luego de 2001, Estación Camet, y sus barrios, queda integrada entre sí y con Mar del Plata. Hacia 2010 se reúnen las unidades espaciales de la Autovía 226 y continúan reduciéndose las distancias relativas entre Mar del Plata y Batán.

Luego de 2022, finalmente, observamos que está en marcha el proceso de extensión de las localidades en la ruta 11, con distintas características entre el norte y el sur. Así, hay procesos que trascienden la jurisdicción del partido, hacia el norte con Mar Chiquita y hacia el sur con General Alvarado. Hacia la zona meridional se sumaron dos emprendimiento privados (Olas Chapadmalal y La Paloma) en los últimos dos años, que empujarán hacia el sur los límites de Mar del Plata y hacia el norte los de Chapadmalal.

Sobre la Autovía 226, la ampliación territorial de Mar del Plata se hace cada vez más notoria, influenciada por la construcción de un barrio privado (Developer Aqua) en proximidad del barrio La Herradura. Otros emprendimientos, ligados con el sector primario y la logística también contribuyen a la densificación, mostrando casi un continuo hasta Santa Paula. Sierra de los Padres-La Peregrina, por la intensidad de su poblamiento aglomeró a varias unidades espaciales (El Coyunco, La Gloria de la Peregrina, Sierra de los Padres, Colinas de los Padres, Colinas Verdes) conformando una localidad que concentra una variedad de actividades económicas, tanto las propias de sector primario como las residenciales, de servicios gastronómicos y turísticos.

En lo que refiere al área de la Autovía 2, la prolongación territorial es antigua pero persistente en el tiempo. En cambio, El Casal, en el límite con Mar Chiquita, está ajeno al crecimiento intenso, conservando una impronta ligada con las ruralidades tradicionales.  Por último, en la ruta 88 casi desaparecieron las distancias que separaban la ciudad de Mar del Plata y Batán, pero perduran relativamente aisladas Estación Chapadmalal y El Boquerón.

Figura 3. Dinámica de las localidades del PGP. 1991-2024.

Fuente: Elaboración personal

El cambio poblacional en los pueblos de General Pueyrredon es muy acelerado y constante (Figura 4), con los cual en el partido no desaparecen localidades por despoblamiento sino por extensión territorial, adquiriendo cada vez mayor dinamismo, complejidad y densidad.

En todos los casos, en un distrito con bajos niveles de crecimiento natural, la velocidad del cambio demográfico en las aglomeraciones está asociada con la movilidad territorial de la población. Por una parte, con las movilidades generadas desde el rural disperso que no deja de perder pobladores. Por otra, con las movilidades originadas en centros urbanos, sea Mar del Plata u otros que incluyen personas arribadas desde distintos lugares del país o incluso del extranjero. En este sentido hemos reconocido que la elección de residir en los pueblos está relacionada con la búsqueda de ambientes de mayor naturalidad -antagónicos a la artificialidad de las ciudades-, tranquilidad y seguridad (Mikkelsen, 2007; Ares y Mikkelsen, 2010; Ares, Mikkelsen y Carballo, 2020). Debemos indicar que más allá de la romantización de los territorios de ruralidad los procesos especulativos con el suelo urbano muchas veces obligan a los sujetos a residir en áreas impensadas, transformando la búsqueda residencial en un cambio de vida (Ares et al, 2020).

El atractivo paisajístico del área costera y serrana, el plan PRO.CRE.AR, así como el diferencial en los valores inmobiliarios permitieron, luego de 2010, sostener los escenarios con aceleradas transformaciones demográficas. Después de 2020 debemos tener presente el rol que jugó la pandemia por SARS-CoV-2 renovando las necesidades y demandas de algunos sectores sociales -espacio, verde, distancias, tranquilidad, turismo de proximidad, deportes al aire libre-.

Figura 4. Tasas de crecimiento intercensales (1991-2022)

Mar del Plata, en fin, no ha estado sola en estos 150 años y entre ella y las localidades se ha tejido una trama de poblados fortalecida por la consolidación demográfica, los intercambios sociales y económicos. La extensión territorial de Mar del Plata, así como la evolución demográfica de las localidades acarrean cambios. Uno de ellos es la movilidad diaria cada vez más intensa, con la ciudad cabecera como punto focal de muchos desplazamientos. Otro, lo constituyen las demandas de los habitantes de las localidades, principalmente en relación con los servicios públicos esenciales (educación, salud, redes de electricidad, gas, saneamiento, transporte). Así, los pueblos muestran, en el cotidiano, que cuentan con entramados sociales más o menos densos desde los que se gestionan demandas, a veces configuradas como movimientos socioterritoriales, en pos de lograr mayor bienestar social y reducir las injusticias.

 

Referencias bibliográficas

Ares, S. y Mikkelsen, C. (2010) Dime dónde vives y sabré por qué llegaste. Movilidad territorial y poblamiento de localidades pequeñas del partido de General Pueyrredon. Investigaciones geográficas, (72), 101-119. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-46112010000200008&lng=es&tlng=es

Ares, S; Mikkelsen, C; Carballo, C. (2020). Los buscadores. Narraciones territoriales de nuevos géneros de vida rural en el partido de General Pueyrredon, provincia de Buenos Aires. Revista de Ciencias Sociales, Segunda Época. 11(38), 137-155. Recuperado de http://ridaa.unq.edu.ar/handle/20.500.11807/3573

George, P. (Director) (2004). Diccionario Akal de Geografía. Madrid-España: Akal

INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010 y 2022. Base de datos REDATAM+.

INDEC. Censos Nacionales de Población, 1991 y 2001. Base de Usuarios. REDATAM +

López Trigal, L. (Director) (2015). Diccionario de Geografía Aplicada y Profesional. León-España: Universidad de León. Recuperado de https://www.uv.es/~javier/index_archivos/Diccionario_Geografia%20Aplicada.pdf

Mantobani, J. M. (2004) Territorio, población y localidad: pasos hacia el Desarrollo Local del Partido de General Pueyrredon. En: Velázquez, G., Lucero, P. Y Mantobani, J. M. (Autores y Editores). Nuestra Geografía Local. Población, urbanización y transformaciones socio-territoriales en el Partido de General Pueyrredon, Argentina, 1975-2000. (pp. 77-128). Mar del Plata: GESPyT, FH, UNMdP.

Mikkelsen, C. (2007). No me banco las hormigas, yo me voy de la ciudad. Los cambios de residencia en el Partido de General Pueyrredon. En Sánchez, L. (Editora) Observar y escuchar. (pp. 45-75). Mar del Plata: EUDEM.

Pastoriza, E. y Torre, J.C. (2021). Mar del Plata, un sueño de los argentinos. Buenos Aires: Edhasa. Libro digital, EPUB

Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española. Recuperado de https://dle.rae.es/

Sagua, M. (2004) Dinámica sociodemográfica y ambiente al interior del Partido de General Pueyrredon. En: Velázquez, G; Lucero, P y Mantobani, J. M (Autores y Editores). Nuestra Geografía Local. Población, urbanización y transformaciones socio-territoriales en el Partido de General Pueyrredon, Argentina, 1975-2000. (pp. 129-165) Mar del Plata: GESPyT, FH, UNMdP.

 

La presencia de los italianos en Mar del Plata: desde su fundación hasta la actualidad

Dra. en Historia Bettina Favero

INHUS- CEHis- CONICET- UNMdP

 

Mar del Plata fue fundada en el año 1874, surgió como un pequeño núcleo de población que se ocupaba de las tareas rurales de muy baja especialización, pero con el paso de los años fue creciendo y complejizándose hasta alcanzar un desarrollo importante. La llegada de inmigrantes desde sus primeros años provocó un aumento de la población con un crecimiento anual medio de 6,34% para 1895 y de 3,51% para 1914, siendo en ese mismo año, el 47% de la población de origen extranjero.

 

Cuadro 1. Composición de la población  nativa y extranjera del Partido de General Pueyrredon (1881 – 1914)

Origen 1881 1890 1895 1914
España 421 1.402 1.211 7.654
Italia 246 1.203 1.288 5.929
Francia 182 621 407 566
Suiza (2) 15 62 68 51
Otros (3) 130 286 246 1.295
Nativos 3.036 5.065 4.955 17.445
Total extranjeros 994 3.574 3.220 15.495
Totales generales 4.030 8.639 8.175 32.940

Fuente: elaboración de la autora sobre la base de Censos Nacionales y Provinciales

(1) En 1881, el Partido de General Pueyrredon comprendía al Partido de General Alvarado.

(2) En su gran mayoría eran originarios de provincias del norte de Italia.

(3) Incluye los siguientes grupos: alemanes, austriacos, ingleses, otros europeos, americanos, uruguayos y otros

 

Las actividades económicas que se desarrollaban en la ciudad se concentraban en el sector secundario (artesanos y obreros calificados) y terciario (comerciantes y proveedores de servicios). Durante esta época, y en estrecha relación con el auge del turismo en la ciudad, crecieron los sectores relacionados con la hotelería, la gastronomía y la construcción donde los italianos ocupaban un alto porcentaje. El sector de los servicios y el de los artesanos e industriales se fue desarrollando con el paso del tiempo debido, por un lado, a la construcción de las mansiones de los veraneantes y de las casas de los habitantes de la ciudad, y por otro, al crecimiento del comercio y de los oficios que se sustentaba con el acrecentamiento del consumo de una población en aumento constante. El Registro de Extranjeros de la ciudad de Mar del Plata del año 1934 indica que sobre un total de 281 personas asentadas, 130 eran italianos, es decir un 46,2% sobre el total. Entre ellos, el 60% se dedicaba al comercio, el 15,4% era propietario de vivienda y el 13% se vinculaba a la construcción. Asimismo, con la llegada y el establecimiento de estos inmigrantes surgieron las primeras asociaciones étnicas. En el año 1884 se fundó la Asociación de Socorros Mutuos “Giuseppe Garibaldi”, desmembrándose en 1899 en la “Asociación XX de Septiembre”. Ambas instituciones se unieron nuevamente en 1960 dando origen a la actual “Asociación G. Garibaldi y XX de Septiembre Unidas”. Dichas instituciones, llamadas de socorros mutuos, surgieron ante la ausencia de servicios de salud pública y de obras sociales y tenían una función asistencial y cultural.

Hacia fines de los años cuarenta y principios de los cincuenta en el siglo XX asistimos a una de las etapas de transformación más significativas de Mar del Plata que ya se presentaba como una de las ciudades del interior con mayor expansión, dando una imagen de movimiento y de cambio permanente que resultaba sumamente atractiva para el establecimiento de nuevos pobladores. Así, durante más de una década, entre 1947 y 1960, la ciudad recibió un importante caudal de migrantes provenientes de Europa y de los partidos bonaerenses vecinos. Según los Censos Nacionales, Mar del Plata contaba en 1947 con 123.000 habitantes entre los cuales el 21% eran extranjeros mientras que en 1960 la población extranjera alcanzaba el 18% sobre el total. En este contexto de expansión demográfica y económica, se instalaron inmigrantes italianos que no sólo incrementaron la población de la ciudad sino que también se insertaron en ella de distintas formas dinamizando la vida y la trama social urbana marplatense, favoreciendo la ampliación de la sociedad y la diversificación de las actividades económicas y culturales. Así, surgieron dos instituciones claves en el desarrollo del asociacionismo en Mar del Plata. En el año 1954 nació la Asociación Italiana “Las Tres Venecias” (primera de origen regional) y en 1955 la Asociación Italiana del Puerto “Casa d’Italia”. Ambas, fueron conformadas por inmigrantes ya establecidos en la ciudad, que permitieron la incorporación de los recién llegados. Asimismo, muchos de estos nuevos inmigrantes, sobre todo los más jóvenes, además de concurrir a las instituciones anteriormente mencionadas, se reunían en el Centro Italiano Marplatense (CIM). En las décadas de 1970 y de 1980 se crearon la mayoría de las instituciones regionales que hoy encontramos en nuestra ciudad.

Cuadro 2. Instituciones italianas radicadas en la ciudad de Mar del Plata

Institución Año de fundación
Società di Mutuo Soccorso G. Garibaldi 1884
Società di Mutuo Soccorso XX di Settembre 1899
Associazione G. Garibaldi y XX di Settembre Unite 1969 (fusión)
Associazione Ex Combattenti 1923
Circolo Italiano 1927
Soc. Italiana “Le Tre Venezie” 1954
Asoc. Italiana del Puerto “Casa d’Italia” 1955
Centro Italiano Marplatense 1956
Associazione Dante Alighieri 1969
Fogolar Furlan 1972
Collettività Mafaldese e Molisana 1973
Associazione Regionale Marchigiana 1976
Centro Abruzzese Marplatense 1977
Circolo Calabrese Marplatense 1977
Famiglia Piemontese 1982
Circolo Giuliani nel Mondo 1985
Associazione Regionale Campana 1986
Unione Regionale Siciliana 1986
Associazione Emilia Romagna 1987
Circolo Sardi Uniti “Grazia Deledda” 1987
Circolo Trentino di Mar del Plata 1987
Centro Pugliese Marplatense 1988
Associazione Regionale Lucana 1988
Famiglia Toscana 1988
Unione Regionale del Molise 1989
Istituto Istorico Italiano 1989
Associazione Siciliana Marplatense 1990
Unione Regionale Sarda 1990
Centro Laziale Marplatense 1991
Unione Regionale Lombarda 1991
Centro Ligure Marplatense 1992

Fuente: Associazioni italiane della circoscrizione consolare di Mar del Plata con sede a Mar del Plata, Consolato d’Italia, 2004.

A lo largo de un siglo (1860 – 1970), Argentina recibió cerca de 3.000.000 de italianos entre los cuales 2.000.000 ingresaron en la etapa masiva, 670.000 entre las dos guerras y 500.000 en el primer decenio de la segunda posguerra. Tal como señalan los censos nacionales, para todo un siglo (1869-1970) en ningún momento los italianos fueron inferiores numéricamente respecto a otros grupos migratorios.

 

Cuadro 3. Población del Partido de General Pueyrredon según Censos Nacionales

Año Población total Extranjeros % extranjeros sobre población Italianos % italianos sobre población
1895 8.175 3.220 40% 1.288 15,7%
1914 32.940 15.495 47% 5.931 18%
1947 114.729 26.070 21% 10.450 9,1%
1960 224.824 40.270 18% S/d S/d

Fuente: elaboración de la autora sobre la base de los Censos Nacionales de 1895, 1914, 1947 y 1960.

La llegada de italianos e italianas a la ciudad siguió las etapas migratorias a nivel nacional. Durante la llamada etapa masiva, entre fines del siglo XIX y hasta 1910 aproximadamente, el origen regional de los migrantes italianos era preponderantemente del norte, sobresaliendo las regiones de la Lombardia, el Piemonte y el Veneto. En el período de entreguerras, este predominio septentrional fue reemplazado por el centro y el sur, específicamente por las regiones de Le Marche, Abruzzo y Molise y de la Campania, Puglia, Calabria y Sicilia. Por último, en la etapa de posguerra, el predominio fue absolutamente meridional.

 

Cuadro 4. Origen regional de los/as inmigrantes italianos/as

Etapas Regiones

Etapa Masiva

(1880-1914)

Lombardia, Piemonte y Veneto

Etapa de Entreguerras

(1920 – 1930)

Le Marche, Abruzzo, Molise, Campania, Puglia, Calabria y Sicilia

Etapa de Posguerra

(1947 – 1960)

Campania, Sicilia, Calabria, Molise y Abruzzo

 Fuente: elaboración de la autora.

 

Mapa 1. Regiones de Italia

Luego de los años 1960, Argentina no ofrecía las mismas posibilidades de trabajo que en las décadas anteriores, a lo que se sumaba el rápido proceso de reconstrucción de la posguerra que mejoró, en poco tiempo, la situación económica de gran parte de Europa. Debido a ello, el ingreso de italianos cayó considerablemente y, de esta manera, fueron perdiendo peso al confrontarlos con la población total de nuestro país, pasando de 4,9% en 1947 al 1,7% en 1980 (específicamente 786.000 a 489.000 personas), con una tendencia lógica a disminuir debido al progresivo envejecimiento y a la falta de nuevos aportes migratorios. Mar del Plata siguió esta misma tendencia. En el último censo nacional, de 2022 la ciudad registró un 3,10% de población extranjera de la cual el grupo de los italianos ocupa aún el primer lugar dentro de la población nacida en Europa.

A modo de cierre se puede afirmar que la inmigración italiana estuvo siempre presente en los 150 años de Mar del Plata. Esta presencia se puede percibir aún hoy en los apellidos de sus descendientes, en la arquitectura, en la música, en las artes plásticas, en las tradiciones gastronómicas y religiosas, en la toponimia, en las festividades y en actividades económicas como la pesca, la construcción, la hotelería y gastronomía o la industria textil tan características de la ciudad.

 

Foto 1. Tejiendo redes en la banquina. Puerto Mar del Plata (1948)

Foto 2. Familia italiana llegada a la ciudad en los años 1950. Plaza Colón, Mar del Plata (1960)

Foto 3. Fábrica de tejidos familiar. (Mar del Plata, años 1960)

Foto 4. Familia Favero – Parin procedente del Veneto a principios del siglo XX. (Mar del Plata, 1906)

Foto 5. Pasaporte de Felicia Manzo con sus hijos procedente de Duronia, Molise (1952)

Sostenibilidad urbana y valoración de los espacios verdes a los 150 años de Mar del Plata

Dra. Laura Zulaica y Dra. Clara Karis

CONICET / Instituto del Hábitat y del Ambiente, Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, Universidad Nacional de Mar del Plata.

laurazulaica@conicet.gov.ar

 

 

A nivel mundial, el proceso de urbanización alcanza una velocidad sin precedentes. En consecuencia, los países de todo el mundo han definido diversos esquemas para mitigar los efectos del proceso y mejorar la sostenibilidad de la urbanización (Zhou et al., 2015), que en América Latina y el Caribe parece difícil de ser alcanzada.

Esta región se caracteriza por rápidos cambios demográficos en los últimos 70 años que han tendido hacia la urbanización donde hoy en día más del 80% de la población vive en ciudades (Busso et al., 2023). De acuerdo con la misma fuente, en esta monumental transición, la región ha creado una variedad compleja y dinámica de ciudades que difieren considerablemente en tamaño y carácter.

Mas allá de esta diversidad, no hay dudas de que las ciudades de América Latina y el Caribe son las más desiguales del mundo (ONU-Hábitat, 2012) y muchas políticas tendientes a reducirlas se han ralentizado desde 2015 (CEPAL, 2016). Asimismo, los problemas ambientales surgen o se intensifican como consecuencia de los procesos de urbanización que generalmente carecen de políticas de gestión para prevenir, mitigar o corregir sus efectos cuyas consecuencias son muy dispares. Muchas de estas problemáticas se manifiestan en Mar del Plata y en ocasiones se han intensificado con el correr del tiempo.

Recuperar “la naturaleza” en las ciudades y los servicios que brinda, se asume como un desafío clave para reducir impactos ambientales negativos, proporcionar acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles, y apoyar los vínculos económicos, sociales y ambientales positivos entre las zonas urbanas, periurbanas y rurales fortaleciendo la planificación del desarrollo (Karis et al., 2024). Así, los espacios verdes permiten abordar múltiples problemáticas simultáneamente para proteger, restaurar y/o gestionar los ecosistemas aumentando su resiliencia y contribuyendo al bienestar humano.

En ese escenario, conmemorando los 150 años de la ciudad de Mar del Plata, nos preguntamos ¿qué es la sostenibilidad urbana? ¿cuál es el rol de los espacios verdes? En primer lugar, nos proponemos brindar algunas conceptualizaciones importantes en el contexto actual. Luego, intentaremos destacar el rol que poseen los espacios verdes para alcanzar metas de sostenibilidad urbana y finalmente, indagaremos en la situación de los espacios verdes de Mar del Plata y en la valoración otorgada por los marplatenses.

 

La sostenibilidad urbana

Rees (2001) afirma que la sostenibilidad de las ciudades no se reduce sólo al ámbito urbano, sino que está ligada a la integridad de las áreas externas que dependen directa o indirectamente de ellas. Asimismo, la urbanización además de afectar el ambiente local incide en su entorno mediante la explotación de los recursos naturales como motor de la economía urbana (Michael et al., 2014), generando y acentuando procesos de vulnerabilidad socioambiental.

Las conceptualizaciones acerca de la sostenibilidad urbana no están exentas de debate, aunque existe cierto consenso acerca de las dimensiones que debe contener el desarrollo urbano sostenible: ecológica; económica; socio-cultural y política (Fernández et al., 1999; Guimarães, 2003; Mori y Christodoulou, 2012).

Asumiendo esta perspectiva multidimensional del concepto, organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo en el marco de la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles (BID, 2014) definen a la “ciudad sostenible” como aquella que ofrece alta calidad de vida a sus habitantes, minimiza sus impactos al medio natural y cuenta con un gobierno local con capacidad fiscal y administrativa para mantener su crecimiento económico y para llevar a cabo sus funciones urbanas, con participación ciudadana.

Más recientemente, entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) definidos en la Cumbre para el Desarrollo Sostenible celebrada en 2015 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el ODS 11 propone lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. En dicha Cumbre se aprobó la Agenda 2030 tendiente a disminuir la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia y hacer frente al cambio climático.

En esa misma línea, en 2016 se aprobó la Nueva Agenda Urbana adoptada en Hábitat III celebrada en Quito que funciona como un acelerador de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el ODS 11, con el fin de proporcionar un marco integral para guiar y dar seguimiento a la urbanización en todo el mundo.

 

Los espacios verdes en las metas de los ODS

En relación con el ODS 11, el Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2023 afirma que, en 2022, apenas la mitad de la población urbana mundial tenía acceso al transporte público. Por su parte, el crecimiento urbano descontrolado, la contaminación atmosférica y la escasez de espacios públicos abiertos persisten en las ciudades. Asimismo, sostiene que para alcanzar las metas previstas para el ODS 11, los esfuerzos deben centrarse en aplicar políticas y prácticas de desarrollo urbano inclusivo, resiliente y sostenible que den prioridad al acceso a los servicios básicos, a la vivienda a precios asequibles, al transporte eficiente y a los espacios verdes.

Los espacios verdes conforman un eje central en las metas de sostenibilidad urbana. De hecho, la meta 11.7 de la Agenda 2030 propone, entre otras cuestiones, proporcionar acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles. Estos espacios no sólo se valoran por su contribución al bienestar humano sino también por sus funciones de mitigación de los efectos del cambio climático.

En las ciudades actuales, los espacios verdes públicos adquieren un rol central en la calidad de vida de sus habitantes. Por lo tanto, debieran incluirse en las políticas públicas en materia de planificación de la Infraestructura Verde para garantizar un acceso equitativo potenciando el bienestar que brindan a la sociedad. En ese sentido, la Infraestructura Verde, concepto superador al de espacios verdes, puede definirse como el conjunto de las redes naturales, seminaturales y artificiales de múltiples sistemas ecológicos multifuncionales, alrededor y entre áreas urbanas, en todas las escalas espaciales (Tzoulas et al., 2007). El hecho de considerar dichas redes como un tipo de infraestructura implica cambiar la percepción acerca de los espacios verdes a partir de considerar los beneficios que brinda para mantener la calidad de vida de la población.

 

Los espacios verdes en Mar Plata

En función de lo anterior, consideramos preguntarnos ¿cómo es la situación de los espacios verdes de Mar del Plata? ¿persisten diferencias en el acceso en distintos barrios de la ciudad? ¿cuáles son los valores que los marplatenses otorgan a los espacios verdes? Para intentar responder a estar preguntas, partimos de trabajos recientes (Karis y Zulaica, 2024; Karis et al., 2024), que brindan algunas pistas para profundizar en el conocimiento de este tema.

La ciudad de Mar del Plata no cuenta con una estrategia específica para su Infraestructura Verde, pero existen algunos antecedentes en la planificación y gestión de sus componentes a partir de la década de 1930, cuando las intervenciones sobre el territorio y la ciudad comenzaron a ser progresivamente orientadas, dentro de los ámbitos administrativos, por la actividad de profesionales del urbanismo (Bruno, 2002).

En estudios actuales (Karis et al., 2024) se señala que los espacios verdes de Mar del Plata pueden ser clasificados de acuerdo con su tamaño. Los de mayor superficie son el Parque Camet, el Parque Municipal de Deportes también conocido como “Polideportivo Municipal” y las Lagunas de Punta Mogotes. Luego, existen plazas y parques de menor extensión que pueden subdividirse en dos grupos. Por un lado, las plazas y parques de mayor tamaño (entre 3,5 y 10 ha) que, en general, ocupan la superficie de cuatro manzanas y se localizan en el área urbana central. En este grupo se encuentran las plazas fundacionales de Mar del Plata: España, Colón, San Martín, Mitre, Peralta Ramos, Rocha y Pueyrredón. Por otro lado, existen plazas barriales de extensión menor a 3,5 ha, que suelen ocupar la superficie de una manzana.

Al analizar la superficie de los espacios verdes en relación a la cantidad de habitantes, se advierte que, el área urbana no alcanza el mínimo de 9 o 10 m2 por habitante recomendados por gran parte de las iniciativas y sistemas de indicadores urbanos, mientras que el periurbano y la zona de interfaz urbano-rural costera, con bajas densidades de ocupación, lo supera ampliamente. En relación con la accesibilidad, el 21,26 % de la población vive a menos de 750 m de un parque o plaza de entre 3,5 y 10 ha y el 51,96% a menos de 300 m de una plaza barrial de entre 0,1 y 3,5 ha. En cambio, la cobertura que ofrecen los parques grandes y las áreas de reserva natural (la Reserva Natural Laguna de los Padres, la Reserva Natural del Puerto de Mar del Plata y la Reserva Turística y Forestal Costanera Sud) alcanza un 83,22% de la población, considerando la cantidad de habitantes viviendo a menos de 4.000 m de uno de estos espacios. Finalmente, se advierte que sólo 7,9% de la población del área tiene cobertura simultánea de los tres tipos de espacios verdes analizados (Karis et al., 2024).

De esta manera, la disponibilidad y características de los espacios verdes es diferente en el área urbana central, en el área urbana asociada al crecimiento en forma anular y en los espacios periurbanos y de interfaz urbano rural (Figura 1). En este sentido, en el área urbana central la población habita en proximidad a espacios verdes públicos de diferente tamaño y con alta diversidad de mobiliario y equipamiento (deportivo, juegos para niños, etc.). A su vez, son espacios con facilidades de acceso y estado de mantenimiento adecuados.

 



Figura 1. Ubicación y delimitación del área analizada
Fuente: Karis y Zulaica (2024).

 

Bordeando el área central, se extiende un anillo en el que los espacios verdes son de menor extensión y con menor diversidad en términos de mobiliario y equipamiento. En comparación con el área urbana central, estos espacios registran algunas deficiencias en las condiciones de accesibilidad y mantenimiento.

Finalmente, los espacios verdes públicos en el periurbano y en las áreas de interfaz urbano- rural presentan condiciones más críticas de accesibilidad y mantenimiento. Sin embargo, son relativamente heterogéneas en términos de diversidad de mobiliario y equipamiento.

A su vez, al interior de cada área pueden definirse unidades con características diferentes que han sido conceptualizadas como unidades de paisaje (Figura 2). La recolección de datos considerando estas unidades permite obtener una mirada amplia de los valores que los marplatenses otorgan a los espacios. La Figura 2 muestra la localización de los espacios verdes públicos existentes en el área analizada sobre la base de las unidades de paisaje definidas, distinguiendo en color verde aquellos que fueron relevados a través de encuestas (Karis y Zulaica, 2024).

 



Figura 2. Localización de los espacios verdes públicos relevados a través de una encuesta sobre las unidades de paisaje.
Fuente: Karis y Zulaica (2024).

 

En primer lugar, a fin de dar cuenta de la valoración de los espacios verdes se indaga acerca de las actividades más frecuentes que realizan quienes respondieron. Al comparar las respuestas obtenidas en las tres zonas del área analizada, se registran variaciones. En el área urbana central, la actividad predominante fue descansar y realizar actividades de relax (26%). Por otro lado, la respuesta más frecuente en las otras dos zonas fue acompañar a niños (47%).

Respecto de los valores otorgados respecto de las sensaciones experimentadas (Figura 3), se observa que, en los tres sectores del área analizada, la sensación más frecuente es la tranquilidad. Sin embargo, existen algunas diferencias en la importancia que adquieren otras respuestas en las tres localizaciones. Entre ellas, las ideas asociadas a las costumbres y los recuerdos son relativamente más frecuentes en el área urbana central. Por otro lado, las sensaciones negativas asociadas a la inseguridad y a la falta de mantenimiento de los espacios son más relevantes en el anillo urbano. En tanto, la conexión con la naturaleza alcanza mayor relevancia en el periurbano y sector de interfaz urbano rural costero.

 



Figura 3. Sensaciones experimentadas en los en espacios verdes públicos.
Fuente: Karis y Zulaica (2024).

 

Finalmente, analizar las principales características del espacio verde que motivaron la visita, permite dar cuenta del valor que se le otorga. En función de ello, se observa que la mayoría de las personas en las áreas periurbanas y en la zona costera identificó como características más importantes el arbolado y la vegetación. 

 

Comentarios de cierre

Los espacios verdes públicos, entendidos como componentes de la Infraestructura Verde adquieren un rol central en las metas hacia los ODS. En un contexto de urbanización creciente, estos espacios presentan un rol clave para el bienestar de población y en sostenibilidad de las ciudades. En Mar del Plata, sus valores son reconocidos, mostrando diferencias en las distintas zonas. En términos generales, las actividades más valoradas se vinculan con interacciones físicas y vivenciales con el entorno (recreación, encuentro, interacción social y contemplación de la naturaleza).

La concurrencia habitual se relaciona con la tranquilidad del sitio, el arbolado, la vegetación y la cercanía a su lugar de residencia o trabajo. En concordancia con ello, las sensaciones más frecuentes son la tranquilidad, la conexión con la naturaleza y el bienestar general que derivan de las interacciones con el entorno natural. Se destacan además, valores asociados con la conexión con otras personas, las costumbres y los recuerdos que dan cuenta del sentido de identidad y pertenencia.

Recuperar estos valores para planificar la ciudad y sus áreas verdes supone un reto para alcanzar objetivos de sostenibilidad urbana en los 150 años de nuestra ciudad.

 

Referencias

 BID (2014). Guía metodológica; Iniciativa Ciudades Emergentes y Sostenibles (segunda edición). Banco Interamericano de Desarrollo.

Bruno, P. (2002). Capítulo II: Ciudad-hombre-naturaleza: ideas y planes del urbanismo científico. En Construcción de paisajes. Transformaciones territoriales y planificación en la región marplatense. 1930-1965 (pp. 35-56). Mar del Plata: Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño. Universidad Nacional de Mar del Plata.

Busso, M.; Carrillo, P. E. & Chauvin, J. P. (2023). Repensar la migración urbana: opciones de políticas para las ciudades de América Latina y el Caribe. Banco Interamericano de Desarrollo.

CEPAL -Comisión Económica para América Latina y el Caribe- (2016). Horizontes 2030: La Igualdad en el Centro del Desarrollo Sostenible. Trigésimo sexto período de sesiones de la Cepal. Santiago de Chile: Naciones Unidas.

Fernández, R., Allen, A., Burmester, M., Malvares Míguez, M., Navarro, L., Olszewski, A. & Sagua, M. (1999) Territorio, Sociedad y Desarrollo Sustentable. Estudios de Sustentabilidad Ambiental Urbana. Buenos Aires, Espacio Editorial – Centro de Investigaciones Ambientales, FAUD, UNMdP.

Guimarães, R. (2003). Tierra de sombras: desafíos de la sustentabilidad y del desarrollo territorial y local ante la globalización corporativa, Nº 67. Santiago de Chile: CEPAL, Serie Medio Ambiente, División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos.

Karis, C. & Zulaica, M. (2024). Los espacios verdes como determinantes de la calidad de vida en áreas urbanas y periurbanas: análisis de usos y preferencias en una ciudad intermedia argentina. Investigaciones Regionales – Journal of Regional Research, en prensa.

Karis, C., Mujica, C., Molpeceres, C. & Zulaica, L. (2024). Sostenibilidad urbana: diagnóstico de la Infraestructura Verde en Mar del Plata y su entorno. Mar del Plata: Mar del Plata Entre Todos.

Michael, F.L., Zainon Noor, Z. & Figueroa, M.J. (2014). Review of urban sustainability indicators assessment e Case study between Asian countries. Habitat International, 44, 491-500.

Mori, K. & Christodoulou, A. (2012). Review of sustainability indices and indicators: Towards a new City Sustainability Index (CSI). Environmental Impact Assessment Review, 32, 94-106.

ONU-Hábitat (2012). Estado de las ciudades de América Latina y el Caribe: Rumbo a una nueva transición urbana. Río de Janeiro: Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos.

Rees, W.E. (2001). The conundrum of urban sustainability. In: Devuyst D, Hens L, De Lannoy W, editors. How Green Is the City? Sustainability Assessment and the Management of Urban Environments (p. 37–42). New York: Columbia University Press.

Tzoulas, K., Korpela, K., Venn, S., Yli-pelkonen, V., Ka, A., Niemela, J. & James, P. (2007). Promoting ecosystem and human health in urban areas using Green Infrastructure: A literature review. Landscape and Urban Planning, 81(3), 167-178.

Zhou, J., Shen, L., Song, X. & Zhang, X. (2015). Selection and modeling sustainable urbanization indicators: A responsibility-based method. Ecological Indicators, 56, 87-95.

 

La Avenida Constitución en el 150° aniversario de Mar del Plata: su transformación espacial y funcional

Profesor en Geografía, Gianfranco Policastro

GEOT-CIGSA-FHum-UNMdP

gianfrancopolicastro@mdp.edu.ar 

La ciudad de Mar del Plata ha transitado distintas etapas desde su fundación en el año 1874 por Patricio Peralta Ramos hasta la actualidad. Lejos quedaron los tiempos de aquel complejo saladeril ubicado en la zona de Punta Iglesias, así como también los años de su posterior transformación en una villa balnearia frecuentada por la elite porteña que la dotó de un estilo arquitectónico que emulaba al de las ciudades francesas (Medina, 2009), lo que le valió el apodo de la “Biarritz Argentina” (Bouvet et al., 2005). Hacia 1940 comenzó a cobrar mayor relevancia el turismo de masas, el cual entraría en crisis durante el último cuarto de siglo XX (Cicalese, 1999) hasta llegar a la actualidad, donde la ciudad se ha reconvertido en un importante centro turístico con una oferta variada, accesible para los diferentes estratos sociales y que continúa ostentando el título de principal destino turístico del litoral argentino.

A la par de esta dinámica también se han hecho notar las transformaciones de distintos sectores de la ciudad, como por ejemplo la reubicación del primer puerto y de la terminal de ómnibus de larga distancia, el auge de los hoteles y servicios complementarios, las mejoras en las vías de comunicación, y la evolución por ejemplo de las calles Güemes, Alem, San Juan o la Avenida Constitución hasta convertirse en modernos polos gastronómicos y/o comerciales.

De todas ellas, la Avenida Constitución guarda una historia especial que trasciende hasta nuestros días. Apodada la “avenida del ruido”, convocaba a miles de jóvenes en los años sesenta y setenta del siglo XX quienes al caer el sol se movilizaban hacia allí para disfrutar de la noche marplatense en alguna de sus características boîtes”, nombre que se le daba a las confiterías bailables de la época. Actualmente, esta avenida se ha convertido en un centro neurálgico de la actividad comercial, gastronómica y de esparcimiento concurrida diariamente por miles de personas de diferentes rincones de la ciudad. En el marco del 150° aniversario de “La Feliz”, resulta interesante realizar un análisis geográfico e histórico sobre esta importante arteria de la ciudad, que tan poca trascendencia ha tenido en la bibliografía académica local hasta nuestros días para tratar de explicar y comprender su devenir actual.

Ubicada al norte de la ciudad, la Avenida Constitución les da la bienvenida a los turistas que arriban a la ciudad por la Ruta N°2, principal vía de comunicación con la Capital Federal. No obstante, el paisaje que la avenida ostentaba en la década de 1950, caracterizado por una calle pavimentada y angosta rodeada de frondosos árboles y algunas construcciones, ha sufrido una transformación considerable. Donde hoy encontramos restaurantes y comercios frecuentados por los residentes de la zona antes se encontraban “night clubs” o boîtes (Sebreli, 1970). Ye-Ye, Beduino’s, del 40, Notte, Canela, Zeus, Banana, El Castillo, Enterprisse, Xanadú, son sólo algunos de los nombres de estos clubes que resonaban entre 1970 y 1980 y que se extendían a lo largo de la avenida, desde la Ruta N°2 hasta la costa (Figura 1).

 

Figura 1: Localización de las boîtes de la Av. Constitución en 1974

Fuente: Fotos de Familia N°10.666, Diario La Capital.

 

El auge de esta avenida se dio en paralelo al cambio en las formas de diversión de los jóvenes de aquel entonces. Es menester aclarar que la forma de disfrutar la noche marplatense que hoy presenciamos en bares y boliches de la zona de Playa Grande o Alem es completamente diferente a la de antes. Varias décadas atrás, salir a bailar era sinónimo de asistir a los bailes con progenitores o hermanos quienes aguardaban apaciblemente en sillas a un costado de la pista, por lo que los acercamientos entre parejas eran cuanto menos difíciles e incómodos. Ya en 1970, surgieron las primeras boîtes, confiterías bailables en donde los jóvenes asistían sin la atenta mirada de sus padres, dando lugar a un nuevo escenario para la diversión. Ya fueran residentes o turistas, adolescentes o adultos, se congregaban al anochecer en estas “confiterías bailables” ubicadas casi en su totalidad sobre esta avenida, en las cuales hasta la década de 1980 era requisito acudir en parejas para poder ingresar. Todo esto le otorgaba una cualidad distintiva que convertía esta avenida en un exponente de la noche marplatense.

Pero este período de auge nocturno de la Avenida Constitución dio paso con el correr del tiempo a una crisis de la que le fue imposible recuperase. Poco a poco, y a causa de diversos motivos, estas confiterías fueron desapareciendo hasta que en la década pasada sólo quedaban tres remanentes: Sobremonte, Chocolate y Gap, las cuales corrieron la misma suerte que sus predecesores siendo Sobremonte el último en cerrar sus puertas en enero de 2019. En la actualidad, a lo largo de la avenida encontramos oficinas, restaurantes, paseos comerciales, sucursales bancarias y otros servicios en donde antes se ubicaban estas discotecas.

El desencadenante de estos cambios en el uso de suelo no está claro; no obstante, aquí se tratará de arrojar algo de luz sobre el asunto. Como sostiene Cicalese (1999), la ciudad de Mar del Plata supo ser el principal centro veraniego del país pasando de recibir alrededor de un millón de turistas en 1950 a unos dos millones y medio en la primera mitad de 1970 gracias en parte a la proximidad espacial con la ciudad de Buenos Aires, principal emisora de turistas del territorio. Con el modelo aperturista que se inicia en la segunda mitad de 1970, comienza a producirse un leve pero sostenido descenso en el número de turistas que arriban a la ciudad, sumado a un creciente deterioro de su capacidad de gasto. Esta merma en el arribo de turistas se potenció aún más en la década de 1990 y alcanzó su pico en el año 2001, lo que, sumado a las condiciones financieras desfavorables, pudo haber sido uno de los motivos que ocasionara una merma en la concurrencia a estos sitios de esparcimiento nocturno asentados sobre la Avenida Constitución.

Por otra parte, la expansión de la urbanización hacia este sector de la ciudad es otro de los posibles motivos. Originalmente, la gran mayoría de las boîtes de la ciudad se asentaban sobre esta avenida por su lejanía del centro de la ciudad y de las zonas residenciales, lo que generaba un ambiente propicio para la proliferación de este tipo de emprendimientos. Si bien por aquel entonces ya existían algunas residencias estables en los alrededores de la avenida, el crecimiento demográfico atravesado por la ciudad en el transcurso de los años hizo que cada vez más y más residentes comenzaran a asentarse en los alrededores de la avenida. Como es lógico pensar, este crecimiento residencial en torno a la avenida no solo no era compatible con los ruidosos night clubs de la zona, sino que además comenzó a demandar mayor presencia de servicios y comercios para satisfacer las necesidades de los nuevos residentes. Por ende, se fueron asentando con el tiempo negocios comerciales y de prestación de servicios que modificaron el paisaje de este sector. Cabe aclarar que esto no sucedió de la noche a la mañana, ya que durante un cierto tiempo el cierre de los night clubs generó un abandono generalizado de la avenida, hasta que finalmente se instalaron en la zona diversos emprendimientos comerciales y de servicios que comenzaron poco a poco a cubrir las demandas de los residentes.

Desde fines de 1990 y hasta la actualidad, se observa que la nocturnidad se ha desplazado a calles como Hipólito Irigoyen, Güemes, Alem y el sector de Playa Grande con el desarrollo de bares, pubs y confiterías bailables. Esto hizo que, por un lado, el nicho generado por las boîtes de la Avenida Constitución se perdiera, puesto que ahora existían otros espacios de ocio nocturno lo que generó un descenso paulatino de la afluencia de jóvenes a la “avenida del ruido”, y por el otro, que estos nuevos polos de esparcimiento nocturno (favorecidos por la reglamentación municipal) fueran cobrando cada vez más relevancia al tiempo que las boîtes de la Avenida Constitución se iban sumiendo en una lenta crisis de la cual les sería muy difícil (sino imposible) salir. La gran mayoría cerró sus puertas, y solo permanecieron operativas al menos hasta el año 2010 GAP, Chocolate y la reconocida Sobremonte. A continuación, se presenta un extracto de una nota realizada al dueño de la discoteca “Chocolate” en el año de su cierre definitivo, el cual manifiesta las ventajas que poseen los centros de esparcimiento nocturno ubicados en otras zonas de la ciudad en comparación con los ubicados sobre la Avenida Constitución:

“[¿Por qué cerró Chocolate?] Porque la nocturnidad sufrió un cambio de zona (Playa Grande) y los bares dejaron de serlo transformándose de a poco en locales bailables. Por otro lado, la ley de nocturnidad afecta solamente a discotecas ‘habilitadas como tales’ quedando exceptuadas de la ley, las zonas de Playa Grande e Hipólito Yrigoyen, dado que en esos lugares no se permite la radicación de negocios bailables a pesar de que se baile. De este modo, la ley no es pareja para todos. Un joven que quiere ir a bailar a Constitución debe llegar antes de la 1.30 am, de lo contrario no puede ingresar a la disco. En cambio, en Playa Grande no hay reglamentación para horario de entrada y se baila en lugares no habilitados para tal fin.” (Diario La Capital, 08 de junio de 2010)

Si bien los motivos no están del todo claros, lo cierto es que la transformación de la avenida fue elocuente. La creciente urbanización de los barrios aledaños a la avenida conllevó a un aumento en la provisión de servicios para los nuevos inquilinos. Así, se fue gestando un corredor comercial y de servicios (Peri, 2011) que cuenta con comercios especializados de proximidad, sedes bancarias, entre otros que continúa creciendo hasta nuestros días y logra configurar a la región como una “nueva centralidad” que alberga multiplicidad de usos de suelo y de actividades en toda su extensión.

En la Figura 2 se puede observar una pequeña muestra de la evolución acontecida en más de medio siglo de historia de la “avenida del ruido”. Las imágenes de la columna izquierda corresponden a los predios donde en la década de 1960-1970 se erigían algunas de las boîtes, mientras que en la columna derecha encontramos el uso que en la actualidad se le está dando al predio en cuestión. Podemos observar la boîte “Pancho Freddy” en la esquina de Pasteur y la Avenida Constitución (Fig 2, a), inaugurada en el año 1956 que se convirtió de esta forma en la primera de la avenida y en donde actualmente se encuentra la parrilla y resto “Faustila” (Fig 2, b).

Otro ícono de la década del sesenta fue “Mary Poppins”, emplazada en la avenida Constitución 5205 esquina Roldán. En la misma avenida al 5528 y en la misma década abrió sus puertas la boîte “Banana”, confitería construida bajo nivel (a modo de sótano) aunque en su parte superior no había edificación alguna, y donde tocaban reconocidas bandas de la época.

A su vez, en la vereda par de la avenida entre las calles Chubut y Vicente López y Planes se ubicaban tres boîtes sumamente concurridas, a saber: Notte (Fig 2, c), Matokos (Fig 2, e) y Zeus (Fig 2, g), las cuales se encontraban lindantes una con la otra. En la actualidad, allí se encuentran, respectivamente, una confitería (Fig 2, d), una serie de comercios (Fig 2, f), y la iglesia “Sembrando Vida” (Fig 2, h). En la intersección de las avenidas Constitución y Carlos Tejedor existía en la década de 1970 la confitería “Carrousel”, en cuyo predio funciona hoy una pinturería. Esta confitería se popularizó por su pista giratoria, que se elevaba mientras los jóvenes bailaban al ritmo de la música de la época. A tan solo dos cuadras de esta última, pero sobre la avenida Tejedor en su intersección con la calle López de Gomara (ex calle 24), se hallaba emplazada desde la década de 1950 la confitería “Tajamar” propiedad del músico y compositor Osvaldo Fresedo y donde hoy se erigen un complejo habitacional.

A pocas cuadras, en la intersección de José Ingenieros y la Avenida Constitución, se encontraba Sunset (Fig 2, i), cuyo predio hasta no hace mucho supo ser un local de venta de zapatillas y ahora se encuentra en alquiler (Fig 2, j). Finalmente, uno de los íconos de la avenida era la famosa Enterprisse (Fig 2, k), conocida por algunos como el “Plato Volador”, construida en la intersección de la Avenida Constitución y Daireaux en la década de 1960 con un diseño arquitectónico innovador para la época y que se mantuvo en pie hasta inicios de siglo, cuando fue demolida. Su diseño futurista revolucionó el estilo de la época, atrayendo a partidarios y detractores pero convirtiéndose sin dudas en uno de los edificios más emblemáticos de la avenida. Hoy en día, allí se encuentran una farmacia y un centro de atención médica (Fig 2, l).

 

Figura 2: Evolución temporal de la avenida constitución (1960/1970 – 2024)

Fuente: Elaboración propia en base a imágenes de archivo personal (2024) y “Fotos de Familia” del Diario La Capital.

 

En la década de 1980 encontramos también otros edificios que quedaron en la memoria de los marplatenses como el restaurante “Los Viejos Vagones” (Figura 3), ubicado en la esquina de la avenida Constitución y Benito Juárez, lindante con la boîte “Banana”. Los dos vagones que conformaban dicho restaurante se encontraban ubicados sobre rieles y durmientes, y habían pertenecido a la línea Roca. Cuando el restaurante dejó de funcionar, los vagones fueron retirados y trasladados a la provincia de San Juan, existiendo hoy en su lugar una franquicia de una reconocida cervecería. En esa misma década funcionaba también otra icónica boîte llamada “El Castillo”, cuya construcción emulaba una fortificación medieval, ubicada en la avenida Constitución 5815, esquina Ortega y Gasset.

 

Figura 3: Restaurante “Los viejos vagones”

Fuente: “Fotos de Familia” del Diario La Capital, foto N°8723.

 

Lo esbozado hasta aquí no hace más que evidenciar el cambio experimentado en la Avenida Constitución, pasando de ser una arteria eminentemente destinada al ocio y al esparcimiento nocturno entre las décadas de 1960 y 1980 a convertirse en la actualidad en un centro neurálgico que alberga una multiplicidad de comercios y servicios para satisfacer las demandas de los marplatenses y sobre todo de los residentes de la zona. Como vemos, los desencadenantes que promovieron esta transformación espacial y funcional son diversos.

Lo que supo ser la “avenida del ruido”, famosa en la noche marplatense por la concurrencia de jóvenes y celebridades hoy ha dado paso a una avenida rebosante de comercios y servicios, en cuyos alrededores se encuentran barrios residenciales y que nos brinda una imagen completamente diferente a la de aquellas noches de verano de los setenta cuyos recuerdos aún perduran en la memoria de quienes tuvieron el agrado de disfrutarlas. El futuro de esta avenida es incierto, no obstante, es de esperase que se produzcan nuevas modificaciones en los usos de suelo tal y como ha sucedido (y aún continúa sucediendo) no solo en la propia avenida sino en toda Mar del Plata.

 

Agradecimientos

A mis padres, familiares y conocidos cuyos testimonios fueron claves para la reconstrucción de las localizaciones de estos establecimientos bailables y de los hábitos de la época. También quiero agradecer al espacio brindado por el Observatorio Ciudadano, Político y Electoral (OCPE) perteneciente a la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata por la publicación de este documento.

 

Bibliografía

Bouvet, Y.; Desse, R.; Morell, P.; Villar, M. D.  (2005). Mar del Plata (Argentina): la ciudad balnearia de los porteños en el Atlántico suroccidental. Investigaciones Geográficas (Esp), (36), 61-80.  Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=17603604

Cicalese, G. (1999). La implantación del modelo económico aperturista en los 70 y la crisis del turismo masivo en la ciudad de Mar del Plata, 1976-1987. Comunicación presentada en II Jornadas de Historia Económica, Montevideo [URY], 21-23 julio 1999. Disponible en: http://nulan.mdp.edu.ar/1442/

Diario La Capital, “Por los cambios en el manejo de la nocturnidad, cerró Chocolate”, 08 de junio de 2010. Disponible en: http://www.lacapitalmdp.com/noticias/La-Ciudad/2010/06/09/146987.htm

Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°5432. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/5432

Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°7393. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/7393

Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°8102. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/8102

Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°8723. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/8723

Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°9121. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/9121

Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°10.008. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/10008

Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°10.666. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/10666

Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°12.089. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/12089

Medina, D. (2009). Mar del Plata, desarrollo urbano e imaginarios vinculados. UNMDP. Mar del Plata, pp 13-27.

Peri, L. V. (2011). Nuevas centralidades del ocio y el consumo: Ámbitos, modalidades e instrumentos de regulación de las grandes superficies comerciales en la Región Metropolitana de Buenos Aires. Revista Iberoamericana de Urbanismo, 01 Marzo 2011, núm. 5, pp. 31-44. Disponible en: http://hdl.handle.net/2099/12498

Sebreli, J. J. (1970). Mar del Plata, el ocio represivo. Ed. Tiempo Contemporáneo, Bs. As.

Mar del Plata: 150 años de transformaciones arquitectónicas y urbanas

Dra. Lorena M. Sánchez[1] y Dra. Mariana Fernández Olivera[2]

Los recién cumplidos 150 años de Mar del Plata han generado un sinfín de eventos, publicaciones temáticas y productos asociados. El cumpleaños lo amerita; desde 1874 la ciudad, históricamente joven, continúa mostrándose y convocando a turistas nacionales e internacionales.

En este transcurso y en relación con su caracterización turística, se ha transformado permanentemente. Casi a modo de oxímoron, su persistencia se ha asentado en el cambio. Así, esta permanencia cambiante ha generado una ciudad móvil, en donde su patrimonio resulta el principal testimonio material de cada metamorfosis acontecida.

Desde su nacimiento, el estudio de los procesos sociomateriales ha procurado acercar nombres y caracterizaciones en los puntos de inflexión reconocidos. Es posible registrar transiciones desde su condición original como puerto-saladero, su evolución hacia una villa balnearia de grupos económicamente privilegiados, su apertura como ciudad balnearia, el avance hacia una ciudad de masas y el progreso hasta su actual condición multifacética y fragmentada.[3] De acuerdo con cada capa histórica, los testimonios arquitectónicos y urbanos que perviven, atestiguan las transformaciones y los valores pasados y presentes. Esos testimonios, o bienes patrimoniales, constituyen huellas para comprendernos y entender la ciudad que construimos.

Entre los diversos legados que subsisten, resulta de interés observar lo acontecido con aquellos que forman los paisajes identitarios locales. La condición costero-marítima desde la cual se forjó la ciudad, entre el carácter productivo pesquero y el turístico balneario, gestó, no sin contradicciones, una diversidad de bienes característicos que constituyen eslabones claves de los entornos típicos marplatenses.

Así, las pequeñas y medianas viviendas pintoresquistas continúan destacándose en el interior de barrios como Stella Maris y La Perla, entre otros sectores de la ciudad. El pintoresquismo, corriente ecléctica de origen europeo, resultó particularmente apropiado para su reinterpretación local debido a múltiples factores. En este sendero, resultó propicio el despliegue de las premisas compositivas que aludían a las condiciones extraurbanas, a través del uso de la asimetría, el contraste de volúmenes y la exposición de materiales. Desde el carácter elitista a las progresivas versiones más modestas, el pintoresquismo residencial prevaleció durante la primera mitad del siglo XX. El paisaje conformado por estas viviendas distintivas en las otrora postales y que actualmente integran las más populares cuentas de Instagram, componen áreas de valor que testifican las transiciones entre la villa balnearia y la ciudad que forjó horizontes más amplios.

En paralelo y más escondidas a las miradas desatentas, en el interior del fotografiado Puerto sobreviven casillas de madera y chapa de los inicios portuarios a principios del siglo XX. Estas viviendas típicas fueron desarrolladas por la inmigración italiana que arribó a ese sector configurando, en su origen, un paisaje asimilable al de las películas norteamericanas del Far West. Su facilidad de armado, el bajo costo de construcción, la opción de ser trasladadas y su posibilidad de ampliación -al arribar nuevos familiares desde la tierra de procedencia-, fueron aspectos determinantes en su progreso. Junto con la labor pesquera, los testimonios fabriles y la identidad italiana, las casillas también han generado sectores que atestiguaron -y atestiguan- la original identidad productiva de la ciudad. Así, esta arquitectura industrial, desde las viviendas hasta los establecimientos fabriles, configuraron entornos de valor que todavía expresan formas de producir y vivir coligadas.

Sin embargo, las diversas piezas que componen estos entornos valiosos, se encuentran a la espera de un reconocimiento formal y por ende, de protecciones adecuadas: la necesidad de amparar áreas patrimoniales y de protegerlas, se vislumbra como un requerimiento urgente en esta ciudad cambiante.

Un ejemplo de esta necesidad lo constituye el borde costero, en especial la franja del barrio Stella Maris donde se enlaza el despliegue marítimo y el desarrollo residencial mediterráneo. El muestrario de operaciones pasadas y presentes en las que se ha impactado negativamente sobre el paisaje sedimentado, incluso con afectaciones indeseadas sobre el principal recurso de sol y playas en el que se ha apoyado el destino turístico de la ciudad, evidencia la necesidad de un marco regulador para un tratamiento de áreas frente a las operatorias individuales. Otro ejemplo lo constituye el barrio portuario, donde los procesos de cambio productivo-pesqueros y la falta de regulaciones preservacionistas, han desencadenado alteraciones, ampliaciones desacertadas y pérdidas irrecuperables de sus bienes residenciales y fabriles.

Por ello, la generación de áreas con sus coligados lineamientos guía hacia la intervención de sus bienes componentes, resulta uno de los mejores regalos para ofrecerle a la ciudad y sus ciudadanos. La subsistencia de segmentos paisajísticos asentados en bienes característicos, implican persistencias que ameritan protecciones creativas. En este sentido y desde una mirada diligente es posible repensar, en un marco de cambios negativos, intersticios de oportunidades. De esta forma, urge meditar sobre las maneras de actuar y los marcos preservacionistas a implementar en relación con el creciente interés inmobiliario en las arquitecturas de tiempos pasados.

En definitiva, entender, valorar y proteger el patrimonio local, con énfasis en los entornos que constituyen su memoria sociomaterial, continúa siendo una tarea pendiente. En este camino, deseamos que para su cumpleaños número 200 podamos brindar por la efectiva protección de sus paisajes urbanos históricos y los eslabones que lo componen, a través de áreas de valor, como parte de su presente y su futuro.

Figura 1. Imagen aérea actual y postal coloreada de mediados del siglo XX de diferentes sectores del barrio Stella Maris. Nótese la densidad de techos rojos en su interior, propios del legado pintoresquista.

Fuentes: https://www.instagram.com/imagenesaereasmdp/?hl=es e imagen N°5327 de https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/

Figura 2. Imagen aérea actual del puerto y fotografía de la década de 1920 donde se observa el interior del barrio portuario asimilable a un pueblo del Far West.

Fuentes: https://www.instagram.com/imagenesaereasmdp/?hl=es e imagen del Archivo General de la Nación  (Inventario 142901).

[1] Doctora en Arquitectura, Magíster en Intervención del Patrimonio Arquitectónico y Urbano y Arquitecta. Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) con sede de trabajo en el Instituto de Estudios de Historia, Patrimonio y Cultura Material de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Mar del Plata (IEHPAC, FAUD, UNMdP). Docente de grado y posgrado dentro de la mencionada universidad. E-mail: lorenasanchezarq@yahoo.com.ar

[2] Doctora en Arquitectura y Arquitecta. Becaria Posdoctoral del CONICET con sede de trabajo en el IEHPAC, FAUD, UNMdP. Docente de grado dentro de la mencionada universidad. E-mail: arqmfo@yahoo.com.ar

[3] Existen numerosas indagaciones en este sentido procesual, con enfoques desde miradas históricas materiales, sociales y culturales, destacándose los trabajos realizados por el Mag. Arq. Fernando Cacopardo y la Prof. Eliza Pastoriza, entre otros autores y autoras.