Elecciones PASO 2021: baja en la participación y fragmentación partidaria electoral

Augusto Bianchino

 INHUS-CONICET-UNMdP

 

Introducción

En la República Argentina hemos celebrado un nuevo proceso electoral. Analizaremos los resultados de estos comicios haciendo foco en algunos elementos que destacan respecto a elecciones anteriores. Una cuestión fundamental de la elección del último domingo es la importante disminución en la participación de los votantes, siendo la más baja de los últimos 10 años. A su vez se registra, tanto a nivel local como provincial un crecimiento de la fragmentación partidaria electoral que alcanza niveles similares a los registrados en la crisis de 2001/2002. Finalmente revisaremos algunas cuestiones respecto a los posibles trasvasamientos de votos entre elecciones. Pero antes de abordar los resultados locales y provinciales, es necesario algunas aclaraciones sobre el análisis de resultados electorales.

La reforma política y electoral de 2009[1] introdujo el mecanismo de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Esto implicó que las elecciones se desdoblaran y el lugar de una se realicen dos por año electoral. Esto tiene consecuencias para el votante y los partidos políticos, y también para quienes estudiamos estos fenómenos. Las elecciones primarias y generales son dos tipos de comicios diferentes, no indagaremos en sus características distintivas en este artículo, alcanza con formular que para que las comparaciones entre cada año electoral sean pertinentes y eviten el mayor sesgo posible, es recomendable comparar entre los mismos tipos de elecciones. Algo similar podemos afirmar sobre las elecciones legislativas y las ejecutivas. Esto no significa que sea inadecuado comparar entre comicios de diverso tipo, sino que de hacerlo es necesario saber que la forma en la que se constituye –jurídica y operativamente– el electorado y la oferta de candidatos no se configura de la misma manera en cada caso. Un ejemplo muy común pero esclarecedor de la cuestión, es que para las elecciones ejecutivas se constituye un distrito único de votación para presidente, en el que todos los argentinos votan entre las mismas opciones para esa categoría de nivel nacional. A diferencia de lo que sucede en elecciones legislativas, en las que no hay un distrito de votación único a nivel nacional y se votan legisladores nacionales por provincia.

A continuación, analizaremos los resultados de las elecciones legislativas primarias de 2021[2], comparándolos con las primarias legislativas de años anteriores, y haremos referencia a otros tipos de elecciones sólo a los efectos de reflexionar sobre cuestiones como la participación electoral y posibles acompañamientos o fidelizaciones en términos de orientaciones programáticas, las cuales en última instancia no explican por sí solas el comportamiento electoral.

General Pueyrredon

A nivel local se confeccionó un padrón con 580.412 electores. El domingo 12 de septiembre concurrieron a ejercer su derecho al sufragio alrededor de 6 de cada 10 marplatenses y batanenses habilitados para votar. Según el recuento provisional publicado, el número de votantes registrado con un 95,33% de mesas escrutadas es de 346.588. Es decir, la participación electoral fue de 59,71%, número que deberá ajustarse con el escrutinio definitivo, pero que no va a cambiar significativamente. Si lo comparamos con la participación de años anteriores, observamos que es la más baja desde las elecciones de 2011. Como ya aclaramos, para evaluar la participación incluimos en la comparación todos los comicios anteriores (Tabla 1), puesto que lo que queremos ver es en qué medida las personas concurren a votar, y no a quién votan o cómo lo hacen.

 

Tabla 1. Evolución de la participación electoral en General Pueyrredon entre 2011 y 2021
2011 2013 2015 2017 2019 2021
PASO 73,09% 72,35% 68,35% 70,52% 71,35% 59,71%
GENERAL 74,44% 74,34% 75,55% 71,99% 76,06% 14 nov 2021
Fuente: construcción propia en base a datos Junta Electoral Prov. Buenos Aires y Ministerio del Interior Argentina

 

El promedio de la participación entre 2011 y 2021 en elecciones primarias es de 69,23% del padrón. Vemos entonces que en 2021 el porcentaje de votantes que concurrieron está 10 puntos porcentuales por debajo de la media histórica. Esta es una disminución drástica y atípica si consideramos que la variación normal que se registra en el período es en promedio menor de 2 puntos respecto a la media histórica. Sin embargo, al cotejar los niveles de participación entre primarias y generales vemos que en todos los casos aumenta la participación entre la primera y la segunda elección. La participación en General Pueyrredon entre 2011 y 2019 aumentó en promedio en 3,34 puntos porcentuales. Vale remarcar este punto, ya que es esperable que la cantidad de votantes se incremente el próximo 14 de noviembre, acercándose un poco más a los niveles de participación de años anteriores.

Escenarios con poca participación electoral no son inéditos en nuestro país y en general suelen estar asociados a contextos de crisis como el actual (Calvo y Escolar, 2005). Pero este no es el único fenómeno que se repite en esta elección, también asistimos a un aumento de la cantidad de opciones de voto, es decir una mayor fragmentación partidaria de la oferta electoral (Varetto y Navarro, 2014). Sin contar las listas internas, se presentaron este año en General Pueyrredon veinte (20) fuerzas políticas (ver Tabla 2). Si bien la fragmentación siempre es mayor en elecciones legislativas que en ejecutivas, en 2021 alcanza su máxima cantidad desde 2005. Con altas y bajas este fenómeno registra un comportamiento progresivo desde finales de la década del noventa, y vuelve a alcanzar hoy los límites máximos, que se observaban en el contexto de las crisis de 2001/2002 (Chasquetti, 2001; Torre, 2002; Leiras, 2008). En este sentido vale preguntarse por las similitudes o diferencias en términos de representación y participación política que pueda haber entre los procesos electorales de aquellas crisis de principio de siglo y los procesos actuales. Cuestiones que se harán más evidentes luego de la elección de noviembre, que allanará el camino de la reflexión gracias a la experiencia del proceso electoral concluido.

 

Tabla 2. Resultados provisorios elecciones primarias 2021 General Pueyrredon
Electores Hábiles 580.412
Partidos / Alianzas Electorales VOTOS %
ALIANZA JUNTOS POR EL CAMBIO 150.372 46,84
ALIANZA FRENTE DE TODOS 87.077 27,12
AVANZA LIBERTAD 18.627 5,8
ALIANZA FRENTE DE IZQUIERDA Y DE LOS TRABAJADORES 12.334 4,69
ACCION MARPLATENSE – ACCION MARPLATENSE 11.730 3,65
CREAR MAR DEL PLATA 9.416 2,93
MOVIMIENTO AL SOCIALISMO 3.717 1,15
VOCACION SOCIAL 3.549 1,1
UNION CELESTE Y BLANCO 3.489 1,08
UNION POR TODOS 2.413 0,75
REPUBLICANO FEDERAL 2.267 0,7
FEDERAL 2.155 0,67
HUMANISTA 2.155 0,67
FRENTE PATRIOTA 2.115 0,65
AGRUPACION MUNICIPAL ENLACE 1.667 0,51
TODOS POR BUENOS AIRES 1.667 0,51
CONSERVADOR POPULAR 1.326 0,41
RENVADOR FEDERAL 1.100 0,34
CORRIENTE DE PENSAMIENTO BONAERENSE 683 0,21
MOVIMIENTO ORGANIZACIÓN DEMOCRATICA 403 0,12
VOTOS POSITIVOS 321.010 92,62
VOTO EN BLANCO 16.250 4,68
VOTOS NULOS 8.671 2,5
TOTAL VOTANTES 346.588 59,71
Fuente: Ministerio del Interior Argentina

 

La cuantiosa oferta electoral se reduce con fuerza luego de las primarias[3]. Sólo seis (6) fuerzas políticas superan el umbral de 1,5% necesario para acceder a la elección general. Esto supone alrededor de un 9% de los votantes que tendrán que elegir una nueva opción en noviembre. El voto en blanco no presenta en esta elección un comportamiento fuera de lo esperado, se ubica dentro del rango histórico, incluso lejos de los límites máximos, como en las primarias de 2011 que alcanzó el 10,17% en el distrito. El voto en blanco entre primarias y generales suele reducirse en algunos puntos porcentuales, 2,2% en promedio entre 2011 y 2021. Junto al posible aumento de la participación seguramente tendremos alrededor un 13% del voto local que será disputado por las seis listas que competirán en las próximas elecciones.

Los resultados de la primaria local, a diferencia de lo que veremos sobre la provincial, dejan un escenario altamente determinado en clave de competencia. La ventaja de casi 20 puntos porcentuales para Juntos por el Cambio (JxC) sobre el segundo, Frente de Todos (FdT), no permite avizorar que pueda ocurrir un cambio en el orden de los contendientes en las generales de noviembre. Sin embargo, cuando se comparan estas elecciones con las primarias legislativas de 2017 vemos que ambos espacios crecen porcentualmente y que la distancia entre JxC y FdT fue también de 20 puntos en esa ocasión. Una cuestión relevante se da con el sector liderado por Sergio Massa, que en 2017 presenta su propia lista (1País) y en 2021 está integrado en el FdT. El 12% que obtuvo esa fuerza en las primarias de 2017 no se transfirieron al caudal electoral del FdT en esta ocasión. Cabe preguntarse cuál es la relación que guarda esa porción del electorado local que votó a 1País en 2017 con el porcentaje de personas que no concurrió a votar, votó en blanco, o votó a una opción que no superó el umbral de las PASO en 2021[4]. Aquí podemos encontrar un indicio para el crecimiento electoral del Kirchnerismo a nivel local. Por su parte JxC es posible que haya alcanzado su techo electoral, nada desestimable en cantidad de votos, y que por ahora permite suponer que volverá a triunfar en noviembre. La distribución del resto de los votos a las fuerzas que superaron el umbral de 1,5% no presenta grandes sorpresas incluso si se compara con 2019 (vg. el espacio político liderado por Espert), a excepción de CREAR Mar del Plata (espacio político que se desprende de JxC), que se presenta a elecciones por primera vez logrando superar el piso mínimo de votos para dar batalla en las generales.

 

Provincia de Buenos Aires

El escenario bonaerense de acuerdo al recuento provisorio de votos también registra un nivel de participación bajo respecto a la media de los últimos 10 años. De un padrón con 12.740.804 de personas habilitadas para votar, concurrió el 66,2% (8.434.037) con cerca del 97% de las mesas escrutadas. La participación en estas primarias provinciales quedó, al igual que en General Pueyrredon, casi 10 puntos por debajo del promedio histórico (75,51%). Sin embargo, en este caso también se puede observar (Tabla 3) que entre las primarias y las generales la participación aumenta.

 

Tabla 3. Evolución de la participación electoral en provincia de Buenos Aires entre 2011 y 2021
2011 2013 2015 2017 2019 2021
PASO 79,47% 79,51% 74,25% 77,63% 76,01% 66,20%
GENERAL 80,84% 81,50% 84,48% 78,88% 80,00%
Fuente: construcción propia en base a datos Junta Electoral Prov. Buenos Aires y Ministerio del Interior Argentina

 

La fragmentación partidaria electoral en provincia también fue en 2021 la más alta registrada desde 2005. Se presentaron sin contar listas internas 25 opciones políticas para votar en estas primarias legislativas. Esta fragmentación es más relevante si se considera las elecciones (primarias y ejecutivas) entre 2011 y 2019, período con una media de oferta electoral en primarias de 12 partidos o coaliciones. Así las primarias bonaerenses de este año duplican la fragmentación promedio. Aunque no analizaremos las posibles causas de este fenómeno, si es importante remarcarlo, puesto que esta baja de participación y fragmentación no se registraba desde hace quince años.

 

Tabla 4. Resultados provisorios elecciones primarias 2021

provincia de Buenos Aires

Electores Hábiles 12.740.804  
% de Votantes 66,20%  
Fórmulas – Partidos / Alianzas Electorales VOTOS %*
JUNTOS 3.149.989 37,99%
FRENTE DE TODOS 2.789.022 33,64%
FRENTE DE IZQUIERDA Y DE TRABAJADORES 432.923 5,22%
AVANZA LIBERTAD 404.016 4,87%
FRENTE VAMOS CON VOS 308.264 3,71%
VALORES 120.690 1,45%
VOCACION SOCIAL 91.985 1,10%
REPUBLICANO FEDERAL 80.006 0,96%
FRENTE UNION POR EL FUTURO 79.423 0,95%
MOVIMIENTO AL SOCIALISMO 70.348 0,84%
FRENTE PATRIOTA 50.395 0,60%
FEDERAL 49.213 0,59%
TODOS POR BUENOS AIRES 45.306 0,54%
CELESTE PROVIDA 43.993 0,53%
VERDE 41.828 0,50%
POPULAR 34.422 0,41%
POLITICA OBRERA 28.077 0,33%
PROYECTO JUSTO, SOCIAL Y HUMANISTA 24.590 0,29%
CONSERVADOR POPULAR 22.723 0,27%
ESPERANZA DEL PUEBLO 14.336 0,17%
CORRIENTE DE PENSAMIENTO BONAERENSE 13.209 0,15%
JUSTICIA Y DIGNIDAD PATRIOTICA 8.537 0,10%
UNIDAD SOCIAL 8.123 0,09%
MORAL Y PROGRESO 2.877 0,03%
LABORISTA 2.817 0,03%
VOTOS POSITIVOS 7.917.112 93,87%
VOTO EN BLANCO 372.368 4,41%
VOTOS NULOS 132.782 1,57%
TOTAL VOTANTES 8.434.037
Fuente: Ministerio del Interior Argentina
* Los porcentajes figuran igual que en la publicación oficial de la Dirección Nacional Electoral

 

Los votos en provincia despertaron sorpresa en los medios y en las altas esferas del oficialismo. Los dirigentes políticos del gobierno asumieron una derrota que es posible leerla más en clave de comportamiento político que de comportamiento electoral. Y es que, al revisar los resultados para diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, si se comparan estos números con la primaria legislativa de 2017 (ver anexo Tabla 6) vemos que se repiten casi exactamente los números para los dos primeros competidores. En 2017 Cambiemos obtuvo para la categoría diputado nacional el 36% mientras que Unidad Ciudadana (UC) quedó en segundo lugar con el 34%. En 2021 Juntos por el Cambio consigue alrededor del 38% de los votos y el Frente de Todos alrededor del 34%. Aunque los nombres varíen, consideramos estos dos sectores como los dos grandes polos de la política coalicional actual. Si comparamos las dos últimas primarias legislativas, el sector liderado por el kirchnerismo se hizo en ambos comicios con un porcentaje de 34%. Por su parte la alianza JxC aumenta su caudal electoral en alrededor de dos puntos en 2021 respecto de 2017.

En esta comparación entre primarias sigue presente la cuestión de los votos que ganó 1País en 2017. En el caso de la provincia obtuvo para la categoría diputado nacional 15% de los sufragios. Este espacio político liderado por el actual presidente de la Cámara de Diputados de Nación, se encuentra, como ya lo remarcamos, dentro de la alianza FdT. Sin embargo, nos encontramos al igual que a nivel local con una transferencia de votos esperable que no sucede. ¿Por qué preguntarnos esto? Si introducimos en la comparación las elecciones primarias de 2019 para la categoría a diputado nacional (ver anexo Tabla 7), vemos que en esa ocasión el FdT (que agrupa las fuerzas que en 2017 se presentaron como UC y 1País) obtiene el 49% de los votos válidos. Cifra cercana a la suma de los votos en 2017 de UC (34%) y 1País (15%). Esto varía cuando las comparaciones se establecen para las categorías de presidente en 2019, por ello a la hora de evaluar resultados es mejor discernir lo que implica poner en relación cada categoría de cargos electorales.

Otra cuestión relevante y que nos insta a pensar la forma en que los medios periodísticos comunican los resultados electorales, es la distribución de los votos por candidatos. Si observamos la Tabla 5 que muestra las fuerzas y candidatos que superan el piso de 1,5% de votos para acceder a las generales de noviembre, la candidata que mayor cantidad de votos registra es Victoria Tolosa Paz con el 33% de los votos. En segundo lugar, Diego Santilli con el 23% y seguido de Facundo Manes con el 15% de los sufragios. La diferencia entre la candidata más votada del FdT y el segundo es de 10 puntos porcentuales, lo que equivale a alrededor de 1millón de votos. Si se suman los votos de Santilli y Manes candidatos que pertenecen a JxC, como sabemos, superan a Tolosa Paz en cerca de 5 puntos, porcentaje que supone alrededor de 500mil votos. Esta es la diferencia concreta que podemos esperar con el escrutinio definitivo entre el FdT y JxC en las últimas primarias bonaerenses para diputado nacional.

 

Tabla 5. Alianzas/Partidos que superaron el ubral de 1,5% de votos
Fórmulas – Partidos / Alianzas Electorales VOTOS %
JUNTOS 3.149.989 37,99%
_Santilli 1.895.769 60,18%
_Manes 1.254.220 39,82%
FRENTE DE TODOS 2.789.022 33,64%
_Tolosa Paz 2.789.022 100%
FRENTE DE IZQUIERDA Y DE TRABAJADORES 432.923 5,22%
_Del Caño 347.539 80,27%
_Bodart 85.384 19,72%
AVANZA LIBERTAD 404.016 4,87%
_Espert 404.016 100%
FRENTE VAMOS CON VOS 308.264 3,71%
_Randazzo 308.264 100%
RESTO 832.898 9,93%
Voto no positivo 505.150 9,93%
Fuente: Ministerio del Interior Argentina

 

A diferencia de los resultados que observamos para General Pueyrredon, vemos que no sólo es un resultado factible cambiar ganadores por perdedores en noviembre, sino que las posibilidades son mucho más concretas. Además, estos números no parecieran suponer una derrota contundente por parte del oficialismo, como se menta día a día desde la aparición pública de los resultados. Si consideramos estos números para provincia, y el comportamiento general de las primarias legislativas de años anteriores los resultados pueden considerarse dentro de lo esperado, tengamos en cuenta, por ejemplo, que el Kirchnerismo no gana una elección legislativa desde 2005. Sin embargo, hemos asistido a una declinación contundente en el plano discursivo por parte del gobierno, en particular del ejecutivo nacional. Seguramente, porque a diferencia de los que nos toca en este breve análisis, la imagen general que dejan las elecciones cuando se las considera en su conjunto, esto es, viendo los resultados de todas las provincias, la imagen puede no ser tan alentadora para el gobierno nacional.

Volviendo a la provincia de Buenos Aires restará ver cómo se configura la disputa por los votos que depositaron su expectativa en opciones que no superaron el umbral electoral, que suman alrededor del 10% de los votos emitidos. Si además consideramos los votos en blanco pasibles de convertirse en voto positivo, y el aumento esperable de participación, se estarán disputando cerca de 1 millón de votos para redistribuir entre los contendientes del próximo 14 de noviembre.

Bibliografía

  • Calvo, E. y Escolar, M. (2005). La nueva política de partidos en la Argentina: Crisis política, realineamientos partidarios y reforma electoral. Buenos Aires, Argentina: Editorial Prometeo.
  • Leiras, M. (junio de 2008): Efectos de la descentralización sobre la nacionalización de los sistemas de partidos: un examen de la teoría con base en el análisis de casos latinoamericanos. Jornadas “Federalismo y política subnacional: Argentina en perspectiva comparada. Universidad Torcuato Di Tella, Buenos Aires.
  • Varetto, C. y Navarro, M. (2014). La estructura de competencia partidaria Argentina: análisis y evaluación de la imagen analítica de la «territorialización» del sistema de partidos. Revista chilena de derecho y ciencia política, Vol. 5, (núm. 1) 109-147
  • Tchintian, C., Tullio, A. & Abdala, M.B. (2020). Elecciones argentinas 2021: ¿cómo organizar los comicios subnacionales en escenarios de pandemia o pospandemia? Buenos Aires: CIPPEC.
  • Torre, Juan Carlos (2003). Los huérfanos de la política de partidos. Sobre los alcances y la naturaleza de la crisis de representación partidaria. Revista Desarrollo Económico 42(168),647-665

Fuentes

Anexo

Tabla 6. Resultados elecciones primarias 2017 provincia de Buenos Aires
Electores Hábiles 12.250.862  
% de Votantes 77,63  
Partidos / Alianzas Electorales VOTOS %
ALIANZA CAMBIEMOS BUENOS AIRES – CAMBIANDO JUNTOS 3.240.499 36,37
ALIANZA UNIDAD CIUDADANA – CELESTE Y BLANCA U 3.054.886 34,28
ALIANZA 1PAISc – UN PAIS UNIDO HOY Y SIEMPRE 1.379.007 15,48
ALIANZA FRENTE JUSTICIALISTA – CUMPLIR 528.474 5,93
ALIANZA FRENTE DE IZQUIERDA Y DE LOS TRABAJADORES – LISTA 1 340.106 3,82
ALIANZA IZQUIERDA AL FRENTE POR EL SOCIALISMO – UNIDAD DE LA IZQUIERDA 105.465 1,18
ALIANZA FRENTE SOCIALISTA Y POPULAR – LISTA A 46.695 0,52
ALIANZA CREO – CONVICCIONES 42.271 0,47
PATRIA GRANDE – VAMOS 38.420 0,43
PARTIDO FEDERAL 30.870 0,35
– CELESTE Y BLANCA 14.296 0,16
– FEDERALISMO PURO 6.923 0,08
– ROJO PUNZO 5.708 0,06
– ALTERNATIVA 3.943 0,04
ALIANZA FRENTE PATRIOTA BANDERA VECINAL 29.762 0,33
PARTIDO HUMANISTA – NARANJA 24.599 0,28
TODOS POR BUENOS AIRES – TOBA 17.567 0,2
ALIANZA ENCUENTRO POPULAR POR TIERRA TECHO Y TRABAJO 15.794 0,18
PARTIDO DEL CAMPO POPULAR – INDEPENDENCIA 8.675 0,1
MOVIMIENTO ORGANIZACIÓN DEMOCRÁTICA – COMPROMISO CIUDADANO 5.756 0,06
MOVIMIENTO AMPLIO DE TRABAJADORES Y JUBILADOS – UNIDAD 1 1.731 0,02
VOTOS POSITIVOS 8.910.577 93,69
VOTOS EN BLANCO 515.156 5,42
VOTOS VALIDOS 9.425.733 99,11
VOTOS NULOS 84.578 0,89
TOTAL VOTANTES 9.510.311  
Fuente: Ministerio del Interior Argentina

 

Tabla 7. Resultados elecciones primarias 2019 a Diputado Nacional provincia de Buenos Aires

Electores Hábiles 12.507.200
% de Votantes 78,76
Partidos / Alianzas Electorales – Listas VOTOS %
ALIANZA FRENTE DE TODOS 4.782.574 53,35
ALIANZA JUNTOS POR EL CAMBIO 3.006.471 33,53
ALIANZA CONSENSO FEDERAL 656.041 7,32
ALIANZA FRENTE DE IZQUIERDA Y DE LOS TRABAJADORES – UNIDAD 355.946 3,97
MOVIMIENTO DE AVANZADA SOCIALISTA 72.553 0,81
FRENTE PATRIOTA 24.370 0,27
PARTIDO DIGNIDAD POPULAR 21.434 0,24
PARTIDO HUMANISTA 15.687 0,17
MOVIMIENTO DE ORGANIZACION DEMOCRATICA-MODE 11.131 0,12
PARTIDO RENOVADOR FEDERAL 9.213 0,1
PARTIDO REPUBLICANO FEDERAL 8.182 0,09
MORAL Y PROGRESO 1.702 0,02
VOTOS POSITIVOS 8.965.304 91,08
VOTOS EN BLANCO 811.490 8,24
VOTOS VALIDOS 9.776.794 99,32
VOTOS NULOS 67.033 0,68
TOTAL VOTANTES 9.843.827
Fuente: Ministerio del Interior Argentina

[1] La reforma política de 2009 en Argentina se realizó a partir de la sanción de la Ley 26.571 de Democratización de la Representatividad Política, la Transparencia y la Equidad Electoral.

[2] Los datos corresponden al recuento provisional de resultados publicados por la Dirección Nacional Electoral dependiente del Ministerio del Interior de Nación.

[3] El mecanismo de las Primarias permite controlar el número de partidos a partir de la implementación de un umbral que dispone un piso mínimo de 1,5% del total de votos que debe ser alcanzado para poder competir en las elecciones generales. Este dispositivo del sistema electoral argentino permite reducir la fragmentación partidaria electoral.

[4] Suponemos que parte de ese porcentaje en 2019 optó por la Boleta del Frente de Todos, sin embargo, para esa elección se deberá analizar la transferencia de votos diferenciando las categorías electorales (presidente, gobernador, diputados, etc.). Veremos un ejemplo de esta comparación en el análisis sobre provincia de buenos aires.

Encuestas electorales en debate

 Augusto Bianchino (UNMdP)

«Una encuesta no dice lo que la gente piensa, sino lo que la gente dice»

Schuster, 2003

 

Pronósticos y resultados

Varios fueron los pronósticos fallidos en las vísperas de las elecciones generales de octubre de 2015. Realizados por consultores políticos y analistas de opinión pública mediante resultados de encuestas electorales, estos magros vaticinios generaron una crítica masiva que estuvo mal direccionada en cuanto al objeto de la misma: la encuesta.

Debe tomarse nota que dichas críticas fueron realizadas por los medios de comunicación, quienes por su parte son los principales difusores de las predicciones electorales. Periodistas, opinólogos, panelistas, convirtieron en blanco de sus ataques “críticos” a la confiabilidad de los instrumentos metodológicos que permiten desde mediados del silgo pasado realizar análisis empíricos sobre el fenómeno social del voto. A salvo de las descalificaciones estuvieron los propios medios de comunicación de los cuales forman parte y que hacen uso sesgado de los resultados predictivos de las encuestas electorales, estudios que en muchos casos son financiados por dirigentes políticos con la intención de mejorar su posición e imagen en connivencia con consultores y operadores mediáticos (Cabrera, Musolino y Taquino 2016).

Al hablar de encuestas es necesario discernir entre estudios fundamentados científicamente, capaces de presentar resultados corroborables y válidos, y aquellos estudios que son construcciones dirigidas hacia la generación de opinión pública, con altos niveles de sesgo y poco sustentables en sus resultados. Si bien en la literatura especializada la capacidad de prognosis de las encuestas preelectorales no ha sido suficientemente tratada aún, diversos autores  coinciden en tratar esta cuestión vinculándola a la influencia que tienen la difusión de resultados de encuestas sobre la población objetivo (electorado) y la opinión pública. De esta forma, puede ordenarse el debate sobre las predicciones erradas para las últimas elecciones generales de nuestro país, en dos posibles dimensiones: por un lado la investigación empírica sobre el fenómeno social del voto (Brandy, 2000) y, por otro lado, la relación entre instrumentos generadores de opinión pública y los medios comerciales de comunicación (Donoso y otros 2005, Wert 2000).

 Predicción

El análisis de la intención de voto mediante encuesta electoral intenta, entre otras cuestiones, predecir el voto efectivo que realizan los electores, y a diferencia de otros tipos de encuesta, cuenta con la ventaja de contrastar su vaticinio con los resultados de los comicios. Pero esta instancia de corroboración no debe confundirse con la validez metodológica del estudio que presenta un pronóstico electoral. Puesto que estudios de gran calidad metodológica no han arribado a predicciones correctas mientras que encuestas poco fiables metodológicamente han acertado con gran precisión (Acosta, Jorrat y Pérez Lloveras 2000). Sin desconocer que a mayor rigurosidad metodológica menor probabilidad de error posee el estudio.

Como es sabido, no hay técnica que permita capturar los fenómenos sociales como si estos fueran un todo coherente de una realidad externa asible por la capacidad de la técnica. Claro está que el problema no es la técnica sino la naturaleza ontológica del fenómeno. Así, en el caso de la intención de voto la técnica permite construir un patrón o esquema que facilita al investigador la interpretación del fenómeno social del voto, pero nunca una predicción absoluta a modo de ecuación matemática. Surge entonces la cuestión de la capacidad del investigador, es decir, de aquel que pone en práctica la técnica, en nuestro caso, la encuesta electoral. Vemos ahora como aquella crítica sobre la falibilidad predictiva puede comenzar a desplazarse del método al investigador. Esto es así porque la intención de voto, como todo dato empírico, es interpretación.

La predicción electoral es en gran medida una interpretación del investigador (con mayor probabilidad de acierto a mayor rigurosidad en el método). Y por otro lado, no se puede pretender que la encuesta brinde más de lo que tiene para dar. “Un pronóstico electoral no puede prescindir del análisis político y sociológico del investigador” (Brandy, 2000:137). En síntesis, cuando la encuesta electoral es construida e instrumentalizada correctamente, y los resultados procesados (interpretados) mediante hipótesis teóricamente fundadas, surgen diagnósticos que, en muchos casos, cuentan con la formulación de pronósticos. Si no se comprende la complejidad de este proceso analítico puede caerse en la simplificación de que son las encuestas las que realizan los pronósticos y no quienes aplican esta técnica (Cabrera, Musolino y Taquino, 2016). De modo tal que no es raro encontrarnos en los medios comerciales de comunicación que los debates actuales giren en torno a la fiabilidad de la encuesta en lugar de discutir la capacidad analítica de aquellos que la implementan.

Actores del proceso

Cuando observamos la realización de un estudio o sondeo para conocer las características y opiniones de una población, es preciso reconocer quienes son los que intervienen en el proceso. Como fue dicho anteriormente, los resultados de un sondeo son el producto de la interpretación del analista sobre los datos recogidos por una encuesta. Pero no todos los análisis de opinión pública e intención de voto son con motivo de contribuir al acervo de conocimientos de las ciencias sociales de nuestro país. Es necesario tener presente que los resultados y análisis de encuestas electorales llegan a la población a través de los medios de comunicación, y que estos estudios son encargados a los analistas o bien de los mismos mass media o bien por algún dirigente político.

No es sólo el investigador y su equipo los que intervienen en el proceso de construcción e interpretación de los resultados, sino que nos encontramos al menos con dos actores más, los medios de comunicación y los sectores políticos que encargan los estudios, ya sea para conocer la opinión de la ciudadanía o para saber cuáles son las opciones electorales preferenciales. “Cuando las predicciones no se cumplen los mass media logran su cometido, forjando -entre otros efectos- una fuerte crítica hacia las encuestas. Sin embargo, los ataques apuntan sólo a la técnica, y no a los restantes y necesarios partícipes del proceso” (Cabrera, 2010:3). Nuevamente y con más fuerza, podemos encontrar motivos para desplazar la crítica centrada en la encuesta hacía los actores que intervienen en la construcción y divulgación interesada de este tipo de información.

General Pueyrredon

En el distrito local el debate no varió sustancialmente. Los yerros que se suscitaron en las predicciones locales fueron presentados por los operadores mediáticos como errores de método: la encuesta predijo mal. No es objeto de este artículo comparar resultados efectivos, sino contribuir al debate de la capacidad predictiva de los estudios electorales. Baste con aclarar que en el partido de General Pueyrredon se presentaron predicciones previas a las generales de octubre 2015 que incluso daban por ganador al candidato que luego fue derrotado en las urnas.

Los límites y alcances de la capacidad de predicción de los estudios electorales no están necesariamente en relación con la población objetivo. Pero el caso de General Pueyrredon presenta algunas características que destacan la complejidad de su electorado. El padrón electoral del partido es mayor al de varias provincias argentinas, lo que implica la construcción de un muestreo estadístico amplio mayor a los 400 casos usuales según estiman los manuales. La heterogeneidad de sectores socioeconómicos que se encuentra de un barrio a otro o incluso dentro de un mismo barrio dificulta aún más la construcción de una muestra adecuada. Tanto es así que la aplicación de muestreos aleatorios probabilísticos no garantiza la representatividad de la muestra. Estos son algunos de los elementos que deben tenerse en cuenta y es aquí donde la pericia del investigador es definitoria, sólo la experiencia en el campo puede brindar el criterio suficiente para alcanzar un estudio muestral que pueda extrapolarse al universo.

Otra cuestión de fondo, que aun contando con precisión y rigurosidad en la instrumentalización de la encuesta recae en el criterio del realizador del estudio, es la composición de la escena política local. Es de esperar que un caudal de votos tan amplio como el que se disputa en este distrito, tenga un correlato de complejidad en la conformación de los sectores políticos y sus alianzas. Arroja luz sobre este tema el mapa de configuraciones políticas construido por el Observatorio Ciudadano Político y Electoral de la UNMdP donde se grafican las intrincadas relaciones del campo político marplatense.

El debate en Argentina sobre la capacidad prognóstica de las encuestas electorales no es actual, del mismo modo que los desaciertos predictivos no sucedieron sólo en las elecciones generales de 2015. Desde el caso Otaegui (Somos, 1993) hasta la actualidad existen casos de predicciones  desacertadas, aunque la balanza entre los pronósticos errados y los aciertos se vuelva a favor de las predicciones correctas.

Los medios de comunicación son quienes se precipitan rápidamente a publicar los análisis errados y las impericias centrando la atención de los errores en el método y no en el especialista (Cabrera, 2010). De manera tal que no es sobre el realizador de la encuesta que recae la responsabilidad, sino sobre el método, técnica, instrumento, o como se lo quiera denominar. Por su parte, sociólogos, politólogos y especialistas en general no han tenido la capacidad o la posibilidad en muchos casos de hacer frente a estos embates y a la necesaria defensa del método.

Ante el reduccionismo de las críticas mediáticas sobre la capacidad predictiva de las encuestas electorales pueden ser esclarecedoras las palabras de uno de los padres fundadores de este tipo de estudios en nuestro país: “las encuestas electorales, en los últimos veinte años, pronostican mejor los resultados electorales que los pronósticos meteorológicos los propios, los macroeconómicos los suyos y los bursátiles los de su tema. Pero, por sobre todo, pronostican mejor que cualquier analista político periodístico, para no hablar de los mismos políticos” (Mora y Araujo, 2005:494).

Bibliografía

  • Aceves González, Francisco de Jesús (2007): “Encuestas y elecciones presidenciales de 2006: instrumento de investigación mercadotécnica y/o vaticinio electoral”, en Nóesis, Volumen 16, Nº 31, Ciudad Juárez, México.
  • Acosta, Luis; Jorrat, Jorge Raúl y Pérez Lloveras, Daniela (2000): «Precisión de las encuestas pre-electorales en Argentina: elecciones presidenciales de 1995 y 1999», en Revista Argentina de Ciencia Política, Número 4, página 57, Buenos Aires, Diciembre.
  • Cabrera, Daniel (2010): “En defensa de las encuestas”, en PostData, Volumen 15, Número 2, Buenos Aires, Octubre.
  • Daniel Cabrera; Sabrina Musolino; Belén Taquino (2016): “Midiendo la precisión de encuestas electorales”, en Métodos, metodologías y nuevas epistemologías en las ciencias sociales: desafíos para el conocimiento profundo de Nuestra América, 2016, ISSN 2408-3976.
  • Donoso, Sofía y otros (2006): Los estudios electorales, sus metodologías y capacidad predictiva, en Némesis, Nº 5, Santiago de Chile.
  • Mora y Araujo, Manuel (2005): El poder de la conversación, La Crujía, Buenos Aires.
  • Revista Somos (1993): «¿Qué le pasó, Javier?», en Somos, página 64, Buenos Aires, 4 de Octubre.
  • Wert, José Ignacio (2002): “No le contéis a mi madre que hago encuestas políticas. Ella cree aún que soy pianista en un burdel”, en Revista Española de Investigaciones Sociales (REIS), Número 99, Madrid.

Ballotage en Mar del Plata. Resultados y distribución territorial del sufragio

Marcela Ferrari, Mariana Pozzoni y Silvana Ferreyra

El 22 de noviembre de 2015 el candidato presidencial Mauricio Macri, de la coalición Cambiemos, triunfó en la segunda vuelta electoral con el 51,40% del total de los votos emitidos en todo el país sobre el candidato del Frente para la Victoria (FpV), Daniel Scioli quien alcanzó el 48,60%. La diferencia prácticamente se invirtió en provincia de Buenos Aires, donde Scioli obtuvo el 51,10% de los sufragios.

En la quinta sección electoral se recuperó la tendencia nacional ya que Macri se impuso por el 58.44%. Ese porcentaje se redujo en dos puntos en el partido de General Pueyrredón (PGP). En efecto, en este distrito las adhesiones electorales a los postulantes a la primera magistratura se repartieron entre el 56,6% que favoreció a Macri (226.078 votos) y el 43,4% a su adversario (173.170 sufragios). Las adhesiones crecieron notablemente respecto de las elecciones generales del 25 de octubre pasado, cuando alcanzaron respectivamente el 39.94% y el 32.29% del total de sufragios emitidos. En esa ocasión el porcentaje de voto a favor del macrismo también superaba el que había alcanzado en la provincia de Buenos Aires, donde Cambiemos obtuvo el 34.15% y el FPV el 37.08%.

En el ballotage la tendencia favorable al macrismo se acentuó, porque las mudanzas del voto desde otras fuerzas políticas lo favorecieron más que a su oponente, como indica la siguiente tabla:

 Tabla 1. Voto a candidatos presidenciales de Cambiemos y Frente para la Victoria en elecciones general y ballotage. Gral. Pueyrredón, 2015

25 de octubre

22 de noviembre

Incremento

Cambiemos 156.044 226.078 70.034
Frente para la Victoria 126.173 173.170 46.997
Fuentes: http://elecciones.gob.ar/articulo_princ.php?secc=2&sub_secc=57; http://www.lacapitalmdp.com/noticias/La-Ciudad/2015/10/30/290356.htm

El incremento en números absolutos que aparece en la tabla anterior representa un alza del 45% del caudal de voto de octubre para Cambiemos y del 37,25% para el FpV.

En noviembre votó el 76 % de los empadronados; los 129.761 ausentes significaron una reducción de la participación electoral del PGP con respecto al conjunto del país y la provincia. De los 411.034 votos emitidos, hubo 5331 votos en blanco, 6110 votos nulos y 345 impugnados o recurridos. Los votos positivos -es decir, por alguno de los dos candidatos- alcanzaron a 399.248.

 

Segmentación barrial del voto marplatense

 

De las 203 escuelas donde funcionaron mesas electorales, el candidato de la coalición Cambiemos triunfó en 148 –en 80 de ellas por encima del promedio que obtuvo en el PGP y en 68, por debajo de él- y el del FpV en 55. Una primera aproximación a los porcentajes de sufragio obtenidos en cada una de dichas escuelas pone de manifiesto que la distribución socio-territorial del voto no fue uniforme ni homogénea.

 Tabla Nº 2. Concentración del voto a candidatos presidenciales por zona y nº de escuelasPartido de Gral. Pueyrredón, ballotage 2015

Zonas

Scioli Macri (por debajo del promedio) Macri (por encima del promedio)
1 0 0 33
2 0 1 22
3 13 5 2
4 14 21 0
5 3 3 5
6 10 32 1
7 4 0 0
 Fuentes: http://www.areapsicopedagogica.com.ar; http://www.elecciones.gob.ar/articulo_princ.php?secc=2&sub_secc=57; http://www.wikimapia.org; http://www.mardelplata.gob.ar/Contenido/mapa-digital
Referencias: escuelas sin ubicar: 10 donde triunfó el FpV; 7 donde triunfó Macri por debajo del promedio y 17 por encima del promedio

 

ZONAS

La gran concentración del voto a Macri por encima del promedio local se dio en las zonas 1 y 2, que grosso modo podrían denominarse como centro y macro-centro; allí Scioli no triunfó en ninguna de las escuelas. Scioli se impuso sobre su adversario en zonas periféricas (zona 7 y 3), aunque con menos contundencia que en el caso anterior. En las restantes zonas la distribución fue más equilibrada, aunque favorable al macrismo (zonas 4 y 6).

La escuela donde más votos obtuvo el candidato del FPV (63,76%) fue la EP 49, pertenciente a la  zona 5 . Por su parte, Cambiemos obtuvo un 76,6% de los votos en el colegio IDRA, ubicado en la zona 1.

 NOTA:

A los fines del análisis dividimos el PGP en seis grandes zonas que agrupan barrios con continuidad territorial, entre otros:

1- La Perla, Primera Junta, Chauvin, Los Troncos, Stella Maris, Playa Grande;

2- San Juan, Don Bosco, Parque Luro, Santa Mónica, Nueva Pompeya;

3- Caisamar, Constitución, Aeroparque, Alto Camet, Parque Peña, Las Dalias;

4- Nueve de Julio, Las Lilas, Regional, Belgrano, Jorge Newbery, Hipódromo, Libertad, Echepare, López de Gomara, Don Emilio;

5- Villa Primera, Sarmiento, Los Andes, Bernardino Rivadavia, San Antonio, El Gaucho, Los Pinares, Bosque Alegre;

6- Peralta Ramos Oeste, El Martillo, Fortunato de la Plaza, Las Avenidas, Villa Lourdes, Santa Celina, Villa Vértiz, Cerrito, Juramento, Termas Huinco, Nuevo Golf, Punta Mogotes, San Jacinto, Alfar, Serena;

7- Batán.

Las elecciones de octubre de 2015 en perspectiva histórica

Si bien los resultados de las elecciones del Partido de General Pueyrredón parecen sorpresivos, observados desde una perspectiva histórica, pueden analizarse algunas tendencias de más largo plazo.(1)
Desde 1983 ningún candidato a intendente triunfó en la cuarta elección de su mandato. Es decir, tras acceder al Ejecutivo, ganar una legislativa y renovar su cargo ejecutivo, la elección legislativa sucesiva parece un obstáculo infranqueable. Así le ocurrió a Angel Roig en 1989 con el PJ, a Elio Aprile en 2001 con Acción Marplatense y a Gustavo Pulti en 2013 con la UCR (Frente Progresista Cívico y Social). El ganador de la elección legislativa no logró capitalizar su triunfo en la ejecutiva inmediatamente posterior: en 1991 triunfó el ucedeísta Mario Russak, en 2003 el radical Daniel Katz y en 2015 Carlos Arroyo, de Agrupación Atlántica.
La observación de los datos permite matizar dos ideas instaladas en el sentido común sobre la política marplatense: el poderío de los partidos locales y el escaso peso del Partido Justicialista.
En relación al primer punto, parece indudable que emergieron fuerzas con anclaje eminentemente local y obtuvieron resultados exitosos (Ucedé (2), Acción Marplatense, Agrupación Atlántica). Sin embargo, estas agrupaciones articularon alianzas con partidos políticos de orden nacional para mejorar o sostener sus performances.
En efecto, Russak se mantuvo un período en la intendencia aliado con el menemismo y Acción Marplantense derrotó al candidato que representaba a la unión del cobismo y el Frente para la Victoria en 2007, pero en 2009 articuló con el kirchnerismo. Asimismo, durante la década de 1990, el PJ obtuvo buenos resultados, probablemente traccionado por los triunfos provinciales y nacionales. Estas coaliciones muestran justamente que el peso del PJ fue significativo en la política local.
Esta tendencia no niega la importancia del radicalismo después de 1983, pero introduce matices a las lecturas que circulan habitualmente entre la ciudadanía. Al respecto, la UCR -que también realizó alianzas desde fines de la década de 1990- obtuvo en varias ocasiones cifras cercanas o superiores al cincuenta por ciento de los votos (1983, 1997, 1999 y 2003).
Las elecciones de octubre de 2015 parecieran escapar a las lógicas descriptas en la medida en que ni la UCR ni el PJ presentaron candidatos propios. Sin embargo, ambos fueron integrantes de los principales frentes en disputa y aportaron recursos variados para la elección. Aunque las tramas parecen similares, los resultados fueron diversos.
Si miramos las legislativas de 2013 los votos de las agrupaciones que encabezaron Vilma Baragiola (UCR – Frente Progresista, Cívico y Social) y Carlos Arroyo (Agrupación Atlántica) suman un 45,91% de los votos, una cifra muy similar a la obtenida el 25 de octubre de 2015 por Cambiemos (47,38%). En este sentido, los cálculos electoralistas realizados por las fuerzas políticas al agruparse parecen expresar una suma perfecta. Cabe destacar que el PRO carecía de fuerte presencia en el distrito y se montó sobre la preexistencia del armado territorial de la UCR y de Agrupación Atlántica.
Por otro lado, la coalición entre Acción Marplatense y el FPV local también parece redituable. En 2013 Acción Marplatense obtuvo el 17,59% del total de votos emitidos y el Frente Para la Victoria el 10,86%. La suma de ambos se refleja en los resultados que obtuvo el Frente Marplatense en las PASO de 2015 (28.52%). La polarización en la elección de octubre con respecto a las PASO favoreció más a Pulti, quien obtuvo un 36,38% de los votos. Sin embargo, es un número muy distante del que observamos en las elecciones ejecutivas de 2011, cuando Acción Marplatense ganó con el 39,26% (su mejor desempeño electoral) y el FPV lo secundó con el 20,53%.
En el caso de Cambiemos, se observa que en las elecciones generales perdió un porcentual de votos respecto de las PASO, de 52,29% a 47,38%. Si lo miramos en números absolutos también hubo una disminución de 2982 votos. En cambio, en el caso del Frente Marplatense de una a otra elección se registra un incremento de 38.577 votos.
De modo que en perspectiva histórica, los resultados de las elecciones de octubre de 2015 en el Partido de General Pueyrredón parecen menos sorpresivos que observados sólo a la luz de los últimos comicios.

Notas:

(1) Los datos de las elecciones generales de 2015 fueron tomados del escrutinio provisorio, cuando se escrutaron el 97,04% de las mesas.
(2) Si bien la Ucedé era una fuerza política nacional, no tenía resultados significativos en ese nivel, por lo que en algún punto la victoria en Mar del Plata lo convierte en un partido de arraigo local.

Reflexiones sobre los resultados de las PASO 2015

Fernando Manuel Suárez

Polarización: ¿nacional o local?

Las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) se desarrollaron este año por tercera vez desde su implementación. Este turno ha mostrado la reafirmación de ciertas tendencias anunciadas en los anteriores como también algunas novedades, muchas de las cuales derivan, en parte, de la adaptación de los actores políticos a las nuevas reglas del juego. En lo local, las PASO arrojaron un resultado que reflejó en gran medida la polarización nacional entre el Frente Para la Victoria (FPV) y el novel frente Cambiemos (PRO, UCR y Coalición Cívica).

Gustavo Pulti, tras años de mostrar su afinidad preservando la autonomía de su fuerza de origen vecinalista, pegó su boleta a la del FPV y rubricó un acuerdo con el peronismo local para constituir el Frente Marplatense con una única candidatura a la intendencia. El actual mandatario municipal obtuvo un 28% de los votos (97.622), lo que implicó una pérdida con respecto a las PASO de 2011 de más de 15 mil sufragios y más de 5 puntos porcentuales. No obstante, el espacio oficialista muestra una considerable recuperación con respecto a la elección legislativa de 2013 en la que no superó el 20 %.

Carlos Arroyo dio un doble ‘batacazo’ en esta primera vuelta electoral: derrotó tanto a su contendiente en la primaria, la radical Vilma Baragiola, como al intendente Pulti. Arroyo superó las expectativas ampliamente porque, si bien se esperaba, según las últimas encuestas, que fuera vencedor dentro del espacio Cambiemos, la amplitud de su victoria sobre Baragiola (más de 40 mil votos) y su clara primacía por sobre todo el resto de los candidatos estaba fuera de los cálculos. De esta manera, venció con contundencia a la gran vencedora de las elecciones de 2013 y al intendente de General Pueyrredón con más de 110 mil votos y un 32% sobre el total de los sufragios.

Resulta difícil corroborar si la tendencial polarización marplatense se debió a un efecto de la política local o, por el contrario, fue fruto de los resultados políticos nacionales. Lo cierto es que en Gral. Pueyrredón Cambiemos ganó con claridad todas las categorías nacionales (38% contra 31% del FPV para presidente y vice) y provinciales (Vidal obtuvo el 42% frente al 32% del FPV). Lo mismo ocurre si computamos los resultados de la coalición a nivel local sumando los votos obtenidos por sus dos candidatos (Cambiemos a nivel local superó el 50% de los votos). Pulti, por el contrario, sufrió una merma importante de los votos obtenidos por las listas nacionales y provinciales. A modo de ejemplo, Daniel Scioli superó en más de 10 mil votos los del candidato a intendente. A nivel local la lista UNA no tuvo la misma fuerza que a nivel nacional y provincial, y entre el Frente Marplatense y Cambiemos concentraron casi el 80% de las preferencias electorales a nivel local.

¿Lo importante es competir?

Las PASO del año 2015 han mostrado una mayor propensión a la competencia dentro de cada espacio, tal y como promueve la normativa vigente. Contrario al escenario de 2011 en que, por lo general, los actores partidarios prefirieron evitar la competencia dentro de las coaliciones, en 2015 se vio una mayor vocación por dirimir los candidatos mediante este mecanismo. En algunos casos se trató de una estrategia explícita, en otros se trató de un efecto no deseado tras una serie de negociaciones truncas, en la mayoría una mezcla de ambas.

De las cinco fuerzas que traspasaron el umbral electoral impuesto por las PASO cuatro utilizaron esa instancia para dirimir las candidaturas, con la única excepción del oficialismo municipal que apostó exclusivamente a la postulación de Pulti. Este panorama contrasta con el planteado en 2011 en que sólo el FPV y el Frente Popular, liderado a nivel nacional por Eduardo Duhalde, presentaron más de un candidato a la intendencia. Otro dato a destacar es que de las cinco coaliciones que optaron por presentar varios candidatos solamente una (Compromiso Federal) no vulneró el piso requerido por la legislación electoral por lo que se podría intuir, en términos generales, que se trató de una estrategia oportuna para atraer al electorado.

De todas ellas, sin dudas la que mayor atención atrajo fue la dispuesta por el frente Cambiemos que oponía a Vilma Baragiola, quien –como se afirmó- se había impuesto con contundencia las elecciones de renovación legislativa en el año 2013 (30% de los votos), contra el veterano dirigente Carlos Arroyo, que venía en un lento pero marcado ascenso en los últimos turnos electorales. La combinación entre dos figuras reconocidas de la política marplatense con una lista nacional con tracción produjo una competencia que le reportó al espacio más del 50% de las preferencias electorales. Sin embargo, la competencia estuvo lejos de la paridad: Arroyo casi duplicó los votos de Baragiola. Asimismo también multiplicó por dos sus propios resultados en las elecciones de renovación legislativa (pasó de 58 mil votos a más de 111 mil) y más que triplicó su performance en la anterior elección ejecutiva en las que había obtenido algo más de 30 mil votos.

De las restantes, dos de ellas se dirimieron con relativa claridad: Lucas Fiorini se impuso claramente sobre Álvaro Fanproyen en UNA (18 mil a 10 mil aproximadamente) y lo mismo ocurrió, aunque por un margen más estrecho, entre Alejadro Martínez y Gustavo Vicini en la competencia dispuesta por el FIT (5 mil a 4 mil). La interna del espacio Progresistas fue probablemente la más competitiva y, a raíz de ese motivo, la más conflictiva. Los tres candidatos se dividieron el electorado del espacio prácticamente en tres tercios, aunque Guillermo Schutrümpf quedó a un millar de votos por debajo de sus otros dos contendientes. La diferencia entre Pablo Farías y Alberto Rodríguez fue en el escrutinio definitivo de apenas 11 votos (4.614 a 4.603 sufragios), lo que llevó a una disputa que se volvió pública y que pusieron en duda el resultado de los comicios.

Abrir la puerta para ir a jugar…

Una vez más se ratificó la eficacia de la ley electoral y de las PASO como instancia dispuesta para depurar la cantidad de partidos y organizaciones autorizadas a participar de las elecciones generales. De 13 frentes electorales locales sólo 5 lograron superar el piso de 1,5% dispuesto para poder participar de las elecciones generales y disputar los cargos electivos puestos en competencia. De todos, el que más cerca estuvo fue Fernando Alí con su agrupación local Mirada Amplia Regional que con los resultados del escrutinio provisorio mantenía chances de pasar a las elecciones generales, pero que finalmente quedó en la puerta con un 1,37% de los votos. De las restantes agrupaciones ninguna superó el 1%; Patria Grande, en su debut electoral, fue la que estuvo más cerca de alcanzar el dígito.

Si bien es apresurado marcar una tendencia irreversible y desprender de ella algunas conclusiones, sí es posible describir algunos rasgos que ha tomado la competencia electoral tras 6 años de aplicación de la normativa vigente. En el año 2015 al igual que en 2011 se presentaron un total de 14 frentes electorales a competir en las primarias municipales, sin embargo en 2011 una decena pasó el piso requerido para competir en las elecciones generales mientras que en el actual comicio lo hicieron sólo 5. En las elecciones intermedias de renovación legislativa en 2013 de 11 pudieron competir en octubre 7 de ellas. Como se puede apreciar se muestra una incipiente tendencia a la reducción de contendientes en las elecciones generales y, como correlato, un electorado cada vez más concentrado en menos opciones electorales. A nivel nacional la tendencia es menos acentuada, pero también se registra: en 2011 de 10 fórmulas presidenciales compitieron 7 en las generales, mientras que en la elección actual de 11 podrán participar 6 el 25 de octubre.

Las elecciones primarias de 2015 ratificaron algunas tendencias que se venían desarrollando previamente. Las coaliciones políticas han multiplicado sustancialmente su competencia interna, al mismo tiempo que el acceso a la instancia electoral final se ha vuelto cada vez más restrictiva. Esto último, lejos de ser un dato anecdótico, puede repercutir en la desaparición de numerosas organizaciones políticas dado que se contemplan sanciones inapelables para los partidos que sucesivamente no logren obtener el piso de votos necesarios para participar de las elecciones generales. Menos partidos articulados en frentes más amplios, ese parece el escenario político al que nos conducimos casi indefectiblemente.