Apuntes de Población y Registros Urbano Territoriales en Mar del Plata y el Partido de General Pueyrredon (PGP). Desafíos y oportunidades en un aniversario para recordar

Mag. Marisa Sagua – IHAM FAUD UNMDP

El interés que subyace a esta presentación, coincidente con tiempos significativos para la ciudad de Mar del Plata (MDP), a 150 años de su fundación, procura un breve recorrido por algunos de los temas claves que dan cuenta de esta ciudad en términos socio territoriales, desde donde es posible observar una serie de rasgos que tensionan entre sí y plantean desafíos a la vez que oportunidades para un desarrollo territorial sostenible y al bienestar de las personas. Con los primeros datos definitivos del censo de Población, Hogares y Viviendas del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) 2022 publicados a nivel de partido; el aporte de los estudios temáticos a nivel local, y el marco que brinda la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas, en particular el ODS 11, es posible sobrevolar algunas aristas que refieren actualmente a nuestra ciudad.

En primer lugar, reconocer la dinámica y estructura de la Población, en tanto el volumen, el ritmo de crecimiento y la composición son factores estrechamente vinculados entre sí y de suma importancia, más aún en su distribución espacial, ya que condicionan distintos hechos sociales, en materia de salud, educación, seguridad social, vivienda, posibilidades de empleo, y también procesos como el de urbanización y sus implicancias, que demanda particular atención y seguimiento en el contexto actual.

En segundo lugar, identificar los atributos sobre Vivienda y Hogares en el PGP, aportan sobre el número y la variación intercensal de viviendas, así como sobre el acceso a los servicios básicos y el saneamiento, permitiendo reconocer los sectores de mayor y menor dinamismo en el territorio, tanto como  los más deficitarios y de alta vulnerabilidad social.

En tercer y último lugar, observar la conjugación de estos atributos en los procesos de crecimiento de la ciudad, particularmente en la caracterización del proceso de expansión urbana que vive MDP en el PGP reconoce condiciones actuales que distan de la sustentabilidad urbana territorial.

Mar del Plata como cabecera del Partido de General Pueyrredon– un partido con población eminentemente urbana- concentra más del 95% de población del distrito, y en el resto del mismo, se reúne población agrupada en localidades y población dispersa en el ámbito rural.

Los resultados definitivos del INDEC 2022, arrojan un total de 667.082 habitantes en el PGP – cifra superior a la población de 8 provincias del país, y cuarto como distrito a nivel provincial. En cuanto a la composición de la población por lugar de nacimiento, casi 8 de cada 10 refiere a población nacida en la Provincia de Buenos Aires y según el sexo registrado al nacer el 52,5% son mujeres y 47,5% son varones.

La edad mediana de la población del PGP va en aumento respecto de censos anteriores, y hoy es de 37 años, lo que se asocia a una mayor esperanza de vida, y consecuentemente al envejecimiento de la población. Uno de los indicadores vinculado con esta condición es el creciente porcentaje de población de 65 años y más (15,7%); y más específicamente el porcentaje de población de 80 años y más que alcanza un 3,8%, siendo en ambos casos superiores al valor provincial. El índice de envejecimiento, que relaciona el grupo de 65 años y más por cada 100 personas de 0-14 años, evoluciona de manera creciente en el PGP desde los años 1980, y alcanza en la actualidad un 85%, entre los más elevados de la provincia. Junto con la mayor proporción de adultos mayores, la caída de la fecundidad y el descenso en las tasas brutas de mortalidad constituyen factores explicativos de los procesos mencionados.

En cuanto a la variación relativa intercensal de población en 2022-2010 del distrito, se observa tan solo un incremento de 7,8%, con ritmo descendente en la evolución desde los anteriores períodos intercensales del PGP. Es notorio el valor por debajo del nivel provincial (12,2%) y de los partidos que constituyen su área de influencia inmediata, situación que amerita indagar en las causales de tales tendencias.

Los datos seleccionados de viviendas y hogares en el PGP, arrojan para el 2022 un total de 342.942 viviendas particulares, de las cuales 256.657 están habitadas (74,8 %), y ocupadas por un total de 259.623 hogares.

La población en viviendas particulares representa el 99% de la población del PGP y el porcentaje restante habitan viviendas colectivas (6.275 personas) y en situación de calle (238 personas).

Las condiciones habitacionales de la población del PGP en viviendas particulares son buenas de acuerdo con los guarismos generales: en agua y saneamiento la procedencia de agua por cañería dentro de la vivienda alcanza el 98% y la provisión de agua por red pública un 91%, mientras que la población con desagüe a cloaca alcanza el 85%. Son todos valores por encima del nivel provincial, el cual registra un 94%, 74% y 55% respectivamente

El principal combustible para cocinar en el PGP es el gas de red, utilizado por el 73% de población en viviendas particulares, y sólo un 21% del total usa gas de garrafa. Lo que también demuestra un mejor posicionamiento del partido respecto de la provincia, la que alcanza un 56% y 38% respectivamente en las variables mencionadas.

La población con buenos materiales en techos y pisos con revestimiento, alcanza el 76% y 93% a nivel local, mientras que a nivel provincial arrojan cifras menores (68% y 84%) respectivamente.

En cuanto al régimen de tenencia, la estadística en el distrito indica que el 65,4% de la población vive en vivienda propia y el 21,5 % es vivienda alquilada. Se trata de valores que son inferior y superior a la provincia, con registros de 69,9% y 16,4% respectivamente. Y en cuanto a la población en vivienda particular cuyos hogares tienen celular e internet alcanza el 94% algo superior que la provincia (93%).

Aun cuando los valores generales presentados muestran condiciones más favorables a nivel de partido que a nivel provincial, la distribución en el territorio de los atributos mencionados da cuenta de una complejidad signada por fuertes disparidades cuanti-cualitativas en términos sociales, socioeconómicos, ambientales y habitacionales, que se traducen en configuraciones espaciales del habitar de la población y de los hogares con marcadas brechas, distantes de un desarrollo sostenible.

Siendo la más elevada de los partidos del sudeste provincial, la densidad poblacional del PGP, con unos 456,2 habitantes por km2, muestra su mayor concentración en la ciudad de Mar del Plata, con un gradiente descendente desde las áreas centrales hacia los bordes ejidales y resto del partido. Cabe mencionar además que las áreas centrales concentran la mayor proporción de adultos mayores del distrito, y se reduce hacia las áreas periféricas de la ciudad, en favor de grupos etarios más jóvenes. En cambio, en las localidades del interior del partido la proporción de adultos mayores es variable, respecto del grupo en edad activa (15-64 años) y los niños/as (0-14 años).

Contrariamente al comportamiento de la densidad poblacional, la variación porcentual poblacional entre 1991-2001-2010 es baja o negativa en las áreas centrales de Mar del Plata e incrementa hacia los bordes ejidales, particularmente en las localidades menores, vinculadas a los ejes de ruta 11, 2, 226, y 88 (Sabuda, 2018). De esta manera se advierte una distribución y redistribución ocasionada por distintas motivaciones que resignifica a los espacios de la periferia urbana y el periurbano  de la ciudad de Mar del Plata, en el que se destacan las localidades del interior con diferenciales en las  condiciones de vida.

En referencia al crecimiento urbano, el aglomerado Mar del Plata-Batán integra el conjunto de los 33 grandes aglomerados urbanos (GAUs) de Argentina, que reúnen las tres cuartas partes de la población del país, ciudades en las que se advierte una dinámica de expansión inadecuada según los resultados de los estudios de Lanfranchi et al. (2018), para el período 2006-2016. Con un incremento poblacional por debajo del crecimiento de las áreas urbanas, la expansión responde preponderantemente a demandas habitacionales de diversos sectores sociales, connotado este proceso por expresiones de inequidad, ineficiencia e insostenibilidad. Tal es la situación en cuanto a la incidencia sobre los servicios ecosistémicos, en términos de producción de alimentos, recarga de acuíferos, control de inundaciones, y otras situaciones que claramente tienen implicancias sociales y ambientales adversas. En el caso del aglomerado urbano Mar del Plata Batán, se observó un crecimiento medio para el período mencionado y algo más equilibrado entre ambos crecimientos, donde los ejes viales de expansión fueron claves en la evolución del área urbana dentro del PGP.

Los usos de suelo, que explican mayoritariamente la expansión en MDP-como en el resto de las GAUs- son de tipo residencial, ocupando en el aglomerado el 91% de la 1.242 has. de expansión explicado por las urbanizaciones cerradas (31%), residencial extraurbano con más de 500 m2 (30%) y urbano (23%), seguido por uso industrial agrupado, equipamiento y comercios con valores muy inferiores. De esta manera, tal como mencionan los autores del estudio, se destaca que la superficie expandida se destina a sectores medios-altos y altos (61%), tanto en urbanizaciones cerradas que se localizan en el sector sur de la ciudad y residencial extraurbano de amplia superficie, asociado a los distintos ejes viales. El siguiente gráfico ilustra los comentarios precedentes.

Fuente: elaboración basada en  Lanfranchi et al. 2018

Estudios más recientes del crecimiento por expansión en Mar del Plata, muestran la complejidad de los ámbitos periurbanos, con clara tendencia de cambio poblacional y habitacional, junto a actividades que definen nuevos usos del suelo y espacios residenciales, a un ritmo acelerado y caótico que deviene en tensiones y conflictos socio ambientales, desafiando permanentemente la posibilidad de implementación de las políticas públicas vinculadas al ordenamiento y la gestión territorial. Desde ese marco, el análisis de Zulaica et al 2023, sobre el crecimiento urbano de Mar del Plata define distintas zonas desde los ejes viales arriba mencionados en base a la variación porcentual de viviendas entre el Censo PHyV 2010 y Precenso de Viviendas 2020- en donde se reconoce que la ruta costera 11  hacia el Norte  junto con el Corredor Sur  (Chapadmalal  y el Marquesado) han alcanzado el mayor incremento de viviendas– en torno al 90%-,  seguido por el Camino Viejo a Miramar y la Ruta 11 Sur (contigua el ejido urbano) con valores significativos también. Por otro lado, la ruta 226 y la autovía 2 presentan un incremento que promedia el 50%, en tanto que el ejido urbano y la ruta 88 han tenido los incrementos menores (con un 15 y 21% respectivamente).

El análisis de las actuales dinámicas se nutre también de los estudios de Ferrando, et al. (2022) en los asentamientos poblacionales del frente costero del PGP, a lo largo del eje 11, con la incorporación de variables que permiten observar un comportamiento diferenciado en sus tramos norte, centro y sur.

Para concluir, estas notas pretenden ser una invitación a observar y repensar- con una mirada amplia en MDP y el PGP- los sentidos e intensidades con que se conjugan las dinámicas demográficas, habitacionales, urbanas, ambientales, en tanto reflejan múltiples disparidades en la construcción de procesos socio territoriales. En efecto, se reconocen entre permanencias y novedades, múltiples tensiones y conflictos, a la vez que desafíos y oportunidades. En ese sentido, se busca avanzar sobre instancias diagnósticas y propositivas basadas en la triangulación de fuentes actualizadas y verosímiles, articulando instrumentos de planificación, de gestión, normativos, de monitoreo, participativos y otros,  en sintonía con los fundamentos que sostiene particularmente  el ODS 11 de Naciones Unidas, tendientes a una ciudad más inclusiva, segura, resiliente y sostenible,  desde la reunión de evidencias  cuanti-cualitativas para definir políticas públicas que se orienten y contribuyan con las metas del enfoque considerado.

Fuentes:

Ferrando, L., Sagua, M., Ares, S. (2022) ¿Cómo crece el Eje 11? Estudio de la reciente dinámica poblacional y habitacional en la franja costera de los Partidos de General Pueyrredon y Mar Chiquita (2001-2020). Caminos Geográficos, (3), 27-51. ISSN: 2718-7772. https://gespyt.wixsite.com/gespyt/caminos-geogr%C3%A1ficos

Lanfranchi, G., Duarte, J., Granero, G. (2018) La expansión de los Grandes Aglomerados Urbanos argentinos CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento. Buenos Aires.

Sabuda, F. (2018). Aspectos territoriales. Segundo Informe de Mar del Plata entre Todos: Monitoreo Ciudadano. Para saber qué ciudad queremos, necesitamos saber qué ciudad tenemos. 1ra edición Buenos Aires.

Zulaica, L., Canestraro, M., Mujica, C. (2023). La expansión urbana de Mar del Plata. Análisis de algunos datos recientes sobre dinámicas socio territoriales y demográficas. Cuadernos del ISTeC N°2. Mar del Plata

 

Las migraciones en el poblamiento de Mar del Plata en sus 150 años de vida (1874 – 2024)

Dra. Patricia Iris Lucero

 

Mar del Plata es una ciudad joven en el contexto de ciudades del mundo. Sin embargo, sus 150 años desde la fundación oficial el 10 de febrero de 1874 hasta el 2024 nos desafía a revisar un pasado lejano para la experiencia de vida de sus habitantes de hoy. Felizmente contamos con pistas que nos remiten a la historia pasada e incipiente de la ciudad, así como a los acontecimientos contemporáneos a las generaciones maduras y jóvenes de los tiempos actuales.

En el primer censo nacional argentino, en 1869, Mar del Plata apenas brillaba como un puerto marítimo correspondiente al amplio Partido de Balcarce, integrado entonces por este, más los futuros partidos de General Alvarado y de General Pueyrredon en el contexto de la provincia de Buenos Aires. En aquel recuento la población total alcanzaba los 1.193 habitantes permanentes. Ya para el momento del segundo censo nacional argentino, en 1895, nuestro partido estaba creado, en 1891, y se había producido la separación del vecino del sur (General Alvarado). Por tanto, podemos ofrecer un registro particular de 8.175 personas residiendo en el territorio del municipio recientemente constituido.

El último censo nacional argentino, el onceavo de la serie, en 2022, arrojó un total definitivo de 682.605 pobladores en el partido de General Pueyrredon, lo cual ha significado una respuesta inesperada para las estimaciones informales que circularon en los años previos y se acercaban en algunos casos al millón de residentes, pero que continúa ubicando a esta jurisdicción en la categoría de aglomeración de tamaño intermedio grande de más de 500.000 habitantes (Vapñarsky y Gorojovsky, 1990), al observar a su ciudad cabecera que concentra una cantidad superior al 95 % de la población distrital.

La diferencia en el tamaño demográfico transcurridos los 150 años de eventos singulares en la conformación del espacio geográfico local, se produjo merced a los aportes migratorios que, en determinados períodos, superaron la contribución vegetativa o natural, es decir, al balance entre los totales de nacimientos y defunciones registrados entre los censos sucesivos.

Unas estimaciones indirectas de estos procesos indicaron la participación del saldo migratorio, o sea, la diferencia entre los ingresos y los egresos de pobladores, en una proporción del 71,7 % sobre el incremento total entre 1947 y 1960 (ver Figura 1). Sin lugar a dudas, esta fase del poblamiento local fue la más intensa, pues convocó a migrantes internos y externos, en el contexto de una etapa económica industrialista y urbanizadora nacional, y con el auge del turismo que alcanzó a las clases medias y trabajadoras (Cacopardo et al, 2001), derivando en el crecimiento de la construcción, de las manufacturas textiles y alimenticias, y las actividades terciarias de soporte para esa movilidad social y económica profunda en ciernes. La contribución de pobladores originarios de otras coordenadas geográficas continuó siendo intensa en la década de los años 1960 y 1970.

Figura 1. Partido de General Pueyrredon: Estimación de la Migración Neta para los períodos intercensales entre 1947 y 2022.

Año censal

Población

Total

Incremento Absoluto

Cambio

Natural

Migración

Neta*

Participación sobre el incremento total
1947 123.811 101.013 28.555 72.458 71,7 %
1960 224.824 92.620 30.959 61.661 66,66%
1970 317.444 116.716 46.071 70.645 60,5 %
1980 434.160 98.685 60.589 38.096 38,6 %
1991 532.845 31.211 53.141 -21.930 -70,3 %
2001 564.056 54.933 35.010 19.923 36,3 %
2010 618.989 63.616 20.518 43.098 67,7 %
2022 682.605

*El valor de la Migración Neta (MN) se estimó con la siguiente fórmula (Naciones Unidas, 1972): MN= Incremento Absoluto – Cambio Natural; donde Incremento Absoluto= Población Final – Población Inicial; Cambio Natural= Nacimientos – Defunciones, en cada período considerado.

Fuente: Período 1947-1991, Lucero (1992: 40) y Lucero (2004: 48). Período 1991-2010, Lucero (2022: 175). Período 2010-2022, elaboración personal sobre datos censales definitivos del Instituto Nacional de Estadística y Censos, y el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.

Los años de 1980 mostraron un cambio particular en los flujos migratorios externos en el país, es decir, la intensificación de un proceso de emigración de nativos argentinos hacia los países europeos y americanos, debido a causas políticas y económicas. En Mar del Plata también se sintió esta transformación importante del estilo receptivo de Argentina durante un siglo del crecimiento demográfico.  Y el efecto más alarmante se estimó para la década de 1990, cuando los resultados aportaron saldos migratorios negativos en el poblamiento del distrito, demostrando una combinación de factores expulsores de los residentes del partido de General Pueyrredon, básicamente vinculados al estilo de desarrollo neoliberal de toda la etapa, que adoptó la valorización financiera como motor de la economía, y la búsqueda de nuevos horizontes para mejorar la calidad de vida, aprovechando las facilidades de los medios de transporte accesibles y las aptitudes de los nuevos sistemas de información y comunicación.

Arribados al siglo XXI, los saldos migratorios retomaron el balance positivo en nuestra jurisdicción, y de manera más intensa en la década de los años 2010. En tal sentido, cabe señalar que el cálculo de la migración neta contiene la estimación del balance natural, cuyos montos absolutos fueron disminuyendo marcadamente a lo largo de la historia del poblamiento local, dando cuenta de la incorporación de 20.518 habitantes como saldo entre los nacimientos y las defunciones entre 2010 y 2022, en el cual se puede derivar la merma en la natalidad y el envejecimiento de la estructura por edades que acrecienta el registro de la mortalidad, además de las pérdidas sufridas durante la pandemia por Covid-19 en 2020 y 2021.

Los cursos del poblamiento local resumidos en las líneas anteriores nos señalan que se ha retomado la perspectiva de antaño en el  último periodo intercensal, cuando el porcentaje de participación de nuevos residentes venidos del interior del país y del exterior estaba alcanzando al 67,7 % del cambio demográfico en el partido de General Pueyrredon.

En cuanto al origen de los migrantes internacionales, los datos censales reflejan la disminución de las corrientes migratorias en las últimas décadas del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Aquellos contingentes de personas que llegaron de Europa, principalmente desde Italia y España, durante la Gran Inmigración del siglo XIX y la primera parte del siglo XX, que poblaron el país y acrecentaron el tamaño demográfico de Mar del Plata con mucha intensidad, han ido desapareciendo por el efecto combinado del envejecimiento de tales grupos foráneos, y por la ruptura de los procesos de intercambios tradicionales de ultramar después de la primera y la segunda guerras mundiales. En su lugar, los aportes desde el exterior se sostuvieron por la constante y acrecentada llegada de individuos oriundos de los países limítrofes con la Argentina.

El censo nacional de población de 2010 registró un total de 23.231 habitantes nacidos en países extranjeros. Entre ellos, más de la mitad, el 56,3 %, serían migrantes de toda la vida arribados en diferentes momentos históricos desde los países de América, y el 41,9 % de los residentes oriundos de Europa. Una proporción inferior corresponde a cada uno de los subcontinentes enunciados en la Figura 2. Quizás el total de personas registradas procedentes de África, 55 individuos, se verá acrecentada en el período 2010-2022 debido al arribo de migrantes senegaleses al país, en particular a la ciudad de Mar del Plata. Finalmente, un conjunto de solamente 13 personas se asentaron en el partido de General Pueyrredon con lugar de nacimiento en Oceanía.

Los migrantes de países limítrofes con la Argentina quedaron representados por 14.940 residentes, siendo los contingentes de mayor movilidad territorial en los tiempos contemporáneos, y en estrecha dependencia de las vicisitudes económicas y políticas presentes en los países hermanos (ver Figura 3). Entre ellos, un 29,1 % correspondía al pueblo chileno, el 16,3 % con lugar de nacimiento en Bolivia, y el 13,3 % procedente de Paraguay.

Lamentablemente, al cierre de este aporte no se contaba con la información del censo nacional argentino del 2022 con el nivel de desagregación que estamos comentando. Entre los resultados definitivos publicados recientemente, el informe del INDEC (2024, p.28) se señala un total de 19.944 personas nacidas en otros países enumeradas en el partido de General Pueyrredon, pero sin identificar las naciones de procedencia. Este valor está indicando la continuidad del proceso de merma en los aportes migratorios externos que se observaron desde mediados del siglo XX.

Figura 2. Partido de General Pueyrredon: Población nacida en el extranjero enumerada en el CNPHyV 2010, según grandes regiones mundiales

Fuente: Elaboración personal en base a INDEC, CNPHyV 2010, https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-CensoProvincia-3-7-06-000-2010/ P6-D_6_357

 

Figura 3. Partido de General Pueyrredon: Población nacida en el extranjero enumerada en el CNPHyV 2010, según países de América

Fuente: Elaboración personal en base a INDEC, CNPHyV 2010, https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-CensoProvincia-3-7-06-000-2010/ P6-D_6_357

Otro dato de interés refiere a los desplazamientos internos en el país. En tal sentido, este último recuento censal indica una cantidad de 89.994 habitantes arribados desde otras provincias, exceptuando la provincia de Buenos Aires, la cual reúne un total de 550.631 residentes que incluye los nacidos en el partido de General Pueyrredon. Esta información remite a la movilidad al interior del país que continúa siendo importante, en particular hacia las localidades urbanas de tamaño intermedio.

Desde el punto de vista de la Geodemografía, resulta ilustrativa y complementaria la observación de la distribución espacial de los pobladores marplatenses con lugar de nacimiento en países diferentes a la Argentina.

El ejercicio de la técnica de segregación espacial areal que brinda el análisis geográfico cuantitativo (Buzai, 2003), permite reconocer la concentración de los migrantes no nativos de la Argentina al interior del territorio urbano de Mar del Plata. La práctica realizada en el marco de la denominada Dimensión Étnica para el estudio del Mapa Social Contemporáneo de la ciudad (Lucero, 2021), ofreció un acercamiento a esa idea de buscar si existe o no cierta aglutinación de los residentes en base a los datos del CNPHyV de 2010 en la escala geográfica de los radios censales.

Figura 4. Mar del Plata: Índice de Segregación Espacial Areal* de los Migrantes Nacidos en Países No Limítrofes y Limítrofes, 2010

*Se aplica la siguiente fórmula para cada unidad espacial: ISEA (ab) = bi / ai  Donde, a = población total; b = población en la categoría que se desea medir; ai = población total en la unidad espacial “i”; bi = población en la categoría que se desea medir en la unidad espacial “i”.

Fuente: Lucero, 2021, p. 203 y 205.

Las configuraciones espaciales de los mapas de la Figura 4 son diametralmente diferentes. Mientras que los nativos de países no limítrofes con la Argentina se ubicaron en las zonas centrales del ejido urbano, en los barrios que conforman el área del puerto, y en enclaves sobre la costa marítima norte y sur, los nativos de países limítrofes con la Argentina eligen las zonas del borde urbano y se extienden más allá hacia los espacios rurales.

Por tanto, los residentes nacidos en Europa principalmente, se corresponden con los migrantes absolutos de antigua data en su gran mayoría, es decir, los sobrevivientes de las corrientes tradicionales de ultramar de principios del siglo XX, y en mayor proporción se trata de los contingentes ingresados en los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando Argentina recibe a grupos de individuos que buscan asilo fuera de la convulsionada Europa hasta la década de 1950. En los tiempos más recientes, se suman los inmigrantes de otros países que alimentaron la diversidad étnica de la población local.

El patrón de segregación de los nativos de países limítrofes con la Argentina da cuenta de la disímil condición social y laboral de estas personas, que se destacan en la periferia urbana, en particular en la zona oeste de la ciudad sobre la ruta 226, y en el eje sur sobre la ruta 88.

A modo de cierre de este aporte, se podría decir que Mar del Plata es una ciudad estructuralmente lábil, cambiante, multiétnica y multicultural, repleta de historias alegres y tristes, un espacio geográfico en continua transformación que impide arriesgar escenarios futuros, por ejemplo, dentro de 150 años más de vida. Esos nuevos estados serán protagonizados, tal vez, por mis bisnietos, quienes tendrán nuestros registros de los aconteceres remotos que aquí les ofrecemos.

 

Bibliografía

Buzai, Gustavo (2003), Mapas Sociales Urbanos. Lugar Editorial. Buenos Aires.

Cacopardo, Fernando (Editor), Bartolucci, M.; Bruno, P.; Castro, M.; Cicalese, G.; Lado, S.; Mantobani, J.M.; Mariano, C.; Núñez, A.; Pastoriza, E.; Sáez, J.; Sisti, J.; Verón, A.L. y Zuppa, G. (2001), ¿Qué hacer con la extensión? Mar del Plata, Ciudad y Territorio Siglos XIX-XX. Alianza Editorial. Buenos Aires, Argentina.

INDEC (2024), Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2022. Resultados definitivos. Migraciones internacionales e internas. Argentina, Presidencia, enero. En línea: https://www.indec.gob.ar/ftp/cuadros/poblacion/censo2022_migraciones.pdf

Lucero, Patricia (1992), Aportes al estudio de las migraciones en el Partido de General Pueyrredon en el período 1947-1980. Tesis de Licenciatura en Geografía. Universidad Nacional de Mar del Plata. Inédito.

Lucero, Patricia (2004), “Población y poblamiento del Partido de General Pueyrredon. La combinación entre tiempo y espacio en la sociogeografía local”. En: Velázquez, G.; Lucero, P. y Mantobani, J.M. (Editores), Nuestra Geografía Local. Población, urbanización y transformaciones socio-territoriales en el Partido de General Pueyrredon, Argentina, 1975-2000. Grupo de Estudios Sobre Población y Territorio, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata. Capítulo 2, págs. 37-76.

Lucero, Patricia (2021), El Mapa Social de Mar del Plata. Una TomoGEOgrafía Computarizada de las desigualdades territoriales contemporáneas. Mar del Plata: Editorial de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Naciones Unidas (1972), Manual VI. Métodos de medición de la migración interna. Departamento de Asuntos Económicos y Sociales. Estudios de Población Nro.47. Nueva York.

Vapñarsky, César y Gorojovsky, Néstor (1990), El crecimiento urbano en la Argentina. Grupo Editorial Latinoamericano-IIED. Buenos Aires, Argentina.

 

Ciudanos de ayer y de hoy a través de los censos de población argentinos entre 1869 y 2022

Patricia Iris Lucero

 

Una de las tantas obligaciones de los habitantes permanentes del territorio argentino, que también significa un derecho, ha sido y sigue siendo el compromiso de participar en los relevamientos censales nacionales. Los censos poblacionales tienen como finalidad  conocer la cantidad, la composición según diversas características demográficas y sociales, y la distribución espacial de la población, además de algunos datos que permiten observar la dinámica poblacional en sus tres variables básicas, es decir, la natalidad, la mortalidad y las migraciones.

Los censos modernos contienen cuatro características principales que los diferencian de los censos históricos basados en las listas nominativas (Henry, 1983) pertenecientes al período pre-estadístico (1573-1864), a saber: 1) universalidad, toda la población del territorio debe quedar registrada; 2) simultaneidad, el operativo se realiza en una fecha determinada a toda la población; 3) registro individual de la información, cada habitante proporciona sus datos personales; y 4) periodicidad, se debe aplicar en cortes temporales de diez años de acuerdo a las recomendaciones de los organismos internacionales, en lo posible en calendarios terminados en cero, para permitir la comparación en la escala geográfica mundial.

La República Argentina cuenta con las experiencias de 11 recuentos censales que respetaron total o parcialmente tales características. A través de este instrumento de recolección de datos obtenemos las estimaciones, por ejemplo, de la cantidad total de habitantes en el territorio nacional, y a partir del cálculo del ritmo de cambio demográfico, logramos conocer las tasas de crecimiento anuales intercensales para su comparación. La Figura 1 muestra tales resultados.

Es posible destacar que la población argentina sostiene un crecimiento positivo a lo largo del siglo y medio de estadísticas censales oficiales modernas. Los vaivenes de la serie temporal reflejan la incidencia del comportamiento demográfico como un sistema integrado a los modelos de acumulación implementados en cada momento histórico. De tal manera, se deja apreciar un ritmo de crecimiento rápido hasta el censo nacional de 1914, debido fundamentalmente al aporte migratorio transoceánico que llegó a conformar el 30 % de pobladores extranjeros en el conjunto total para esa fecha. A partir de fines de la segunda guerra mundial, la tasa de cambio intercensal disminuye con ciertas fluctuaciones que indicaron las estimaciones entre 1970 y 1980, producidas por varias circunstancias entre las cuales se destaca el aumento de la natalidad en tal período. Los resultados del censo de población de 1991 demostraron que se retoma el ritmo decreciente en el aumento del tamaño de la población. La evaluación para el período 2010-2022 tiene en cuenta las proyecciones ofrecidas por el INDEC para el último año. Pronto sabremos si los recuentos generales del 18 de mayo se corresponden con las perspectivas calculadas por el organismo oficial. Algunos informes recientes dejan ver que, posiblemente, los efectos de la pandemia de Covid-Sar-2 en 2020 puedan modificar los resultados. Por ejemplo, se llegó a considerar que la mortalidad ocurrida en ese año fue un 10,6 % superior a la esperada de acuerdo a las tendencias de la historia reciente (Ministerio de Salud de la Nación, 2021). Con respecto a la natalidad, todavía no se han publicado los estudios particulares. Y, entre tanto, los procesos migratorios externos e internos sabemos que fueron detenidos dentro del paquete de medidas instaladas para prevenir la difusión de la enfermedad.

Figura 1. Cantidad total de habitantes en los censos de población de la Argentina y tasas de crecimiento intercensales, 1986-2022

Censos de Población Población Total Tasa de Crecimiento Anual1
15, 16, 17 de septiembre de 1869 1.877.490 2,9 %
10 de mayo de 1895 4.044.911
3,5 %
1 de junio de 1914 7.905.502
2,1 %
19, 20 y 21 de abril y 10, 11 y 12 de mayo de 1947 15.803.827
1,8 %
30 de septiembre de 1960 20.013.793
1,5 %
30 de septiembre de 1970 23.364.431
1,8 %
22 de octubre de 1980 27.949.480
1,5 %
15 de mayo de 1991 32.615.528
1,0 %
17 y 18 de noviembre de 2001 36.260.130

1,1 %

 

27 de octubre de 2010 40.117.096

18 de mayo de 2022

e-censo desde el 16 de marzo de 2022

¿?

46.234.8302

1,2 %

 

1 TAC= (LN P2/P1) /t*100

2 población proyectada al 1 de julio de 2022, según las estimaciones del comportamiento demográfico observado entre los censos nacionales de 2001 y 2010 (INDEC, 2013:28)

Fuente: elaboración personal a partir de las bases de datos de los Censos de Población de la Argentina

Más allá de los conteos generales, puede resultar interesante dirigir la atención a los formularios empleados en cada fecha censal. La Figura 2 muestra breves recortes de tales cuestionarios.

Figura 2. Cuestionarios censales empleados en Argentina entre 1869 y 2022

 

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Fuente: diseño personal a partir de las imágenes presentes en https://www.censo.gob.ar/index.php/historia

 

Dos observaciones surgen inmediatamente. La primera vinculada con el diseño del cuestionario censal, que pasó del formato horizontal, en el cual cada persona se registra en una fila única, al formato vertical, que habilita la inscripción de cada persona de manera independiente, por tanto, otorga un espacio amplio para consignar una cantidad de datos mayor. En 2022 se agrega el formato digital dentro de la bimodalidad del censo de población, hogares y vivienda, con un programa informático del e-censo cuya aplicación permite transitar por las diferentes pantallas de atributos a consignar de manera sucesiva, completando cada parte para continuar con la siguiente (Figura 3).

Figura 3. Pantalla de apertura del Censo digital 2022

Fuente: https://www.censo.gob.ar/index.php/censo-digital

 

Vinculado con esta primera observación, cabe destacar que los censos iniciales del período moderno recababan información acerca de la unidad de cuenta Población únicamente. El IV Censo de Población incorpora otras unidades de cuenta, como son la Familia, la Vivienda particular y la Vivienda colectiva. Este desglose de las unidades de observación se sostendrá, aunque con algunos tropiezos, hasta el censo actual, sobre la idea de contemplar las tres instancias diferenciadas entre Población, Hogares y Viviendas.

La segunda observación refiere a los atributos que son investigados en los censos sucesivos, en especial referidas a las personas que habitan el territorio nacional. Algunas de esas características consideradas básicas se sostienen en el tiempo; no obstante, adquieren ciertas modificaciones sujetas a los cambios sociales contemporáneos. Por ejemplo, el sexo biológico se complementa con la identidad de género autopercibida, el estado civil deviene en el estado conyugal, la educación se releva a partir del sistema formal de instrucción con sus cambios periódicos, las actividades económicas de las personas se registraban en función de la idea del trabajador remunerado en los tres primeros censos de población y se amplía al concepto de fuerza de trabajo que indaga sobre la condición de desocupación, las relaciones de parentesco devienen en formas más complejas con el fin de captar las maneras disímiles en la composición de las familias, entre otros atributos. Las cuestiones más específicas, como la pertenencia o descendencia de pueblos indígenas u originarios, también de comunidades africanas, mostró un largo período de silencio hasta hacerse nuevamente visible a partir del censo de población de 2001. La pregunta acerca de las lenguas indígenas aparece en el censo de 2022 en el marco de las preocupaciones latinoamericanas. Las migraciones externas e internas fueron captadas en todos los recuentos censales principalmente a partir del país o provincia argentina de nacimiento y el lugar de residencia en una fecha anterior (5 años atrás). La situación sanitaria en cuanto a la prevalencia de ciertas enfermedades se consultó especialmente en los primeros censos, mientras que la discapacidad está presente en los ítems de los censos recientes.

Estas modificaciones son atinentes a la historia estadística nacional, cuyas interpretaciones, objetivos y supuestos remiten a tres campos de indagación: “1) modelos de satisfacción de demanda, 2) modelo burocrático-institucional y 3) modelo teórico-estadístico” (Otero, 2004:300).

No obstante, en estas breves líneas se busca destacar la participación ciudadana de ayer y de hoy, es decir, las prácticas efectivas de los habitantes que fueron y somos interpelados a partir de unos cuestionarios con mayor o menor cantidad de preguntas y grados de dificultad, pero que significan la operacionalización concreta y real de cada proyecto censal. Comprendiendo que con los resultados obtenidos se logran plantear las políticas públicas multisectoriales.

Bibliografía

Henry, Louis (1983): Manual de Demografía Histórica. Técnicas de análisis. Editorial Crítica. Barcelona.

Instituto Nacional de Estadística y Censos (2013), Proyecciones y estimaciones de la población 2010-2040. Total del país. Serie análisis demográfico N°35. En línea: https://www.indec.gob.ar/ftp/cuadros/publicaciones/proyeccionesyestimaciones_nac_2010_2040.pdf

Ministerio de Salud de la Nación (2021), El Ministerio de Salud presentó estudio sobre exceso de mortalidad en 2020 por COVID-19. En línea: https://www.argentina.gob.ar/noticias/el-ministerio-de-salud-presento-estudio-sobre-exceso-de-mortalidad-en-2020-por-covid-19

Otero, Hernán (2004): “Crítica de la razón estadística”. En: Otero, H. (Director), El mosaico argentino. Modelos y representaciones del espacio y de la población, siglos XIX-XX. Siglo XXI de Argentina Editores. Buenos Aires.

 

A propósito del censo 2022, nos preguntamos ¿Qué es lo urbano? Definición utilizada en los Censos de población de Argentina

Fernando Ariel Manzano[1][2]

 

Aunque desde tiempos antiguos existían ciudades en algunas regiones (Johnson, 1980), el protagonismo creciente de la vida urbana tuvo su origen hace sólo dos siglos en Europa Occidental, convirtiéndose en uno de los acontecimientos sociales más característicos del siglo XX (Peña et al., 2002).

Anteriormente la diferenciación entre zonas urbanas y rurales se realizaba en función del uso del suelo, presentándose dificultades si se incluían variables de carácter social (Clout, 1976). Pero a partir de la Revolución Industrial, se destacó un cambio en la configuración de las ciudades. Asimismo, lo urbano se convirtió en característica esencial del desarrollo económico (Ramírez y Mayer-Foulkes, 2011). El surgimiento de nuevos medios de transporte, en especial el automóvil, incidieron en el aumento del tamaño de las ciudades (Peña et al., 2002).

En los últimos tiempos aparecieron modelos de urbanización difusa (Ferrás, 2007), como los generados por los nuevos movimientos migratorios de la ciudad a las áreas rurales en busca de proyectos de vida alternativos –con vías de comunicación que permitieron un rápido acceso a las ciudades (Sili, 2021)–, que imprimen cambios socio-económicos en determinadas áreas rurales –fenómeno denominado renacimiento rural, neorruralismo, contraurbanización, entre otros– (Baños, 2013). Asimismo, los espacios urbanos y rurales en la actualidad se encuentran interrelacionados mediante continuos desplazamientos de bienes y servicios –alimentos, educación, equipamientos, usos recreativos, entre otros– (Mikkelsen y Velázquez, 2010).

Existe una imprecisión de criterios para diferenciar la población urbana y rural. Desde una definición cuantitativa, como la determinación de un número mínimo de habitantes, no basta para caracterizarla. Este criterio presenta mayor dificultad en zonas de baja cantidad de población. En términos cualitativos, los elementos más usados para definir un asentamiento urbano, han sido entre otros: densidad, ambiente, morfología del núcleo, movilidad, modo de vida, interacción social, actividades no agrarias de la población (Peña et al., 2002). No obstante, en ciertos países asiáticos existen localidades urbanas donde predominan las actividades agrícolas, así como también en países desarrollados, pueden relevarse algunas áreas rurales donde son mayoritarias las actividades no agrícolas (George, 1982). Al respecto Duncan (1957), afirmaba que la transición de una comunidad puramente rural a una urbana es gradual y difusa. O expresado, en otros términos, se considera lo urbano como un proceso (Harvey, 1996). En consecuencia, alcanzado el siglo XXI, pese al gran esfuerzo de innumerable cantidad de autores, aún persisten dificultades en los criterios utilizados para definir una localidad como rural o urbana (Peña et al., 2002).

Los criterios más generales son los empleados en los censos oficiales. En los cuales, se fija de manera arbitraria un umbral mínimo de habitantes para considerar a la población urbana –este umbral presenta variaciones entre países, limitando su comparabilidad (ver Cuadro 1)– (Pellegrini y Raposo, 2014). Utilizando la mayoría de los institutos de estadísticas nacionales definiciones de lo urbano y lo rural de modo dicotómico (Dirven y Candia, 2020).

Las características que diferencian a las zonas urbanas varían de un país a otro, la distinción entre la población urbana y la población rural, como hemos mencionado, no puede condensarse todavía en una sola definición aplicable a todos los países, y ni siquiera a la mayoría de los países de una región (Naciones Unidas, 2010).  A continuación, se presentan diferentes valores de población mínima utilizados para definir lo urbano (Cuadro 1)

 

Cuadro 1: Definición de Área Urbana en censos según países seleccionados.

Fuente: elaboración personal en base Peña et al. (2002) e Institutos Nacionales de Estadística.

 

No obstante, existen recomendaciones internacionales para poder establecer comparaciones entre los países. En este sentido, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ha propuesto varias metodologías de clasificación de las distintas subdivisiones nacionales, entre las cuales se encuentra el área urbana funcional (AUF) (Naciones Unidas, 2010).

En Argentina se considera desde el Censo de 1914 como población urbana, a los residentes en localidades de dos mil habitantes o más –todas las áreas inferiores a dos mil habitantes se suponen rurales–, y al conjunto de dichas localidades como las unidades constitutivas del sistema urbano nacional (Lindenboim y Kennedy, 2004). El concepto de localidad se basa en la definición de Vapñarsky y Gorojovsky (1990), que adopta un criterio físico, este se encuentra implícito en todos los censos argentinos y explicitado a partir del censo de 1991. Las localidades censales “… son una porción de la superficie de la tierra caracterizada por la forma, cantidad, tamaño y proximidad entre sí de ciertos objetos físicos artificiales (edificios) y por ciertas modificaciones artificiales del suelo (calles), necesarias para conectar aquellos entre sí…” (INDEC, s.f.).

La definición oficial argentina, basada solo en el tamaño de la población, resulta excesivamente amplia, está incluye a todas las localidades con 2.000 o más habitantes (INDEC, 2010). Si en cambio, se adicionara un nivel mínimo de densidad demográfica –criterio vinculado a las economías de aglomeración que caracterizan a los centros urbanos–, la urbanización de Argentina seria significativamente inferior de lo que indican las estadísticas oficiales (Muzzini et al., 2016).

Las divisiones censales que involucran áreas urbanas, no permanecen estáticas. Estas pueden sufrir subdivisiones entre un censo y otro, debido al crecimiento en cantidad de viviendas (INDEC, s.f.). El tipo de radio censal puede variar entre un operativo censal y otro, debido a modificaciones de los asentamientos y a subdivisiones operativas. Por ejemplo, un radio rural puede convertirse en: un radio mixto –cuando parte de su territorio ha sido ocupado por una urbanización–; un radio urbano –todo su territorio ha sido ocupado por una nueva urbanización–; etc.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), mediante diferentes documentos destaca la necesidad de actualizar las metodologías de medición de urbano/rural, con el objetivo de mejorar el diseño de políticas públicas (INE, 2018). Los criterios que se establecen en la definición de área urbana deben ser consistentes con la realidad de cada región o de cada país, de manera que las políticas no asuman planes inalcanzables en localidades clasificadas como urbanas, pero con características netamente rurales (Peña et al., 2002).

A pesar del temprano proceso de urbanización de Argentina y los rápidos y profundos cambios que se están produciendo en sus ciudades, el ordenamiento territorial aún no ha sido contemplado en su legislación nacional. Este año Argentina releva su décimo primer Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas. Aprovechamos a remarcar la importancia del apoyo y participación de toda la población en la principal fuente de información demográfica y socioeconómica de nuestro sistema nacional de estadística. Además de un insumo inestimable, para gestionar intervenciones instrumentales acordes con la resolución de los problemas urbanos.

 

Referencias bibliográficas

Baños, M. R. (2013). Nueva Ruralidad desde dos visiones de progreso rural y sustentabilidad: Economía Ambiental y Economía Ecológica. Polis, (34), 1–13.

Clout, H. (1976): Geografía rural Ed. Oikos-tau SA.

Dirven, M., y Candia Baeza, D. (2020). Medición de lo rural para el diseño e implementación de políticas de desarrollo rural.

Duncan, O. D. (1957). Community size and the rural-urban continuum. Cities and society, 35-45.

Ferrás, C. (2007). El enigma de la contraurbanización. Fenómeno empírico y concepto caótico. Revista Eure, 33(98), 5–25.

George, Pierre (1982). Precis de Geographie Urbaine. Sexta edición (traducción Jorge Gozolini). Barcelona, España, Ariel, pp. 17-19

Harvey, David (1996). “Justice, nature & the geography of difference”. Oxford: Blackwell.

INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina). 2010. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas. INDEC, Buenos Aires.

Instituto Nacional de Estadística de Chile (INE) (2018). Urbano/Rural: Contexto de los resultados Diseminación Censo 2017. Santiago. Recuperado de http://www.censo2017.cl/servicio-de-mapas/descargas/mapas/Urbano-Rural-Contexto_de_Resultados.pdf

Johnson, James H. (1980) Urban Geography: An Introductory Analysis. Segunda edición en castellano. Barcelona, España, Oikos-Tau, p. 13.

Lindenboim, J. y Kennedy, D. (2004) Dinámica Urbana Argentina. 1960-2001. Reconstrucción y análisis de la información necesaria. Documento de Trabajo del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Económicas

Mikkelsen, C., y Velázquez, G. (2010). Comparación entre índices de calidad de vida: La población rural del partido de General Pueyrredón, 2001-2007. Revista de Geografía Norte Grande, (45), 97-118.

Muzzini, E., Puig, B. E., Anapolsky, S., Lonnberg, T., y Mora, V. (2016). Liberando el potencial de las ciudades argentinas. Washington, DC: Banco Mundial.

Naciones, Unidas. (2010). Principios Y Recomendaciones Para Los Censos de Población Y Habitación: Revisión 2.

Pellegrini, J. L. y Raposo, I. M. (2014). Patrón de urbanización, desarrollo agrario y tipos no tradicionales de empleo en la Microrregión Rosario, Argentina. Economía, Sociedad y Territorio, v. 14, n. 45, p. 419-463.

Peña, G. P. V., Medina, J. C., y Mora, G. S. G. (2002). Urbano-rural, constante búsqueda de fronteras conceptuales. Revista de información y análisis20, 17-24.

Ramírez, A. R. F., y Mayer-Foulkes, D. (2011). Ciclo de vida humano y ciclo de vida urbano: Urbanización y desarrollo económico.

Sili, Marcelo (2021). Renacimiento rural (América Latina, fines del siglo XX – comienzos del siglo XXI). En Diccionario del agro iberoamericano. Tercera edición ampliada. Recuperado de https://www.teseopress.com/diccionarioagro/

Vapñarsky, C. y Gorojovsky, N. (1990). El crecimiento urbano en la Argentina. Buenos Aires: IIED, Grupo Editor Latinoamericano.

Notas

[1] Licenciado en Economía por Universidad de Buenos Aires (UBA), Licenciado en Sociología por Universidad de Buenos Aires (UBA) y Doctor en Demografía por Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Email: fernando14979@hotmail.com. Investigador adjunto del Instituto de Geografía, Historia y Ciencias Sociales (IGEHCS) – Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

[2] Agradecimiento especial a la Licenciada Daniela Avalos (UBA) por la corrección ortotipográfica. Email: danielasoledad.av@gmail.com

Sobre la población de turistas en Mar del Plata y a propósito de si llegamos al millón…

Matías Adrián Gordziejczuk

INHUS (CONICET/UNMdP)- GESPyT (FHum/UNMdP)

Observo en mi calendario que finalizo la escritura de estas palabras un 21 de diciembre del año número 21 correspondiente al siglo 21. Más allá de esa coincidencia, lo importante de este día es que transcurre el solsticio que marca el comienzo del verano en el hemisferio Sur. El Sol alcanza el cenit al mediodía sobre el trópico de Capricornio y esto ocasiona la jornada con mayor duración de la luz diurna que tendremos de aquí a un año. Este hecho astronómico no solo representa el inicio de una nueva estación. Para ciudades como Mar del Plata, y otros centros urbanos de Argentina, este episodio se puede asociar con el comienzo, ya contundente, de lo que se conoce como la temporada turística alta, en alusión a que se producen los mayores volúmenes de desplazamientos humanos impulsados por necesidades como las de entrar en contacto con el mar, sentir el aire fresco y vacacionar.

Por otro lado, en el último aporte al eje Ciudadano de este Observatorio Ciudadano, Político y Electoral (OCPE), Sofía Ares (2021) nos explicaba que, si bien es posible escuchar cotidianamente que en Mar del Plata y el partido de General Pueyrredon habitan un millón de personas, ninguna estimación a 2020 sugiere una población que alcance, en número redondos, los 700 mil habitantes. En líneas generales, nuestra comunidad atraviesa desde los períodos intercensales correspondientes a la segunda mitad del siglo XX una desaceleración del ritmo de crecimiento, y esto se contrapone a tiempos anteriores, en los cuales la intensidad del crecimiento demográfico y urbano se debía en gran medida al turismo a través de factores como la migración estacional motivada por la búsqueda de empleo o la adquisición de un terreno, casa o departamento para la instalación permanente en la codiciada “Ciudad Feliz”.

De las dos observaciones hechas hasta aquí surge la pregunta que orienta este breve escrito: ¿cuántos podríamos llegar a ser en el partido de General Pueyrredon durante un día caluroso del expectante mes enero de 2022? Vale aclarar, en primer lugar, que la circunscripción a enero se debe a que es el mes de mayor afluencia turística y, en segundo lugar, que expectante no es una adjetivación caprichosa. Desde hace semanas, tanto los y las representantes locales como los medios de comunicación emiten declaraciones que dan la impresión de “vuelta a la normalidad (turística)”, por ejemplo, a partir de anuncios sobre próximos eventos culturales masivos y la no exigencia del pase sanitario para ingresar a Mar del Plata[1] (aunque sí se exigirá para asistir a acontecimientos que impliquen aglomeración de personas en espacios cerrados). Como bien sabemos, todo esto sucede luego de un primer verano de pandemia que afectó, entre tantos otros, también a los sectores dependientes del turismo, como son el hotelero, gastronómico, cultural, recreativo y del transporte.

Pero antes de buscar una respuesta a la pregunta formulada, es importante mencionar que, pese al avance de la ciencia y la tecnología, tanto para los organismos especializados en el turismo como para la academia, aún representa un desafío metodológico la producción de datos y estadísticas sobre cantidad de turistas que ingresan a un lugar. Como bien señalan José Andrés Domínguez, Antonio Aledo y Bernat Roig Merino (2016), estamos ante un tipo de población de naturaleza elusiva, caracterizada por una intensa movilidad territorial y, a raíz de ello, que es difícil de “atrapar/capturar” estadísticamente.

A pesar de lo anterior, sí es posible comentar que se cuenta con datos oficiales sobre el volumen de arribos con fines turísticos a la ciudad de Mar del Plata. Para la realización de este cálculo, el Ente Municipal de Turismo (EMTUR) contabiliza los arribos en función de los datos proporcionados por fuentes secundarias representativas de las diferentes vías de acceso que presenta Mar del Plata (empresas concesionarias de peajes, Torre de Control de la Terminal Ferroautomotora, Trenes Argentinos y Administración Nacional de Aviación Civil). No obstante, el último informe estadístico sobre indicadores de turismo que se halla disponible en el portal de datos abiertos de la Municipalidad de General Pueyrredon (https://datos.mardelplata.gob.ar/) concierne a la etapa prepandémica, y más específicamente al año 2018. Durante el mes de enero de ese año, 1.380.590 personas vinieron a Mar del Plata. Si se toman de referencia los datos equivalentes a los meses de enero de la década antecesora, dicha cifra se ubica dentro de los parámetros habituales (ver Tabla 1). Complementariamente, se puede añadir que, de ese total, el 77 % accedió en auto, el 18,1 % en ómnibus, el 2,4 % en avión y el 2,3 % en tren.

Tabla 1. Mar del Plata, arribos de turistas en el mes de enero entre 2007-2018

Año Arribos
2007 1.422.547
2008 1.337.838
2009 1.321.784
2010 1.411.820
2011 1.437.571
2012 1.463.852
2013 1.404.985
2014 1.422.550
2015 1.472.464
2016 1.381.896
2017 1.399.071
2018 1.380.590

Datos: Municipalidad de General Pueyrredon

Si bien el total de arribos mensual es el primer dato al que se accede, para responder a nuestro interrogante, basarnos en la cifra indicada en el párrafo anterior no sería correcto porque la misma refiere a un acumulativo del mes y no a un representativo diario. Lo mejor parece ser considerar el promedio diario de turistas estables. En el Segundo Informe de Monitoreo Ciudadano de la Red Mar del Plata Entre Todos, Bernarda Barbini et al. (2018) definen a este indicador como la cantidad de turistas que pernoctan en la ciudad en un momento determinado. Para enero de 2018 ese valor medio fue de 278.713 personas.

El punto a destacar es que si realizamos la sencilla tarea de sumar la última cifra mencionada y cualquiera de las opciones de proyección de población indagadas por Sofía Ares (2021), cuyo valor más alto corresponde a 684.322 habitantes en 2020, seguiríamos sin alcanzar el millón de personas, aunque nos aproximaríamos bastante (963.035). No obstante, hay que tener en cuenta que usar el dato sobre promedio de turistas estables diarios del mes no permite identificar la diferencia entre días laborales y fines de semana/feriados. Si solo se tienen en cuenta a estos últimos, varias notas de la prensa local correspondientes a la última década, y que difunden los registros del EMTUR, permiten aseverar que en momentos como los fines de semana de enero y otros fines de semana largos sí convivimos al mismo tiempo en este territorio más de un millón de personas.

Más allá del umbral simbólico del millón, lo importante es tener en cuenta que la distribución territorial de la población visitante amplifica la desigual densidad demográfica en el espacio local. Sabemos que nuestro principal atractivo turístico son las playas y que a gran parte de la población que elige vacacionar en Mar del Plata la encontramos día y noche a pocos metros de la costa, realizando quizás desplazamientos pendulares entre playas y alojamiento, visitando y usando lugares gastronómicos y recreativos situados en alguna de las centralidades que posee la ciudad.

El mapa 1 intenta aproximar una representación de esta situación. En él se localizan y confluyen datos relacionados a las dos formas de alojamiento que Juan Carlos Mantero, Leandro Laffan y Daniel Lefrou (2011) califican como turismo serviciado y turismo residenciado, en alusión a las posibilidades de contratar los servicios de un alojamiento hotelero o para-hotelero (cualquiera sea su tipo/categoría) o dormir en una residencia propia o alquilada, ya sea casa o departamento. Mientras que los puntos son establecimientos que, desde 2016 en adelante, han habilitado las autoridades municipales y, por tanto, se han promocionado desde el EMTUR; el gradiente de colores anaranjados atañe al total de viviendas particulares que, en 2010, se usaban para vacaciones, fines de semana u otros usos temporales, según radios censales (áreas o unidades administrativas de 300 viviendas aproximadamente, creadas por el INDEC para hacer operativo a los censos nacionales de población, hogares y viviendas).

Mapa 1. El alojamiento turístico en Mar del Plata

Fuente: elaboración personal en base a datos del EMTUR e INDEC (CNPHyV 2010)

De esta manera, queda en evidencia que la mayoría de las pernoctaciones turísticas se localizan en proximidad a la costa, habilitando el pensamiento y la reflexión sobre la configuración de, al menos, dos ciudades con dinámicas, características y conflictos particulares. En un sector, problemáticas como la congestión vehicular, la acumulación de residuos sólidos en las calles y el hacinamiento en playas, paseos costeros y áreas verdes; en el otro sector, la relativa menor presencia de servicios y equipamientos, la acumulación de basura en esquinas a lo largo de todo el año, y un transcurrir de los desplazamientos cotidianos que se trastoca con flujos hacia el sector anterior para prestarle servicio en labores tales como la hotelería, la gastronomía, los comercios, por nombrar algunas.

Pese a haberse convertido en una ciudad multifuncional, el turismo en Mar del Plata continúa ocupando un lugar primordial en la agenda política y en identidad local/nacional. Citando a Daniel Hiernaux y Carmen Imelda González (2014), la flexibilización de los calendarios y el consecuente turismo de estancias cortas conllevan a que la población visitante requiera ser vista como una categoría más de habitante, en el sentido de sucesión de individuos que día a día construye y reconstruye la ciudad y sus alrededores, resignificando espacios y lugares. Es sustancial tener en cuenta esta idea a la hora de planificar políticas que apunten a reducir la desigualdad territorial y atender el bienestar de turistas y locales por igual, seamos o no un millón de residentes en La Feliz.

 

Referencias bibliográficas

  • Ares, S. (2021). ¿Llegamos al millón? La población del Partido de General Pueyrredon: algunos aportes para el debate. En: OCPE. https://www.observatoriopolitico.com.ar/llegamos-al-millon-la-poblacion-del-partido-de-general-pueyrredon-algunos-aportes-para-el-debate/
  • Barbini, B., Castellucci, D., Cruz, G., Roldán, N., Corbo, Y. y Cacciutto, M. (2018). Turismo. En: Segundo Informe de monitoreo ciudadano: para saber qué ciudad queremos, necesitamos saber qué ciudad tenemos. Red Mar del Plata Entre Todos. https://www.mardelplataentretodos.org/informe
  • Domínguez, J. A.; Aledo, A. y Roig Merino, B. (2016). Dificultades epistemológicas y técnicas en encuestas a población elusiva: el caso de los turistas residenciales. Cuadernos de Turismo, n° 37, 135- 155.
  • Hiernaux, D. y González, C. I. (2014). Turismo y gentrificación: pistas teóricas sobre una articulación. Revista de Geografía Norte Grande, n° 58, pp. 55- 70.
  • Mantero, J. C.; Laffan, L. y Lefrou, D. (2011). Turismo residenciado- Turismo serviciado. Implicancias y alcances en Mar del Plata. Aportes y Transferencias 15, nº 2, 125-146.

Notas

[1] https://www.perfil.com/noticias/actualidad/mar-del-plata-no-exigira-a-los-turistas-el-pase-sanitario-como-requisito-para-ingresar-este-verano.phtml (Consultado el 20/12/21).

¿Llegamos al millón? La población del Partido de General Pueyrredon: algunos aportes para el debate

Sofía Estela Ares

INHUS-CONICET-UNMdP-GESPyT-FHum-UNMdP

 

Ocurre con las ciudades lo que en los sueños: todo lo imaginable puede ser soñado, pero hasta el sueño más inesperado es un acertijo que esconde un deseo, o bien su inversa, un temor. Las ciudades, como los sueños, están construidas de deseos y de temores, aunque el hilo de su discurrir sea secreto, sus normas absurdas, sus perspectivas engañosas, y cada cosa esconda otra.

Ítalo Calvino, Las ciudades invisibles, III

 

Mar del Plata como ciudad cabecera del Partido de General Pueyrredon congrega, desde hace décadas, las miradas en múltiples ámbitos: económico, político, cultural, periodístico y, por supuesto, académico. Su protagonismo ineludible se extiende incluso al aspecto demográfico, con lo cual es habitual escuchar que Mar del Plata tiene un millón de habitantes. Igualmente, y en estrecha relación con la proposición anterior, es normal que nos pregunten ¿cuántos habitantes tiene Mar del Plata?

Hasta aquí solo hablamos de Mar del Plata, mientras que el resto del Partido parece quedar siempre en las sombras. En ocasiones, sobre todo en tiempos electorales, algunos sectores aluden a la ciudad de Batán, entonces la referencia a marplatenses y batanenses parece cubrir a todo el distrito, ocultando la existencia de otras realidades, otros territorios en definitiva. No es el propósito en esta ocasión referir a la trama de localidades ni específicamente a la población rural del Partido de General Pueyrredon, sin embargo, queremos dejar como inquietud la necesidad de visibilizar la complejidad del distrito, trascender la postal y mostrar el resto del territorio (Mapa 1).

En este proceso, reconocer cuántos somos y dónde estamos es tal vez el puntapié inicial. El dónde estamos queda pendiente para otra ocasión no obstante, mostrar la distribución territorial de la densidad poblacional (Mapa 1) nos brinda la posibilidad de atisbar la presencia de múltiples situaciones dentro de General Pueyrredon. En referencia a la densidad vemos con claridad que la concentración de habitantes se reduce desde el centro marplatense hacia los bordes de la ciudad. Y, por fuera de esta, muestra focos de mayor aglomeración en Batán, Sierra de los Padres-La Peregrina y Estación Camet.

Mapa 1. Partido de General Pueyrredon, densidad de población, 2010 (habitantes por kilómetro cuadrado)

El reconocimiento de cuántos somos puede hacerse de la mano de las estadísticas oficiales, es decir, a través de información procesada a partir de los Censos Nacionales de Población. Según rezan los manuales de Demografía, el Censo es “el conjunto de las operaciones consistentes en recoger, recopilar, evaluar, analizar y publicar o divulgar de alguna otra forma datos demográficos, económicos y sociales relativos a todos los habitantes de un país (…)” (Naciones Unidades, 2010 citadas por CEPAL-CELADE, 2014, p. 23). Como indica Giusti (2010), dentro del Sistema Estadístico Nacional el Censo de Población es la operación de mayor importancia y sus resultados son un punto de referencia para las estadísticas vitales, así como marco de muestreo para las encuestas, como es el caso de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Los resultados de cada censo son, a su vez, la base para las proyecciones de población y deberían ser especialmente útiles para la planificación y el diseño de políticas públicas (Giusti, 2010).

En Argentina, los denominados Censos modernos (considerando como tales a los realizados desde 1960) se hacen cada diez años aproximadamente. Sin embargo, el cumplimiento (con mínimas diferencias en más o menos años) de las recomendaciones internacionales, no garantiza la calidad del procedimiento censal, sobre todo por el contexto en el que estos censos se han realizado. Al respecto afirma Giusti, “salvo el censo de 1960, los restantes se llevaron a cabo en medio de fuertes crisis sociales y económicas o de procesos no democráticos… De una u otra manera ello ha influido en las formas que esos censos adquirieron y en los resultados, difusión y uso de los datos mismos” (2010, p. 215). Por tanto, tenemos Censos que respetan parcialmente la frecuencia de los 10 años, pero con resultados que suelen estar cargados de dudas sobre su calidad. Por cierto que la frecuencia recomendada de 10 años se ha convertido en un lapso demasiado extenso si tenemos en cuenta la intensa dinámica de las sociedades actuales.

En Argentina el Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda debía realizarse en octubre de 2020. Sin embargo, al igual que ocurrió en otros países del mundo, se suspendió el operativo en el marco de la Emergencia Sanitaria originada por la pandemia por Sars-CoV-2. Durante el año 2021 se confirmó que el Censo se realizará entre marzo y mayo de 2022 apelando a un nuevo diseño donde las mayores novedades serán la modalidad mixta, registro electrónico o entrevista presencial, así como el enfoque de “derecho” y no “de hecho” como fueron todos los relevamientos precedentes. La realización de un censo de derecho plantea la necesidad de que cada habitante se registre en su lugar de residencia habitual y no donde pasó la noche anterior.  En este sentido es clave que pensemos que los censos de derecho permiten mejorar la calidad de la información y esta, a su vez, deviene en mejor herramienta para la gestión.

Pero ¿Cuántos somos?

 El Partido de General Pueyrredon es un distrito con fuerte tradición urbana, situación conectada con el rol de la ciudad de Mar del Plata y su veloz crecimiento poblacional entre 1947 y 1980 (Lucero et al, 2010; Velázquez et al, 2004). El proceso de urbanización del Partido ha sido tan importante que en 1970 la población urbana alcanzaba al 80% y hacia 2010 rozaba al 97 %. 

El poblamiento del partido, centrado en Mar del Plata, le ha asignado a la ciudad tal jerarquía que es habitual la invisibilización del resto del Partido.  Según el Censo de Población, Hogares y Vivienda de 2010, en el Partido de General Pueyrredon había 618.989 habitantes. Este dato, sin embargo, suele chocar con la población imaginada, temida tal vez retomando el epígrafe de Calvino, en un millón de habitantes para Mar del Plata. Se habla entonces de una ciudad millonaria, aludiendo siempre y de forma exclusiva a Mar del Plata. Del resto del Partido somos pocos los que hablamos, pero sea Mar del Plata o el Partido en su conjunto ¿cuántos somos? ¿llegamos al millón? ¿qué ha pasado en los diez años transcurridos desde el último Censo Nacional? ¿por qué de pronto hay tanto interés por la demografía local?

En el año 2020, la pandemia por el SARS-CoV-2 parece haber sido uno de los estímulos principales a las preguntas de corte demográfico. Las primeras voces contra el total de población se oyeron cuando, inmersos en el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), las autoridades determinaron para algunas zonas la posibilidad de salidas recreativas. General Pueyrredon por ejemplo quedó excluido de esa oportunidad y la fundamentación estuvo en el total de población proyectada por INDEC. Por el contrario, cuando la provincia de Buenos Aires estableció el sistema de fases, ese total, que para “salir de casa” era muy alto, empezó a verse como muy bajo.[1]  ¿Cómo entender tal contradicción? Es simplemente una cuestión matemática que depende del valor del denominador (divisor) usado. A igual cantidad de casos COVID positivos, la tasa de incidencia varía según el volumen de población (denominador) y este indicador era uno de los parámetros fundamentales en el sistema de fases. En consecuencia, las quejas de la población en general y de algunos grupos en particular, como comerciantes o gastronómicos, se concentraron en criticar el uso de datos desactualizados desconociendo que el denominador aplicado procede de las proyecciones de población, herramienta ampliamente usada y validada en el mundo entero.

Antes de desandar el camino cuantitativo es importante expresar que los datos censales ya tienen más de diez años, que este Censo del año 2010, al igual que otros, tiene sus falencias. Ninguna herramienta está exenta de errores. Pero no podemos dejar de decir que estos datos, así como las proyecciones, son los únicos de carácter oficial. En este sentido remarcamos que el uso de datos censales es de vital importancia dadas sus características de universalidad, exhaustividad, simultaneidad y periodicidad. Para saber con mayor exactitud cuántos somos es preciso realizar un nuevo Censo y para ello aún tenemos que esperar.

Hechas las aclaraciones anteriores, veamos la información demográfica de General Pueyrredon. El análisis de la tasa de crecimiento intercensal permite determinar el ritmo o la velocidad a la cual se producen los cambios. De este modo, en el período 1895-2010 el ritmo de crecimiento se desaceleró luego del año 1960, hasta alcanzar el mínimo de 5.4 ‰ entre 1991 y 2001 (Gráfico 1). La tasa de crecimiento anual intercensal se recuperó en el período siguiente llevando el cambio demográfico a un ritmo del 10.4 ‰. En consecuencia, podemos establecer que la población de General Pueyrredon muestra en las últimas décadas signos de desaceleración del crecimiento y un cambio demográfico lento. ¿Qué ha sucedido en los últimos años? ¿Qué hacemos entre Censos? O peor aún, ¿qué hacemos si el Censo se aplaza? Acudimos, por ejemplo, a las proyecciones de población. Tal como afirma Welti,

Las estimaciones y proyecciones de población constituyen un ejercicio ampliamente usado por los científicos sociales; está de más insistir en la relevancia de las proyecciones de población en materia de aplicación de políticas sociales y sectoriales; de hecho, las cifras sobre población afectada o beneficiaria de dichas políticas resulta ser la primera información que debe manejarse para que éstas tengan éxito (1997, p. 73).

El punto de partida para las proyecciones de Argentina es la población al 1 de julio de 2010, y el procedimiento “consiste en proyectar cada una de las variables determinantes de la dinámica demográfica de forma independiente, es decir: mortalidad, fecundidad y migración” (INDEC, 2013, p. 6). Dentro de los procedimientos para realizar las proyecciones se incluyen estudios de consistencia del Censo de Población que se toma como base. En relación a las últimas proyecciones, se señala que “Como resultado de este análisis se obtuvo un valor de omisión de 1,99% para el total del país” (INDEC, 2013, p. 7), consignándose en el estudio que el contraste con los valores de omisión de 2001 es significativamente menor. Las proyecciones de INDEC se realizan a escala general, provincial y también por departamento o partido, de este modo se conoce que la población proyectada del Partido de General Pueyrredon des de 656.456 habitantes para el año 2020 (INDEC, 2013).

En busca de otras respuestas hicimos la proyección de población con un método más simple, consistente en aplicar la tasa de crecimiento conocida, siguiendo el procedimiento detallado por Welti (1997), es decir, “es posible proyectar una población suponiendo que su crecimiento se ajusta a alguna función matemática específica y conociendo algunos datos adicionales tales como población inicial, tasa de crecimiento y lapso en años exactos entre momento inicial y momento final” (1997, p. 74). Se trata de un cálculo sencillo, pero “una determinada tasa de crecimiento puede originarse de infinitas combinaciones de la tasa de natalidad, mortalidad y migración, y este tipo de proyección no entrega información directa sobre estos componentes” (Welti, 1997, p. 74), por lo cual tiene menor precisión. La aplicación de la tasa de crecimiento exponencial obtenida entre 2001 y 2010 (10,4 ‰) indica que en General Pueyrredon la población al 1 de julio de 2020 sería de 686.744 habitantes.

No conformes con estos datos, la búsqueda de información actualizada nos ha llevado a una fuente aún poco conocida como es el proyecto WorldPop (https://www.worldpop.org/). En este proyecto se afirma que

Las nuevas fuentes de datos y los avances metodológicos recientes realizados por el programa WorldPop ahora proporcionan datos de alta resolución, abiertos y contemporáneos sobre la población humana, lo que permite una medición precisa de la distribución, composición, características, crecimiento y dinámica de la población local, a través de escalas nacionales y regionales (https://www.worldpor.org)

Trabajar con las bases generadas en el proyecto WorldPop nos ha permitido avanzar hacia 2020 y constituye una posibilidad, basada en métodos que reúnen fuentes y técnicas diversas, para acercar otras respuestas alternativas al interrogante ¿cuántos somos?

El ensayo con las tres alternativas comentadas muestra que la tasa anual 2010-2020, en promedio, sería del 8,3 ‰, cifra próxima a las tasas calculadas para los dos períodos precedentes. Es decir, con cualquiera de las tres opciones nos estaríamos aproximando, en valores situados por debajo de los 800.000 habitantes, al volumen de población del partido en 2020 (Tabla 1 y Gráfico 1).

Tabla 1. Población del Partido de General Pueyrredon y tasa de crecimiento (‰)

Fuente de datos Población (2020) Tasa anual de crecimiento intercensal
(a) Aplicación de la tasa de crecimiento conocida (2001-2010) 684.322 10,39 ‰
(b) WorldPop 681.593 8,33 ‰
(c) INDEC 656.456 6,08 ‰

Fuente. Elaboración en base a INDEC, 2001, 2010, 2013 y WorldPop

 

Fuente. Elaboración en base a INDEC. Censos Nacionales de Población (1895-2010); INDEC. Proyecciones de Población (2010-2040); WorldPop (a) Aplicación de la tasa obtenida para el período 2001-2010 (b) Proyecto WorldPop (c) Proyección de INDEC

 

Podemos advertir que la exactitud tiene la forma de quimera, recordando siempre que estamos trabajando con conjuntos móviles, afectados por la propia alternancia de la vida y de la muerte, por los movimientos migratorios y por los distintos errores que suceden en toda enumeración. Buscamos y analizamos tendencias apelando a información que nos aproxima a la realidad compleja y siempre cambiante. No hay dudas que contar con información consistente, oportuna y en múltiples escalas territoriales es fundamental para construir herramientas que deberían ser mejor aprovechadas, en especial desde los poderes del Estado, contemplando así la posibilidad de trabajar en pos de territorios, cada día, un poco más justos.

 

[1] Para una mirada en detalle de estos posicionamientos cruzados pueden consultarse:
https://www.0223.com.ar/nota/2021-6-4-8-9-0-en-plena-polemica-por-las-fases-piden-que-se-esclarezca-el-numero-de-habitantes-de-mar-del-plata;
https://www.clarin.com/sociedad/coronavirus-argentina-mar-plata-retrocede-fase-2-polemica_0_L8quG0kBl.html; https://www.lanacion.com.ar/politica/coronavirus-argentina-que-municipios-provincia-buenos-aires-nid2358709/;
https://www.lacapitalmdp.com/en-mar-del-plata-no-habra-salidas-recreativas-en-la-proxima-etapa-de-la-cuarentena/;
https://www.perfil.com/noticias/politica/mapa-bonaerense-axel-kicillof-delego-la-decision-del-esparcimiento-a-intendentes.phtml.

Referencias bibliográficas

  • Bondarenko M., Kerr D., Sorichetta A., and Tatem, A.J. (2020). Census/projection-disaggregated gridded population datasets, adjusted to match the corresponding UNPD 2020 estimates, for 183 countries in 2020 using Built-Settlement Growth Model (BSGM) outputs. WorldPop, University of Southampton, UK. doi:10.5258/SOTON/WP00685
  • CEPAL-UNFPA. (2014). Los datos demográficos. Alcances, limitaciones y métodos de evaluación. Santiago de Chile.
  • Giusti, A. (2010). Censos modernos, 1960, 1970, 1980, 1991, 2001. En: Torrado, S. (comp.) Población y bienestar en la Argentina del primero al segundo bicentenario. Tomo I (pp. 215-243) Buenos Aires: EDHASA
  • Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2013). Estimaciones y proyecciones de población 2010-2040: total del país. – 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Instituto Nacional de Estadística y Censos – INDEC. E-Book. ISBN 978-950-896-431-1
  • Lucero, P. et al. (2010). Atlas de Mar del Plata y el Partido de General Pueyrredon. https://gespyt.wixsite.com/gespyt/libros?pgid=kdc89ezk-21da5100-f7dc-4f53-8fe8-1d40a8dcfbc5
  • Velázquez, G; Lucero, P. y Mantobani, JM. (2004). Nuestra Geografía Local. Mar del Plata GESPYT-UNMDP. https://gespyt.wixsite.com/gespyt/libros?pgid=kdc89ezk-31dbf3a8-bf44-4f26-a93d-a17392e239fa
  • Welti, C. (1997). Demografía I. México: PROLAP