Profesor en Geografía, Gianfranco Policastro
GEOT-CIGSA-FHum-UNMdP
gianfrancopolicastro@mdp.edu.ar
La ciudad de Mar del Plata ha transitado distintas etapas desde su fundación en el año 1874 por Patricio Peralta Ramos hasta la actualidad. Lejos quedaron los tiempos de aquel complejo saladeril ubicado en la zona de Punta Iglesias, así como también los años de su posterior transformación en una villa balnearia frecuentada por la elite porteña que la dotó de un estilo arquitectónico que emulaba al de las ciudades francesas (Medina, 2009), lo que le valió el apodo de la “Biarritz Argentina” (Bouvet et al., 2005). Hacia 1940 comenzó a cobrar mayor relevancia el turismo de masas, el cual entraría en crisis durante el último cuarto de siglo XX (Cicalese, 1999) hasta llegar a la actualidad, donde la ciudad se ha reconvertido en un importante centro turístico con una oferta variada, accesible para los diferentes estratos sociales y que continúa ostentando el título de principal destino turístico del litoral argentino.
A la par de esta dinámica también se han hecho notar las transformaciones de distintos sectores de la ciudad, como por ejemplo la reubicación del primer puerto y de la terminal de ómnibus de larga distancia, el auge de los hoteles y servicios complementarios, las mejoras en las vías de comunicación, y la evolución por ejemplo de las calles Güemes, Alem, San Juan o la Avenida Constitución hasta convertirse en modernos polos gastronómicos y/o comerciales.
De todas ellas, la Avenida Constitución guarda una historia especial que trasciende hasta nuestros días. Apodada la “avenida del ruido”, convocaba a miles de jóvenes en los años sesenta y setenta del siglo XX quienes al caer el sol se movilizaban hacia allí para disfrutar de la noche marplatense en alguna de sus características “boîtes”, nombre que se le daba a las confiterías bailables de la época. Actualmente, esta avenida se ha convertido en un centro neurálgico de la actividad comercial, gastronómica y de esparcimiento concurrida diariamente por miles de personas de diferentes rincones de la ciudad. En el marco del 150° aniversario de “La Feliz”, resulta interesante realizar un análisis geográfico e histórico sobre esta importante arteria de la ciudad, que tan poca trascendencia ha tenido en la bibliografía académica local hasta nuestros días para tratar de explicar y comprender su devenir actual.
Ubicada al norte de la ciudad, la Avenida Constitución les da la bienvenida a los turistas que arriban a la ciudad por la Ruta N°2, principal vía de comunicación con la Capital Federal. No obstante, el paisaje que la avenida ostentaba en la década de 1950, caracterizado por una calle pavimentada y angosta rodeada de frondosos árboles y algunas construcciones, ha sufrido una transformación considerable. Donde hoy encontramos restaurantes y comercios frecuentados por los residentes de la zona antes se encontraban “night clubs” o boîtes (Sebreli, 1970). Ye-Ye, Beduino’s, del 40, Notte, Canela, Zeus, Banana, El Castillo, Enterprisse, Xanadú, son sólo algunos de los nombres de estos clubes que resonaban entre 1970 y 1980 y que se extendían a lo largo de la avenida, desde la Ruta N°2 hasta la costa (Figura 1).
Figura 1: Localización de las boîtes de la Av. Constitución en 1974
Fuente: Fotos de Familia N°10.666, Diario La Capital.
El auge de esta avenida se dio en paralelo al cambio en las formas de diversión de los jóvenes de aquel entonces. Es menester aclarar que la forma de disfrutar la noche marplatense que hoy presenciamos en bares y boliches de la zona de Playa Grande o Alem es completamente diferente a la de antes. Varias décadas atrás, salir a bailar era sinónimo de asistir a los bailes con progenitores o hermanos quienes aguardaban apaciblemente en sillas a un costado de la pista, por lo que los acercamientos entre parejas eran cuanto menos difíciles e incómodos. Ya en 1970, surgieron las primeras boîtes, confiterías bailables en donde los jóvenes asistían sin la atenta mirada de sus padres, dando lugar a un nuevo escenario para la diversión. Ya fueran residentes o turistas, adolescentes o adultos, se congregaban al anochecer en estas “confiterías bailables” ubicadas casi en su totalidad sobre esta avenida, en las cuales hasta la década de 1980 era requisito acudir en parejas para poder ingresar. Todo esto le otorgaba una cualidad distintiva que convertía esta avenida en un exponente de la noche marplatense.
Pero este período de auge nocturno de la Avenida Constitución dio paso con el correr del tiempo a una crisis de la que le fue imposible recuperase. Poco a poco, y a causa de diversos motivos, estas confiterías fueron desapareciendo hasta que en la década pasada sólo quedaban tres remanentes: Sobremonte, Chocolate y Gap, las cuales corrieron la misma suerte que sus predecesores siendo Sobremonte el último en cerrar sus puertas en enero de 2019. En la actualidad, a lo largo de la avenida encontramos oficinas, restaurantes, paseos comerciales, sucursales bancarias y otros servicios en donde antes se ubicaban estas discotecas.
El desencadenante de estos cambios en el uso de suelo no está claro; no obstante, aquí se tratará de arrojar algo de luz sobre el asunto. Como sostiene Cicalese (1999), la ciudad de Mar del Plata supo ser el principal centro veraniego del país pasando de recibir alrededor de un millón de turistas en 1950 a unos dos millones y medio en la primera mitad de 1970 gracias en parte a la proximidad espacial con la ciudad de Buenos Aires, principal emisora de turistas del territorio. Con el modelo aperturista que se inicia en la segunda mitad de 1970, comienza a producirse un leve pero sostenido descenso en el número de turistas que arriban a la ciudad, sumado a un creciente deterioro de su capacidad de gasto. Esta merma en el arribo de turistas se potenció aún más en la década de 1990 y alcanzó su pico en el año 2001, lo que, sumado a las condiciones financieras desfavorables, pudo haber sido uno de los motivos que ocasionara una merma en la concurrencia a estos sitios de esparcimiento nocturno asentados sobre la Avenida Constitución.
Por otra parte, la expansión de la urbanización hacia este sector de la ciudad es otro de los posibles motivos. Originalmente, la gran mayoría de las boîtes de la ciudad se asentaban sobre esta avenida por su lejanía del centro de la ciudad y de las zonas residenciales, lo que generaba un ambiente propicio para la proliferación de este tipo de emprendimientos. Si bien por aquel entonces ya existían algunas residencias estables en los alrededores de la avenida, el crecimiento demográfico atravesado por la ciudad en el transcurso de los años hizo que cada vez más y más residentes comenzaran a asentarse en los alrededores de la avenida. Como es lógico pensar, este crecimiento residencial en torno a la avenida no solo no era compatible con los ruidosos night clubs de la zona, sino que además comenzó a demandar mayor presencia de servicios y comercios para satisfacer las necesidades de los nuevos residentes. Por ende, se fueron asentando con el tiempo negocios comerciales y de prestación de servicios que modificaron el paisaje de este sector. Cabe aclarar que esto no sucedió de la noche a la mañana, ya que durante un cierto tiempo el cierre de los night clubs generó un abandono generalizado de la avenida, hasta que finalmente se instalaron en la zona diversos emprendimientos comerciales y de servicios que comenzaron poco a poco a cubrir las demandas de los residentes.
Desde fines de 1990 y hasta la actualidad, se observa que la nocturnidad se ha desplazado a calles como Hipólito Irigoyen, Güemes, Alem y el sector de Playa Grande con el desarrollo de bares, pubs y confiterías bailables. Esto hizo que, por un lado, el nicho generado por las boîtes de la Avenida Constitución se perdiera, puesto que ahora existían otros espacios de ocio nocturno lo que generó un descenso paulatino de la afluencia de jóvenes a la “avenida del ruido”, y por el otro, que estos nuevos polos de esparcimiento nocturno (favorecidos por la reglamentación municipal) fueran cobrando cada vez más relevancia al tiempo que las boîtes de la Avenida Constitución se iban sumiendo en una lenta crisis de la cual les sería muy difícil (sino imposible) salir. La gran mayoría cerró sus puertas, y solo permanecieron operativas al menos hasta el año 2010 GAP, Chocolate y la reconocida Sobremonte. A continuación, se presenta un extracto de una nota realizada al dueño de la discoteca “Chocolate” en el año de su cierre definitivo, el cual manifiesta las ventajas que poseen los centros de esparcimiento nocturno ubicados en otras zonas de la ciudad en comparación con los ubicados sobre la Avenida Constitución:
“[¿Por qué cerró Chocolate?] Porque la nocturnidad sufrió un cambio de zona (Playa Grande) y los bares dejaron de serlo transformándose de a poco en locales bailables. Por otro lado, la ley de nocturnidad afecta solamente a discotecas ‘habilitadas como tales’ quedando exceptuadas de la ley, las zonas de Playa Grande e Hipólito Yrigoyen, dado que en esos lugares no se permite la radicación de negocios bailables a pesar de que se baile. De este modo, la ley no es pareja para todos. Un joven que quiere ir a bailar a Constitución debe llegar antes de la 1.30 am, de lo contrario no puede ingresar a la disco. En cambio, en Playa Grande no hay reglamentación para horario de entrada y se baila en lugares no habilitados para tal fin.” (Diario La Capital, 08 de junio de 2010)
Si bien los motivos no están del todo claros, lo cierto es que la transformación de la avenida fue elocuente. La creciente urbanización de los barrios aledaños a la avenida conllevó a un aumento en la provisión de servicios para los nuevos inquilinos. Así, se fue gestando un corredor comercial y de servicios (Peri, 2011) que cuenta con comercios especializados de proximidad, sedes bancarias, entre otros que continúa creciendo hasta nuestros días y logra configurar a la región como una “nueva centralidad” que alberga multiplicidad de usos de suelo y de actividades en toda su extensión.
En la Figura 2 se puede observar una pequeña muestra de la evolución acontecida en más de medio siglo de historia de la “avenida del ruido”. Las imágenes de la columna izquierda corresponden a los predios donde en la década de 1960-1970 se erigían algunas de las boîtes, mientras que en la columna derecha encontramos el uso que en la actualidad se le está dando al predio en cuestión. Podemos observar la boîte “Pancho Freddy” en la esquina de Pasteur y la Avenida Constitución (Fig 2, a), inaugurada en el año 1956 que se convirtió de esta forma en la primera de la avenida y en donde actualmente se encuentra la parrilla y resto “Faustila” (Fig 2, b).
Otro ícono de la década del sesenta fue “Mary Poppins”, emplazada en la avenida Constitución 5205 esquina Roldán. En la misma avenida al 5528 y en la misma década abrió sus puertas la boîte “Banana”, confitería construida bajo nivel (a modo de sótano) aunque en su parte superior no había edificación alguna, y donde tocaban reconocidas bandas de la época.
A su vez, en la vereda par de la avenida entre las calles Chubut y Vicente López y Planes se ubicaban tres boîtes sumamente concurridas, a saber: Notte (Fig 2, c), Matokos (Fig 2, e) y Zeus (Fig 2, g), las cuales se encontraban lindantes una con la otra. En la actualidad, allí se encuentran, respectivamente, una confitería (Fig 2, d), una serie de comercios (Fig 2, f), y la iglesia “Sembrando Vida” (Fig 2, h). En la intersección de las avenidas Constitución y Carlos Tejedor existía en la década de 1970 la confitería “Carrousel”, en cuyo predio funciona hoy una pinturería. Esta confitería se popularizó por su pista giratoria, que se elevaba mientras los jóvenes bailaban al ritmo de la música de la época. A tan solo dos cuadras de esta última, pero sobre la avenida Tejedor en su intersección con la calle López de Gomara (ex calle 24), se hallaba emplazada desde la década de 1950 la confitería “Tajamar” propiedad del músico y compositor Osvaldo Fresedo y donde hoy se erigen un complejo habitacional.
A pocas cuadras, en la intersección de José Ingenieros y la Avenida Constitución, se encontraba Sunset (Fig 2, i), cuyo predio hasta no hace mucho supo ser un local de venta de zapatillas y ahora se encuentra en alquiler (Fig 2, j). Finalmente, uno de los íconos de la avenida era la famosa Enterprisse (Fig 2, k), conocida por algunos como el “Plato Volador”, construida en la intersección de la Avenida Constitución y Daireaux en la década de 1960 con un diseño arquitectónico innovador para la época y que se mantuvo en pie hasta inicios de siglo, cuando fue demolida. Su diseño futurista revolucionó el estilo de la época, atrayendo a partidarios y detractores pero convirtiéndose sin dudas en uno de los edificios más emblemáticos de la avenida. Hoy en día, allí se encuentran una farmacia y un centro de atención médica (Fig 2, l).
Figura 2: Evolución temporal de la avenida constitución (1960/1970 – 2024)
Fuente: Elaboración propia en base a imágenes de archivo personal (2024) y “Fotos de Familia” del Diario La Capital.
En la década de 1980 encontramos también otros edificios que quedaron en la memoria de los marplatenses como el restaurante “Los Viejos Vagones” (Figura 3), ubicado en la esquina de la avenida Constitución y Benito Juárez, lindante con la boîte “Banana”. Los dos vagones que conformaban dicho restaurante se encontraban ubicados sobre rieles y durmientes, y habían pertenecido a la línea Roca. Cuando el restaurante dejó de funcionar, los vagones fueron retirados y trasladados a la provincia de San Juan, existiendo hoy en su lugar una franquicia de una reconocida cervecería. En esa misma década funcionaba también otra icónica boîte llamada “El Castillo”, cuya construcción emulaba una fortificación medieval, ubicada en la avenida Constitución 5815, esquina Ortega y Gasset.
Figura 3: Restaurante “Los viejos vagones”
Fuente: “Fotos de Familia” del Diario La Capital, foto N°8723.
Lo esbozado hasta aquí no hace más que evidenciar el cambio experimentado en la Avenida Constitución, pasando de ser una arteria eminentemente destinada al ocio y al esparcimiento nocturno entre las décadas de 1960 y 1980 a convertirse en la actualidad en un centro neurálgico que alberga una multiplicidad de comercios y servicios para satisfacer las demandas de los marplatenses y sobre todo de los residentes de la zona. Como vemos, los desencadenantes que promovieron esta transformación espacial y funcional son diversos.
Lo que supo ser la “avenida del ruido”, famosa en la noche marplatense por la concurrencia de jóvenes y celebridades hoy ha dado paso a una avenida rebosante de comercios y servicios, en cuyos alrededores se encuentran barrios residenciales y que nos brinda una imagen completamente diferente a la de aquellas noches de verano de los setenta cuyos recuerdos aún perduran en la memoria de quienes tuvieron el agrado de disfrutarlas. El futuro de esta avenida es incierto, no obstante, es de esperase que se produzcan nuevas modificaciones en los usos de suelo tal y como ha sucedido (y aún continúa sucediendo) no solo en la propia avenida sino en toda Mar del Plata.
Agradecimientos
A mis padres, familiares y conocidos cuyos testimonios fueron claves para la reconstrucción de las localizaciones de estos establecimientos bailables y de los hábitos de la época. También quiero agradecer al espacio brindado por el Observatorio Ciudadano, Político y Electoral (OCPE) perteneciente a la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata por la publicación de este documento.
Bibliografía
Bouvet, Y.; Desse, R.; Morell, P.; Villar, M. D. (2005). Mar del Plata (Argentina): la ciudad balnearia de los porteños en el Atlántico suroccidental. Investigaciones Geográficas (Esp), (36), 61-80. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=17603604
Cicalese, G. (1999). La implantación del modelo económico aperturista en los 70 y la crisis del turismo masivo en la ciudad de Mar del Plata, 1976-1987. Comunicación presentada en II Jornadas de Historia Económica, Montevideo [URY], 21-23 julio 1999. Disponible en: http://nulan.mdp.edu.ar/1442/
Diario La Capital, “Por los cambios en el manejo de la nocturnidad, cerró Chocolate”, 08 de junio de 2010. Disponible en: http://www.lacapitalmdp.com/noticias/La-Ciudad/2010/06/09/146987.htm
Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°5432. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/5432
Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°7393. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/7393
Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°8102. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/8102
Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°8723. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/8723
Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°9121. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/9121
Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°10.008. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/10008
Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°10.666. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/10666
Fotos de Familia, Diario La Capital. Foto N°12.089. Disponible en: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/12089
Medina, D. (2009). Mar del Plata, desarrollo urbano e imaginarios vinculados. UNMDP. Mar del Plata, pp 13-27.
Peri, L. V. (2011). Nuevas centralidades del ocio y el consumo: Ámbitos, modalidades e instrumentos de regulación de las grandes superficies comerciales en la Región Metropolitana de Buenos Aires. Revista Iberoamericana de Urbanismo, 01 Marzo 2011, núm. 5, pp. 31-44. Disponible en: http://hdl.handle.net/2099/12498
Sebreli, J. J. (1970). Mar del Plata, el ocio represivo. Ed. Tiempo Contemporáneo, Bs. As.