¿Cómo se organiza el sistema público de salud en Mar del Plata y el Partido de General Pueyrredon?

Mag. Silvina Mariel Aveni (INHUS-CONICET-UNMdP y GESPyT-FHum-UNMdP)

La salud, entendida más allá de la enfermedad y de cuestiones biológicas, adquiere un sentido multidimensional como bien y como derecho humano esencial. Hablamos entonces no sólo de salud, sino de un proceso de salud- enfermedad- atención /cuidados, concepción que invita especialmente a las Ciencias Sociales a realizar su aporte.

La Geografía de la Salud es una subdisciplina de la Geografía Social que concibe la salud como condición y resultado de las relaciones de los grupos sociales con su territorio (Ramírez, 2004; Seguinot Barbosa, 2007; Pickenhayn, 2009). Entonces, las instituciones de salud se inscriben en un entramado social que las genera y contiene, es decir que son una “creación”, una construcción social e histórica de cada sociedad y a la vez son generadoras de esa misma trama social (Castoriadis, 1994). Los centros que dispensan atención sanitaria de gestión pública constituyen el resultado de las intervenciones de los gobiernos municipales marplatenses ínsitos en una realidad sanitaria provincial y nacional que los contiene. El análisis de la existencia y distribución de estos servicios reviste importancia en tanto constituyen un criterio de justicia social y territorial.

Mar del Plata está emplazada en el sudeste de la Provincia de Buenos Aires y es el núcleo urbano más importante del Partido de General Pueyrredon. En cuestiones de salud pública posee un rol protagónico puesto que es cabecera de la Región Sanitaria VIII [1] (Figura 1).

Figura 1. Localización relativa de Mar del Plata.

Fuente: Elaboración Personal

El Nivel Primario de salud en la ciudad cuenta con servicios gestionados por las autoridades dependientes de la Secretaría de Salud de la Municipalidad de General Pueyrredon. Sus acciones están dirigidas a la población de niños, niñas y adolescentes, de adultos y de ancianos, a los que se les suministra atención ambulatoria, es decir, una modalidad de servicio a pacientes no hospitalizados que se organiza en torno a la consulta programada o a la demanda espontánea [2]. Uno de los objetivos de la atención primaria es conformar equipos interdisciplinarios de trabajo en terreno para llevar a cabo acciones de salud en función de las necesidades locales. La labor mancomunada de estos profesionales junto a referentes barriales o promotores vecinales constituye la piedra angular de la participación social en las actividades de promoción y prevención de la salud.

Las especialidades que se ofrecen son: Clínica Médica, Pediatría, Ginecología y Obstetricia, Enfermería para el suministro de primeros auxilios, Medicina General, Odontología, Salud Mental, Vacunación, Servicio Social, Servicio Municipal de Atención a las Adicciones y en algunos casos Laboratorio, Nutricionista y Fonoaudiología. La variedad en las especialidades se define priorizando las requeridas por la población del área programática que cubren y según la dotación de infraestructura.

En el organigrama de los servicios de salud ofrecidos en el Nivel Primario de Atención encontramos: Postas Sanitarias, Unidades Sanitarias o Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) y Subcentros de Salud. (Figura 2)

Figura 2. Organigrama de servicios de salud según jerarquía de la atención

Fuente: Elaboración personal a partir de datos de la Secretaría de Salud de la Municipalidad de General Pueyrredon

Primero, las Postas se encargan de dispensar una atención simple por lo que representan la complejidad más baja del sistema de salud. Además, asisten a una reducida densidad de población inscripta en una extensión territorial más pequeña y operan en franjas horarias reducidas. No tienen la capacidad de implementar programas y cuentan con las especialidades básicas (Medicina generalista, Enfermería y Servicio Social) (Figura 3).

Segundo, los CAPS o Unidades Sanitarias ofrecen mayor variedad de servicios sumados a los anteriores (como la extracción de sangre o la realización de placas) a usuarios provenientes de un conjunto de barrios y su jornada de prestaciones es más amplia. Realizan actividades de prevención y promoción de la salud, así como la supervisión de las Postas absorbiendo casos que requieran cierta complejidad en la atención.  Cabe destacar que tres de estas instituciones provee atención 24 horas, ellas son la Unidad Sanitaria Ameghino, la Unidad Sanitaria Playas del Sur y la Unidad Sanitaria La Peregrina (Figura 3).

Tercero, los Subcentros de Salud se encuentran en similares condiciones con respecto a los CAPS, poseen una mayor capacidad para recibir derivaciones desde las Postas Sanitarias y algunos CAPS.  Y, específicamente, el Subcentro de Batán asiste las 24 horas. Por último, se ubican otros centros primarios integrales que captan abundante demanda por parte de los usuarios puesto que se dedican a todas las especialidades. Esos centros son: el IREMI (localizado en el centro de la ciudad), el Centro de Salud N°1 (encargado de la vacunación) y el Centro de Salud N°2 (administrador de guardia 24 horas y dotado de infraestructura más compleja). Según las autoridades de la Municipalidad de General Pueyrredon, cada uno de los eslabones del sector primario es supervisado por otros de mayor complejidad al cual deben derivarle pacientes que requieren ese tipo de atención a través del mecanismo de Referencia- Contrarreferencia[3] (Figura 3).

Figura 3. Listado de Centros de Salud primarios y secundarios, 2023

Fuente: Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires y Secretaría de Salud de la Municipalidad de General Pueyrredon.

Por su parte, el Nivel Secundario y Terciario precisan de un equipamiento de mayor nivel de complejidad, con infraestructura para la internación y profesionales idóneos. Entran en este rubro los hospitales generales y especiales, y los servicios de urgencia. Además, se pueden encontrar centros de apoyo científico-técnico, dedicados al diseño de los sistemas de información sanitaria, al control de las enfermedades infecciosas y a la educación sanitaria de la población. La atención secundaria incluye operaciones sencillas y tratamientos que implican una corta hospitalización, mientras que la atención terciaria atiende afecciones que requieren hospitalización con un cuidado especializado y avanzada tecnología. En nuestra ciudad, el Centro de Especialidades Ambulatorias (CEMA) pertenece a la jerarquía secundaria y depende del Municipio, en tanto que la jerarquía terciaria está representada por el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) y por el Hospital Especializado Materno- Infantil (HIEMI), ambos bajo la gestión provincial. El Hospital B. Houssay pertenece a la misma jerarquía de atención, aunque bajo la coordinación del subsistema de obras sociales, específicamente de PAMI (Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados). Su inclusión se justifica en el importante peso relativo que posee la población adulta mayor en el Partido de General Pueyrredon alcanzando un valor de 14,2% de acuerdo al último registro censal publicado por el INDEC en 2010.

En el marco de atender necesidades emergentes, las dos Unidades de Pronta Atención (UPA) responden a la gestión provincial. El Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires las define como un espacio de atención público y estatal ´intermediario´ entre la atención primaria y la atención hospitalaria. En ciudad de Mar del Plata, existen dos instituciones de este rubro. La UPA 8, dedicada a asistir demanda espontánea y urgencias. Y la UPA 13 se concibe como un efector que descomprime la demanda y acelera la atención provista por el HIGA por lo que cuenta con variedad de especialidades médicas, es una prolongación de la guardia hospitalaria y recibe derivaciones por ambulancia. (Figura 3)

¿Dónde se ubican los servicios de salud públicos?

La distribución territorial de los bienes y servicios en general, y de los equipamientos de salud en particular, son generadores de posibilidades y oportunidades de acceso a los mismos. Según Escalona Orcao y Díez Cornago (2004: 117 y 119), la distribución territorial típica de los servicios relacionados con la salud comprende, por una parte, a los servicios de salud de mayor jerarquía que se ofrecen en los centros de considerable rango poblacional o administrativo y; por otra parte, los servicios de salud de carácter básico que presentan una fuerte desagregación espacial de la oferta y una utilización más frecuente, tal es el caso de los servicios de atención primaria. Si pensamos en la utilización periódica de estos últimos centros de salud, será aún más importante que su localización geográfica sea la adecuada para cubrir las necesidades de los habitantes en cada zona.

La localización de las Unidades Sanitarias o CAPS presenta una cobertura de las necesidades en salud de la mayor parte de los barrios de Mar del Plata y de las localidades del Partido de General Pueyrredon. Esta configuración territorial es coherente con la lógica de descentralización de servicios de salud lo que justifica su presencia dispersa en el espacio (Figura 3 y Figura 4)

Figura 4. Localización de equipamientos de salud en Mar del Plata, 2023

Fuente: Elaboración personal a partir de datos del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires) y la Municipalidad de General Pueyrredon.

Sin embargo, un análisis más pormenorizado puede mostrarnos ciertas disparidades espaciales al interior de la ciudad. El núcleo urbano consolidado está provisto de dos Centros Integrales de atención primaria: el Centro de Salud N°1 y el IREMI que ofrecen una completa variedad de especialidades. El área también cuenta con servicios públicos de jerarquía terciaria como Hospital Especializado Materno Infantil y múltiples clínicas privadas (Aveni, 2008). Este sector de la ciudad está adecuadamente equipado en materia de servicios de salud.

La situación se torna dispar cuando focalizamos en los sectores lindantes a la zona consolidada de la ciudad donde la representatividad de los servicios primarios es escasa hacia los límites oficiales de la ciudad y más aún fuera de ellos. A su vez, allí la presencia de servicios privados es mucho menor (Aveni, 2008). Encontramos, a grandes rasgos, dos escenarios. En la zona Noroeste se observa una cobertura amplia en lo que respecta a la atención primaria (CAPS). Segundo, el área Oeste provista por centros de variada jerarquía: tres Subcentros de Salud como Belgrano, Libertad y Newbery; una gran variedad de CAPS; el Centro de Salud N°2 y una institución de elevada jerarquía de atención ubicado en el barrio “Las Américas” (HIGA), junto a su complemento, la UPA 13. Por el contrario, los equipamientos sanitarios son escasos en todos sus niveles y jerarquías: hacia el Norte y Noreste [4]; hacia el Sur y Suroeste [5]. En estos sectores, la ausencia o escasez de servicios dificulta el cuidado de la salud de los habitantes involucrados. La presencia de la UPA 8 busca suplir parte de esas dificultades en la zona sur.

En síntesis, la distribución territorial de los centros de salud obedece a su ubicación discreta en el espacio, condición que exhibe ciertas inequidades entre las zonas provistas y las que se hallan desprovistas de dicho servicio. A esta dimensión física del acceso, es necesario sumarle otras dimensiones que implican tiempos y costos de desplazamiento hasta el centro de salud, frecuencia del transporte público de pasajeros, horarios de atención de cada dispensario, disponibilidad de insumos e infraestructura sanitaria, calidad de la atención recibida, situación atravesada durante y luego de la pandemia por COVID- 19, entre otras variables fundamentales. Asegurar el derecho a la salud universal presenta desafíos pendientes en la realidad local.

 

Notas

[1] Los Partidos que pertenecen a la Región Sanitaria VIII son: La Costa, Pinamar, Villa Gesell, Mar Chiquita, General Pueyrredon, General Alvarado, Lobería, Necochea, San Cayetano, General Lavalle, General Madariaga, Maipú, General Guido, Ayacucho, Balcarce y Tandil.

[2] La adquisición de Turnos se realiza en la sede del centro de salud o bien, a partir de 2014, vía telefónica a través de la línea gratuita 147.

[3] El funcionamiento del sistema de Referencia- Contrarreferencia comienza desde el personal administrativo de cada centro primario de salud, quien programa con el Hospital que corresponda, la prestación médica necesaria. Al paciente se le entrega una constancia escrita en la que se indica fecha y hora en que deberá concurrir para ser atendido. Terminada la interconsulta, el paciente continúa con los controles en el centro primario de atención localizado en su barrio. En el caso de Mar del Plata, este mecanismo se aplica en los centros primarios de atención, sobre todo cuando se trata a la población materno- infantil. Se derivan casos hacia los Hospitales Interzonales y el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (Secretaría de Salud de la Municipalidad de General Pueyrredon).

[4] Barrios El Retazo, Las Dalias, Parque Peña, Alto Camet, Constitución, La Florida, López de Gomara, Parque Luro, Villa Primera, Félix U. Camet

[5] Santa Celina, Nuevo Golf, Jardín Stella Maris, Quebradas de Peralta Ramos, Colinas de Peralta Ramos, Bosque Peralta Ramos, Santa Rosa del Mar, entre otros

Referencias bibliográficas

  • Aveni, Silvina. (2008). Geografía de la Salud y Calidad de Vida: un análisis de la Condición Sanitaria en Mar del Plata”. En Lucero, P. (Dir.) Territorio y calidad de vida, una mirada desde la geografía local. Mar del Plata. EUDEM. pp. 229 a 251
  • Castoriadis, C. (1994). Los dominios del hombre: las encrucijadas del laberinto. España. Gedisa.
  • Escalona Orcao, A. y Díez Cornago, C. (2004). Accesibilidad geográfica de la población rural a los servicios básicos de salud: estudio en la provincia de Teruel. En CEDDAR. Zaragoza.
  • Pickenhayn, J. (comp.) (2009). Salud y enfermedad en Geografía. Buenos Aires. Editorial Lugar
  • Ramírez, L. (2004). La moderna Geografía de la Salud y las Tecnologías de la Información Geográfica. Revista Investigaciones y Ensayos Geográficos, 4(4):53-64.
  • Seguinot Barbosa, J. (2007). Métodos cuantitativos en Geografía de la Salud: experiencia personal. En Buzai, G. (comp.) Métodos cuantitativos en Geografía de la Salud (103-110). PROEG 2.

Fuentes de datos

  • Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires
  • Secretaria de Salud Municipalidad de General Pueyrredon

 

Propuesta: Programa de Atención Primaria Pos Covid 19 para el Partido de General Pueyrredón, Provincia de Buenos Aires.

Adriana Álvarez (UNMdP CONICET INHUS Cehis) y Mario Rovere ( Director Provincial Escuela de Gobierno en Salud. “Floreal Ferrara”)

 

A mediados de los años cincuenta del siglo XX el poliovirus azotaba al mundo. Al igual que el Covid-19 no se conocía la vacuna para prevenirlo y a diferencia de éste atacaba preferente a la infancia.

Padecer la poliomielitis podía significar transitarla sólo con fiebre, dolor de cabeza y garganta, náusea y/o diarrea, pero no más que un cuadro viral con una recuperación rápida, sin mayores consecuencias, puesto que el 95% de los casos eran asintomáticos. El problema radicaba en ese 5% que podía padecer de forma virulenta la enfermedad, provocándoles desde parálisis hasta la muerte. (Alvarez, 2013).

Mientras la epidemia de poliomielitis ocurría, la atención se puso en las medidas de prevención contra el contagio y se depositaba la esperanza en la aparición de una vacuna que no tardaría en llegar. Efectivamente en 1955 el mundo entero celebraba el anuncio del Dr. Jonas Salk, aunque paralelo a la esperanza también siguieron reinando la urgencia, el temor, la incertidumbre que hicieron que las acciones se centraran en prevenir el contagio y en diseñar campañas de vacunación a futuro, es decir quién las distribuiría, a qué laboratorio se comprarían, quiénes serían los primeros beneficiarios etc.

Las secuelas, las consecuencias de la enfermedad no formaron parte del universo de preocupaciones gubernamentales. La dictadura de Aramburu no focalizó que la polio había dejado miles de pacientes con parálisis que no contaban con espacios adecuados para su tratamiento. (Alvarez 2015)

El seguimiento y la recuperación de las secuelas dejadas en quienes contrajeron la enfermedad fue un tema que debieron emprender las familias de los padecientes. Los Centros de Rehabilitación, se generaron sobre la base de modelos asociativos variados y con características organizativas distintas, aunque con un denominador común: se trató en todos los casos de organizaciones civiles sin fines de lucro, compuestas por gente común y médicos de especialidades diversas, cuyo financiamiento dependió básicamente tanto de la colaboración monetaria popular como de grandes empresas, más no del Estado. Organizar esos espacios llevó años, tiempo valioso cuando de tratamientos prolongados se habla. (Alvarez 2018)

El ejemplo brindado sobre la poliomielitis, como la gran demora que debieron padecer las personas para tratar los efectos que les había dejado la enfermedad, deberían ser un alerta para anticipar en términos sanitarios la etapa : Pos Covid-19.

Mucho se habla del día después de la pandemia en diversos planos como es el económico, cultural, educativo, social entre muchos otros, pero poca o escasa atención se presta a las secuelas del coronavirus, a sus consecuencias y a cómo asistir a quienes puedan padecerlas.

En la actualidad se repite el modelo de la poliomielitis, las directrices sanitarias apuntan en dos sentidos: medidas preventivas y la esperanza en la vacuna. Las posibles consecuencias que pueda traer aparejado haber contraído la enfermedad ya sea de forma asintomática, leve, moderada o grave, no son motivo de atención al momento.

Por la rapidez de la difusión del COVID-19 y su impacto epidemiológico, multiplicidad de estudios han sido publicado en pocos meses. Más recientes aún son las publicaciones científicas que han comenzado a centrarse en las “secuelas del COVID-19”.  Si bien no son concluyentes, advierten sobre posibles consecuencias cardíacas o cerebrovasculares.

De hecho, el pasado 12 de agosto la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud emitieron un “Alerta Epidemiológica: Complicaciones y secuelas por COVID-19” (OPS/OMS, 12/08/2020).

En el mencionado informe puede leerse que “La intensa transmisión de COVID-19 en varios países y territorios de las Américas y la generación de evidencia de parte de la comunidad científica, ha permitido aumentar nuestro conocimiento sobre varios de estos aspectos, entre ellos, lo relacionado a las complicaciones y secuelas por COVID-19.” (OPS/OMS 2020)

Las secuelas que el coronavirus podría legar en el cuerpo de quienes padecieron la enfermedad varían según los trabajos consultados, pero se los podría nuclear en torno a:  fatiga, arritmias cardíacas , dolor muscular , daños al corazón , daños a los pulmones ,daños al cerebro, entre otras.

Es decir, existe consenso en que las consecuencias de la infección por virus corona, no sólo se limitan al aparato respiratorio, y que se han registrado secuelas en el sistema cardiovascular, y en el sistema nervioso central y periférico. Se ha documentado también secuelas psiquiátricas, psicológicas e incluso problemas en la fonación de las personas que han estado varios días intubadas con respiración  asistida.

En casos graves de COVID-19, la respuesta hiper-inflamatoria sistémica podría causar un deterioro cognitivo a largo plazo, como, por ejemplo, deficiencias en la memoria, atención, velocidad de procesamiento y funcionamiento junto con pérdida neuronal difusa (Cothran y otros 2020), de ahí que la OMS sostiene que “la evaluación a largo plazo de manifestaciones clínicas de esclerosis múltiple será necesaria en pacientes recuperados de la COVID-19.” (OPS/OMS: 4)

Si bien las investigaciones solo están comenzando a rastrear la salud a largo plazo de los sobrevivientes, las epidemias pasadas causadas por virus similares muestran que las consecuencias pueden durar más de una década. Es el caso del SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), cuyo primer caso apareció en China en noviembre de 2002, causó más de 800 muertes y 8.000 enfermos, siendo reconocida como la primera pandemia del siglo XXI. (Alvarez 2020). Si bien no tuvo el impacto que tiene la actual COVID 19, investigaciones recientes muestran una cantidad de casos significativos que superaron el virus, pero luego sufrieron infecciones pulmonares, niveles más altos de colesterol y se enfermaron con más frecuencia que otros durante 12 años después de que la epidemia se extendiera por Asia. (Wu, Q., Zhou, L., Sun, X. et al 2020).

Aunque no ha pasado suficiente tiempo para saber cuál será la gravedad de las secuelas ni cuánto van a durar, aún así entendemos que se debería comenzar a pensar en programas o protocolos sanitarios pos covid. Diseñados sobre unidades multidisciplinares destinados el seguimiento de personas que hayan padecido el virus.

¿Quiénes deberían ser los destinatarios y que nivel de salud el responsable de su implementación?:

Esta propuesta se piensa en el marco del proyecto “Monitoreo y seguimiento de las estrategias para minimizar la circulación del COVID 19 en el Municipio de General Pueyrredón” (2020) , radicado en el INHUS, seleccionado por el MINCYT en la Convocatoria  “Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología COVID-19”.

Tomando como referencia el primer informe realizado por el mencionado proyecto , se desprende que en los barrios vulnerables del Partido de General Pueyrredón  se ha profundizado durante la pandemia el reclamo por falta de servicios de salud y se solicita mayor asistencia de salud y prevención (Monitoreo 2020), que si bien no hay forma con los datos disponibles al momento de evaluar la incidencia del COVID 19 es esos espacios, por la información cualitativa se desprende que el número de positivos fue en ascenso, que la mayoría de los afectados no posee obra social, hecho que se combina con una situación socio económica que vuelve a estos sectores más vulnerables de lo que eran antes de la ASPO.

Por estos motivos, entendemos que el Programa se debería realizar mediante un abordaje multidisciplinar como modelo de detección y seguimiento de la morbilidad de personas que padecieron COVID 19, y dado que ha sido pensado para sectores socio económicos vulnerables, sería deseable y apropiado que se realizara desde el área de salud del Municipio e implementase desde los Centros de Atención Primaria, con la colaboración de los Centros barriales de Emergencia, surgidos durante el período pandémico y conocedores del territorio.

Por tratarse de un programa integral otras instancias institucionales que podrían articular con esta acción es la Universidad Nacional de Mar del Plata, donde las carreras de Medicina, Psicología y Terapia Ocupacional, pueden ser un eslabón central de este programa.

La pandemia impone pensar lo que vendrá, donde sin duda formas de gestión que han sido subestimadas o no aprovechadas en todas sus dimensiones cobrarán centralidad. La planificación estratégica, es una formidable herramienta para pensar e intervenir sobre la realidad, una propuesta no superada para articular lo político con lo técnico, esto es, la teoría con la acción (Rovere, 2006). Un programa que contenga las sugerencias previas debería ser uno de los eslabones en ese sentido.

Por último, debemos recordar que en la actualidad la OMS/OPS recomienda a los Estados Miembros garantizar la continuidad de seguimiento y asistencia para los pacientes con secuelas por la enfermedad, de ahí el llamado a incorporar a la agenda sanitaria vigente esta perspectiva destinada a monitorear los efectos de la Covid-19.

Septiembre 2020

Bibliografía.

Alvarez A (2013) “ El impacto de los brotes de poliomielitis en las formas de organización ciudadana  (Buenos Aires) “ Revista de Historia  de la Medicina y Epistemología médica,  vol .V – nº 1: 1 a 17

Alvarez A (2015) “Los desafíos médicos, sociales e institucionales que dejó la poliomielitis: la rehabilitación integral en la Argentina de mediados del siglo XX”. História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro, v.22, n.3: 941-960.

Alvarez A (2018) “Muletas, vacunas y fragmentación del sistema de salud. El caso de la poliomielitis en la Argentina de mediados del siglo XX”, Investigaciones y Ensayos    Núm. 66: 149-177.

Alvarez A (2020) “La Historia del COVID 19 en tiempos del Coronavirus. Un ensayo inconcluso” en Revista Pasado Abierto N 1 1.

Vindegaard N, Benros ME. COVID-19 pandemic and mental health consequences: Systematic review of the current evidence [published online ahead of print, 2020 May 30]. Brain Behav Immun. 2020;S0889-1591(20)30954-5. doi:10.1016/j.bbi.2020.05.048. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7260522/

Aggarwal, G., Cheruiyot, I., Aggarwal, S., Wong, J., Lippi, G., Lavie, C. J., Henry, B. M., & Sanchis-Gomar, F. (2020). Association of Cardiovascular Disease With Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) Severity: A Meta-Analysis. Current problems in cardiology, 45(8), 100617. https://doi.org/10.1016/j.cpcardiol.2020.100617

Troyer, E. A., Kohn, J. N., & Hong, S. (2020). Are we facing a crashing wave of neuropsychiatric sequelae of COVID-19? Neuropsychiatric symptoms and potential immunologic mechanisms. Brain, behavior, and immunity, 87, 34–39. https://doi.org/10.1016/j.bbi.2020.04.027

Wu, Q., Zhou, L., Sun, X. et al. Altered Lipid Metabolism in Recovered SARS Patients Twelve Years after Infection. Sci Rep 7, 9110 (2017). https://doi.org/10.1038/s41598-017-09536-z

Cothran, T. P., Kellman, S., Singh, S., Beck, J. S., Powell, K. J., Bolton, C. J., & Tam, J. W. (2020). A brewing storm: The neuropsychological sequelae of hyperinflammation due to COVID-19. Brain, behavior, and immunity, S0889-1591(20)31209-5.

Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud. Alerta Epidemiológica: COVID-19, complicaciones y secuelas. 12 de agosto de 2020, Washington, D.C. OPS/OMS. 2020 https://www.paho.org/es/documentos/alerta-epidemiologica-complicaciones-secuelas-por-covid-19-12-agosto-2020

Rovere Mario (2006) PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA DE RECURSOS HUMANOS EN SALUD Segunda edición ampliada y corregida. Organización Panamericana de la Salud, Washington.

“Monitoreo y seguimiento de las estrategias para minimizar la circulación del COVID 19 en el Municipio de General Pueyrredón” (2020)  https://www.observatoriopolitico.com.ar/primer-informe-tecnico-covid-19/

 

La dicotomía salud y economía en General Pueyrredón: entre el éxito preventivo y el deterioro económico

Por Juan Pablo Ubici

Grupo HiSA/Cehis/ UNMdP

 

Probablemente, al recordar el año 2020, sus principales fotografías sean la pandemia y la cuarentena para combatirla, pero también los efectos económicos que su paso dejó a nivel nacional y regional. En Junio del 2020, a tres meses de la aparición del primer caso, teniendo en cuenta el dinamismo constante de los efectos producidos por el SARS-CoV-2 y su desarrollo latente, la provincia bonaerense y la Capital Federal concentran la mayor cantidad de COVID-19. Esta situación aletarga el regreso al dinamismo económico habitual, mientras otras provincias como Mendoza o ciertas localidades del escenario bonaerense han puesto en marcha paulatinamente las poleas económicas.[1] En ese escenario, el interior de la provincia tiene comportamientos dispares, entre los cuales sobresale Mar del Plata: ciudad turística, agraria y portuaria ubicada en el sudeste bonaerense con una población cercana a los 700.000 habitantes, y con la particularidad que, ya en los mismos meses del año anterior presentaba -según datos del Indec- el 29.5% de la población, es decir 187.913 personas, por debajo de la línea de pobreza y un 6.3% -39.944 personas– en la indigencia.[2]

El presente trabajo se trata de una primera aproximación exploratoria, que se sirve de los datos abiertos que se publican en los portales municipales y otras instituciones de gobierno. Asimismo, el artículo recoge datos publicados por otros observatorios públicos y consultoras privadas y procura elaborar un estado de situación local, puestos en diálogo con otras dos localidades de la Provincia de Buenos Aires, de características demográficas y socioeconómicas similares: La Plata y Bahía Blanca.

Hasta el mes de junio, el 96,2% de la población argentina había aprobado el aislamiento social preventivo y obligatorio como medida para evitar el contagio de coronavirus, pese a que el 59% de los hogares percibe menos ingresos y en el 31% se ha dejado de comprar algún alimento por carecer de dinero, situación que se agudiza en villas y asentamientos donde las privaciones nutricionales afectan a 5 de cada 10 hogares, según un relevamiento presentado por UNICEF.[3]

En ese sentido, sostiene el mismo informe, “los hogares más pobres son los que más sufren el impacto socio económico de la pandemia, en múltiples dimensiones, a su vez que los efectos secundarios del COVID-19, como la pérdida de ingresos, la inseguridad alimentaria, la falta de acceso a internet y computadoras para continuar con la educación a distancia, afectan a los chicos y las chicas más vulnerables, que son las víctimas ocultas del coronavirus”.[4]

En los cuatro primeros meses de pandemia, Mar del Plata ha presentado una cantidad relativamente baja de casos confirmados comparados con la ciudad de La Plata (713.947 hab.) y Bahía Blanca (301.572 hab.), teniendo en cuenta que en conjunto son las urbes del interior de la provincia de Bs. As. con mayor cantidad de habitantes.

Fuente: Elaboración propia en base a los sitios municipales oficiales.[5]

Sin embargo, utilizando los mismos parámetros, la ciudad de Mar del Plata muestra un indice de letalidad (cantidad de fallecimientos sobre cantidad de contagios por SARS-CoV-2) de 8,51, lo que dista mucho de ser pensada como un aparente oasis urbano.

Fuente: Elaboración propia en base a los sitios municipales oficiales.[6]

Si bien hasta el 30 de junio el ámbito municipal presenta una cantidad relativamente baja de casos confirmados, el indice de mortalidad se acerca a 10, mientras que “la cartera sanitaria informó que la cantidad de fallecimientos hasta ahora en el país generan una tasa de letalidad total del 2,2 con respecto de los casos confirmados y una tasa de mortalidad general de 24,6%, por cada millón de habitantes.”[7]  Entre sus factores más preocupantes, se encuentra no sólo el nivel elevado de población con más de 60 años sobre la población total (21,4% frente al 18,8% de Bahía Blanca y el 16,4% de La Plata)[8], sino también un porcentaje probablemente escaso de testeo por COVID-19 sobre la población total.

Más allá de estas particularidades epidemiológicas, la pandemia provoca otros males, y el plano económico es probablemente uno de los más afectados. Si bien el Municipio de General Pueyrredón ha sido relativamente exitoso en su política preventiva, lo cierto es que en el plano económico (por cierto, ya debilitado en el período previo a la cuarentena) tiene la misma o más profunda caída que otros lugares del país. ¿Eso ocurre porque las ciudades más grandes se verán necesariamente más afectadas? ¿Por la importancia del sector de servicios en la ciudad? ¿Por la prevención extra que implica su pirámide poblacional envejecida? Estos son algunos de los interrogantes que se pretenden poner en tensión, al mismo tiempo que se invita al lector a formular sus propias consideraciones.

Este trabajo muestra el impacto del COVID-19 en el Partido de General Pueyrredón en los primeros cuatro meses, de allí que sólo sea una fotografía que seguramente se modificará conforme avance el tiempo, pero que es necesaria para aproximarse a los efectos de la pandemia y poder analizar más adelante la pos pandemia y las secuelas producidas.

Mar del Plata, ciudad cabecera del Partido de General Pueyrredón, es el balneario más importante de Argentina; la segunda ciudad de la provincia de Buenos Aires y la séptima del país. El turismo, la pesca y la industria alimenticia son las actividades económicas más importantes. La ciudad consta del principal puerto de desembarco pesquero de Argentina. El cordón frutihortícola local abastece gran parte del año a todo el país. La industria manufacturera ha avanzado en el desarrollo de importantes eslabonamientos entre las ramas textil, pesquera, alimenticia, naval, química y metalmecánica.

La ciudad muestra dos características a priori particulares dentro de la Provincia de Buenos Aires, en el contexto de la coyuntura pandémica: por un lado, no presenta una gran cantidad de casos confirmados (47 acumulados al 30 de Junio) y su curva no ha tenido un crecimiento exponencial fuerte; por el otro, es la ciudad con mayor desempleo de la Argentina con un 11,8% (aproximadamente 175.000 personas) en relación al 8,9% de promedio nacional, según cifras del INDEC.[9]

 

Fuente: Elaboración propia en base a datos suministrados por el Municipio de Gral. Pueyrredón.[10]

 

Desde el punto de vista económico, el desempleo, la pobreza y el cierre de empresas encabezan el listado de preocupaciones de los marplatenses consultados respecto del impacto del coronavirus a nivel local, según una encuesta realizada por la “Red Mar del Plata Entre Todos”, en base a un muestreo de 5832 casos.[11] Estas preocupaciones se encuentran por sobre las problemáticas ligadas a la salud o a la vinculación social.

El relevamiento fue realizado entre el 4 y el 8 de mayo, previo a la implementación de la prueba piloto para la reapertura de comercios minoristas en Mar del Plata, y contemplando una situación epidemiológica muy favorable en la ciudad, con el alta de la única persona en tratamiento por COVID-19 al momento del cierre de la encuesta.

En cuanto a los aspectos positivos, los marplatenses consideran, mayoritariamente, que la crisis dejaría un mayor cuidado respecto de la higiene y una mayor valoración de los vínculos sociales, así como también un incremento en la conciencia del cuidado del medio ambiente, un avance respecto del espíritu solidario y la unidad como comunidad.

En referencia al impacto económico del coronavirus, las expectativas se tornan más pesimistas cuando el foco se centra en la ciudad: un 97% de los encuestados cree que la economía de Mar del Plata se verá entre bastante y muy afectada. Esta impresión se incrementaba conforme se agravaba la percepción de la situación personal: un 52% de quienes reconocen poder afrontar esta crisis sin impacto en su economía familiar cree que en Mar del Plata tendrá un alto impacto; y el 76% de los que creen que su economía estará muy afectada también lo creen respecto de la economía de la ciudad.

Por otra parte, de acuerdo con el Informe del Observatorio de Dinámica Laboral del Partido de General Pueyrredón, la situación laboral se ve claramente modificada en casi toda la población, con un fuerte impacto negativo en una proporción importante del total. Mientras que el 51% continúa trabajando en distintas modalidades, el 49% restante no trabaja (al menos en su totalidad) como consecuencia de la cuarentena. A su vez, dentro de ese porcentaje un 87,3% presenta las peores situaciones, ya sea por suspensión, cuentapropismo, despido o porque su actividad se ve afectada directa o indirectamente por esta medida. En efecto, poco más de la mitad de la población trabajadora (alrededor de 157.000 personas) ha dejado de percibir ingresos por trabajo o continúa percibiendo pero menos de lo habitual.  Por otra parte, poco más de la mitad de las personas que no presentan ingresos en su totalidad solicitó la ayuda estatal conocida como Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y casi un 20% no lo solicitó porque no cumple con los requisitos -lo cual implica que la necesidad de recibir este ingreso adicional abarca a un mayor número de población que aquel que realmente lo recibe. Así pues, “esta reducción del total de ingresos de la economía en el sector privado (empleadores, asalariados y cuentapropistas) tendrá la consecuente reducción en el consumo y, por ende, la cadena de gastos e ingresos se verá seriamente afectada por un tiempo considerablemente mayor al de la duración de la cuarentena.”[12]

 

Fuente: Informe del Observatorio de Dinámica Laboral del Partido de Gral. Pueyrredón. P. 9.

 

En este escenario, las expectativas laborales y salariales resultan verdaderamente preocupantes, tomando como datos porcentuales el impacto profundo en el sector privado, con mayor incidencia en empleadores y cuentapropistas. Solamente un 26% considera que la cuarentena no afectará su fuente de trabajo. Sin embargo, “si la población ocupada se redujera un 17% (…) y comenzaran a buscar empleo, la tasa de desocupación se incrementaría del 11,8 al 25%.”[13]

Si se comparan dichas cifras -que a raíz de la crisis por la pandemia han continuado empeorando drásticamente- con el segundo trimestre del año 2018, se obtiene que la desocupación alcanza al 8,2% de la población frente a un promedio nacional de 9,6%. Para el segundo trimestre del 2019, mientras a nivel nacional aumentó un punto (de 9,6 a 10,6%), en Mar del Plata la desocupación ya era del 13,4%, lo que representaba no sólo una fuerte suba a nivel local en comparación al 8,2% que se registró en 2018, sino que además ponía a la ciudad nuevamente en el primer puesto a nivel nacional.[14]

En suma, existe un gran consenso al considerar que el aislamiento obligatorio afectará la economía familiar. Quienes trabajan en el sector privado, en particular cuentapropistas y empleadores, son los que manifiestan las peores expectativas. Sin embargo, la cuarentena implica una de las mayores herramientas para frenar la cadena de contagios a nivel nacional, y la ciudad de Mar del Plata presenta un comportamiento preventivo relativamente exitoso, teniendo en cuenta que se trata de una urbe de más de 500.000 habitantes.

En este delicado equilibrio entre la falsa dicotomía de la prevención sanitaria y el deterioro económico, emergen mayores incógnitas que respuestas ante una situación inédita y crítica en la historia reciente. Salvar la mayor cantidad de vidas posible y garantizar el cuidado de la población debería ser el lema principal del rol estatal con su población, al mismo tiempo que diseñar posibles protocolos o mecanismos de reactivación económica que acompañen el proceso de superación de tal crisis sanitaria.

Lo cierto es que, en clave de rupturas y continuidades, existen opiniones por demás variadas. Los extremos suelen pendular entre la aparición de un mundo totalmente nuevo hasta aquellos que consideran que la pandemia será sólo un recuerdo incómodo en una historia repleta de constantes. Probablemente el papel del Estado y de todos los actores sociales involucrados deba ser repensado, no ya en una vieja discusión fundamentalista de su tamaño apropiado, sino más bien de su accionar y beneficios con la sociedad. La salud y las condiciones económicas como cuestión social en su sentido más amplio, hoy más que nunca, se revela como un derecho y obligación fundamental para cada uno de los ciudadanos, sin distinción socioeconómica alguna. Aquel viejo bastón de Esculapio, una vez más debe ser revalorizado y alzado en el aire como símbolo de resignificar a la salud como derecho social y cuestión fundamentalmente política.

Fuentes:

Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) (abril 2020). Encuesta mensual industrial y el Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP). Disponible en: https://www.redcame.org.ar/contenidos/comunicado/Produccion-de-la-industria-pyme_-_br-_-Resultados-del-mes-de-abril-2020.1748.html. Consultado el 3/6/2020.

Decreto 297/2020. Aislamiento social preventivo y obligatorio. Poder Ejecutivo de la Nación Argentina. Disponible en: https://www.boletinoficia l.gob.ar/detalleAviso/primera/227042/20200320. Consultado el 29/05/2020.

Estadísticas sobre COVID-19 en el Partido de General Pueyrredón. Disponibles en: https://www.mardelplata.gob.ar/Contenido/estadisticas-covid-19.

INDEC. Cuadros regulares.  EPH Continua. Cuarto Trimestre de 2019. Disponible en: https://www.indec.gob.ar /indec/web/Institucional-Indec-bases_EPH_tabulado_continua

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INDEC. Trabajo e ingresos. Mercado de trabajo. Tasas e indicadores socioeconómicos (EPH) Segundo trimestre de 2018 y 2019. Disponible en: https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-4-31-58

INDEC. Trabajo e ingresos Vol. 4, n° 1. Mercado de trabajo. Tasas e indicadores socioeconómicos (EPH) Cuarto trimestre de 2019. Disponible en https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/mercado_trabajo_eph_4trim19EDC756AEAE.pdf.

Informe del Observatorio de Dinámica Laboral del Partido de Gral. Pueyrredón. (Mayo 2020). El impacto del aislamiento obligatorio sobre el trabajo, los ingresos y el cuidado. Nº 2, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Nacional de Mar del Plata. Disponible en: http://nulan.mdp.edu.ar/3327/1/info-odil-may2020.pdf

Mar del Plata entre todos (Mayo 2020). La opinión de los marplatenses frente al COVID-19. Impacto de la pandemia en la realidad local. Encuesta realizada con el aporte de Fawaris.Disponible en: https://mardelplataentretodos.org/documento/67

Qué Digital (17/05/2020). “Coronavirus: desempleo y pobreza, las mayores preocupaciones de los marplatenses.” Recuperado de: https://quedigital.com.ar/sociedad/coronavirus-desempleo-y-pobreza-las-mayores-preocupaciones-de-los-marplatenses/. Consultado el 1/06/2020.

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Notas:

[1] El Barrio 31, 1-11-14, Villa Azul y Villa Itatí fueron algunos de los espacios que tuvieron mayor preocupación estatal por el crecimiento exponencial de casos detectados y la histórica falta de infraestructura sanitaria y habitacional.

[2] INDEC. Incidencia de la pobreza y la indigencia en 31 aglomerados urbanos. Primer Semestre de 2019. Ministerio de Hacienda. Presidencia de la Nación. En línea: https://www.indec.gob.ar/uploads/informe sdeprensa/eph_pobreza_01_19422F5FC20A.pdf

[3] Unicef (22 de abril de 2020). COVID-19: fuerte pérdida de ingresos, dificultades en la compra de alimentos y aprobación del aislamiento social preventivo. Comunicado de prensa. Recuperado de: https://www.unicef.org/argentina/comunicados-prensa/covid-19-unicef-encuesta-percepcion-poblacion. Consultado el 1/06/2020.

[4] Ibid.

[5] Datos disponibles en https://datos.mardelplata.gob.ar/ para Mar del Plata; https://gobierno abierto.bahia.gob.ar/coronavirus/ para Bahía Blanca; y https://coronavirus.laplata.gob.ar/ para La Plata.

[6] Datos disponibles en https://datos.mardelplata.gob.ar/ para Mar del Plata; https://gobierno abierto.bahia.gob.ar/coronavirus/ para Bahía Blanca; y https://coronavirus.laplata.gob.ar/ para La Plata.

[7] Telefé Mar del Plata (25 de junio de 2020). Coronavirus en Argentina: 1.124 muertes y 14.788 recuperados. Disponible en: https://mardelplata.telefe.com/nacional/coronavirus-en-argentina-1124-muertes-y-14788-recuperados/?fbclid=IwAR1J-ljXKGLXPyE4VJ4YIahcTfPm8oIAB-hI4zLOsm5uPOj_Qgn6PE6N8LI. Consultado el 30/06/2020.

[8] INDEC. Cuadros regulares.  EPH Continua. Cuarto Trimestre de 2019. Disponible en: https://www.indec.gob.ar /indec/web/Institucional-Indec-bases_EPH_tabulado_continua

[9] INDEC. Trabajo e ingresos Vol. 4, n° 1. Mercado de trabajo. Tasas e indicadores socioeconómicos (EPH) Cuarto trimestre de 2019. Disponible en https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/mercado _trabajo_eph_4trim19EDC756AEAE.pdf. P. 13.

[10] Disponibles en: https://www.mardelplata.gob.ar/Contenido/estadisticas-covid-19

[11] Mar del Plata entre todos (Mayo 2020). “La opinión de los marplatenses frente al COVID-19. Impacto de la pandemia en la realidad local. Encuesta realizada con el aporte de Fawaris. Disponible en: https://mardelplataentretodos.org/documento/67

[12] Informe del Observatorio de Dinámica Laboral del Partido de Gral. Pueyrredón. (Mayo 2020). El impacto del aislamiento obligatorio sobre el trabajo, los ingresos y el cuidado. Nº 2, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Nacional de Mar del Plata. P. 9. Disponible en: http://nulan.mdp.edu.ar/3327/1/info-odil-may2020.pdf

[13] Informe del Observatorio de Dinámica Laboral del Partido de Gral. Pueyrredón. (Mayo 2020). Op. Cit. Disponible en: http://nulan.mdp.edu.ar/3327/1/info-odil-may2020.pdf

[14] INDEC. Trabajo e ingresos. Mercado de trabajo. Tasas e indicadores socioeconómicos (EPH) Segundo trimestre de 2018 y 2019. Disponible en: https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-4-31-58