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Breve reseña de las PASO: efectos y tendencias (2011-2015)

Fernando Manuel Suárez

 

Sanción de la ley 26.571 e implementación de las PASO

En el año 2011 se implementaron por primera vez las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en nuestro país. Las PASO fueron establecidas como parte de un proyecto de ley más amplio titulado “Ley de democratización de la representación política, la transparencia y la equidad electoral” sancionado en diciembre de 2009 y que plasmaba un ambicioso proceso de reforma sobre el sistema electoral y el sistema de partidos argentino. La nueva ley reformaba la “Ley orgánica de los partidos” en diferentes puntos, pero además legislaba, entre otras cosas, sobre el financiamiento de los partidos y la propaganda electoral. Según uno de sus principales promotores, Juan Manuel Abal Medina, la Ley “buscó mejorar el funcionamiento y la representatividad de los partidos políticos” dando como resultado la creación de las PASO, la democratización de los espacios de publicidad en medios audiovisuales, la depuración y actualización de las afiliaciones partidarias y el mejoramiento de los padrones electorales” ( El Estadista , 25/03/2015).
La ley sancionada tenía como objetivo explícito reformar un sistema de partidos que había entrado en una crisis profunda –para muchos ‘terminal’– a finales de la década del 90 que se había plasmado con mucha contundencia en las elecciones de 2001 y 2003, no sólo por el altísimo grado de abstención y ‘voto bronca’, sino por la proliferación de sellos partidarios y candidatos extemporáneos –a modo de ejemplo, en 2003 hubo más de una veintena de fórmulas presidenciales–. En ese sentido la nueva normativa, en especial con la implementación de las PASO, procuraba fortalecer el sistema de partidos políticos, pero, de alguna manera, restringiendo la autonomía de las propias organizaciones partidarias. No casualmente la sanción del proyecto elevado desde el Ejecutivo tuvo enormes resistencias por parte de ciertos partidos minoritarios, entre ellos ciertos sectores de la izquierda que denunciaban una ‘proscripción’ ( Prensa Obrera , 04/08/2011).
Las PASO estipulaban no sólo un procedimiento novedoso para la preselección de candidatos partidarios –de forma “abierta, simultánea y obligatoria” – sino que fijaba un piso del 1,5 % de los votos emitidos como condición para que ese espacio político (partido o frente) pudiera disputar las elecciones generales. Esta medida, que se sumaba a otros re-quisitos (avales, afiliaciones, balances económicos, etc.), estaba concebida no sólo como una estrategia para limitar la cantidad de candidaturas en las elecciones generales, sino que preveía que aquellos partidos políticos que durante un tiempo prudente no se presentaran a elecciones o no fueran capaces de superar ese porcentaje perderían su personería, ya fuera en un distrito particular o a escala nacional.

De 2011 a 2013: las PASO en la práctica

En cuanto a los efectos concretos de la medida, las PASO fueron aplicadas por primera vez en las elecciones nacionales de 2011. En esa oportunidad la provincia de Buenos Aires eligió 7 categorías: Presidente y vice, Senadores Nacionales, Diputados Nacionales, Gobernador y vice, Diputados Provinciales –o Senadores Provinciales–, Intendente y Concejales. En cuanto al efecto de la nueva ley y las PASO como instancia de selección de candidatos fue módico:

En 2011 ninguna agrupación o frente presentó más de una lista de candidatos a nivel nacional, ni en las categorías ejecutivas ni en las legislativas correspondientes a la provincia de Buenos Aires.

 

A nivel provincial hubo una sola lista que presentó un candidato alternativo para la gobernación (el oficialista Frente Para la Victoria), aunque el resultado final de esa disputa entre Daniel Scioli y Mario Ishii mostró una diferencia tal -Scioli se impuso por casi un 94% de los votos- que anula cualquier tipo de análisis al respecto. En la categoría de diputados provinciales por la 5ta Sección también hubo más de una lista en el Frente Para la Victoria y, sumada a ella, en el Frente Popular (FP) –que a nivel nacional encabezaba Eduardo Duhalde-, este segundo caso mostró un escenario de mayor paridad (60% a 40%) mientras que el FPV replicó guarismos similares a los resultados de la elección de candidato a Gobernador. A nivel local también el FPV y el FP definieron sus candidatos en las PASO, pero en este caso con 4 y 3 listas respectivamente. Ambas primarias tuvieron un ganador claro: la lista encabezada por Carlos Cheppi obtuvo el 48% de los votos en el FPV, mientras Carlos Arroyo obtuvo el 68% en la del FP.
Con respecto al piso requerido para acceder a las elecciones generales del 1,5 % de los votos y su efecto, el resultado fue el siguiente: a) para Presidente y vice fueron 3 las fuerzas que no obtuvieron los votos necesarios, b) 5 para Senadores Nacionales, c) 6 para Diputados Nacionales, d) 1 para Gobernador y vice, e) 4 para Diputados Provinciales por la 5ta Sección, y f) 4 a nivel local. No es casual que la categoría para Diputados Nacionales presentara la mayor cantidad de listas de candidatos dado que la posibilidad de acceder a un cargo es mayor que en el resto de las categorías, dado que se eligen 35 Diputados por turno mediante sistema D’Hont.
En consecuencia, las agrupaciones y frentes que compitieron en las elecciones generales a nivel nacional fueron: Frente Para la Victoria (Cristina Fernández de Kirchner) , Frente Popular (Eduardo Duhalde), Unión para el Desarrollo Social (Francisco de Narváez), Frente Amplio Progresista (Hermes Binner), Compromiso Federal (Alberto Rodríguez Saá), Coalición Cívica-ARI (Elisa Carrió) y el Frente de Izquierda y los Trabajadores (Jorge Altamira). A nivel provincial se sumaría Nuevo Encuentro (Martín Sabbatella) a esa lista, y a nivel local Acción Marplatense (Gustavo Pulti). En este sentido, el efecto de las PASO es notable: en 2007 las fórmulas presidenciales habían sido un total de 14, en 2011 esa cifra se había reducido a la mitad; para diputados nacionales el resultado es más notable de 25 listas en 2007 y 19 en 2009 se pasaba a solamente 7 en 2011. A nivel local, por otro lado, se pasó de 17 listas en 2007 y 16 en 2009 a sólo 9 en 2011.
Para 2013, año de elecciones legislativas, en la Provincia de Buenos Aires se sostuvieron algunas tendencias del estreno de las PASO en 2011, a pesar de las especificidades de las elecciones legislativas. Dichas tendencias eran: una reducción progresiva de partidos y frentes que se presentaban a las elecciones y, en segundo lugar, una gran resistencia a utilizar la instancia de las elecciones primarias para dirimir las listas de candidatos que se flexibiliza a escala local –en sentido opuesto al espíritu de la norma, huelga aclarar-. En ese año sólo Compromiso Federal utilizó esta instancia para dirimir candidatos, con la particularidad que, aún con 4 listas disputando, no logró alcanzar el piso requerido del 1,5%. De las restantes 9 alianzas presentadas 3 no lograron vulnerar la barrera electoral, por lo que para las generales se presentaron las siguientes: Frente Renovador (Sergio Massa), Frente Para la Victoria (Martín Insaurralde), Frente Progresista, Cívico y Social (Margarita Stolbizer), Unidos por la Libertad y el Trabajo (Francisco de Narváez), Frente de Izquierda y los Trabajadores (Néstor Pitrola) y Unión con Fe (Jerónimo Venegas). Para la PASO de Senadores Provinciales se replicó un escenario similar: Compromiso Federal presentó más de una lista sin lograr traspasar el mínimo electoral requerido, mientras el resto de los contendientes dispuso una única lista de candidatos.
A nivel local, por el contrario, las PASO se mostraron más competitivas y con una oferta mayor de candidaturas por cada una de las fuerzas políticas que lo ocurrido en el turno previo. En este caso también Compromiso Federal dispuso varias candidaturas (3), pero también lo hicieron el Frente Para la Victoria (5) y el Frente Progresista, Cívico y Social (4). Compromiso Federal tampoco trascendió las PASO en este caso, mientras que las otras dos internas tuvieron un claro ganador: Daniel Rodríguez se impuso con más de un 53% de los votos en el FPV, mientras Vilma Baragiola obtuvo el 65% en la del FPCyS, aunque en el FPV la diferencia con el segundo fue más estrecha y, en ese caso, el segundo logró colocar candidatos en la lista definitiva que se presentó en las elecciones generales. También a nivel local el número de agrupaciones se mantuvo estable a la baja: sólo 7 listas disputaron las elecciones generales, entre ellas las locales Acción Marplatense (Alejandro Ferro) y Agrupación Atlántica (Carlos Arroyo).

Lo que se viene: perspectivas y alternativas de las PASO 2015

El escenario abierto en 2015 para los electores marplatenses reafirma tendencias y muestra algunas novedades significativas. Este año, por primera vez, más de una alianza electoral presentará candidaturas varias a Presidente y vice en las PASO nacionales : Cambiemos (frente conformado por el PRO, la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica y otras fuerzas menores que propone a Mauricio Macri, Elisa Carrió y Ernesto Sanz como precandidatos), el Frente de Izquierda y los Trabajadores (Jorge Altamira y Nicolás del Caño), y Unidos por una Nueva Argentina (Sergio Massa y José Manuel de la Sota). Por otra parte, a nivel provincial también habrá más de una fórmula en el Frente Para la Victoria (Julián Domínguez y Aníbal Fernández) y en el Frente ‘Progresistas’ (Jaime Linares y Jorge Ceballos). En total las fuerzas presentadas son 8: Frente Para la Victoria, Cambiemos, Progresistas (Margarita Stolbizer), UNA, Compromiso Federal (Adolfo Rodríguez Saá), FIT, Movimiento Socialistas de los Trabajadores (Alejandro Bodart) y Frente Popular (Víctor de Gennaro). A nivel local –véase https://ocpemdp.wordpress.com/2015/06/25/configuraciones-politicas-los-candidatos-locales-y-sus-apoyos – se presentan 11 alternativas, de las cuales 4 disputarán las PASO con más de una lista (‘Progresistas’, UNA, Cambiemos y FIT).
A modo de conclusión intentaremos hacer algunas apreciaciones globales con respecto a los efectos que la nueva normativa electoral ha tenido en el comportamiento de los partidos políticos y el electorado. En primer lugar, es indiscutible el efecto que ha tenido la nueva legislación para restringir el número de frentes que participan efectivamente de las elecciones, esto ha disuadido a la proliferación de sellos partidarios ‘testimoniales’ que antes abundaban y ha propiciado la formación de frentes y coaliciones. En ese sentido, uno de los casos más significativos fue la creación del Frente de Izquierda y de los Trabajadores que se ha consolidado como una coalición estable y relativamente exitosa. Sin embargo, el caso del FIT parece excepcional en ese terreno, por lo general los alineamientos partidarios han sido inestables y fluidos, los partidos y dirigentes han circulado de un espacio a otro tanto en un peronismo crecientemente fragmentado, a pesar del predominio del oficialista FPV, y un inconsistente universo no-peronista (que incluye desde el PRO hasta el Partido Socialista, pasando por la más que centenaria UCR).
En segundo término, es preciso señalar que la ley electoral ha tenido muchas dificultades para propiciar que se diriman las candidaturas mediante el procedimiento de las PASO, si bien esta tendencia parece estar revirtiéndose en la medida que las propias fuerzas políticas reorientan sus propias estrategias en función de esta posibilidad. Sin embargo, lejos de ‘democratizar’ a los partidos políticos, tal como era pretendido, esta medida parece haberlos debilitado, invalidando cualquier mecanismo de selección interna y agudizado una tendencia preexistente a dirimir todo mediante acuerdos de cúpulas. Como señalamos, estamos todavía en un período de adaptación dado que se trata recién del tercer turno electoral definido mediante este mecanismo y, en ese sentido, los partidos y candidatos han ido modificando algunas conductas en función de las nuevas reglas.
Las PASO 2015 presentan un escenario electoral todavía incierto, con la certeza que los titulares tanto del Ejecutivo nacional como el del provincial cambiarán en diciembre de este año. Esa situación ha conformado un mapa político que durante el último año ha mostrado un dinamismo vertiginoso: con una multiplicidad enorme de potenciales precandidatos –muchos de ellos efímeros-, con saltos constantes de dirigentes de una fuerza a otra, con alienamientos y realineamientos partidarios constantes, con rumores de todo tipo. Sin embargo, a pesar de la particularidad de esta coyuntura electoral específica, hemos podido reconstruir algunas tendencias electorales desde la implementación de esta nueva normativa que nos permiten alumbrar algunos aspectos de la dinámica electoral partidaria de
nuestros días.